jueves, 19 de junio de 2014

DOLARES ROBADOS.

Dólares robados

El SITME asignó, bajo la gestión de Merentes, más de US$ 25.000 millones entre junio de 2010 y febrero de 2013, sin que se conozca la metodología que se utilizó para tales asignaciones.
El SITME asignó, bajo la gestión de Merentes, más de US$ 25.000 millones entre junio de 2010 y febrero de 2013, sin que se conozca la metodología que se utilizó para tales asignaciones.

Cualquier investigación para que sea creíble debe comenzar primero por un escrutinio del funcionamiento de lo que fueron Cadivi y el SITME

José Guerra
 / Tal Cual
Jose_Guerra_1El 13 de enero de 2014, en una entrevista al diario oficialista Ciudad Caracas, el ex ministro de Finanzas y recién vuelto a nombrar ministro de Planificación y DesarrolloJorge Giordani, soltó una bomba cuando dijo que en 2013 habían ingresado al país por sus distintas aduanas, más de US$ 20.000 millones en importaciones ficticias.
Esa aseveración de Jorge Giordani fue posteriormente ratificada por la entonces presidenta del BCV, Edmeé Betancourt. Fue tal el impacto que causaron tales declaraciones que evidentemente aparecieron contradicciones en el seno del gobierno, evidenciadas entre las facciones que apoyan y se benefician de la corrupción y aquellas que favorecen la honestidad en el manejo de los asuntos públicos.
Ya en abril de 2013, el diputado de La Causa R por el estado Anzoátegui, el abogado Luis Edgardo Mata, hizo una solicitud ante la Fiscalía General, Luisa Ortega Díaz, para que se abriera una investigación relativa a la asignación de las divisas por parte del SITME, ante la firme presunción de irregularidades en la gestión de ese mecanismo de entrega de divisas. Ha pasado más de un año y la fiscal general todavía no le ha dado curso a la solicitud del diputado Mata.
Cuando ya la opinión pública estaba sensibilizada con el caso Cadivi y SITME, el presidente Maduro de forma sectaria nombró una comisión de su propio partido para que investigara a los militantes de su tolda involucrados en los presuntos ilícitos. Esa comisión se ha desviado del objetivo fundamental y se ha encauzado a averiguar a las empresas que recibieron las divisas preferenciales.
El control de cambios es terreno fértil para la corrupción y el caso en referencia es el de la sobrefacturación, típico de ese régimen cambiario. Obtener dólares preferenciales a las tasas de Bs 4,30 por US$ hasta 2013 cuando funcionó Cadivi y a Bs. 5,30 por US$ con el SITME, propiciaba una oportunidad de arbitraje que solamente existe en Venezuela y que hizo que el mejor negocio fuese tomar por cualquier vía esas divisas preferenciales para transarlas en el mercado paralelo, como efectivamente ocurrió. Pero el pecado original estaba en el sistema mismo y en los funcionarios que lo administraron.
Tres sujetos son claves para develar lo que sucedió con la asignación de millones de dólares para importaciones que nunca ingresaron realmente a Venezuela. En primer lugar el Coronel del Ejército Manuel Barroso, quien se desempeñaba como jefe de Cadivi. En segundo lugar, Nelson Merentes, presidente del BCV y finalmente, José David Cabello, jefe del Seniat, y responsable último de las aduanas. Ha sido tan cuestionada la gestión del Coronel Barroso en Cadivi, que hasta el nombre le cambiaron a esa institución.
Los casos que se ventilan entre los importadores son para escribir una enciclopedia. En lo relativo a Merentes, muy pocos se han atrevido a exigir que lo investiguen, salvo el diputado Mata, por el poder que ese funcionario tiene de distribuir divisas. Lo cierto es que el SITME asignó, bajo la gestión de Merentes, más de US$ 25.000 millones entre junio de 2010 y febrero de 2013, sin que se conozca la metodología que se utilizó para tales asignaciones. SITME fue el reino de la discrecionalidad y existen presunciones firmes de que el mecanismo, aparte del enorme costo que significó para el país, estuvo plagado de irregularidades.
En Venezuela no se puede importar un alfiler sin que este bien pase por una aduana. Importar los montos que reflejan las estadísticas del BCV en 2012 y 2013 en esos dos años, más de US$ 130.000 millones, equivalente a cientos de miles de toneladas, sin que ese volumen fuese inspeccionado por el SENIAT en las aduanas según el manifiesto de importación,denota un cuadro de complicidad entre quienes otorgaban las divisas preferenciales y funcionarios aduanales.
Por ello, cualquier investigación para que sea creíble debe comenzar primero por un escrutinio del funcionamiento de lo que fueron Cadivi y el SITME, en el contexto del esquema de control de cambios. Luego debe procederse a averiguar las responsabilidades de Barroso, Merentes y Cabello. Acá no se sugiere que ellos sean responsables de hechos fraudulentos ni tampoco se emite una valoración personal sobre sus cualidades como administradores de la cosa pública. Simplemente se trata de investigar las denuncias que formuló Jorge Giordani por el enorme daño causado al erario público.

