viernes, 18 de octubre de 2013

AVANZADA PROGRESISTA: EL PROGRESISMO VENEZOLANO DEL SIGLO XXI.

AVANZADA PROGRESISTA: EL PROGRESISMO VENEZOLANO DEL SIGLO XXI. 

1.                    Venezuela en tres revoluciones.

    La Venezuela de comienzo del siglo XXI vive unos de los momentos históricos más complejos, dinámicos y contradictorios (dialécticos) de los que se tenga información documentada hasta ahora. Tres revoluciones (tres corrientes ) luchan por imponer sus modelos políticos en medio de circunstancias económicas excepcionales caracterizadas por una bonanza petrolera jamás conocida, por un clima de polarización política de grandes proporciones que enfrentan diariamente a dos naciones, es como si realmente existieran dos países en un mismo espacio geográfico, dos visiones del mundo y de la sociedad no solo distintas sino contradictorias lo cual conlleva a enfrentamientos políticos y sociales en todos los órdenes y entre los diversos grupos sociales y políticos.
   Sostenemos la existencia de dos naciones donde pugnan tres corrientes que tratan de imponer sus mecanismos de poder. La primera corriente se denomina:                                                           
A.- La Revolución Restauradora Democrática Liberal; a esta corriente pertenecen, fundamentalmente, aquellos individuos o grupos económicos, sociales y políticos que por más de cuarenta(40) años (1958-1999)ejercieron el poder en Venezuela logrando convertir al Estado Venezolano en un instrumento de acumulación de capital, cobijado claro está, bajo el manto de la renta petrolera. Esta renta al fin y al cabo no llegó al ciudadano común ni resolvió los principales problemas del país como la aberrante exclusión social, la pobreza, la baja calidad educativa, la seguridad social integral , el acceso a las tierra por parte del campesinado y otros más que unidos a la corrupción galopante de la dirigencia política y económica y la mediocridad de los gobernantes, dieron como resultado el agotamiento del modelo de democracia representativa el cual terminó siendo un modelo políticamente opresor , económicamente neoliberal y socialmente excluyente. La responsabilidad sobre este proceso recae sobre la social democracia y el social cristianismo venezolano, representados, fundamentalmente en los partidos Acción Democrática (AD) y el  partido social cristiano Copei.
   Quienes asumieron la direccionalidad de ese modelo político crearon las condiciones para convertir a los partidos políticos en organizaciones al servicio de grupos sociales dominantes, de políticos convertidos en banqueros, de dirigentes sindicales en millonarios mafiosos sindicalistas, en diputados y senadores que solo servían como mensajeros legislativos de los grupos dominantes económica y mediáticamente, de militares serviles y negociantes; mientras que por otro lado se iba creando otra Venezuela, la Venezuela ausente de los negociados de la renta petrolera, de la repartición de dólares, de los viajes a Miami, la Venezuela excluida que al fin y al cabo era la mayoría. Esta clase política suponía que con el engaño de medios de comunicación que a través de la propaganda aseguraban adormecer la conciencia del pueblo y la entrega de las migajas que caían de la piñata petrolera se garantizaba la continua explotación y sometimiento del pueblo venezolano.
   Responsables de esta situación aún sobreviven por allí y no pierden sus esperanzas de recuperar sus groseros privilegios, estuvieron presentes el 11 de abril de 2002 cuando traicionaron las gloriosas jornadas del pueblo caraqueño en su empeño por pedir justicia y respeto a la dignidad humana , estos restauradores, terminaron entregando el movimiento social a una dislocada derecha reaccionaria apoyada por los intereses de los dueños de los grandes medios de comunicación y de aquellos que habían saqueado al país por cuarenta años, de esta manera se vieron apoyados y soportados por militares ciegos de poder.
   Estos restauradores  evocan y construyen una excusa política, tal como sucedió el 23 de mayo de 1899 cuando Cipriano Castro desde Colombia invade a Venezuela, acusando al gobierno de Ignacio Andrade de haber violado la constitución nacional de 1893, la cual restauraría el movimiento castrista, (restauración liberal). Así, estos restauradores liberales y neoliberales, de hoy, abrigan alguna esperanza de volver al poder con la excusa de que el actual régimen violenta la constitución nacional de 1999, cuando es una verdad histórica el llamado a votar en contra de la misma que estos sectores hicieron en ocasión del referéndum aprobatorio de dicha carta magna. Hoy a comienzos de la segunda década del siglo XXI siguen allí, pendiente a la menor oportunidad para tratar de conquistar el poder y volver a imponer sus mecanismos de dominio, andan disfrazados de demócratas o de socialdemócratas o de cristianos o socialcristianos y muchos de ellos de alguna forma han logrado fundirse con la nueva oligarquía bolivariana y continúan acumulando capital pero no pierden tiempo en conspirar para quedarse nuevamente con todo, como en los viejos tiempos. Comparten las ganancias con la nueva burguesía bolivariana pero a regañadientes, son como las aves de rapiñas que comen de todos pero nadie come de ellos.

