martes, 26 de noviembre de 2013

GOLPE CONSTITUCIONAL A LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA.

 Avanzada Progresista denuncia golpe constitucional a la democracia venezolana

ap25nov2Según esta organización política, el gobierno madurista al llevar a la practica la denominada Ley Habilitante intenta la consolidación definitiva de un estado autoritario y militarista, para de inmediato comenzar a violentar todos los derechos individuales, colectivos, económicos y sociales de la población.
Freddy Pérez, vocero del Comité Ejecutivo de Avanzada Progresista, advirtió que con esta ley entramos en una etapa que puede ser muy grave para el país, “por el costo social y político que puede ser muy doloroso en los próximos años, dado que con este instrumento legal lo que se quiere es enmascarar un golpe de Estado constitucional”, acotó.
Con la gaceta oficial en mano citó dos puntos,  el artículo 1, literal D, en el que se retrae nuevamente la doctrina de la “Seguridad Nacional”, que fue aplicada en América Latina durante las décadas de los 60,70 y 80  por los cuerpos de feroces dictaduras del continente que costaron miles de vidas humanas.
“En el citado literal el Gobierno pretende a través de estas leyes constitucionales dictar normas que sancionen las acciones que atenten contra la seguridad y defensa de la nación, las instituciones del estado, los poderes públicos y la prestación de servicios públicos indispensables para el desarrollo y la calidad de vida del pueblo, esto es copiado prácticamente por las leyes que hicieron los dictadores del cono sur, inventando un enemigo interno y desde allí, partiendo de esa ley se pretende restringir y limitar toda manifestación que la ciudadanía pueda hacer para luchar contra el alto costo de la vida, inseguridad, etc.”, subrayó Pérez.
En cuanto al literal E, artículo 1, Pérez manifestó que se establece el combate al financiamiento ilegal de los partidos políticos, “acción que ni siquiera el fallecido presidente Chávez se atrevió a ejecutar, cuando mucho quitó el apoyo económico del CNE”. Con todo esto, indicó, se pretende poner contra la pared a las organizaciones democráticas y perseguir a quienes creen en los partidos como soporte de la democracia.
Por último Avanzada calificó la habilitante como una “ley fascista” que no dará respuesta a las necesidades de abastecimiento de alimentos, incremento de la productividad nacional de bienes, empleo, lucha contra la corrupción, entre otras. “Esta Ley Habilitante en plena recta final de la  campaña electoral lo que persigue es meterle miedo a la población para que no vote. Nosotros entendemos que en el caso de Lara este pueblo no se arrodilla y el Gobierno cree que metiéndole miedo a la gente se va a quebrar la posibilidad y la voluntad política que tiene el pueblo de expresarse el 8 de diciembre”, finalizó Freddy Pérez. 
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Omer Carrizo

domingo, 24 de noviembre de 2013

HOLODOMOR: Genocidio en Ucrania/Hecho en socialismo.