domingo, 15 de junio de 2014

EL ARMAGEDDON FISCAL.

EL ARMAGEDDON FISCAL
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EL ARMAGEDON FISCAL:… Y EL GOBIERNO LO SABE
Alexander Guerrero
Venezuela ha llegado a un final catastrófico, el desequilibrio fiscal no tiene solución en el actual marco político; en otras palabras, el ingreso petrolero en divisas no es suficiente para pagar la demanda por liquidez internacional, tanto de PDVSA como del gobierno y otras empresas públicas, sin entrar en un proceso de reestructuración, incluido un régimen de dieta y austeridad fiscal. El régimen ha colapsado, es hora de recoger los vidrios y contabilizar costos.
El colapso por irresponsabilidad del gobierno
En condiciones de libre mercado cambiario, con la moneda totalmente convertible, ese  fenómeno no sería importante porque los flujos privados proveen al mercado de la divisa demandada, pero el gobierno de Chávez/Maduro quiso que el mercado de divisas fuera restringido a solo las provenientes del petróleo, el resto fue restringido de participar, es la esencia del control de cambio. Este control de cambio ha quebrado al sector privado (agenda política del gobierno) y tiene al sector público en una crisis financiera dado un volumen de deuda que lo tiene al borde de un default.
Los problemas económicos de Venezuela no son nuevos ni desconocidos, un insostenible déficit fiscal, y una severa crisis -de largo plazo- en la balanza de pagos por escasez de divisas, vino por efecto de una renta petrolera “negativa” y una expansión insostenible del gasto público, para presentarlo de manera más simple. Más preciso, esa insostenibilidad fiscal se genera de una combinación de un gasto público que crece con mayor velocidad que el ingreso (fiscal), por caída en los ingresos fiscales e imposibilidad de colocación -por elevado riesgo- de deuda  en los mercados internacionales, una muy conocida tenaza fiscal.
Sin dólares para pagar e importar: la crisis financiera
La crisis de balanza de pagos –escasez de reservas, o liquidez internacional- viene por caída sostenida de reservas, teniendo  la misma fuente causal de la caída en el ingreso fiscal; es decir, de  contracción de la renta del petróleo, sobrendeudamiento y expansión del gasto público. En este caso, la severidad de la crisis financiera y su correspondiente contraparte en la economía real por descapitalización, desinversión, deterioro y pérdida de derechos de propiedad, es la fuente de un colosal riesgo porque los petrodólares, los que alimentan las reservas internacionales (98%) no alcanzan para el servicio de las obligaciones del  gobierno de su deuda externa, ni para cancelar las obligaciones en moneda dura de PDVSA, así como de otros pasivos, cuentas por pagar, deudas a asociados, a contratistas y proveedores.
 Acotemos que el circuito fiscal de la renta del petróleo –en teoría- genera los dólares que se venden al BCV para obtener los bolívares que se pagan al fisco por contribución fiscal petrolera; a saber, dividendos, regalías e impuestos. Ello implica que si PDVSA ha dejado de venderle los petrodólares al BCV en los volúmenes requeridos, como es el caso, tuvo que recurrir al endeudamiento en el BCV para “financiar” el pago de su contribución fiscal en bolívares, constituyendo una especie de by pass monetario que monetiza el déficit fiscal construido entre la caída de la renta del petróleo y la expansión fiscal; al mismo tiempo que se produce una acelerada caída en las reservas internacionales. Así tenemos el circuito financiero de la tormenta perfecta de la inflación y la escasez, y desde luego el riesgoso debilitamiento de la capacidad de pagos del gobierno y PDVSA se sus pasivos en moneda dura.
Si se paga la deuda no hay arepas, o viceversa
En esas astringente situación financiera, el mercado de divisas no registra el volumen necesario para satisfacer su demanda de dólares, inclusive bajo el actual esquema de severa contracción económica,  para cubrir las importaciones tanto del sector privado como público, siendo la demanda por divisas del Estado/Gobierno aún mayor, en virtud del crecimiento mastodóntico del Estado como empresario y dueño de empresas descapitalizadas por la irracionalidad de su administración. Ese circuito financiero conforma la matriz de la costosa corrupción del régimen que destruye capital aceleradamente; la descapitalización y estado de ruina de la CVG  - aluminio, hierro, oro-  sectores mineros y metalúrgicos en franca decadencia económica y organizacional.