B.- La segunda revolución es la llamada Revolución Totalitaria.
     Esta revolución tiene como característica fundamental la instauración de un modelo político totalitario basado en la lógica del poder propuesta y desarrollada por el argentino Norberto Ceresole. Esta concepción entiende el ejercicio del poder a través de una relación lógica entre el caudillo -  ejercito-partido - pueblo.
   Según Ceresole, en su libro, “Caudillo, Ejercito, Pueblo. La Venezuela del presidente Chávez.”(1999), el pueblo venezolano decidió transformar el modelo político de la siguiente manera:
    Hay entonces una orden social mayoritaria que transforma a un antiguo líder militar en un caudillo nacional. La transformación de aquel líder en este caudillo hubiese sido imposible de no haber mediado: 1) el golpe de Estado anterior no consumado y, 2) de no haberse producido la decisión democrática del pueblo de Venezuela del 6 de diciembre de 1998. Es una decisión democrática pocas veces vista en la historia moderna lo que transforma a un líder «golpista» en un jefe nacional. Hubo decisión democrática (6 de diciembre de 1998) porque antes hubo una militarización de la política (27 de febrero de 1989 y su contraparte inexorable, el 4 de febrero de 1992). Esas tres fechas están íntima e indisolublemente unidas. El anterior golpismo — la necesaria militarización de la política — fue la condición sine qua non de la existencia de un Modelo Venezolano posdemocrático. De allí que no deba sorprender a nadie la aparición — en el futuro inmediato — de un «partido» cívico-militar, como conductor secundario — detrás del caudillo nacional — del proceso revolucionario venezolano (1)
   Más adelante este autor señala el carácter revolucionario de este modelo pos-democrático de la siguiente manera:
   Todos estos elementos [«Orden», o «mandato popular»; líder militar devenido en caudillo o jefe nacional; ausencia de instituciones civiles intermedias eficaces; presencia de un grupo importante de «apóstoles» (núcleo del futuro partido «cívico-militar») que intermedian con generosidad y grandeza entre el caudillo y la masa; ausencia de ideologizaciones parasitarias preexistentes, etc.] conforman un modelo de cambio — en verdad, un modelo revolucionario — absolutamente inédito, aunque con claras tradiciones históricas, hasta el momento subestimadas y denigradas por el pensamiento sociológico anglo-norteamericano. (2)

