viernes, 17 de mayo de 2013

NEGARSE PENSAR EL TOTALITARISMO.

Negarse a pensar el totalitarismo

Expresemos nuestra preocupación por la mancha de importantes rasgos totalitarios que se ha extendido por Venezuela: culto a la personalidad; concentración de los poderes en el ejecutivo, incluidas fuerzas armadas y policiales;  sustitución de la ley por la voluntad gubernamental...
Expresemos nuestra preocupación por la mancha de importantes rasgos totalitarios que se ha extendido por Venezuela: culto a la personalidad; concentración de los poderes en el ejecutivo, incluidas fuerzas armadas y policiales; sustitución de la ley por la voluntad gubernamental…

Con la muerte de la URSS, la intelectualidad de izquierda latinoamericana, para salir del luto, encontró un juguete nuevo en el par de opuestos: Neoliberalismo vs Estatismo

Baldomero Vásquez Soto
/ Soberania.org
Baldomero_Vasquez_1A 9 años de desaparecida la Unión Soviética, con el título de este artículo, dictó Claude Lefort una brillante conferencia al instalarse los Archivos Hannah Arendt en Berlín. Comenzó su disertación constatando que desde su nacimiento, en 1917, hasta su desaparición, en 1991, la naturaleza del régimen socialista instaurado en la URSS fue objeto de un debate teórico permanente a nivel mundial. Debate en el que tomaron partido dos bandos irreconciliables: los fanáticos defensores de aquel régimen ubicados “dentro de la izquierda” y sus acérrimos adversarios atrincherados “dentro de la derecha”.
Sin embargo, con respecto al comunismo soviético, a nuestro autor poco le importaba delimitar los bandos, su interés principal era destacar una peligrosa omisión de las democracias occidentales que planteó a través de la siguiente pregunta: “¿por qué la creación de sistemas totalitarios fue imprevista y, durante mucho tiempo, desconocida tanto por la derecha liberal como por una amplia fracción de la izquierda?” 
La pregunta me parece pertinente en la Venezuela actual, pues aquí, de la mano del sistema comunista castrista, desde hace varios años ha avanzado un proceso –que lideró el fallecido presidente Chávez- de destrucción de la democracia y de configuración de un régimen de rasgos totalitarios. Creo que los venezolanos, aún hoy, ganaremos mucho escuchando el alerta de Lefort, cuando dijo que había que “sospechar de la idea de que la democracia ya no tiene enemigos”.
“Deber de memoria” y “Deber de pensar” 
Para profundizar en la peligrosa omisión mencionada, Lefort va a convocarnos a “pensar”. Parte de compartir la idea de que los abominables crímenes estalinistas –en los campos de concentración (GULAG) y por las hambrunas- nos obligan a no olvidarlos y a mantener lo que se ha llamado el “deber de memoria” hacia los millones de víctimas. Pero, él da un paso más adelante que es un aporte significativo. Sostiene que el deber de memoria corre el  riesgo de resultar ineficaz si no va acompañado del “deber de pensar” porque el renunciar a pensar “fue una de las condiciones para el establecimiento del totalitarismo”. Por tanto, recrimina con dureza que “los occidentales permanecieron ciegos frente al sistema totalitario que se estableció en Rusia”.
Lefort va a dar un último rodeo para encarar la pregunta que ha quedado en el aire. Pasa revista a las diferentes 4 tesis interpretativas que la izquierda mundial dio de la naturaleza sui generis de sistema comunista soviético:
1) la revolución proletaria se produjo en un país donde el capitalismo todavía no desarrollaba las fuerzas productivas; por tanto, la dictadura de partido y el recurso al terror fueron debidos al atraso de Rusia;
2) la sociedad socialista que emergió de la estatización de los medios de producción creó “provisionalmente” una burocracia parasitaria;
3) el avance hacia una sociedad industrial dio origen como un producto natural a una clase burocrática; y
4) la estatización de los medios de producción desarrolló un capitalismo de estado (concepto antimarxista, de paso) que dirigía una “nueva” burocracia.
Observa Lefort una idea común en esas interpretaciones, la cual despeja el camino para  responder a la pregunta que ha quedado sin respuesta: ¿por qué la tardanza occidental en denunciar el carácter totalitario del régimen socialista ruso?
“Los occidentales permanecieron ciegos frente al sistema totalitario que se estableció en Rusia”.
“Los occidentales permanecieron ciegos frente al sistema totalitario que se estableció en Rusia”.

