sábado, 1 de marzo de 2014

LOS RICOS COMUNISTAS CHINOS Y SUS PARAÍSOS FISCALES.



Jan Martínez Ahrens, Fernando Gualdoni, 
Jesús Sérvulo González, Andrea Rizzi

La élite comunista de China oculta 
empresas en paraísos fiscales

(El País, 22 de enero de 2014).
 
Una investigación revela la actividad en refugios opacos de familiares de la élite En la base de datos a la que ha tenido acceso EL PAIS figuran magnates y compañías estatales El cuñado del presidente e hijos de ex-primeros ministros y otros altos dirigentes, implicados.
China vive la mayor y más veloz transformación que ha experimentado un país en las últimas décadas. El proceso de apertura y reforma ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza, pero la brecha social ha alcanzado un nivel peligroso. El enriquecimiento acelerado de las élites ha erosionado la credibilidad de los mandatarios comunistas, cuyas promesas de acabar con la desigualdad y la corrupción se enfrentan ahora a un nuevo escándalo: el uso masivo de paraísos fiscales por parte de sus familiares directos. EL PAÍS, junto con otros medios internacionales como The Guardian, BBC, Le MondeSüddeutsche Zeitung Asahi Shimbun, ha tenido acceso a una base documental obtenida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que revela que al menos 13 parientes de máximos dirigentes del régimen —incluidos el actual presidente, Xi Jinping, y los ex primeros ministros Wen Jiabao y Li Peng—, así como 15 grandes empresarios y grandes compañías estatales han mantenido gran actividad en refugios fiscales.
Los registros de estas sociedades opacas, analizados en colaboración con dicho consorcio, proceden de una filtración de más de dos millones de archivos de dos gestoras (Portcullis TrustNet y Commonwealth Trust) que operan en las Islas Vírgenes Británicas. La elección de este archipiélago del Caribe por parte de la élite china no es extraña: el territorio británico de ultramar era el segundo inversor directo en China en 2010 —año hasta el que figuran registros en la base de datos filtrada—, solo por detrás de Hong Kong. Con apenas 27.000 habitantes, tiene inscritas más de un millón de sociedades, el 40% procedente de China, Hong Kong y Singapur.
El examen de los datos evidencia cómo numerosos integrantes de la élite comunista han abierto sociedades offshore después de haber labrado enormes fortunas a la sombra del régimen. Esta práctica corrobora una de las debilidades sistémicas chinas: que las tres décadas transcurridas desde que Deng Xiaoping abandonó la economía central planificada y saltó al capitalismo bajo el gobierno único del Partido Comunista Chino (PCCh) han enriquecido de forma desmesurada a un sector privilegiado de la población, gracias a su cercanía al poder.
Los documentos, que llegan hasta principios de 2010, permiten constatar cómo estas tramas familiares, pertenecientes a los más altos linajes comunistas, se han aprovechado de la opacidad de las Islas Vírgenes Británicas para enviar el dinero fuera de los circuitos habituales a través de empresas creadas por ellos mismos o de su participación en otras ya constituidas. Esto facilita ocultar bienes y dinero del control oficial (China limita el movimiento de capital al extranjero a 50.000 dólares por habitante y año) e incluso beneficiarse de los privilegios fiscales de Pekín a inversores extranjeros.
En los datos analizados figuran al menos 13 miembros de la denominada nobleza roja, es decir, parientes de los dirigentes de la cúpula comunista en activo, jubilados o fallecidos. Entre ellos, destacan el cuñado de Xi Jinping; el hijo y el yerno del anterior primer ministro, Wen Jiabao; la hija de su antecesor, Li Peng; un yerno del fallecido Deng Xiaoping, o el nieto del legendario comandante de la revolución Su Yu. Estas 13 personas aparecen vinculadas al menos a 25 sociedades en calidad de accionistas o directores.