   Como podrá apreciarse se trata nada más ni nada menos que de la concepción nazista del poder, donde un caudillo iluminado, líder único, convertido en hegemòn es quien direcciona el proceso histórico seguido de unas masas incapaces de generar su propio destino por lo cual entregan ciegamente su poder soberano, es decir su mandato, al líder infalible.
   En ese sentido debe entenderse que las masas venezolanas al decepcionarse del modelo político de democracia representativa liberal (neoliberal) no lograron traducir la realidad política en un proyecto de sociedad distinto sino que confiaron su decisión en un hombre, (caudillo) al cual entregaron sus esperanzas de lograr satisfacer sus necesidades más inmediatas no resueltas por el modelo anterior. No importando la orientación ideológica del proceso, de allí las distintas etiquetas con el cual se le  señala: revolución bolivariana, socialismo del siglo XXI, socialismo bolivariano, zamorano, guevarista, maoísta, fidelista y otros. Al fin y al cabo de lo que se trata es de la implantación de un sistema totalitario el cual deberá concretarse en el llamado Estado comunal. Es claro, que el Estado Totalitario Comunal en construcción, ha logrado el dominio político, económico e institucional de la Sociedad Venezolana, pero para instaurarse y reproducirse de manera definitiva necesita lograr y ejercer la hegemonía en dicha sociedad, no basta con tener el poder, es necesario ser hegemónico. Los resultados electorales de las elecciones parlamentarias del 26 de Septiembre del 2010, en la cual el oficialismo no obtuvo la mayoría  del voto popular  pero sí la mayoría de diputados en la Asamblea Nacional obligó al hegemòn a acelerar la construcción del Estado Totalitario Comunal, de allí, la aprobación del paquete de leyes denominadas “las leyes comunales” las cuales vienen a constituir parte  fundamental de la superestructura jurídica-política de este Estado, todo hecho a través de un golpe de estado continuado, pues cada una de estas leyes se hacen contraviniendo los principios constitucionales del estado democrático y social de derecho y de justicia, federal descentralizado, de participación y de justicia social. La radicalización de esta revolución totalitaria va a encontrar su punto más exigente a partir de la muerte del caudillo y de la evidente pérdida de poder electoral expresada en las elecciones del 14 de abril de 2013 cuando el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (Henrique Capriles) logra un contundente avance electoral y organizativo a tal punto de declararse ganador de esas elecciones y acusar al ente rector electoral de otorgar fraudulentamente la presidencia de la república al sucesor designado por el mismo caudillo poco tiempo antes de morir.
   La revolución totalitaria se basa filosófica y políticamente en el socialismo totalitario, el cual tiene su fundamento teórico en el marxismo ortodoxo y su ejecución practica en el socialismo soviético y cubano, entre otros. Así mismo, el aporte de ceresole viene dado en agregarle una particular especie de tropicalización del nazismo a estas tierras latinoamericana al considerar como  un revelador cambio social e histórico la conducción de los mismos a un caudillo o hegemòn, definiendo el proceso histórico como un hacer de un hombre predestinado y no como un proceso social, es el gendarme necesario del positivismo histórico del siglo XIX  venezolano mesclado con marxismo ortodoxo y una práctica política totalitaria (stalinismo-nazismo).
   Por otro lado, encontramos los fundamentos políticos programáticos de esta revolución totalitaria, en el llamado Proyecto Nacional Simón Bolívar, el cual comenzó a definirse desde el nacimiento del MBR-200 (el movimiento bolivariano revolucionario 200, es la génesis del MVR, movimiento quinta república y del PSUV, partido socialista unido de Venezuela) hasta esta fecha en el cual se concreta el “Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista 2007-2013”. Esta revolución basa su concepción económica en los principios de la sociedad comunista y toma como ejemplo a seguir el modelo impuesto por Vladimir Lenin en la Unión Soviética, es decir, el modelo de los soviets (consejos) como base primaria de organización social. De allí la organización de los consejos comunales en comunas estas en ciudades socialistas y  luego en distritos motores, toda estas estructuras direccionadas verticalmente desde el poder central totalizador. La eliminación de todo tipo de propiedad privada sobre medios de producción, bienes y saberes se convierte en una necesidad para poder construir este estado comunal, así como también toda instancia de organización social o política intermedia (gobernaciones, alcaldías, ONG, gremios profesionales, sindicatos, partidos políticos no oficialistas y otros) dado que su permanencia “impediría” la comunicación y relación directa entre el caudillo y su masa-pueblo.
   Es necesario recordar que este modelo de sociedad no solo fracasó rotundamente en aquellos países en los cuales fue implantado, sino, que al evaluar sus resultados nos encontramos que dichas sociedades se hundieron en el atraso económico ( pobreza generalizada), el estado totalitario anuló al ser humano y lo convirtió en un instrumento más de la producción, los seres humanos en esos regímenes no tuvieron derecho a tener sus propios pensamiento(el Estado pensaba por ellos),  no tuvieron derecho a expresarse libremente, ni a organizarse, la familia ya no era la “ célula fundamental de la sociedad” lo era la comuna, el ciudadano desapareció como sujeto de derecho y deberes y se convirtió en un esclavo del Estado, todos los medios de comunicación de masas eran del Estado, la educación en escuelas y universidades tenían la tarea de ideologizar a las masas para lograr la obediencia absoluta al Estado y la adoración al líder único. Esa es la revolución totalitaria que está en marcha en Venezuela a comienzos de la segunda década del siglo XXI.
   Es necesario aclarar, que al momento de escribir estas notas,(nos referimos a la primera versión de este articulo julio de 2011) el caudillo-presidente se encuentra atravesando por una enfermedad causada por un tumor cancerígeno, según sus propias palabras. Este evento imprevisto, coloca el clima político venezolano en una situación muy particular, sobre todo en los dirigentes seguidores del hegemòn quienes están completamente convencidos que la desaparición física del caudillo es la muerte de la revolución totalitaria, no hay entre sus apóstoles(palabras de ceresole) quien pueda capitalizar la relación emocional y afectiva que este tiene sobre las masas. En palabras de Ceresole, las masas le dieron un mandato fue al hombre físico (Chávez), lo convirtieron en su caudillo, no fue a un proyecto político.                         Ahora, el cómo caudillo impone el proyecto político y las masas lo aprobarán porque  siguen ciegamente al hombre, al líder único, al salvador de todos sus angustias materiales y espirituales. Si el caudillo-presidente muere la revolución totalitaria muere con él, si el caudillo se recupera las posibilidades de profundizar la revolución se acrecientan considerablemente, pues su recuperación y venida al país tendrá un altísimo contenido político-religioso, podrá lograr lo que siempre ha pretendido todo caudillo, el manto de religiosidad, será el mesías resucitado, el iluminado por la luz divina que estuvo en el umbral de la muerte  y que solo Dios pudo devolverlo a la vida , pues tiene una tarea que cumplir en la tierra para con las masas venezolanas y latinoamericanas, que además son cristianas. Es decir,  las masas profundizaran su relación afectiva y emocional con su caudillo. De allí, que la enfermedad del caudillo no es solo un problema de salud es un problema político que tiene que ver con la continuidad en el poder del modelo totalitario. Claro está, que para aquellos que sostenemos la propuesta democrática, tal cual está concebida en la constitución nacional actual consideramos que la salida no es en ningún caso la muerte del caudillo, la solución está en ganar espacios políticos y sociales haciendo una mejor propuesta que convenza a las masas de que la vía del Estado Comunal  no es la indicada.