Holodomor: Genocidio en Ucrania


Holodomor, palabra que significa la “Gran Hambre” en ucraniano, fue uno de los mayores genocidios pertetrados por la Unión Soviética en el que fueron liquidados por inanición millones de seres humanos.
Antecedentes
Ucrania, Kazakhstán y la Ciscaucasia fueron las regiones más castigadas desde que Iósif Stalin diseñara planes especiales para estas poco después de su llegada al poder en 1924. Las causas fueron diversas, pero la principal fue el inicio de la colectivización forzosa y la llamada “Deskulakización” en 1929 que terminó con la deportación de casi 2 millones de campesinos para colonizar las regiones inhóspitas de Rusia, dejando los campos vacíos de trabajadores cualificados.
Los destacamentos de la Dirección Política del Estado (GPU), practicaron unas requisas de grano y trigo tan abusivas que condenaban al suelo a no tener el tiempo necesario ni las semillas suficientes para nuevas cosechas. Mientras que para un huerto normal la cantidad de grano que debía aportar al Estado era del 12%, para los animales del 25% y para los campesinos o trabajadores el resto del porcentaje de excedentes; en el año 1930 la URSS requisó increíblemente para sus arcas el 30% en Ucrania, el 33% en Kazakhstán y el 38% en la Ciscaucasia, cifra que ascendió exagerdamente en 1931 al 41′ 5% en la primera, al 47% en la segunda y al 39′ 5% en la tercera. Aquella ambiciosa requisa por parte de la GPU marcó a todos esos lugares para que sufrieran una carencia alimenticia y una crisis rural sin precedentes.
La “Ley de las Espigas” decretada el 7 de Agosto de 1932, fue una se las iniciativas para subyugar a todos aquellos que se posicionaban en contra de las requisas. La normativa preveía la detención y condena de todos los individuos que robaran alguna espiga de trigo o cebada para comer. Primero se castigó con prisión a los ladrones, llenándose hasta el tope grandes centros penitenciarios como Balashevo o Elan. Pero tantos eran los saqueos por encontrar algo de comida que al final se hubieron de implantar tribunales que pudieran dictaminar penas de muerte a los saqueadores. Bajo esta la “Ley de las Espigas” unas 125.000 personas fueron encarceladas y otras 5.400 ejecutadas.
Represiones a campesinos
A pesar de todas las medidas económicas o represivas para acelerar la colectivización y la recogida de las cosechas, las pérdidas de grano eran abismales. Stalin impaciente por la situación envió a dos comisarios para superviar los trabajos: Vyacheslav Molotov a Ucrania y Lazar Kaganovich a la Ciscaucasia.
El Cáucaso desde Noviembre de 1932 fue un foco de resitencia ante las abusivas colectivizaciones agrarias. Los comunistas no pasaron por alto las quejas de este colectivo, especialmente de los ciscaucásicos como chechenos, daghestanos o ingsetios, e iniciaron una dura campaña de deportación. Para finales de año 71.236 caucásicos habían sido envíados a campos de concentración llegando la cifra hasta los 268.091 en 1933. En Kazakhstán pasó algo similar cuando miles de kazakos se rebelaron al ver como su economía nómada tradicional era destruida por el poder soviético, ya que habían acabado con el 80% del ganado, lo que derivó también en represiones contra este pueblo mayoritariamente ganadero.
Requisas forzosas de grano que los soviéticos se llevan en camiones, arrebatando de este modo la única fuente de subsistencia de los ucranianos.
Si las sanciones adoptadas contra los campesinos ya habían sido draconianas, lo peor estaba por llegar. Como en el campo se vivía un clima de guerra total entre los grupos agrarios y las tropas de la GPU, tensiones en las que había auténticos asaltos a los almacenes de alimentos, seguidos de una represión violenta por parte soviética en el que se debía aplastar a cada sospechoso en cada casa y en cada aldea, trabajo muy lento y costoso; Stalin decidió poner fin a todo aquello de una vez por todas. La solución fue simple: como exterminar a millones de campesinos mediante la fuerza bruta era prácticamente imposible, se los liquidaría de la manera más rápida mediante el hambre forzoso.