El caso de Deng Jiagui, marido de Qi Qiaoqiao, hermana mayor del actual presidente chino, es emblemático de la nueva China: construyó junto a su pareja un imperio inmobiliario en Hong Kong y Shenzhen en apenas 20 años. Wen Yunsong, hijo del ex primer ministro Wen Jiabao, creó en un paraíso fiscal la empresa Trend Gold Consultants. Una investigación de The New York Times publicada en 2012 cifra la fortuna de la familia de Wen Jiabao en 2.700 millones de dólares.
Otra aristócrata que ha operado en refugios fiscales es Li Xiaolin, la hija del ex primer ministro Li Peng, quien reprimió sangrientamente las manifestaciones democráticas de Tiannanmen. La hija es conocida en su país como Power Queen (Reina de la Energía) porque controla uno de los monopolios eléctricos chinos, y porque ostenta su riqueza e influencia sin ningún pudor.
Gran parte de la actividad offshore desarrollada por la nobleza roja corresponde a la época en que su parentela ejercía el poder. Así ocurre, por ejemplo, con el hijo y el yerno del exprimer ministro Wen Jiabao, fundadores de una empresa en las Islas Vírgenes Británicas en pleno mandato del padre (2003-2013). En el caso del actual presidente, Xi Jinping —él mismo un príncipe, nombre con el que son conocidos los descendientes de los altos líderes y ex-líderes del PCCh—, la constitución de la sociedad offshore coincide con su etapa como vicepresidente (2008-2013), aunque la creación de la inmobiliaria copropiedad de su cuñado Deng Jiagui fue anterior a su llegada a la presidencia en marzo del año pasado. En la base de datos no figuran el presidente ni el ex primer ministro.
También constan en los registros al menos una quincena de magnates empresariales. Muchos son protagonistas de la vertiginosa efervescencia económica experimentada por China en las dos últimas décadas. Es el caso de Ma Huateng, fundador de Tencent, el coloso de la mensajería digital, con una fortuna estimada en 10.100 millones de dólares (7.400 millones de euros).
EL PAÍS ha mantenido contacto directo con autoridades diplomáticas del país asiático para contrastar la información concerniente a los familiares de los mandatarios chinos. El Gobierno de Pekín, como ha sido su práctica habitual ante otras revelaciones periodísticas de este tipo, ha declinado dar respuesta. Los casos que se publican a partir de la investigación han sido comprobados documentalmente y este periódico dispone de los registros correspondientes.
Fuentes próximas al Gobierno chino sostienen que la apertura de sociedades en paraísos fiscales no está vinculada a un fenómeno de corrupción o delictivo e insisten en que se trata de una práctica mercantil común entre empresarios chinos para competir con firmas extranjeras que invierten en China y que el Gobierno favorece con exenciones de impuestos. Para obtener las mismas condiciones, siempre según estas fuentes, los magnates locales abren sociedades en la Islas Vírgenes Británicas, desde allí reenvían el dinero al país asiático y, reconvertido en capital extranjero, reciben beneficios fiscales. Esta práctica se ha reducido notablemente, según las mismas fuentes, que alegan que ninguno de los documentos implica directamente a mandatarios chinos, sino solo a familiares que son empresarios. En esta línea, sugieren que la salida a la luz de los datos perjudica a los líderes que luchan contra la corrupción en China.
Las gestoras Portcullis TrustNet y Commonwealth Trust han declinado dar su opinión a este periódico sobre la filtración.
Investigaciones anteriores —como la de The New York Times u otra de la agencia de noticias estadounidense Bloomberg— sobre la acumulación de bienes de la élite comunista han acarreado la imposición de barreras al trabajo periodístico de dichos medios y el bloqueo de sus ediciones digitales en China. En el último año, el régimen chino ha emprendido una cruzada contra la corrupción, el despilfarro y el enriquecimiento ilícito de sus clases política y empresarial.