. La radicalización de esta revolución totalitaria va a encontrar su punto más exigente a partir de la muerte del caudillo y de la evidente pérdida de poder electoral de la revolución totalitaria expresada en las elecciones del 14 de abril de 2013 cuando el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (Henrique Capriles) logra un contundente avance electoral y organizativo a tal punto de declararse ganador de esas elecciones y acusar al ente rector electoral de otorgar fraudulentamente la presidencia de la república al sucesor designado por el mismo caudillo poco tiempo antes de morir. Si bien es cierto que tomando en consideración la tesis de Ceresole de que el caudillo no tiene un sustituto de su mismo nivel, este (el caudillo) hizo una jugada maestra al designar en cadena de radio y televisión al señor Nicolás Maduro como su sucesor, ordenando a todos sus seguidores y cuadros políticos y militares acatar esa orden y todos ponerse a la orden del líder designado.

   Ahora bien, el liderazgo de la revolución totalitaria en manos de Nicolás Maduro ha comenzado a tener serias dificultades de avances por varias razones, entre otras: A) el líder designado por el caudillo no tiene el mismo nivel político, emocional ni comunicacional que si poseía el caudillo y con el cual mantenía a una importante parte de la población bajo su influjo. B) el caudillo se había convertido en el “Gran Padre” que mantenía a sus hijos (seguidores y apóstoles) férreamente controlados, es obvio que el actual dirigente de la revolución totalitaria no tiene ni cercanamente esa posibilidad de control político sobre sus propios dirigentes, lo cual se traduce en dispersión e insubordinación política dentro y fuera del partido de gobierno (Psuv), C) una profunda crisis económica y social que se traduce en un empobrecimiento generalizado de la población a pesar de disponer de miles de millones de dólares para repartir a través de “programas sociales”, los cuales en realidad son programas de control social y político a la población más vulnerable para sostener el poder.
Estos factores, entre otros, han obligado a la revolución totalitaria, a lo que ellos mismos han denominado “la radicalización de la revolución”, la misma se contextualiza en un ambiente protagonizado por unas elecciones municipales (diciembre 2013) las cuales según algunos estudios de opinión (a la fecha 15/10/2013) podrían ser desfavorable al oficialismo, de concretarse esta posibilidad la revolución totalitaria aceleraría su debacle electoral y no le quedaría otra alternativa más que intentar sostenerse en el poder por la vía de la instauración definitiva del modelo totalitario a través del llamado Estado Comunal. Previendo esta posibilidad el señor Maduro ha solicitado una Ley Habilitante, que en el caso venezolano son poderes especiales que le otorga la asamblea nacional al presidente de la república para legislar en las materias que desee y tenga interés.
Según nuestra interpretación política, esta ley habilitante conlleva a: A) Profundizar el capitalismo de estado a través de la intervención total de la economía; B) Instaurar definitivamente la súper estructura jurídica política del Estado Comunal(comunismo político propiamente dicho) ; C)Eliminar a las organizaciones políticas y sociales de corte democrático acompañado de persecución política y judicial a los líderes del sector democrático y D) Un estallido social, esto sería provocado por el régimen para ejecutar una limpieza política de los activistas medios y de base del sector democrático.
Por estas razones, podemos interpretar, que en estos momentos(octubre 15/2013), la revolución totalitaria se encuentra en su punto de encrucijada: se radicaliza instaurando definitivamente la dictadura (económica: capitalismo de estado y política: comunismo totalitario). Ya veremos que ocurre en los próximos tiempos.