Ocultamiento izquierdista: Democracia vs Totalitarismo 
Encuentra el autor que todas aquellas interpretaciones se concentran en dar una explicación del comunismo soviético en términos económicos. Se reducen a analizar las llamadas “relaciones sociales de producción” de la jerga marxista. Desde el comienzo, entonces, apartan el componente político del régimen de toda consideración, con lo cual excluyen el examen del socialismo como régimen sociopolítico y, corolario lógico, ocultan su carácter totalitario.
Por décadas, la discusión sobre la propiedad de los medios de producción, privada o estatal, fijó el debate para optar sólo entre el par de opuestos: Capitalismo vs Socialismo. La argumentación se circunscribía a cuál era el mejor mecanismo de asignación de recursos económicos entre el par derivado del anterior: Mercado vs Planificación Central. En tal contexto, quedaba enterrado el por demás importante par de opuestos proveniente de la esfera política: Democracia vs Totalitarismo.
Obviamente, que la tardanza que denuncia Lefort se refiere a la de las democracias europeas porque la idolatría hacia el socialismo de la URSS y la revolución cubana de la intelectualidad izquierdista de América Latina, que colonizó por décadas las facultades de ciencias sociales, nunca permitió, prácticamente hasta el día de hoy, que el totalitarismo fuese tema de investigación o de debate. Impedía, así, que el socialismo  estalinista y castrista fuesen agrupados en un mismo concepto con regímenes semejantes como el nazismo y el fascismo.
Juguete nuevo: Neoliberalismo vs Estatismo 
Con la muerte de la URSS, la intelectualidad de izquierda latinoamericana, para salir del luto, encontró un juguete nuevo en el par de opuestos: Neoliberalismo vs Estatismo. Y sigue pensando que el fenómeno totalitario nunca existió ni en la URSS ni en Cuba. Situación que, además, explica por qué la obra de Hannah Arendt, en particular Los Orígenes del Totalitarismo, nunca haya entrado en nuestros círculos académicos.
Para finalizar, expresemos nuestra preocupación por la mancha de importantes rasgos totalitarios que se ha extendido por Venezuela: culto a la personalidad; concentración de los poderes en el ejecutivo, incluidas fuerzas armadas y policiales;  sustitución de la ley por la voluntad gubernamental; establecimiento de una verdad oficial; pretensión de perpetuarse en el poder por las buenas (fraude electoral) o por las malas (con apoyo armado), persecución de opositores acusados de traidores a la patria; etc. Precisamente, para que nos ayude a pensar con la debida atención que hay que prestar a esta realidad trajimos a colación la ponencia del fallecido Prof. Lefort.

¿CUÁL LEGADO HISTÓRICO?

 

¿Cuál legado histórico?

El legado del tte. coronel no traspasa las fronteras de un sistema de gobierno basado en un vulgar bandidaje político, en una violencia desenfrenada, en la violación sistemática de los derechos humanos, la entrega de nuestros recursos al capital extranjero y en la imposición de un capitalismo monopolista de Estado.
El legado del tte. coronel no traspasa las fronteras de un sistema de gobierno basado en un vulgar bandidaje político, en una violencia desenfrenada, en la violación sistemática de los derechos humanos, la entrega de nuestros recursos al capital extranjero y en la imposición de un capitalismo monopolista de Estado.

Existe una supuesta “libertad sindical”, pero siempre y cuando la organización sindical responda y esté bajo el control del Estado