La filtración saca a la luz la colaboración de importantes entidades financieras, como UBS y Credit Suisse, en el flujo de dinero hacia los paraísos fiscales. Pero sobre todo revela el desdoblamiento ideológico del sistema chino, que en el interior del país actúa como guardián de una férrea disciplina económica, pero en el exterior se convierte en un usuario compulsivo de los servicios y privilegios que facilita la opacidad de los paraísos fiscales.
Los cables de Wikileaks publicados en 2010 por este diario y otras cuatro cabeceras internacionales ya daban algunas pistas sobre el sospechoso enriquecimiento de las familias de los máximos dirigentes chinos. Un informe secreto enviado a Washington desde el consulado de Shanghái en 2007 recoge declaraciones de una fuente que señala que “la familia de Wen es un notable dolor de cabeza político para el [entonces] primer ministro” y el “disgusto” del mismo con los negocios de sus allegados.
En otro cable, un viejo amigo del actual presidente sostiene que Xi Jinping “no es corrupto y no está para nada interesado en el dinero”, pero podría “ser corrompido por el poder”. La fuente describe a Xi Yuanping —hermano del dirigente— como “muy rico” y destaca su costumbre de “exhibir joyas y ropa de diseño”.
Uno de los sectores chinos más activos en la creación de firmas en los paraísos fiscales es el petrolero, según los documentos filtrados. La trinidad energética —Petrochina, Sinopec y China National Offshore Oil Corporation (CNOOC)— es la punta de lanza y el sustento de la pujanza económica del país, y sus dirigentes están entre los más influyentes dentro de la élite local. Tanto es así, que varios expertos afirman que los altos cargos de la industria energética tienen un grupo propio dentro del aparato del PCCh. Muchos de los dirigentes que conforman la “facción petrolera” han sido formados en universidades occidentales y cuentan con una amplia experiencia internacional. Y aunque son designados por el Politburó, tienen autonomía para gestionar a las empresas tanto desde el punto de vista financiero como estratégico. La base de datos muestra que las petroleras y sus directivos establecieron docenas de empresas en las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Cook y otras jurisdicciones extraterritoriales entre 1995 y 2008, aunque no hay pruebas de que hayan participado en actos ilegales.
Los documentos sobre las actividades opacas de la élite china remiten a uno de los problemas fundamentales del gigante asiático: el fuerte aumento de la desigualdad social. Los dirigentes comunistas temen el malestar y las protestas que el desigual reparto de la renta puede inducir, hasta el punto de haber convertido el asunto en una auténtica prioridad política. Pese a ello, la acumulación de riqueza en pocas manos no deja de crecer: el número de mil millonarios en el país asiático ha pasado en una década de cero a 315. Y la afluencia del dinero fácil a las élites políticas es tal que 153 de las 1.000 personas incluidas en la lista de los más ricos de China son diputados de la Asamblea Popular Nacional o de su órgano consultivo. En esta línea, los 20 miembros más opulentos de esta asamblea acumulaban en 2012 un patrimonio de 62.200 millones de dólares, es decir, 46 veces más que los 20 congresistas estadounidenses más acaudalados, según datos de Roll Call, un centro de información especializado en la política de Washington.
Además de ser causa de indignación popular, la salida ilícita de capitales es un factor que potencia la desigualdad, porque reduce la capacidad de recaudación y por tanto de redistribución por parte del Estado. La cuantificación exacta de los movimientos ocultos de capitales es hoy en día imposible, pero la organización sin ánimo de lucro Global Financial Integrity, un centro de estudios estadounidense, ha calculado que en 2011 —último año disponible— salieron ilegalmente de China unos 150.000 millones de dólares, casi un 12% del PIB español.