C.- La tercera revolución es la Revolución Progresista.
   Se entiende por revolución progresista al proceso político, social e histórico por medio del cual el sujeto histórico de comienzos del siglo XXI reclama su participación política en el diseño y formulación del modelo de sociedad y en la elaboración participativa y protagónica de las políticas públicas. El ciudadano de comienzo del siglo XXI entiende el cambio social como un proceso de corresponsabilidad política  y no de simple delegación y se propone la participación en las tomas de decisiones desde la constitución de un poder horizontalizado, se entiende el paso de la democracia representativa a la democracia participativa, se entiende que la generación de eficientes mecanismos de control social y político sobre el poder conlleva a la transparencia necesaria para lograr una justicia social y de derecho, el ciudadano de esta década entiende que no habrá un cambio social verdadero sino se construye el escenario en el cual exista una verdadera inclusión social sin exclusión, donde el acceso a las riquezas que genera la nación responda fundamentalmente a criterios de equidad social, donde la acumulación de capital no sea el fin social, donde el desarrollo de las potencialidades del hombre sea respetado y desarrollado, donde la libertad del pensamiento y la expresión se conviertan en pilares fundamentales, donde el consenso basado en la razón dialógica se transforme en  la norma de comunicación de los hombres, donde la pobreza material y espiritual pasen a la historia como momentos desgraciados del subdesarrollo humano. Esta revolución progresista es en sí misma una revolución de la conciencia. Se asume los Principios Fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, título I,  como parte integrantes fundacionales de esta revolución y se analizan las experiencias de las distintas revoluciones ciudadanas o progresistas que comienzan a nacer en distintas partes del mundo, sobre todo en Europa.
   Lograr llevar a cabo esta revolución o modelo politico en Venezuela supone tres tareas inmediatas: 1) superar la mediocridad, improvisación y superficialidad  con la cual  la mayoría de los políticos presuntamente democráticos abordan la realidad venezolana. 2) hacer comprender a los ciudadanos porqué la revolución progresista es la vía por medio del cual el hombre podrá desarrollarse como ser humano en toda su dimensión. Lo cual obliga a la construcción de una alternativa política de contenido inclusivo que pueda ser asumido por las masas venezolanas como suyo. 3) explicar la presencia de actores que han sido corresponsables del desastre al cual llego el país como consecuencia del fracaso del modelo representativo y liberal (neoliberal) y hacer entender su cambio cualitativo y su apego a los principios de este modelo progresista. 
El país se encuentra en un momento histórico que amerita propuestas que realmente logren abonar un clima de confianza en sus ciudadanos que se traduzca en confianza en el futuro, no se trata de lo que pasó ni de lo que estamos viviendo, se trata de conseguir el rumbo para la construcción de ese futuro, no se trata de que la propuesta salga de los pensadores de una elite intelectual, la propuesta progresista de sociedad debe surgir desde abajo, desde la relación dialógica con los ciudadanos organizados, con mucho oído en el pueblo, con mucha humildad y sobre todo con mucha transparencia. Ser progresista no es solo un acto declarativo, es en esencia una forma de vida la cual parte de una visión filosófica y política que entiende que el ser humano es el centro de nuestra atención y acción que en última instancia busca lo que siempre el ser humano ha anhelado: la emancipación.


































2.        AVANZADA PROGRESISTA. EL PROGRESISMO VENEZOLANO DEL SIGLO XXI.

   En función de fortalecer la propuesta progresista para Venezuela, el parido político AVANZADA PROGRESISTA, hace el siguiente planteamiento tomando referencias de distintas experiencias en América Latina y revisando la bibliografía de la Fundación Equipo: Equidad y Progreso A.C. a través del trabajo de Pedro Salazar Ugarte, por lo cual estamos muy agradecidos, así como también, los principios políticos y sociales de nuestra constitución y de los documentos de las Naciones Unidas.

    VISIÓN:

Avanzada Progresista, como expresión del progresismo venezolano, es un proyecto político-social que concibe la construcción de una nueva sociedad basada en los principios universales de los derechos humanos así como en los principios fundamentales establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, todo ello fundamentado en el concepto de desarrollo humano, entendido este como aquel que sitúa a las personas en el centro del desarrollo, trata de la promoción del desarrollo potencial de las personas, del aumento de sus capacidades, oportunidades y posibilidades para el disfrute en libertad de la vida que valoran.

  MISIÓN:

-. Es misión principal de Avanzada Progresista organizar a todos los ciudadanos venezolanos que pretendan un cambio social de avanzada para lograr la conquista del poder político y con ello el Estado en función de materializar los siguientes objetivos:

A)    Superar el orden de capitalismo de Estado y de totalitarismo político impuesto en Venezuela por el llamado socialismo del siglo XXI.