El decreto del Politburó restringió los alimentos destinados a los campesinos que no hubieran cumplido con los plazos de entrega de las cosechas, es decir, la gran mayoría en Ucrania, en el Cáucaso Norte y en Kazakhstán. La respuesta campesina fue sencilla, pues como se les había prohíbido comer en el campo, marcharon a las ciudades, sobretodo hacia las ucranianas, las cuales todavía estaban abastecidas. Pero los soviéticos lo habían previsto todo al detalle. Así que cuando comenzaron a llegar los primeros campesinos a las urbes, el 22 de Enero de 1933, el Partido Comunista de la URSS instauró una de las normativas más polémicas de su Historia: la negación de acceso a los campesinos dentro de las ciudades. Tal orden de Stalin condenó a millones de agricultores y ganaderos sin comida, ni dinero, ni hogar, a morir de hambre en medio de la naturaleza, algo que se conocería como el Holodomor.
La Gran Hambre
A inicios del invierno de 1933 se levantaron muy rápidamente perímetros militares de la GPU y el Ejército Rojo en torno a todas las ciudades de Ucrania y la Ciscaucasia. Se tendieron líneas de alambradas y se cortaron las carreteras y nudos ferroviarios. Simultáneamente la Marina Roja bloqueó todos los puertos ucranianos para impedir que entrase una sola mercancía o alimento. Todo el que se acercaba a las zonas de seguridad podía ser disparado o ametrallado, cuando no capturado y torturado.
El hambre comenzó a aflorar entre la clase campesina. De la sensación de hambre los primeros días, la gente comenzó a tener el vientre hinchado mientras la piel iba secándose. Después llegó el frío invernal y el duro calor de verano. Millares de personas fueron cayendo como moscas destruidas por el hambre. A la gran cantidad de muertes se sumaron las epidemias como el tifus que incrementó la tragedia. Para controlar la gran cantidad de muertos los soldados soviéticos cavaron inmensas fosas comunes en las que depositaron los miles de cadáveres que traían vagones de tren llenos hasta los topes.
Muertos por inanición se extienden por las calles de Ucrania.
Diversas dependencias y perímetros de concentraciones rurales se dispersaron por toda la geografía ucraniana. Si el hambre ya era aterrador, también lo eran las muertes por torturas que la GPU aplicaba a todo aquel ucraniano, caucásico o kazako que intentaba salir de su zona de reclusión. Uno de los métodos aplicados para matar era dejar en un hangar desnudo a una persona para que muriera de frío, o bien prenderla fuego con gasolina, incluso hubo un caso de un centro de tortura en Napalovski en el que se tostaban a los presos sobre un plancha metálica al rojo vivo.
Uno de los sucesos más tristes del Holodomor fueron los niños abandonados. Una táctica que utilizaban muchos padres y madres para intentar salvar a sus hijos era acercarse a las ciudades e infiltrarlos en centros de acogida. De este modo muchos niños pudieron entrar en las urbes tras despedirse de unos padres a los que ya no volverían a ver nunca porque les esperaba una muerte segura. Lo más siniestro de este capítulo es que la gran mayoría de centros de acogida para los niños procedentes de las áreas rurales dentro de las ciudades fueron desmantelados por las autoridades soviéticas. Entonces, una vez capturados aquellos millares de niños por los soldados soviéticos, fueron transportados en trenes de mercancías a entre 50 y 60 kilómetros de las ciudades para abandonarlos en medio del campo, en plena interperie, donde el hambre o el frío les irían provocando una muerte muy lenta que podía durar días mientras lloraban en compañía de desconocidos y sin el calor de sus padres.