VENEZUELA Y UCRANIA.

Venezuela y Ucrania, por Fernando Mires

Por Fernando Mires | 25 de Febrero, 2014
Venezuela y Ucrania, por Fernando Mires 640
Las comparaciones, aunque uno no las quiera hacer, resultan inevitables. Las imágenes televisivas surgían unas detrás de las otras y hasta el día de la caída de Yanukóvich (22 de Febrero)  las demostraciones callejeras parecían confundirse entre sí. Como dijo Daniel Cohn─Bendit: “Venezuela marcha a la sombra de Ucrania” .
Mucho estudiantado, mucha cara joven, muchas mujeres, mucha violencia militar y para-militar, mucha cadena presidencial, muchas mentiras e insultos gubernamentales, muchos muertos, heridos, prisioneros, y por si fuera poco, figuras emblemáticas de la oposición, la ucraniana Julia Timochenko y el venezolano Leopoldo López, los dos sujetos a la arbitrariedad de una justicia no independiente, pagando en prisión culpas de hechos imputados pero nunca cometidos. Similitudes que no son casuales. No hay nada más parecido entre sí que las revueltas populares y democráticas.
También es inevitable comparar al tipo de gobierno que regía en Ucrania con el que hoy domina los destinos de Venezuela: Dos gobiernos personalistas, demagógicos, autoritarios, violentos, militaristas.
Del mismo modo, los nombres de Yanukóvich y Maduro no pueden ser inscritos en la larga lista de dictadores de tipo “clásico”, toda vez que ambos alcanzaron el gobierno por medio de elecciones. La diferencia reside en que las que dieron como triunfador a Yanukóvich en Febrero de 2010 fueron más limpias y por lo mismo más legítimas que las que llevaron al gobierno a Maduro en Abril de 2013.
Lo importante en todo caso es que ambos gobernantes pueden ser situados dentro del marco tipológico de las llamadas dictaduras y/o autocracias electoralistas que hoy infectan al planeta desde Zimbawe en África, pasando por Rusia y Bielorusia en Eurasia, Hungría en Europa Central, hasta llegar a Venezuela en América del Sur.
Pero dejemos las ostensibles semejanzas a un lado. Más importantes en este caso parecen ser las diferencias.
La primera de ellas, aparte de que la sublevación ucraniana está llegando a su fin y la venezolana recién comenzando, reside en el hecho de que las multitudes de jóvenes que  atestaron las calles de Kiev y otras ciudades de Ucrania en noviembre de 2013, no salieron a pedir de inmediato la cabeza del mandatario, tampoco exigieron su renuncia y en ningún caso su salida, como intentaron hacerlo algunas fracciones radicales de la oposición venezolana el 12-F.
No son pocos los publicistas que interpretaron el precipitado llamado de Leopoldo López y Corina Machado (“La salida”) como un intento dirigido a arrebatar a Capriles el liderazgo ganado en el plano electoral. Quizás esa es la razón por la cual López y Machado quisieron imponer al movimiento, justo en su fase inicial, un carácter maximalista, error fatal que Leopoldo López paga de modo muy duro. Ese hecho contrasta con el realismo de las grandes demostraciones ucranianas, sobre todo las del 21 y 24 de Noviembre en Kiev, las que solo exigían que Yanukóvich no retirara su petición de ingreso a la EU lo que en buen ucraniano significaba, no aceptar la subordinación a Rusia. El derribamiento de la estatua de Lenin en Kiev, 8 de Diciembre de 2013, fue en ese sentido un acto tremendamente simbólico.
Ocurrió solo después del 17 de Diciembre ─es decir, después que Yanukóvich acató las ordenes anti-europeas de Putin a cambio de empréstitos y mayores provisiones de gas a Ucrania─ cuando desde las multitudes comenzaron a escucharse las primeras consignas a favor de la salida del mandatario. Poco después, la gran demostración ya no solo estudiantil, sino popular del 12 de Enero de 2014, cambió el orden de la agenda política. A partir de ese día los partidos y la población ucraniana entendieron que la solución de la cuestión nacional pasaba por el llamado a nuevas elecciones. La destitución del alcalde de Kiev el 24 de Enero y la decisión de Putin/Yanukóvich de reprimir las manifestaciones a sangre y fuego, aceleraron los acontecimientos.
Desde fines de Enero de 2014 la multitud comenzó a exigir insistentemente la dimisión de Yanukóvich y el regreso al parlamentarismo consagrado en la Constitución del 2004. El resto lo puso el mismo Yanukóvich. Su torpe maldad destinada a movilizar al ejército en contra de su pueblo no fue aceptada por algunos generales quienes en un comunicado emitido el 31 de Enero exigieron a Yanukóvich construir una solución política y no militar frente al conflicto. La suerte de Yanukóvich ya estaba sellada.
Pero aún así, el 6 de Febrero, los principales líderes del movimiento, Vitali Klischko y Arsen Avakov, exigieron a Yanukóvich, como última alternativa para garantizar su sobrevivencia política, la restauración del sistema  parlamentario consagrado en la Constitución de 2004, la liberación de todos los presos políticos y un llamado a nuevas elecciones en el plazo más breve posible. Contaban, además, con el apoyo diplomático de la EU a través de Alemania, Francia y Polonia.
Yanukóvich, no se sabe aún si por estupidez o simplemente debido a su extrema subordinación a Putin, realizó en cambio un último esfuerzo para detener las demostraciones por medio de la violencia. Resultado: Más de cincuenta muertos, cientos de heridos en las calles. Al fin, cercado y derrotado, Yanukóvich no tuvo más alternativa que ceder frente a las demandas de la oposición.