José Rafael López Padrino
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Jose_Rafael_Lopez_Padrino_1El fallecimiento del tte. coronel ha dado pie a un sin fin de especulaciones políticas, entre muchas la de hablar de un supuesto “legado histórico” asociado a su figura. En efecto, “El heredero” -como todos los que reclaman su parte en el testamento- designó una comisión presidencial, conformada por familiares y ministros del tte. coronel para el “resguardo, estudio, preservación y difusión” del legado del fallecido presidente. Pero ¿se puede hablar de un legado histórico del fallecido tte. coronel? Más apropiado sería hablar de copias tropicalizadas de experiencias del siglo pasado, en especial la vivida durante la Italia fascista de Benito Mussolini.
Más allá de las mentiras plasmadas en la propaganda Goebbeliana del régimen, el desconocido y contradictorio socialismo del siglo XXI, legado ideológico intangible del fallecido tte. coronel no generó ningún aporte filosófico que enriqueciera al humanismo socialista expuesto por Marx y Engels en sus ideas originarias. Además, la implementación de un modelo estatal, con rasgos autoritarios, despóticos y represivos no tiene nada de originario. Reproduce los viejos modelos dictatoriales del siglo pasado de corte facho-nazista. Ensayo que ha promovido la figura del estado como un ente sagrado, supremo e inexorable y que reivindica y hace suya la máxima del Duce Mussolini: todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado.
Podría considerarse como parte de su legado el haber implementado una política de Estado francamente antiobrera. Bajo la falsa premisa de paradisíacos principios de justicia social se pusieron en práctica políticas destinadas a criminalizar la protesta sindical, a reprimir y encarcelar a trabajadores y dirigentes, así como acabar con todos los sindicatos clasistas del país. Reivindicaron la vieja “Carta del Trabajo” de Mussolini (27/4/1927) la cual engañosamente indicaba que toda organización profesional o sindical era libre, en la medida que la misma estuviese sometida al control del Estado. Es decir: existe una supuesta “libertad sindical”, pero siempre y cuando la organización sindical responda y esté bajo el control del Estado, convirtiéndola en la práctica en órgano dependiente del Estado y no en trinchera de lucha de los trabajadores.
Podríamos añadir a su legado la postura entreguista que asumió su gobierno frente al gran capital transnacional. No hay que olvidar que fue precisamente el gobierno del tte. coronel quien firmó el “Tratado de la doble tributación”, el “Tratado de la propiedad Intelectual” y el único gobierno latinoamericano que ha firmado el “Tratado de Promoción y Protección de Inversiones” (TPPI). Tratados de importancia capital para los intereses norteamericanos desde el punto de vista estratégico y que paradójicamente los gobiernos puntofijistas de Carlos Andrés Pérez y de Rafael Caldera fueron renuentes a firmar. Que además gestó una política genuflexa y antinacional que entregó nuestros recursos energéticos al capital extranjero a través de la apertura petrolera bolivariana (empresas mixtas: 60% PDVSA y 40% transnacional). Arreglo contractual que fue aprobado por la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional, institucionalizando la entrega de la soberanía nacional en lo que respecta a la extracción y comercialización de nuestros recursos petroleros. Las “empresas mixtas bolivarianas”, representan la continuidad de la apertura petrolera neoliberal iniciada por Caldera II (contratos de servicios), con el agravante de que esta nueva figura leonina esta amparada por las leyes de la República y que el Estado venezolano pierde el 40% del crudo de la faja del Orinoco, el cual ahora pasa a manos de las empresas transnacionales que operan en la zona.
El legado del tte. coronel no traspasa las fronteras de un sistema de gobierno basado en un vulgar bandidaje político, en una violencia desenfrenada, en la violación sistemática de los derechos humanos, la entrega de nuestros recursos al capital extranjero y en la imposición de un capitalismo monopolista de Estado. Es inconcebible que producto de una petrochequera bondadosa y compra-conciencias los apologistas del proceso nos hablen de un supuesto “legado” de un sujeto que encabezó uno de los regímenes más perversos, oprobiosos, serviles y entreguistas de estos últimos años en Venezuela. Pesadilla que el impostor de Miraflores ha prometido y jurado darle continuidad.

lunes, 13 de mayo de 2013

FASCISMO ES....