Kharkov, conocida en el extranjero como “Jarkov”, fue una de las ciudades más castigadas por el hambre, que también la hubo como en el campo, aunque a menor nivel. Por las calles se veían cientos de hombres y mujeres tiradas en las aceras que se iban quedando en los huesos hasta consumirse. El centro infantil de Golodnaya estaba atestado con 8.000 niños hambrientos que tenían los vientres hichados, pocos de ellos sobrevivirían. Cada noche se sacaban hasta 250 personas sin vida a causa de la inanición. Los más desesperados rajaban a los cadáveres y se comían los hígados. Durante el Holodomor murieron 120.000 ciudadanos en Kharkov. Otras urbes como Krasnodar tuvieron 40.000 muertos y Stavropol 20.000, mientras que varios miles más hubo en Kíev, Dnipropetrovsk, Poltava, Vinnitsa y Humani.
Lamentable estado de los niños ucranianos que fueron los primeros en morir por el hambre. Gran parte de una generación fue eliminada en este genocidio.
Hubo también casos de hambre en algunas zonas de Rusia y Siberia, aunque en mucho menor grado. Por ejemplo las áreas rurales en torno a Moscú la hambruna se desató en un 50% sobre los campesinos, mientras que en la región central de Ivanovo un 35%.
Respuesta internacional
Desde el extranjero lo que estaba sucediendo en Ucrania fue silenciado de una manera cómplice y abrumadora. Especialmente jugó un papel importante el Kommintern (Internacional Comunista), que a través de todos los partidos comunistas repartidos por los diferentes países del mundo, hicieron una efectiva propaganda que desvió la atención internacional. El caso más famoso fue en Francia cuando el diputado del Partido Radical y ex-Primer Ministro, Édouard Herriot, viajó en 1933 a Ucrania en una excursión organizada por las autoridades soviéticas para demostrar al mundo que allí no estaba sucediendo nada, sus palabras fueron: “He atravesado Ucrania. ¡Pues bien, afirmo que la he visto como un jardín a pleno rendimiento!” Evidentemente el viaje de Herriot fue un montaje, pues no le mostraron las verdaderas granjas donde el hambre mataba a la gente.
Francia no fue la única nación, ni tampoco la única democracia que ignoró el genocidio de Ucrania. Gran Bretaña o Estados Unidos hicieron lo mismo, igual que el inefectivo organismo de la Sociedad de Naciones. Varios diplomáticos italianos destinados en Kharkov, Odessa y Novorossisk informaron a Benito Mussolini de lo que estaba sucediendo, pero este asombrosamente decidió hacer oídos sordos a pesar de la publicidad que podía haber hecho a favor del fascismo y en contra del comunismo, ya que desde hacía tiempo buscaba un pacto de amistad y comercio entre la Italia Fascista y la URSS, cosa que curiosamente se firmó aquel mismo 1933.
Tanto por parte de las democracias, como por parte de los fascismos, la complicidad con los comunistas fue decisiva a la hora de complicar un genocidio que ya de por sí estaba siendo terrible.
Conclusión
Al iniciarse el año 1934 la hambruna llegó a detenerse ante el exterminio de millones de personas y el Holodomor tocó a su fin.
El Holodomor fue una de las tragedias humanas por hambre más grandes en la Historia. Durante este genocidio murieron más de 9 millones de personas. Entre las víctimas se contabilizaron 7 millones de ucranianos, 1 millón de norcaucásicos y 1 millón de kazakos. Además la hambruna afectó hasta un total de 40 millones de personas en toda la URSS.
Durante años el Holodomor fue motivo de un silencio sepulcral, tanto por parte de la Unión Soviética, como por parte del resto de países en el mundo. Únicamente al caer la URSS en 1991, numerosas naciones y un gran número de historiadores empezaron a reconocer el suceso como genocidio. De hecho Ucrania calificó al Holodomor como un exterminio en masa xenófobo contra el pueblo ucraniano, motivado por el odio que tenían los comunistas a esa nación por su deseo de ser independiente; pero lo cierto fue que muchas otras regiones padecieron la devastodara hambruna. Quizá la causa más verídica del desastre fue el odio de Stalin a colectivos como el ucraniano, ciscaucásico o kazako, a los que castigó con el único fin de echarles la culpa de su fallida política económica.
Fuese como fuese el reconocimiento histórico o moral de los sucesos entre 1933-1934 en el llamado Holodomor, fue uno de los mayores genocidios cometidos en la Historia y uno más de los grandes horrores que vivió el mundo en el siglo XX.