El 22 de Febrero, Yanukóvich, sabiendo que los crímenes en contra de su pueblo no serán jamás perdonados, emprendió la fuga. No tenía otra alternativa. La protesta ya se había transformado en rebelión y la rebelión, paso a paso, se había convertido en una revolución política y social.
Para decirlo en clave de síntesis, la revolución ucraniana tuvo un carácter escalonado y un ritmo gradual. Los políticos de la oposición, a su vez, tuvieron la capacidad de ir corrigiendo la agenda en la medida en que se precipitaban los acontecimientos y captar el justo momento en el cual el minimalismo político de los primeros días debería ceder el paso al maximalismo revolucionario.
En Venezuela, en cambio, ha sucedido lo mismo, pero de algún modo, en sentido inverso. La precipitación de López/Machado destinada a comenzar el proceso por su final solo correspondía con el deseo de fracciones radicales muy minoritarias de la oposición, las mismas que desde 2002 continúan confundiendo la realidad virtual que anida en sus aisladas cabezas con la disposición política de todo un pueblo.
Maduro, sin embargo, respondió a la iniciativa del 12-F con la misma torpeza y brutalidad de su colega Yanukóvich. Los muertos, víctimas de la represión de un gobierno que ya no es populista ni popular, sino ─en el peor sentido sudamericano─ militar, contrastaron con el carácter pacífico de las movilizaciones estudiantiles. Maduro, no se sabe si debido a sus reconocidas limitaciones, o cediendo simplemente a las presiones del “gorilismo” representado en la figura cruel y astuta de Diosdado Cabello, decidió actuar frente a los jóvenes como si estos fuesen miembros de un ejército regular. Ese error, al igual que a Janukóvich, le va a costar muy caro a Maduro. A la protesta generalizada en contra de la inflación, la escasez, la corrupción gubernamental, se sumará la lucha generalizada por el desarme de los criminales inoficiales y oficiales del régimen. En ese contexto Maduro solo podrá calcular con un descenso creciente de su ya diezmada popularidad.
La demostración de masas de la oposición, la del 22-F, una de las más grandes de la historia política de Venezuela, ha puesto de manifiesto que las calles, a partir de ese momento, ya no pertenecen más al gobierno. En esas calles, la oposición, siguiendo la presión popular se ha visto obligada a corregir su agenda, por lo menos en dos sentidos: Dejar atrás el extemporáneo maximalismo en el que tal vez por inexperiencia incurrieron López/Machado, pero a la vez, no renunciar bajo ningún motivo a la lucha de calles.
En efecto, si López/Machado cometieron un error de cálculo, solo pudieron hacerlo porque las calles estaban vacías, o mejor dicho, vaciadas por la MUD. El llamado de Capriles a los estudiantes a seguir ocupando las calles debe ser entendido en el marco de esa impostergable corrección.
La demostración del 22-F puso además de manifiesto que en Venezuela es posible, así como ocurrió en Ucrania, transformar la protesta anárquica en un gran movimiento social. Pero para que ello ocurra, esa protesta deberá ser extendida a los barrios, a los cerros y a los campos. O como manifestó de modo plástico Capriles, no solo deberá tener lugar en Chacao sino también en Catia. Las condiciones están dadas.
Por cierto, las jornadas del Febrero venezolano no podrán ser mantenida en todos los momentos con la misma intensidad. Como en todos los procesos sociales los venezolanos también estarán marcados por altos y bajos e incluso por inevitables conversaciones entre las fuerzas enemigas. Capriles en ese sentido demostró gran valentía al explicar al pueblo opositor que él está dispuesto, bajo determinadas condiciones, a conversar con Maduro o con quien sea. Disposición que por lo demás concuerda con el carácter pacífico, constitucional e institucional impuesto a la lucha por la gran mayoría de la ciudadanía opositora
Sin embargo, Capriles y los suyos deberán lidiar todavía con una fracción minoritaria de la oposición la que, en sus limitaciones políticas, entiende todo dialogo como una muestra de debilidad o peor, como una capitulación frente al adversario. Sus cabezas calenturientas no pueden entender que hasta en las guerras más cruentas los enemigos mortales decretan cada cierto tiempo armisticios para dialogar entre sí. Porque lo contrario de la guerra sin armisticio (es decir, sin dialogo) es la guerra total, tal como la formulara Joseph Goebels en las postrimerías del nazismo. Y bien, si hasta la misma lógica de la guerra admite el dialogo, con mayor razón ese dialogo entre enemigos puede y deberá hacerse presente en la lógica de la lucha política, por muy aguda y antagónica que esta sea.
Puede que en este momento sea necesario recordar que el líder más popular y más querido de la oposición ucraniana, Vitali Klischko, conversó entre Enero y Febrero del 2014 ¡no menos de cinco veces! con Yanukóvich. Aún después de las matanzas de Febrero, Klischko no solo conversó sino, además, estrechó las manos del presidente-dictador. Nunca nadie pensó que ese civilizado gesto de Klischko tenía como objetivo “lavar la cara” a Janukóvich.
El pueblo ucraniano tiene detrás de sí largas y dolorosas experiencias de lucha y sabe que en los conflictos políticos, cuando cesan las palabras, solo triunfa la muerte.