-B).  Lograr la concreción y desarrollo del artículo dos (2) de nuestra constitución el cual expresa: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.”

C) .Construir un partido político que vaya al encuentro de los movimientos sociales y de la sociedad civil en general para lograr los objetivos planteados.

D) .Educar, formar y fortalecer la conciencia de ciudadanía  democrática y progresista en nuestros militantes y activistas.


   BASES SOBRE LAS CUALES SE SUSTENTA EL PROGRESISMO VENEZOLANO.

         Bases históricas universales.
-.Como la mayoría de movimientos progresistas del mundo, Avanzada Progresista se sustenta en los principios y anhelos que dieron origen a la revolución francesa de 1789, a saber: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Estos principios  han servido como modelos para construir la ruta del progreso moral, político y social que los distintos movimientos progresistas se han trazado, se han convertido en el parámetro para medir el progreso moral de la humanidad.
    B)   Bases históricas regionales.

           -. El anhelo de lograr una sociedad justa y decente en esta parte del mundo llamada       América latina data del mismo momento cuando las grandes potencias económicas del periodo mercantilista de los siglos  XV y XVI (España, Inglaterra, Francia, Portugal y Holanda) colonizaron nuestros territorios iniciando con ello el holocausto más terrible que haya conocido la humanidad, en ese proceso fue aniquilada casi toda la población indígena, esclavizada y marginada otro tanto y se dio inicio en nuestras tierras de la esclavitud de los negros traídos del continente africano, ello trajo como consecuencia la resistencia, rebeliones y sublevaciones de los explotados que aún se mantienen en nuestros días. Luego con el desarrollo del capitalismo moderno América latina pasa a ser una región que cumple la función de neo colonias de ese capitalismo llevando a nuestros pueblos a condiciones de miseria e inequidad las cuales aún padecemos y en los tiempos actuales, en la llamada globocolonización la situación se mantiene igual. Estas condiciones socio económicas de dependencia y opresión  han dado pie para que los latinoamericanos  hayan estado en una permanente lucha por la libertad, justicia, igualdad y por construirse su propio destino. Todas esas luchas históricas nutren con mayor fuerza nuestros propósitos de lograr una sociedad decente y justa.

C.-BASES POLITICAS SOCIALES UNIVERSALES.

Las bases políticas y sociales sobre las cuales se sustenta el progresismo venezolano son las siguientes:

C 1).-La Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La declaración universal de los derechos humanos fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la resolución 217 A del 10 de diciembre de 1948 en la ciudad de Paris. En la misma se establecen los derechos sociales, políticos y civiles de los seres humanos que habitan el planeta y sirve la misma como la brújula que orienta toda acción humana que procure el progreso en función de lograr una sociedad justa y decente.

PREÁMBULO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS:
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;
Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;
Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;
LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción

C. 2) EL CONCEPTO DE DESARROLLO HUMANO DEL PNUD.

El PNUD (programa de las Naciones Unidas para el desarrollo) ha realizado algunas de las mayores contribuciones al concepto de desarrollo humano al concebir el mismo como “un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos y que se traduce en la libertad general que deberían tener los individuos para vivir como les gustaría”.

Utilizando dicha terminología, el Desarrollo Humano es un proceso mediante el cual se busca la ampliación de las oportunidades para las personas, aumentando sus derechos y sus capacidades. Este proceso incluye varios aspectos de la interacción humana como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos y otros que son reconocidos por la gente como necesarias para ser creativos y vivir en paz. Para el PNUD las personas son la verdadera riqueza de las naciones y, por ende, el desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellas tienen para vivir de acuerdo con sus valores y aspiraciones. Por eso el desarrollo humano significa mucho más que el crecimiento del ingreso nacional per cápita, el cual constituye solamente uno de sus medios para ampliar las opciones de las personas.



C.2) DECLARACIÓN SOBRE EL PROGRESO Y EL DESARROLLO SOCIAL.
(Asamblea General de las Naciones Unidas. Resolución 2542, del 11/12/1969)

PARTE I: PRINCIPIOS
Artículo 1
Todos los pueblos y todos los seres humanos, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, nacionalidad, origen étnico, situación familiar o social o convicciones políticas o de otra índole, tienen derecho a vivir con dignidad y a gozar libremente de los frutos del progreso social y, por su parte, deben contribuir a él.