Bibliografía:
Stéphane Courtois, El Libro Negro del Comunismo. “Capítulo 7.La gran hambre”, Ediciones B (2010), p. 2213-236
http://en.wikipedia.org/wiki/Holodomor
http://granguerra.crearforo.com/hambre-en-ucrania-genocidio-es850.html

"LAS INVASIONES BARBARAS".

“Las invasiones bárbaras”

 
 
 
 
 
 
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Marcelino Bisbal
El Nacional
Si en 1999 nos hubiesen proyectado la película que hemos visto, que seguimos viendo los venezolanos a lo largo de todos estos años, hubiésemos dicho tajantemente que no podía ser, que todo había sido y es pura ficción y de la mala. Pero resulta que no es ficción, se trata de un drama que poco a poco se ha ido convirtiendo en barbarie. De ahí, el título que le podríamos dar a esta realidad es el de “las invasiones bárbaras”. Título que nada tiene que ver con la cinta del canadiense Denys Arcand cuando nos presentó la estupenda historia que muestra una experiencia vital fronteriza encarnada en el último respiro de vida de su protagonista Rémy.
A la Venezuela del presente “las invasiones bárbaras” nos están diciendo que estamos en presencia de lo que el prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento definió como la antinomia civilización frente a la barbarie. Quizás, más cerca en el tiempo, el diálogo entre T. W. Adorno y Max Horkheimer cuando de una forma desesperada le decía Adorno a Horkheimer:
“Hay que salvar la Ilustración de la barbarie imperante por doquier. Nuestro tema es determinar la salvación de la Ilustración, la relación positiva entre lo absoluto y el pensamiento”.
Después de los hechos de la Segunda Guerra Mundial, de sus estragos, de los campos de concentración y de exterminio, del Holocausto, de Auschwitz y, en definitiva, del horror humano, la barbarie debe ser dejada de lado para que no se repitan esos hechos y aparezca la civilización como resultado de la Ilustración. En suma, para que no caigamos más nunca en lo que el poeta Rafael Cadenas llamó “los extravíos colectivos”.
Esos extravíos, producto de la barbarie, es lo que estamos viendo en estos tiempos. La escena que todos vimos una noche, además en una cadena nacional de las tantas que hemos tenido a lo largo ya de casi quince años, fue toda una sorpresa escalofriante. El presidente Maduro vociferó: “…Que no quede nada en los anaqueles”. Y ¿el ciudadano? se lanzó a las calles, de manera tumultuosa, sin freno y además con el debido permiso. Nuevamente el presidente en la pantalla del televisor diciendo: “Ha sido una sacudida económica necesaria”. ¿Qué interpretación le podemos dar a esas dos proclamas desde el poder? La primera que se nos ocurre presentar, no es ni más ni menos que “la desvergüenza del poder contra el derecho”. La segunda tiene que ver con la propia expresión del lenguaje usado en boca de un primer mandatario. Me viene a la memoria aquella idea del analfabetismo funcional que Wittgenstein –filósofo, matemático, lingüista y lógico austríaco– intentara explicar y definir con la siguiente cita: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Sumando ambas ideas la mezcla resulta explosiva, con toda seguridad deleznable. Es la presencia de la barbarie en contra de la civilidad. Es decir, en nuestra comarca y fuera de ella sería la razón y el sentido común que nos hace libres, que nos emancipa, frente al “colectivismo tribal” que se dibuja en la avalancha de actos que hemos visto en estos meses, en estos días, expresados por la incompetencia y la ineptitud del sistema que se nos quiere imponer muy poco a poco, pero con gran efectismo y efectividad.
La pregunta: ¿dónde y cómo quedamos los ciudadanos en todo este drama? No salimos bien parados. De alguna manera hemos sido arrastrados por esa violencia verbal del poder que nos quiere aniquilar la memoria de lo que fuimos. Porque nosotros no éramos así y ahora resultamos unos extraños, unos desconocidos frente al espejo del tiempo. Releyendo al periodista polaco Ryszard Kapuściński en El Imperio (1994) me refiere una cita del escritor Vladimir Soloújin que decía: “Todo esto se hizo en nombre de crear un paraíso en la tierra. ¡Paraíso! ¡Ja, ja! Y hoy andamos sin pantalones”. Y más adelante cita a otro escritor que con tono de crítica mezclada con desesperación expresa: “Hemos perdido la razón, hemos perdido la conciencia, hemos perdido el honor. Cuando veo en derredor, no veo más que barbarie”.
¿Exageramos? Es posible. Pero bien vale la exageración para darnos cuenta de que por este camino emprendido no vamos más allá del puro desorden. Y este des-orden es la expresión de la barbarie frente a la civilización.

AQUÍ VA A PASAR UNA VAINA.

“La vaina está muy jodía, aquí va a pasar una vaina”.