YO DIALOGO, TU NO DIALOGAS.

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

sábado, 1 de marzo de 2014

GERMÁN CARRERA DAMAS, YO DIALOGO, TU NO DIALOGAS; SOY DEM0CRATA, TU NO LO ERES. 41º MENSAJE HISTÓRICO.

         La frecuencia con que se menciona el término diálogo. Las virtudes que se le atribuyen. Las esperanzas que se cree representa y que ciertamente despierta. Los discursos pro diálogo, tan diversos en sus términos como crudamente contrarios entre sí, y en cuyo favor se invoca la realización del diálogo. Todo pareciera indicar que se trata de un concepto diáfanamente percibido, a la par que de una panacea política recién descubierta. No obstante lo fundado que puedan resultar estos motivos y sentimientos, quizás vengan al caso algunas precisiones, tanto conceptuales como históricas.
        
Advierto, de inmediato, que como producto intelectual que soy  de la hoy asediada democracia venezolana, sólo alguna vez me he sustraído,-más que negado-, a dialogar. Un elemental respeto por mi oficio de historiador, y un absoluto acatamiento del sentido histórico y del ejercicio del espíritu crítico aplicado al estudio y comprensión de la Historia, me han prevenido, por ejemplo, de dialogar con alguno de los monosabios de la oficina del Ministerio del Poder popular para la policía interior, denominada Centro Nacional de Historia, -encargada de minar la conciencia histórica de los venezolanos-, acerca de los méritos del cacique “Guaicaipuró” como defensor de la nacionalidad venezolana. Respecto de ellos, he defendido y defiendo su derecho a decir torpezas; pero igualmente defiendo mi derecho a calificar de tales sus desatinos ideológicos.
         No es nueva para mí la preocupación sobre el significado del concepto de diálogo, puesto que el ejercicio de la docencia activa, la investigación sobre temas y cuestiones sensibles, y la expresión escrita de mi pensamiento, no han sido tibios en propiciar el diálogo  ni en suscitar  polémica.
         Valgan estas advertencias para ayudar a situar críticamente lo que sigue, sobre mi concepto de diálogo y sobre su papel en la historia contemporánea de Venezuela.
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         El diálogo ha sido definido como una discusión o trato en busca de una avenencia. De no ser así, en lugar de diálogo se trataría de una conversación, de una confrontación de puntos de vista o de pareceres; o, pura y simplemente, de una controversia sin trascendencia razonable admisible por las partes que la escenifican.
Por esto los demócratas vivimos el diálogo. Por esto mismo los no demócratas, sean seudo socialistas, sean pura y simplemente militaristas, no practican el diálogo, ni pueden practicarlo sin dejar de ser lo que son.
Así, mientras el demócrata se realiza en el diálogo, porque éste es consubstancial con la práctica de la democracia, tanto el régimen seudo socialista como el militarista  se escudan tras su adoctrinamiento totalitario para apartar de sí todo contagio de diálogo, por considerarlo propicio al fomento de la disidencia. 
El régimen seudo socialista teme al diálogo porque tiene razones históricas para temer toda fisura del totalitarismo, por la cual pueda colarse la disidencia. Del totalitarismo socialista del siglo pasado han sobrevivido los regímenes que se han resistido a toda modalidad de diálogo con sus respectivas sociedades, como lo han hecho las antediluviana dinastías fidelista y norcoreana.
El régimen militar-militarista teme al diálogo porque sus jefes  han sido amaestrados en le relación mando-obediencia; y por lo mismo temen, tanto o más,  que los del régimen  seudo socialista, la disidencia delatora del para ellos detestable prejuicio denominado autonomía de pensamiento.
 Como a esas mentalidades abstrusas no les cabría concebir un diálogo sin que éste fuese portador de la justamente temida disidencia,  ahogan la sola posibilidad de ésta última en el pantano de servidumbre del que nutren su prepotencia.
         En consecuencia, visto el diálogo, en Democracia, como un despliegue de razón regido por el propósito de avenencia, ello supone el ejercicio, en primer lugar, de una voluntad de convenio o de transacción; y en segundo lugar de conformidad  y hasta de grados de unión. Por consiguiente, el que sea viable un genuino diálogo depende de que sean satisfechos los siguientes supuestos básicos:
         La identificación de los dialogantes: tanto en su condición de individuos, de grupos o de partidos, como en su representación, individual o colectiva.
         La igualdad de los dialogantes: fundada en un respeto básico, que pone a un lado las respectivamente reconocidas jerarquía y ubicación institucionales.