El Estado/Gobierno ha intervenido la economía hasta los extremos, su demanda de dólares es incontrolable, dado que no está gobernada por reglas naturales del mercado. A ello se agrega un sistema ineficiente para adquirir divisas que ha sustituido al mercado natural cambiario de divisas natural en cualquier economía. Una especie de cachicorrinco cambiario constituido por dos grandes fiascos, SICAD I y II, mecanismos de racionamiento (y no de subastas) dado el astringente volumen de divisas disponibles realmente disponibles para servir la economía. Ambos SICAD han sido mamparas financieras para esconder la devaluación del bolívar, lo que sabemos indica un grotesco empequeñecimiento de la economía nacional, incluso el sector petrolero, y que eleva el impacto del servicio de la deuda externa sobre la economía nacional. El gobierno hace piruetas matemáticas y cambiarias para no develar esa enorme distorsión
Devaluación en cadena e irresponsabilidad fiscal
El control de cambio se mantiene, la moneda se ha maxi devaluado, y ha dejado a cambio, solo costos, los cuales se potencian por la persistencia del propio control de cambio, lo que evita que al mercado de divisas fluyan solo los ya menguados petrodólares. La renta petrolera, dada las condiciones financieras y económicas que prevalecen en PDVSA y en la industria petrolera nacional, por rezago en las inversiones, descapitalización y severo endeudamiento ha inducido una continua caída de la producción de petróleo. La gestión del “aprendiz de brujo” que administra la economía nacional ha generado allí un flujo de caja negativo; es decir, una renta del petróleo cuyas divisas por exportación no pagan las obligaciones financieras y económicas de la industria petrolera nacional, totalmente  bajo el control de PDVSA, incluidos los proyectos y empresas con participación privada internacional.
En esa relación las cuentas por pagar de PDVSA han crecido continuamente hasta niveles que han comprometido seriamente las finanzas de la industria petrolera nacional. Llegando inclusive al punto en el cual PDVSA ha tenido que endeudarse y entregar la gestión de esos proyectos a sus asociados para que estos capitalicen el 60% correspondiente a la participación de PDVSA en esos proyectos, que esta no ha cumplido, dado la enorme presión fiscal que se impuso sobre la renta petrolera para pagar no solo los esquemas redistributivos –gasto social- sino los convenios petroleros con China, Petrocaribe, Cuba, Bielorrusia, Irán y ALBA. PDVSA vende a esos clientes –socios políticos- a grandes descuentos, con largo y lesivo financiamiento,  incluido la “subvención financiera” a Cuba en petróleo y efectivo a cambio de los “intangibles” en servicios, policía, administración pública, servicios médicos y otros esquemas de intervención política.
Los fondos fantasmas del gobierno
A manera de ejemplo para medir el derroche y la subvención a Cuba en este concepto, sin que se sepan los contravalores a los cuales se obtiene esos servicios ni el precio del barril de petróleo que los “paga”. . Se conoce por evidencia internacional, por ejemplo, que los servicios médicos que Cuba canjea por petróleo se corresponden a una relación de 4-6 veces los que facturan organismos multilaterales que ofrecen servicios médicos en países en desarrollo. 
Aunque  el gobierno insiste que dispone de centenas de miles de millones de dólares “guardaditos”, en declaraciones del Jefe del Gabinete Económico y que antes que crear seguridad alguna sobre las finanzas del sector público, crean mayor incertidumbre, particularmente en torno a la capacidad de pagos tanto del fisco como de PDVSA. La razón es muy sencilla, el dinero y el capital no se guardan, se ahorran, se gastan o se invierten, y los mercados en atención a esa lógica exigen balances demostrativos de esos saldos, esos balances no aparecen por ningún lado. Por supuesto que es una enorme mentira, la muestra está en los mercados, no hay dólares para las necesidades más naturales, además, tanto el gobierno como PDVSA tienen más de dos años sin recurrir al mercado internacional de capitales para colocar y “refrescar” los saldos de la deuda documentada, fenómeno además perjudicial, que impacta los precios de los bonos colocados en los mercados.