   Cada vez que uno tiene el ritual de ir “hacer mercado”, o de hacer colas para lograr conseguir cualquier producto de primera necesidad en esta Venezuela petrolera se establecen conversaciones basadas en el sentido común y de la percepción que tienen las personas de lo que ocurre en el país. La gente comúnmente no tiene esa preparación “científica” para hacer análisis interpretativos politológicos o sociológicos que le permitan tener una “comprensión científica de la realidad”, de allí que las conversas se rigen por el sentido común, por lo que la gente ve, siente y sufre a diario. Esa cotidianidad, que el caso de Venezuela, se ha convertido en el compromiso de sobrevivencia diaria de las familias, también es la fuente del conocimiento que se produce por una especie de mescla entre empirismo, pragmatismo, utilitarismo e instintos de sobrevivencia, lo cual le da las herramientas a las personas para valorar, hacer juicios y tomar decisiones y posiciones a la hora de una vaina. La vaina es la palabra por la cual el venezolano designa contenidos a conceptos, hechos o eventos y la cual describe de manera genérica las características de los mismos.
   Cuando se dice “aquí va a pasar una vaina”, decimos  que en el país va ocurrir un evento socio político producto de la grave crisis en la cual vivimos y esa vaina necesariamente va a cambiar de alguna manera la situación planteada. Lo que no sabemos es cuando, como y que características u orientación tendrá la vaina. Es la intuición natural-social, es la lectura producto de la sobrevivencia la cual lleva al venezolano a prepararse para la vaina que viene.
   La vaina es muy sencilla en el proceso de producción del conocimiento de sobre vivencia, veamos: al venezolano vive de vaina con un salario mínimo que es el de los más “mínimo” en América, sabemos que cuando dividimos el salario mínimo = 2.973 Bs (noviembre 2013) entre el precio real del dólar = 62 Bs(al 23/11/13)  el resultado es que el salario mínimo equivale a 47,95 dólares mensuales, uno de los peores salarios del mundo, la vaina esta que el gobierno pretende hacernos creer que todo lo que importamos(Venezuela importa más del 70% de lo que consume en alimentos y más del 80% en otros bienes y productos) viene dado por el llamado dólar oficial(6,30 al 23/11/13), pero además el régimen calcula el salario mínimo en base a ese dólar oficial lo cual establece el salario mínimo en 471,90 dólares. Pero el venezolano sabe que la vaina no es así, el sabe que el repuesto del vehículo sube todos los días porque el comerciante lo compra a dólar libre porque si se pone a esperar que CADIVI le venda los dólares a precio oficial nunca va a lograr hacer nada, esa vaina la sabe todo el mundo, es decir el salario en Venezuela se calcula a dólar oficial pero el consumidor compra a dólar libre, esa es la vaina verdadera.
      Ahora bien, el venezolano ante tal situación busca alternativas al ingreso es lo que llamamos el “rebusque”, cada quien hace distintas vainas con el fin de rebuscarse una vaina para sobre vivir, no importa que la vaina que hagas sea legal o ilegal al final en Venezuela eso es la misma vaina.
   Aquí toda las vainas se conocen y se toleran, desde el policía que trabaja en combinación con el delincuente para robar, secuestrar o vender drogas, pasando por quien trabaja con  todo tipo de contrabando o aquel que en el barrio convive y acepta a sus delincuentes porque de alguna manera se beneficia con el delito o el profesor universitario que sale de su salón de clases a piratear(en Venezuela eso significa trabajar de taxista de manera ilegal con una alta probabilidad de ser asesinado) o la muchacha universitaria convertida en damas de compañía(en Venezuela significa joven prostituta elegante y de alto costo) o el funcionario público que ya tiene establecido una tarifa por prestar un servicio a cualquier ciudadano o el fiscal del ministerio publico el cual junto al juez de la causa y los policías investigadores cobran altas cifras de bolívares por resolverle la vaina a los delincuentes o las madres convertidas en buhoneras(en Venezuela significa: comerciante informal) la cual se ve precisada a dejar a sus hijos a solas durante todo el día solo con el fin de buscar dinero para mantenerlos (en Venezuela más del 40% de los hogares dependen de las madres) o la madre que sabe que su hijo vende drogas pero calla al saber que esa vaina es su única fuente de ingreso o el funcionario recién llegado a un cargo público y en poco tiempo se convierte en multimillonario o el pastor evangélico que monta una vaina, es decir un gran negocio con la venta de creencias y perdones, o el cura de la iglesia que hace parir a las carajitas más bonitas que van a su misa o el comunista de la década de los 60 y 70 que hoy son grandes ricos y viajan