Fascismo es

Rafael Piña Pérez
Lunes, 6 de mayo de 2013







   Foto: Google
El fascismo es intolerante, no admite oponentes a sus credos, no tolera ninguna disidencia a su sistema político, la cual es execrada, negándole sus derechos políticos y humanos.  Los regímenes fascistas controlan total o parcialmente los medios de comunicación (impresos, radio y televisión, redes sociales). Dependiendo del poder que tenga sobre el Estado, el control de los medios lo asumen de una sola vez o progresivamente, avanzando en la medida que profundiza en el control de los poderes públicos y de los movimientos organizados de la sociedad civil.  El fascismo instaura un sistema comunicacional propagandístico en torno a un líder, rindiéndole culto a su personalidad, estableciendo la mentira como política de Estado en pro de ocultar los problemas sociales y las acciones represivas del régimen fascista.
     El fascismo es violencia, utiliza procedimientos violentos para reprimir y acosar a cuantos se oponen a su régimen, no admiten a otros partidos políticos distintos al que le sirve de sustento. A los adversarios políticos los tildan de enemigos y no merecen ningún respeto para ser considerados como ciudadanos de la nación, sino como enemigos de la Patria. A los adversarios los acosan fabricando delitos en juicios amañados, condenándolos injustamente por hechos que no han cometido, de esta manera han pagado condenas muchos seres humanos en el mundo víctimas de la arbitrariedad fascista.  El fascismo es la violencia misma para reprimir y violar los derechos humanos, acusando a los adversarios de la barbarie de sus actos represivos.  Los actos de violencia de sus huestes armados son achacados a los adversarios, utilizando la propaganda y la mentira, haciendo montajes que tergiversan la realidad de los hechos.
     El fascismo es discriminador, les niega el derecho al trabajo a sus adversarios políticos, utilizan listas de ciudadanos adversos a sus regímenes para negarles un derecho humano universal como lo es el trabajo (delito de lesa humanidad que no prescriben) consagrado en las leyes y los organismos internacionales.  El fascismo niega conquistas alcanzadas por los trabajadores en sus luchas dentro del capitalismo como los sindicatos independientes, la convención colectiva y el derecho a huelga.  El llamado socialismo real o comunismo del siglo XX también ha renegado de estos derechos de los trabajadores, contrariando así los postulados ideológicos expuestos en los textos marxistas. 
     El fascismo es utilizar todos los poderes del Estado coordinadamente para reprimir y violar los derechos humanos, todos utilizan los mismos argumentos leguleyos para apoyar las arbitrariedades del poder en la torcedura de la justicia, como se dice en el argot popular, todos bailan pegados.  Los tribunales supremos de justicia, siempre utilizan subterfugios legales para sustentar sentencias a la medida del régimen fascista. Si realizan elecciones para elegir gobernantes y legisladores por ejemplo, utilizan sistemas electorales solamente controlados por el régimen fascista que les permita manipular la voluntad de los electores. De esta manera, ninguna otra alternativa política tiene posibilidades de acceder al poder.
     El fascismo tiene como norma tildar de fascistas a todos lo que le adversan, es un escudo propagandístico para encubrir sus fechorías.  En la historia de este régimen desde que lo fundó Benito Mussolini en Italia con sus fasci  italiani di combattimento en 1918, poniéndose en práctica a partir de 1922 con su ascenso al poder.  En Alemania a partir de 1932 Adolf Hitler quien consideró a Mussilini su maestro político siguió los pasos de éste instaurando en ese país un régimen similar de violencia, terror y represivo con sus camisas pardas  (bandas armadas  de terror e intimidación del régimen nazi).  El nazi-fascismo llevó a la segunda guerra mundial  causando la muerte a más de 20 millones de personas, millones de motilados y lisiados por la crueldad de un régimen sin pudor para mentir y reprimir.   
El fascismo clausura los parlamentos o los doblega a sus designios, los parlamentarios que adversan al régimen, son agredidos mental y físicamente, finalmente si el parlamento queda funcionando es con la sola presencia de los adeptos al régimen o simplemente quedan clausurados. Cuanto más silencio es mejor para el régimen fascista.  Un parlamento plural  y autónomo para la discusión y  ejercer sus controles al poder ejecutivo, es inconcebible en un régimen fascista.  No existe separación de poderes, sino concentración y sincronización de los mismos para amparar los atropellos a la sociedad y a los individuos. La discusión plural en el fascismo es una quimera.
     El fascismo pode respeto a los sectores de la población que le adversan, pero ni reconocen ni respetan al adversario, lo persiguen, lo espían y le siguen  sus movimientos, acciones  y encuentros con otras personas, la intolerancia es tal que ni siquiera admiten la indiferencia de los ciudadanos.  Tratan de persuadir metiendo miedo y aplicando el terror para intimidar a los no adeptos al régimen.  Finalmente estos regímenes se desploman, generalmente después haber causado muchos daños morales, mal tratos físicos y sicológicos a la población, destruir la economía y truncar su crecimiento y desarrollo, dejando además unos pocos ricos y un pueblo empobrecido. Hay fascismo de derecha y de izquierda, pero los dos hacen el mismo daño, porque utilizan los mismos métodos de la violencia y la represión para desconocer  y aniquilar a la oposición. Ambos destruyen el estado de derecho y concentran todo el poder del Estado.  Sin excepción, todos se desmoronan por la implosión de los pueblos que no soportan más a estas crueles y reaccionarias dictaduras.   
Cualquier parecido con hechos que están ocurriendo en la Venezuela actual, no creo que sea mera coincidencia.

No olvidamos "El Legado de Hugo Chavéz"

No olvidamos “El legado de Hugo Chávez”

Desde este espacio hacemos un llamado a materializar la consigna PROHIBIDO OLVIDAR, subrayando que lo primero que tenemos que recordar y analizar son estos hechos recientes, estas cifras oficiales, estas historias frescas, cuyos protagonistas y víctimas se encuentran entre nosotros.
Desde este espacio hacemos un llamado a materializar la consigna PROHIBIDO OLVIDAR, subrayando que lo primero que tenemos que recordar y analizar son estos hechos recientes, estas cifras oficiales, estas historias frescas, cuyos protagonistas y víctimas se encuentran entre nosotros.