         La identificación de las cuestiones sobre las cuales dialogar: lo que requiere una agenda establecida; salvo que se convenga en una fase de agenda abierta, generalmente una vez terminado el diálogo, propiamente dicho, y le siga una conversación, eventualmente propiciatoria de un nuevo diálogo.
         La formulación de objetivos: por considerarse que el sólo enunciado de áreas o cuestiones no felicitará la eventual realización del propósito de avenimiento. Los objetivos deben ser reconocidos por los dialogantes como amplios, evidentes y comunes, aun cuando difieran los procedimientos para lograrlos.
         El acuerdo sobre  la necesidad o la urgencia de tomar medidas: democráticamente concebidas y acordadas de manera transparente, y formuladas en términos precisos y accesibles al entendimiento común.
         Es obvio que el cumplimiento de estos requisitos para el diálogo compromete no sólo la  buena disposición  de las partes, sino también la legitimidad de su respectiva actuación, tanto en la concertación del diálogo como en su realización y producto final; y tal legitimidad sólo puede provenir, en la República, del pleno respeto de la soberanía popular.
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         En Venezuela contemporánea la experiencia del diálogo, así concebido, ha sido parte necesaria y fructífera de la transición desde la República liberal autocrática, en su fase degenerativa: la Dictadura liberal regionalista, hacia la República liberal democrática. Ello es prueba de que la noción de diálogo, -así concebida, lo subrayo-, es consubstancial con la vigencia de la Democracia.
         En un Mensaje histórico sólo es posible mencionar, muy sucintamente, tres ejemplos de diálogo particularmente significativos: uno de diálogo político circunstancial, otro de diálogo político institucional  y otro de diálogo político global.
         Fue un significativo diálogo político circunstancial el realizado entre el último representante de la Dictadura liberal regionalista, el Presidente General Isaías Medina Angarita, y la surgente oposición democrática, representada por el Partido Acción Democrática y su fundador Rómulo Betancourt. El temor compartido de que pudiese retornar al Poder el ex Presidente General Eleazar López Contreras,-apreciado por ambos como retorno al gomecismo, y por la opinión democrática como una acto del denominado continuismo alternativo-,  propició  un diálogo en el cual los enunciados supuestos esenciales fueron resumidos en la procurada instauración de un gobierno civil comprometido a rescatar la soberanía popular, reconociéndola como el único criterio de legitimidad  en la formación, el ejercicio y la finalidad del Poder público. Este diálogo condujo a la candidatura concertada del Dr. Diógenes Escalante a la Presidencia de la República.
         El más trascendental ejemplo de diálogo político institucional retomó los objetivos del  diálogo político circunstancial frustrado. Corrió en el lapso 1946-1948, y consistió en la participación amplia y diversa, en el proceso de formación del Poder público correspondiente a la instauración de la República liberal democrática. Tanto la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, bajo la conducción de un organismo electoral ampliamente representativo y autónomo, como la ampliación insuperable del universo electoral y el desenvolvimiento mismo de la Asamblea, dieron testimonio de una voluntad de diálogo demostrada por todas las fuerzas civiles.
         El tercer ejemplo, el de diálogo político global, partió de la designación de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), durante la Presidencia de Jaime Lusinchi, por Decreto de 17 de diciembre de 1984. Integrada con la más diversa pluralidad, sin predominio de corriente alguna, política o ideológica, sus treinta y cinco miembros dimos una altísima demostración de capacidad de diálogo al formular el Proyecto de reforma integral del Estado, orientado hacia la modernización del Estado y la profundización de la Democracia; cuyos primeros logros en el fortalecimiento de la soberanía popular padecen hoy vanos intentos de destrucción de parte de un régimen militar-militarista que reúne lo atávico con lo arcaico y que, por lo mismo, subestima el arraigo de lo históricamente adquirido por las sociedades.
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El reclamo de diálogo, actualmente presente y en forma creciente, se corresponde con nuestra experiencia histórica en el rescate de la soberanía popular, y en la garantía de su plena vigencia. Esta legitimidad histórica le da al reclamo de diálogo el respaldo obligante requerido para que sean respetados los requisitos del diálogo, consubstancial con el ejercicio de la Democracia.