Artículo 2
El progreso social y el desarrollo en lo social se fundan en el respeto de la dignidad y el valor de la persona humana y deben asegurar la promoción de los derechos humanos y la justicia social, lo que requiere:
a) La eliminación inmediata y definitiva de todas las formas de desigualdad y de explotación de pueblos e individuos, de colonialismo, de racismo, incluso el nazismo y el apartheid, y de toda otra política e ideología contrarias a los principios y propósitos de las Naciones Unidas;
b) El reconocimiento y la aplicación efectiva de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos, sociales y culturales sin discriminación alguna.


D).-BASES POLITICOS SOCIALES VENEZOLANAS QUE SUSTENTAN EL PROGRESISMO.
La base fundamental política y social sobre la cual se sustenta el progresismo venezolana lo encontramos en la constitución venezolana, la cual fue aprobada a través de un referendo aprobatorio el 15 de diciembre de 1999 y proclamada por la Asamblea Nacional Constituyente el 20 de diciembre del mismo año, los principios y valores de la sociedad justa y decente que queremos construir se encuentran en el preámbulo y en los principios fundamentales de dicha constitución.

Asamblea Nacional Constituyente
PREÁMBULO
El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad;

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
TÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.

Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

Artículo 3. El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

Artículo 4. La República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.

Artículo 5. La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.
Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos


Artículo 6. El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables.

Artículo 7. La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución.

Artículo 8. La bandera nacional con los colores amarillo, azul y rojo; el himno nacional Gloria al bravo pueblo y el escudo de armas de la República son los símbolos de la patria.
La ley regulará sus características, significados y usos.
Artículo 9. El idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad.


3.        PRINCIPIOS GENERALES DEL PROGRESISMO.

1) Un progresista es alguien que se compromete con el cambio y que asume el reto de emprender las transformaciones que pueden mejorar su vida y su entorno.

2) El progresismo lucha por la emancipación social y moral –entendida como la liberación
de la subordinación y de la dependencia de las necesidades, las desigualdades, etc.- de los seres humanos.

3) El proyecto progresista debe ser el de una sociedad justa o, como la han denominado algunos filósofos contemporáneos, una sociedad “decente”; no en un sentido moral sino social: una sociedad cohesionada, incluyente e igualitaria) en el que todas las personas –sin discriminaciones puedan proponerse un plan de vida e intentar llevarlo a cabo.

4) En 1969, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 2542 (XXIV),
adoptó una Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo Social. Con la misma, de alguna
manera, trazó las coordenadas ideales de lo que puede considerarse legítimamente como progreso en el mundo actual. En ese texto, de hecho, encontramos conceptos que constituyen las metas del progreso y que, en esa medida, trazan las coordenadas
de una sociedad justa. Derechos humanos, libertades fundamentales, paz y justicia social,
básicamente, se erigen como las directrices del pensamiento legítimamente progresista.

5) La Declaración de la ONU es clara al respecto: “el progreso social y el desarrollo en lo social se fundan en el respeto de la dignidad y el valor de la persona humana y deben asegurar la promoción de los derechos humanos y la justicia social”

6) en el mismo documento se advierte que “… la tarea primordial de todos los Estados y
todas las organizaciones internacionales es eliminar de la vida de las sociedades los obstáculos y los males que entorpecen el progreso social, en particular males como la desigualdad, la explotación, la guerra, el colonialismo y el racismo”. De esta manera, a la vez que se trazan las coordenadas del progreso social, se advierten los males que  constituyen retrocesos.

7) El progresismo, de hecho, ante todo  es un movimiento igualitario que se coloca  del lado de los más débiles para enfrentar  y derrotar a las situaciones de privilegio. La  idea de los “derechos fundamentales como  los derechos del más débil” –acuñada por el  jurista italiano Luigi Ferrajoli- adquiere pleno  sentido en esta orientación.

8) Por eso los  derechos siempre han sido una defensa de  los débiles frente a los poderosos y siempre  seguirán siendo una causa emancipadora. En  ese sentido son el parámetro del progreso  y constituyen la bandera política ideal del  pensamiento progresista en el Siglo XXI.

9) ese proyecto debe tener una vocación transformadora de la realidad concreta en la que viven los seres humanos y no sólo una proyección teórica. Con otras palabras: debe ser un proyecto realizable y no un ideal inalcanzable. El eje de ese proyecto emancipador -como nos ha enseñado Amartya Sen- deben ser las personas concretas que viven en el mundo real.

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10) El pensamiento progresista, en síntesis, debe estar comprometido con un proyecto de sociedad decente. El contenido de ese proyecto será el parámetro del progreso.

11) Derechos sociales, derechos de libertad y  derechos políticos constituyen el eje articulador  del proyecto progresista.