En memoria de Jesús Alberto Márquez Finol ”Motilón”

Grupo de Estudio Jesús Alberto Finol “Motilón”
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La historia mundial, y en particular de América Latina, está llena de caudillos civiles y militares que movilizaron –y movilizan- masas campesinas, obreras y de la pequeña burguesía, prometiendo cambios y revoluciones en beneficio de esas clases en las cuales se apoyaron y se siguen apoyando. Todos estos procesos muestran, por un lado, la consolidación o reorganización del Estado de los opresores para garantizar la permanencia en el poder político de la minoría propietaria; y por el otro la frustración de las masas movilizadas, manipuladas y engañadas para alcanzar estos fines. De ahí que los aborígenes de Venezuela no salvaron su alma, pero si perdieron su vida cuando llegó el naciente capitalismo mercantil europeo con la promesa del paraíso. Los negros e indios que murieron por miles en la Guerra de Independencia no obtuvieron ni la libertad, ni la igualdad, ni la democracia prometida en 1810, hasta el punto que ni siquiera lograron el derecho al voto. Al final de la Guerra Federal los campesinos que pelearon no fueron hombres libres, ni dueños de la tierra, solo ganaron el derecho a votar por el verdugo conservador o liberal que les oprimiría y explotaría desde la presidencia. Los obreros, estudiantes y clases medias llamadas a la conquista de la democracia y a la siembra del petróleo, terminaron siendo sometidos por un siglo de dictaduras, que se cerró con la dictadura de  la socialdemocracia ADECO COPEYANA.
El remate y coronación de esa dictadura de los partidos sostenida por el ejército, la Guardia Nacional y las diversas policías a lo largo de cuarenta años de era democrática, ha sido la llamada “revolución bolivariana, el socialismo del siglo XXI y la democracia protagónica”, en la que paradójicamente se reedita al viejo caudillo militar y populista, en pleno siglo XXI. Esta vez no fue el general o el caudillo militar que, encabezando una montonera o un golpe de Estado victorioso, se proclama como el nuevo salvador de la Patria; ahora se trató de un teniente coronel derrotado por la cúpula de un ejército corrupto, que se erigió por vía electoral como el sucesor del Libertador.
A lo largo de la historia republicana de Venezuela, hemos visto como la figura del caudillo –dictador o “democrático”- ha marcado en gran medida el curso del acontecer político del país. No obstante, el derrocamiento, renuncia, muerte o la mera sustitución de un mandatario por otro, en modo alguno ha significado una ruptura con la línea trazada por las clases dominantes que controlan y dirigen el Estado venezolano desde su nacimiento en el siglo XVI. Los gobiernos pasan, pero el Estado queda. Lo anterior no niega la importancia de hacer un balance histórico de las políticas que caracterizan cada período, el cual permite demostrar cómo el desarrollo de la sociedad venezolana -y su Estado- se corresponde con un proceso de permanente adecuación a las exigencias del capitalismo mundial, desde la llegada de los europeos hace más de 500 años.
Nosotros, fieles al materialismo en el análisis de los procesos políticos, parafraseando a Marx repetimos: “debemos conocer cómo la lucha de clases creó en Venezuela, con las continuas derrotas que le infringiera el capital y su Estado a los trabajadores, estudiantes, campesinos, y clases medias a lo largo de cuarenta años, las circunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe”.
Al margen de estas premisas, ante la muerte de Hugo Chávez –líder máximo de la llamada revolución bolivariana- diversos sectores se han pronunciado en torno a lo que llaman “El legado de Chávez”. En este debate llama la atención que en el seno de organizaciones y tendencias auto-proclamadas “revolucionarias”, de “izquierda”, “utópicos”, “libertarios”, surgen voces que reivindican abiertamente y proponen continuar el legado de Chávez. Esas voces –lejos de presentar un balance- elevan alabanzas y reconocimientos al “comandante, al cómpita, al amigo, líder de la revolución”, como si la muerte de Chávez les hubiese producido una suerte de amnesia que les hizo olvidar las ejecutorias de un gobierno que, a lo largo de catorce años, logró sumergir a Venezuela en la crisis más profunda de toda su historia.