domingo, 23 de febrero de 2014

Mi Opinión | Mini-Documental De Venezuela

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EL DIALOGO NO PUEDE SER UN SALUDO A LA BANDERA

                                          EL DIALOGO NO PUEDE SER UN SALUDO A LA BANDERA.

   Para Avanzada Progresista la propuesta de dialogo que hemos venido sosteniendo debe entenderse como un DIALOGO SOCIAL, no como mecanismo para neutralizar la rabia de un pueblo que se siente frustrado ante un gobierno incapaz y represivo, sino un dialogo social que procure el consenso de todos los sectores sociales, económicos y políticos del país en función de resolver los problemas que más afectan a la población. Un dialogo social transparente, sin trampas, con contenidos y objetivos concretos, con plazos determinados para la ejecución de acuerdos, con la gente en la calle de manera pacífica pero contundente. Este dialogo debe estar precedido por la liberación de todos los presos políticos a propósitos de las más recientes manifestaciones, por el enjuiciamientos de los paramilitares, por el cese a la represión, por el cese a los asesinatos a los manifestantes, debe eliminarse la censura a los medios de comunicación, es decir, el DIALOGO SOCIAL debe tener un clima democrático para poder ser un verdadero dialogo, de lo contrario no será más que una treta del régimen para ganar tiempo y que el pueblo enfríe sus luchas.
   De acuerdo a lo anterior pasamos a precisar los siguientes puntos:

1)      El Estado es el responsable de la violencia generada en el país dado que él controla las armas y a sus grupos militares y paramilitares. Por ello le recordamos que el derecho a la vida es sagrado y constitucional. Basta ya de asesinar a los hijos de Bolívar.
2)      La violencia generada por el gobierno ha sido una violencia económica, judicial, policial y moral.
3)      Exigimos al gobierno el cese inmediato a la violencia, la persecución, enjuiciamientos y torturas  contra los dirigentes estudiantiles y democráticos.
4)      El gobierno debe entender que la protesta y su consecuente manifestación NO es una dadiva ni una concesión es un derecho civil y constitucional conquistado por este pueblo a lo largo de sus luchas históricas.
5)      Rechazamos la grosera dictadura mediática que ejerce el gobierno así como también las continuas agresiones a los periodistas que cubren los acontecimientos en la calle. Con esa hegemonía el gobierno miente y manipula a la opinión pública.
6)      En Venezuela sobran las causas para protestar, de allí que invocamos el derecho a la protesta no violenta pero contundente, pacífica y constitucional. El pueblo NO tiene armas.
7)      El pueblo venezolano no debe caer en la desgracia de matarse pueblo contra pueblo. La grave crisis económica que vivimos afecta al pueblo democrático y al pueblo chavista, de allí que llamamos a todo el pueblo en hacer causa común y obligar al gobierno a dialogar.
8)      Por la consideración anterior es por lo  que le proponemos al gobierno la constitución de una Mesa de Diálogo Nacional donde estén representados todos los sectores de la sociedad.
9)      Esa mesa de diálogo de abordar los problemas más grave que atraviesa la población venezolana, a saber: quiebra económica del país (inflación, escasez, desempleo y otros) inseguridad ciudadana, quiebra del sector salud, calidad de los servicios públicos, exclusión social y política, persecución política, calidad de la democracia y tantos otros que afectan la vida social del venezolano.
10)   Negarse a la constitución de la mesa de diálogo o tratar de hacer una obra de teatro con la misma es no entender que este país es de todos, es generar más violencia y muertes, es someter a nuestro pueblo a sufrir las condiciones más deplorables que se hayan conocido. De negarse esta propuesta quedará el gobierno y el señor Maduro como responsables ante la historia de lo que pueda suceder en este país.



FREDDY ALBERTO PEREZ.  DIRIGENTE REGIONAL DE AVANZADA PROGRESISTA.