12) De esta manera, el pensamiento progresista, puede combinar su compromiso con el  cambio con su vocación pacifista. Frente a la  reacción y contra la revolución, apuesta por la  reforma. Una reforma pacífica e institucional  en los medios pero profundamente ambiciosa  y emancipadora en los objetivos. ¿Qué proyecto  puede ser más ambicioso que el que se propone  generar las condiciones para que todas las  mujeres y todos los hombres puedan vivir una
vida digna y autónoma?

13) El progresismo es pluralista. Los ideales recogidos en los derechos sociales, de libertad y políticos se articulan sobre la base de un reconocimiento (que supone otorgar legitimidad y carta de identidad) a la diversidad social y a la pluralidad política.

14) No podría ser de otra manera: si el horizonte del progreso se ubica en la emancipación de las personas, entonces, el proyecto progresista debe ser necesariamente pluralista. Generar las condiciones materiales, sociales y
culturales para que cada quién, de manera libre, digna y autónoma, pueda proponerse un plan de vida e intentar llevarlo a cabo implica generar las condiciones para que todos los planes de vida sean posibles.




15) en el mismo documento se advierte que “…la tarea primordial de todos los Estados y todas las organizaciones internacionales es eliminar de la vida de las sociedades los obstáculos y los males que entorpecen el progreso social, en particular males como la desigualdad, la explotación, la guerra, el colonialismo y el racismo”. De esta manera, a la vez que se trazan las coordenadas del progreso social, se advierten los males que constituyen retrocesos.

16) Por eso los derechos siempre han sido una defensa de los débiles frente a los poderosos y siempre seguirán siendo una causa emancipadora. En ese sentido son el parámetro del progreso y constituyen la bandera política ideal del pensamiento progresista en el Siglo XXI

17) En esos contextos, la defensa de los más débiles puede considerarse legítimamente como una lucha por los derechos humanos. Es decir, una lucha por la libertad de las personas para pensar, decidir y expresarse por su cuenta; una batalla por el reconocimiento de la igualdad en la diferencia; una gesta por el derecho/poder para participar en las decisiones de la colectividad en la que se vive. De esta manera, con la denominación que queramos darle, la lucha por los derechos siempre ha sido una gesta progresista.

18) En este sentido, el progresismo, para avanzar necesita de la organización, la  movilización y la participación política y social desde abajo. Es una agenda genuinamente
democrática que no se construye desde el poder sino que se teje a pesar del poder y, si llega al poder, utiliza al poder para materializar su agenda. Esto no significa que ésta deba ser una agenda anti-institucional. Todo lo contrario: el movimiento progresista concibe a las instituciones como un medio de transformación social y no como un fin en sí mismas.

19) Frente a los discursos conservadores y las voces reaccionarias, el pensamiento progresista, se coloca del lado de los actores sociales que no se conforman con el estado de cosas actual y que asumen la responsabilidad histórica de cambiar las dinámicas sociales que han permitido que la desigualdad económica, la pobreza y la explotación social sean notas características de nuestra realidad.

20) El progresismo apuesta por la política y por su articulación democrática. El progresista
sabe que el Estado es un medio necesario para lograr la convivencia pacífica y para garantizar los bienes y principios que dan contenido a los derechos humanos o fundamentales de las personas. En ese sentido, el progresismo, constituye una agenda moderna y civilizatoria. Sabe que la alternativa frente a la violencia social es la política democrática. En ese sentido rechaza los proyectos anarquistas y se opone a los modelos autocráticos. Ni ausencia de estado ni autoritarismo de estado.
El progresismo se compromete con el estado constitucional y democrático de derecho que
es un estado fuerte pero limitado. (3)


   En resumidas cuentas, el futuro inmediato del país está por definirse en los eventos venideros, el año 2013-2015 (elecciones municipales y de la asamblea nacional) serán definitivo para las tres revoluciones, pero por encima de todo se decidirá la suerte entre el totalitarismo de esencia comunista  o la gobernabilidad democrática basada en la constitución nacional de la república bolivariana de Venezuela teniendo como norte los principios del modelo de sociedad progresista.

PROFESOR FREDDY  ALBERTO PEREZ
En la ciudad de Cabudare a los 17 días del mes de octubre del 2013

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BIBILOGRAFIA.
(1). Ceresole, N. (1999).Caudillo, ejercito, pueblo. La Venezuela del Presidente Chávez. (Libro en línea). Analitica.com Disponible: http://www.analitica.com/biblioteca/ceresole/caudillo.asp. (Consulta: 2011, julio 04)
(2). Ídem

(3)Salazar, U. (s/f). Progreso y progresismo. (Texto en línea). Disponible:                                    http:/www.fundaciónequipo.org. (Consulta: 2013, octubre 15)