Pareciera que muchos de los que se adelantan al balance, necesario por demás, se olvidan de pronto hasta de sus propias críticas y denuncias contra el “gobierno más neoliberal conocido en la historia del país”, como ellos mismos lo caracterizaron en su momento y en más de una ocasión. Hacer un balance creíble, incluso calificar un proceso como una revolución del signo que se quiera y a un gobernante como un “líder revolucionario del pueblo”, exige en primer lugar, analizar las cifras, los hechos, y sobre todo los resultados concretos de la política implementada en cada período; y, en segundo lugar, definir cuáles han sido las clases y los sectores sociales que en definitiva se han beneficiado de dicho proceso. En otras palabras, determinar a qué intereses de clase corresponden ese gobierno y ese líder.
Por nuestra parte, somos consecuentes con las posiciones ideológicas y políticas que desde la década de los sesenta nos convocaron a la lucha contra el Estado venezolano. Nos referimos a los principios comunistas, al reconocimiento de la lucha de clases como el motor de la historia, al materialismo basado en la ciencia como método de investigación de cualquier fenómeno. Es por ello que al analizar la lucha política, recurrimos invariablemente a los hechos concretos, y de igual manera al analizar el papel del individuo en la historia lo hacemos en función de los intereses de clase que representa, poco importa que este individuo se rasgue las vestiduras en nombre del pueblo, de los oprimidos,  de los explotados o de los trabajadores.
A lo largo de todos estos años hemos podido confirmar la exactitud de aquella frase de Lenin: “los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”.
Esta frase cobra vigencia una vez más, ante las manifestaciones plagadas de tinte religioso y moral desencadenadas por la muerte del señor Chávez, hecho que en lo que a nosotros respecta, en modo alguno nos produjo algo parecido a una reacción emocional. Así como hoy muchos lloran y lamentan piadosamente la muerte del líder, nosotros nos solidarizamos con el dolor de las familias de los 180.000 venezolanos, en su mayoría menores de 24 años, que cayeron abatidos en las calles del país, y con los más de 800 mil que resultaron heridos, algunos de ellos lisiados de por vida, como producto de una política de abierto estímulo al delito y protección a la impunidad, que se instituyó como política de Estado a la sombra de ese gobierno.
- No olvidamos que la industria petrolera vendió en 14 años UN BILLON DE DOLARES, más que todo lo vendido y recaudado por todos los gobiernos de Venezuela desde 1830, pero hoy el país carga con una deuda cercana a los 200.000 millones de dólares, cuyo peso recaerá sobre las espaldas de los trabajadores hasta finales de siglo.
- No olvidamos que quien habló de soberanía y nacionalismo terminó no solo entregando en propiedad los yacimientos petroleros y mineros venezolanos al capital petrolero y minero internacional a través de las empresas mixtas, sino que además hipotecó una buena parte de la producción petrolera, de hierro y aluminio de Venezuela.
- No olvidamos que quien se llenó la boca hablando de seguridad alimentaria y desarrollo agrícola, nos dejó dependiendo del imperialismo en más del 80% de los alimentos que consumimos, y terminó estimulando con nuestro capital la agricultura de EEUU, Brasil, Argentina, Colombia y otros países.
- No olvidamos que quien prometía la siembra petrolera, repartió la renta del trabajo de los obreros y trabajadores petroleros venezolanos, entre las burocracias y gobiernos defensores del capital en casi toda América Latina.
- No olvidamos que quien atacaba y denigraba de la oligarquía y los banqueros, le transfirió a la banca las mayores ganancias de toda su historia. Solo hasta el 2009 estos bancos parásitos y chupasangre acumulaban utilidades superiores a los 28, 3 billones de los viejos o 28.300 millones de BsF.
- No olvidamos que en el mandato del  antiimperialista-socialista del siglo XXI, se produjo la mayor fuga de capitales de la historia del país. Solo desde la instauración del control de cambio en el  2003  han salido de Venezuela 144,9 mil millones de dólares. Más que todo el capital fugado desde 1925-1998.
- No olvidamos que quien prometía una “democracia participativa y protagónica transfiriéndole poder al pueblo”, militarizó al país colocando a la mercenaria y nefasta Guardia Nacional en la vanguardia de la represión en Venezuela, disfrazada de Dispositivo Bicentenario de Seguridad.