en aviones privados pero siguen engañando a los pendejos con una presunta revolución al servicio de los pobres o el ciudadano que vende su voto al partido de gobierno por una bolsa de comida o por la promesa de una vivienda o la persona que se convierte en fanático político porque desde el partido le dieron un cargo público(en Venezuela 1999 habían 1.8000.000 empleados públicos al 2013 pasan de 4.000.000 las personas que dependen directamente de la nomina del Estado) o el presidente que se le ocurre la vaina de decir que habla con pajaritos y se le aparece el espíritu de Chávez o el presidente que en medio de esta vaina dice que necesita comprar otro avión presidencial o las hijas de Chávez que se les ocurrió la gran vaina de apropiarse indebidamente, es decir robarse, la residencia oficial de la presidencia solo porque son hijos de Chávez o los militares de alto rango que son buscados por la DEA por el delito de tráfico de drogas pero aquí son unos héroes y ostentan grandes cargos, vehículos y mansiones o los militares contrabandistas de alimentos y gasolina o los militares extorsionadores o los pocos militares honestos que perdieron los testículos y le tienen miedo a la vaina o los militares  traficantes de oro o el empresario que junto a políticos y militares del chavismo aprovechó el control de cambio e hizo grandes negocios donde la corrupción solo es parte del proceso administrativo o el ciudadano que se acostumbró de vivir de las misiones del gobierno y no trabajó más y solo consume la poca vaina que el gobierno le regala o las personas que amanecen de un día para otro haciendo colas para comprar comida en el MERCAL (en Venezuela significa red de mercados del gobierno donde se subsidia entre el 60% y el 80% del costo real de los alimentos básicos) y solo le venden uno o dos productos de cada rubro y con esa vaina se conforman o el vocero del consejo comunal que se convierte en caudillito en su barrio y mantiene una especie de dictadura contra sus habitantes y el habitante que se deja chantajear políticamente o el joven que debe militar en el partido de gobierno para lograr un cupo universitario con beca incluida o los miembros de los colectivos revolucionarios armados por el gobierno para el control político de sus barrios y para que solo ellos controlen la venta de drogas en sus ámbitos espaciales o la guerrilla colombiana y venezolana la cual vive de la extorsión a productores agropecuarios en los estados fronterizos todo bajo el amparo del gobierno o los motorizados a los cuales el gobierno le regala las motos a cambio de que persigan y atropellen a los opositores y vendan su droga tranquilamente o  el miembro de la clase ex media que vende sus pocos bienes para enviar a su hijo a otros países porque teme por su futuro en este país o el joven que con alegría recibe su título universitario pero sabe que no tiene trabajo en esa profesión o la familia que para tener un techo no le queda otro remedio que invadir un terreno y vivir llevando vainas en un rancho de madera y zinc o el productor agropecuario que le confiscaron su finca y lo llevaron a la quiebra o el dueño de un apartamento de habitación que fue invadido por ordenes del partido de gobierno o la madre que llora a su hijo asesinado (en Venezuela se produce un asesinato cada media hora, siendo el tercer país más violento de América latina y el quinto del mundo) o el hijo que llora su padre secuestrado (en 2012, solo en Caracas se cometieron más de 1500 secuestros, se estima que en Venezuela existen 8 mil bandas dedicadas al secuestro) o el preso político que muere en su celda como consecuencia de las condiciones en las cuales se encuentra o el hombre o mujer que ante tantas vainas se hace el pendejo o el vivo criollo que ante la orden presidencial de saqueo se incorpora de manera inmediata a esa vaina tan ruin o el periodista que sabe que ya no puede hacer periodismo crítico porque se mete en una vaina y sabe que quien se mete en vainas con el gobierno se jode o el pendejo que prefiere andar con un celular costoso en lugar de otra vaina o el político oportunista y arribista que quiere llegar al cargo público para robar rápidamente y dárselas de una vaina (en Venezuela es el único país donde  el político que no roba es un pendejo y si roba lo quieren, lo respetan y aplauden) o el líder opositor que quiere llegar al gobierno porque ha llevado mucha vaina en estos últimos quince años o el político cuarto republicano que después que se gozó el poder en la democracia liberal hoy vive hecho el pendejo o en el extranjero; es decir en Venezuela existen muchas vainas que cuando se relacionan pareciera que estamos a punto de que ocurra una vaina. La vaina está en saber cuándo, cómo y con quien es la vaina y a quien le vamos a echar la vaina. A buena vaina carajo¡¡¡¡¡