La administración de la política económica, desde el BCV y Min Finanzas es caótica, incoherente e inconsistente con la fragilidad financiera del gobierno, y de ella solo se divisa la erupción de un indetenible proceso hiperinflacionario, las variaciones intermensuales en los precios son cercanas al 100%, que refleja que el enorme déficit fiscal generado por la expansión del gasto público y la caída del ingreso fiscal petrolero se financia monetariamente desde el BCV; un déficit fiscal que estimamos en 24% en términos del PIB. El gobierno ha apelado al expediente forajido y fallido de esconder la data monetaria (base monetaria) y fiscal, así como los precios, en un intento por desnaturalizar el proceso de información que contienen los indicadores económicos. Un esfuerzo inútil de los burócratas de turno en el BCV y Min Finanzas, porque el costo de la vida no entra por los ojos y los oídos sino por la “boca del estómago”, no se puede esconder.
La ruta del colapso fiscal y de balanza de pagos
El impacto combinado por la expansión del gasto fiscal medido en bolívares nominales, como lo refleja la demanda de dinero del gobierno, y la caída del ingreso fiscal petrolero han creado una situación fiscal insostenible, y un entorno político inestable, en virtud que la ilusión monetaria creada por la caída descomunal del poder de compra del bolívar, han fundado condiciones fiscales extremas que nos atrevemos de llamar como Armagedón fiscal, dado que la insostenibilidad fiscal amenaza seriamente con la capacidad de honrar los pasivos tanto de PDVSA como del fisco. De hecho la deuda interna ha sido masiva y colosalmente licuada, pero ello no crea espacio para la cubrir la demanda del gobierno y el PDVSA por divisas, dólares con los cuales servir, no solo la deuda documentada en bonos y al portador, sino el conjunto de pasivos que PDVSA mantiene con sus acreedores, asociados, contratistas  y los cuales crecen en la medida que PDVSA reduce su capacidad de pago.
Y todo ello, pese a que los diagnósticos que se hacen recurrentemente y que no lo desmenuzan, en parte por la heterodoxia de un mensaje que ha sido arropado por la naturaleza redistributiva del régimen seguido de una expansión de los precios del petróleo en los últimos diez años, y un colosal endeudamiento público que ha triplicado su relación al PIB. Ambos fenómenos financieros y monetarios, la expansión de los precios del petróleo y el endeudamiento público (incluida PDVSA) promovieron una expansión del Estado/gobierno que ha alcanza a un crecimiento del 120% respecto de su volumen y dimensión a principios del 2000 y que hoy sabemos es insustentable inclusive a 100 dólares el barril, por una sencilla razón, el precio de realización y su impacto en la cande PDVSA no rinde los dólares que el país demanda.
La formula: el gasto público se comió la gallina de los huevos de oro
De esta manera, el gasto público se dobla en ese periodo y el Estado asume el control de  los sectores, as rentable de la economía, a lo ancho del subsuelo y del espacio electromagnético. El Estado y sector público hoy posee el 65% de los activos económicos, dejando al sector privado servicios, manufactura y financieros que alcanzan la diferencia. Hay que acotar otro “curioso” fenómeno producido por la expansión del sector  estatal o publico inducido -feedback- que representa una caída del PIB petrolero a la mitad de lo que marcaba en el 2000, en ese particular el lugar de reducir la dependencia de la renta del petróleo, la incrementa y al ritmo de la expansión de gasto público,
Hay que destacar que la reducción del producto petrolero en la economía como un todo es consecuencia directa de una prolongada caída de la inversión en el sector petrolero –nacional y asociados-  y que ha alcanzado serios niveles de descapitalización, inducida por la estrategia petrolera de expandir la renta en función de los precios del petróleo para permitir el financiamiento de la expansión fiscal acotada al principio de esta nota reduciendo la inversión y compensando el gap entre la renta del petróleo y la expansión fiscal por vía de un endeudamiento púbico (adicional a PDFVSA) que en 8 años supero el 80% del PIB.
El otro factor que coadyuva la caída del PIB petrolero respecto del producto bruto nacional es la distorsión de precios inducida por unos precios relativos –tasa de cambio- pervertidos por una sobre valoración del bolívar representativo por el poder de compra en el mercado internacional, pero insostenible debido a un desequilibrio cambiario que se desnuda con las crisis fiscal  y de balanza de pagos iniciada en el 2012 al develarse un flujo de caja negativo en la renta del petróleo, creado en parte por la imposibilidad de financiarlo a través del endeudamiento externo.