- No olvidamos que quienes hoy usan como moneda de cambio la memoria de los camaradas y compañeros asesinados y desaparecidos por el ejército y las policías de la llamada IV República, son los continuadores históricos de ese mismo Estado, y representantes de un gobierno que actualmente reconoce, a través de sus órganos oficiales, que sus Policías, Ejército y Guardias Nacionales han ejecutado a más de 12.000 venezolanos y venezolanas en este periodo.
- No olvidamos que quien se enarboló como defensor de la clase obrera, fue el dirigente máximo de un gobierno que extendió la tercerización laboral a través de las Misiones, cooperativas y contratas tanto en el sector público como en el privado, congeló la contratación colectiva, criminalizó la protesta, redujo el salario real de los trabajadores, elevó la inflación a 1550% en 14 años, favoreció el sicariato laboral, el paralelismo sindical, dividió a la clase obrera, implantó el parasitismo de vivir del Estado sin trabajar, compitiendo deslealmente contra el salario y estabilidad laboral de los trabajadores. Pero además no olvidamos que este gobierno impulsó y consolidó el poder de una nueva casta de privilegiados conocida como la boliburguesía.
- No olvidamos que quien se reclamó socialista y seguidor de Marx, fue un acérrimo promotor del nacionalismo y el patrioterismo, y auspició como nadie desde el Estado, la difusión de la religión y el oscurantismo en sus más diversas manifestaciones. Hasta el punto de que sus herederos políticos pretenden convertirlo en el nuevo dios de la religión del Estado venezolano, y ellos en los sumos sacerdotes del templo.
- No olvidamos que hasta 1998 teníamos la infraestructura eléctrica más moderna de Venezuela y una de las mejores del mundo, construida a lo largo de cien años de trabajo obrero, y que esta fue literalmente despedazada por la camarilla militar y tecnócrata que dirigió  el sistema eléctrico de Venezuela. Hoy los apagones y cortes de luz, la vuelta a las viejas plantas termoeléctricas de hace sesenta años, en pueblos y ciudades, son una buena metáfora de la vuelta a la oscuridad y al atraso al que nos condujo el actual gobierno.
- No olvidamos la insolencia de un gobierno que hizo de los Derechos Humanos y la lucha contra la impunidad la base de una descomunal propaganda mediática, para ocultar la sistemática violación de los derechos fundamentales a los más humildes. Solo hasta el primer trimestre del 2009 -cuando la Fiscalía General de la República presentó sus últimas estadísticas- los cuerpos represivos del Estado habían cometido “oficialmente” más de 52.000 violaciones a los DDHH, y para el 2012 andaban libremente en la calle más de 130.000 homicidas -el 20 % funcionarios policiales activos- que no habían sido detenidos. Muchos de ellos asesinos sin rostro para la población, pero bien conocidos e identificados en los medios policiales.
- No olvidamos al gobierno que promulgó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en cuyo preámbulo invocó “el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes”, pero que en pleno siglo XXI  persiguió, criminalizó y enjuició al Cacique Yukpa  Sabino Romero Izarra, no conforme con ello ahora asistimos a la burla y al cinismo del Ministerio Público y  los llamados cuerpos de investigación que ya preparan la escena para que el asesinato de Sabino quede impune. Así mismo este gobierno abre un juicio militar al Cacique Pemón Alexis Romero, cuya suerte podría ser la misma del Cacique Yukpa.
En conclusión, a la hora de hacer un balance para rescatar la memoria histórica, pero sobre todo para avanzar en la lucha contra la dominación y a favor de  los intereses de los oprimidos, hay elementos fundamentales que no pueden obviarse. Desde este espacio hacemos un llamado a materializar la consigna PROHIBIDO OLVIDAR, subrayando que lo primero que tenemos que recordar y analizar son estos hechos recientes, estas cifras oficiales, estas historias frescas, cuyos protagonistas y víctimas se encuentran entre nosotros. Las  consecuencias de las políticas implementadas –en todos los órdenes- por este gobierno no solo la padecen las generaciones actuales de venezolanos, también terminarán padeciéndolas varias generaciones futuras de hombres y mujeres de este país. Negar, tergiversar y encubrir estas realidades nos convierte en cómplices, de nada valdrán luego las rectificaciones teóricas cuando en los hechos se ha actuado a favor de justificar el dominio y los intereses de las clases dominantes

11 NOTAS PARA ENTENDER EL FASCISMO CRIOLLO.



11 notas para entender el fascismo criollo

Américo Martín
Domingo, 12 de mayo de 2013







   Foto: Google
Luis Britto García
1 El fascismo fue un sistema de dominación con unos mecanismos represivos especiales. La nota esencial de ese sistema es el totalitarismo y entre los mecanismos represivos que le son propios cobraron fama especial los grupos armados, adiestrados y organizados bajo un mando superior, para aplastar disidentes y amansar manifestaciones no violentas.
2 El vocablo "fascismo" viene de los agresivos grupos fundados por Benito Mussolini en marzo de 1919 en Milán, en su programa del Santo Sepulcro. Germen del Partido Social Italiano, fueron denominados Fasci di combattimento. Fasci=Fascismo.
3 En la Alemania nazi actuaron, para idéntico propósito, las Shutztaffen (SS), bautizadas como grupos de terror en la Noche de los Cuchillos Largos. Por eso y por la alianza que Alemania e Italia configuraron en la Guerra Mundial se habló del nazi-fascismo: una sustancia con dos rostros: sistemas totalitarios y grupos violentos para masacrar disidencias.
4 Es insuficiente y erróneo afirmar que el fascismo sea un sistema emanado de la alianza del Estado con las capas más poderosas y reaccionarias del capital. ¿Cómo explicar que el vocablo se aplicara únicamente a Alemania e Italia y por extensión a Japón, pero no a EEUU, Reino Unido, Francia y demás naciones occidentales? Estos países eran economías maduras cuyos poderosos empresarios apoyaron con todos los medios posibles a sus respectivos Estados. ¿Por qué allá se configuraron regímenes totalitarios extremadamente represivos y en cambio aquí no ocurrió eso? De hecho, la Internacional, bajo la presidencia de George Dimitrov, trazó la línea de que los comunistas debían aliarse con los capitalistas democráticos para enfrentar juntos el nazi-fascismo. Stalin se alió con Roosevelt y Churchill contra los países del Eje.
Es obvio entonces que la fórmula: Gran Capital+Estado=Fascismo, no es válida, o a lo sumo lo sería en muy pocos casos.
5 Si vamos a la sustancia y no a la presunta procedencia del fenómeno, lo que se rechazó del nazi-fascismo fue su brutalidad totalitaria, su deseo de "expandirse" por Europa, Asia, África y eventualmente América. La voluntad de exportar la revolución más allá de las fronteras está igualmente en la naturaleza del sistema totalitario. Totalitarismosistema de dominación con prácticas paramilitares y voluntad de expandirse hacia el mundo, fueron rasgos notables del nazi-fascismo; pero también lo fueron del comunismo soviético desde antes del estalinismo.
6 Para justificar un proyecto tan avasallante fue menester implantar una nueva visión del mundo y ese fue el origen de la ideología única, la enemiga jurada del pluralismo y de quienes pensaran distinto.
Ideología única fue el nazismo. Ideología única el fascismo. Ideología única el falangismo e ideología única el marxismo-leninismo-estalinismo.
7.- Cuando Hanna Arendt escribió Los orígenes del totalitarismo ­y en obras posteriores­ abundó en el tema. Tomó un modelo bifronte: la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin y sus epígonos. En todo lo esencial el sistema soviético fue idéntico al nazi. No eran dictaduras simples, sino totalitarias. Su propósito era integrar a su dinámica todos los espacios grandes y residuales que aún no estaban plenamente ocupados, imponer una sola voluntad, legalizar un solo partido y dotarse de un jefe omnisciente convertido en deidad. Además: restringir las libertades de prensa, sindical, gremial y de huelga con el propósito final de eliminarlas. Controlar la educación, liquidar la descentralización y las autonomías, reescribir la historia para diseñar los hechos del pasado cual eslabones o etapas que pavimentaron su iluminada y sedicente revolución.
8.- En el ejemplo de aquellos dos países y en todos donde regímenes análogos hayan vencido, se repetirán seis componentes que ahora resumo: sistema totalitario mecanismos brutalmente represivos usando auxiliares especialmente crueles como los fasci, las SS o los "colectivos" ideología única partido único expansión de la sedicente revolución más allá de fronteras agobiante culto a la personalidad Fascismo moderno es eso y todo eso.
Que resulte de la alianza entre el gran capital o de un partido totalitario y el Estado, no es más importante que lo son sus diabólicos componentes.
9.- Contraponer el socialismo real al sistema fascista es un disparate. Son de la misma naturaleza. Causan los mismos daños y envilecen de la misma manera a la gente. Cinco años antes de morir, José Carlos Mariátegui, el más célebre y respetado de los comunistas latinoamericanos, escribió: "En los revolucionarios como en los fascistas se advierte análogo impulso romántico, análogo humor quijotesco." Hay más analogías que esas, José Carlos.
10.- Cuando acusan de fascista a la MUD incurren en un grueso error, a sabiendas. La MUD no incluye en su programa y sus actos nada parecido a un modelo que proscriba el pluralismo y destruya la disidencia. La MUD no organiza "colectivos" ni ataca actos del gobierno ni acopia armas ni deja de manifestar su deseo de reconciliación y vocación pacífica. Decir que sus líderes son "fascistas" no es serio ni justo.
¿Cómo podrían si respetan los derechos de todos más allá de sus discrepancias?
11.- En cambio llamar fascistas a los líderes del gobierno calza a la perfección en los conceptos arriba expresados. Su propensión es totalitaria: empuñan todos los poderes y quieren más, no dialogan, destruyen, imitan los fasci de Mussolini, generan un espeso odio propicio para afirmar el fundamentalismo y justificar los atropellos en nombre de un futuro feliz.
Que Diosdado apalee y luego acuse de ser fascistas a Borges o a María Corina es la típica mentira institucionalizada del viejo y el nuevo fascismo: hacer pasar a las víctimas como victimarios