EMPOBRECIMIENTO EN SOCIALISMO

LOS CINCO JINETES DEL APOCALIPSIS
Los mecanismos transmisores de ese esquema de empobrecimiento son esencialmente dos, la inflación y la quiebra del sector privado; su impacto social se puede observar en la estructura del empleo/desempleo; el mercado laboral no demanda
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LOS CINCO JINETES DEL APOCALISIS
Hiperinflación, Escasez, Devaluación y Deuda y uno por dentro
Alexander Guerrero E.
 1.       Caída Ingreso per cápita y empobrecimiento acelerado
En mi última nota, dibujamos la cuestión fiscal del “socialismo” como la fuente de los grandes problemas, el tamaño del Estado no es financiable por el ingreso petrolero  y los impuestos no petroleros en conjunto; la inviabilidad es total y su precio lo estamos pagando con escasez e hiperinflación, convirtiéndose de inmediato en el mecanismos empobrecedor por excelencia, como cualquier déficit fiscal no financiable. Los mecanismos transmisores de ese esquema de empobrecimiento son esencialmente dos, la inflación y la quiebra del sector privado; su impacto social se puede observar en la estructura del empleo/desempleo; el mercado laboral no demanda trabajadores calificados, sino de servicios sin calificación, cuyos salarios se emparejan con el salario mínimo.
Ese factor de empobrecimiento, ha sido diseñado por agenda, y corre desde el 2003. Diez años después, el ingreso se reparte más “igualitariamente” pero en el borde inferior del salario mínimo, el cual ya marca salarios e ingresos en el 62% de la población laboral; en otras palabras, muchos ganan menos, pero son más iguales, el realismo socioeconómico natural al socialismo, salir de esa ruta de empobrecimiento no será tarea sencilla, sobre todo porque aún no ha sido comprendida políticamente. El gobierno ha sido exitoso en empobrecer desde los sectores medios hacia abajo. Veamos este ejemplo. Hoy no hay diferencia en ingresos, si eres medico de ocho años de universidad al comparar con paramédico a lo cubano, diseñado para ser su sustituto, con 3 años de estudio, sus salarios son similares!. La libertad de elegir un servicio médico languidece.
2.       La incomprensión de una realidad socio-económica
    El setting social-económico y político es el del realismo socialista, acompañado de un discurso-propaganda, el cual ha sido dirigido –supuestamente­- a promover la producción nacional, pero con las políticas en ejercicio diseñadas para producir efectos totalmente contrarios; inflación y escasez y empequeñecimiento del sector privado. Aunque el objetivo es evidente, a la sociedad civil le ha costado digerirlo, por ejemplo, la reacción del sector productivo privado y político ha sido mediatizada. El primero, convocado a unos diálogos de paz sobre lo económico, al cual se vio obligado a asistir, unos  bajo el chantaje de poder adquirir divisas para importar y otros bajo la esperanza que el discurso del gobierno fuera cierto. Sin embargo, la realidad es más patética, en quince años de experimento comunista pareciera que es poco lo que hemos aprendido.
    Con el segundo, el sector político, las cosas han sido aún peor, además de complejas, el gobierno ha desmovilizado a las organizaciones políticas que lo adversan, quedando expuesto entre sus propias contradicciones, unas producidas por un pobre y mediocre comprensión del entorno socioeconómico, mal diseño y un peor diagnóstico; este último salido prácticamente salido de las reservas del chavismo que han medrado a la oposición, y la otra por lo intereses políticos de franquicias políticas envejecidas y anquilosadas en cuanto a su comprensión de esa realidad, y a personalismos, de los cuales la historia de Venezuela es prolija. Igualmente fue convocado a un dialogo de paz por los clientes de quince años del petróleo venezolano y refugiado en UNASUR, así quedo la oposición como Batman y Robin.
    3.       Sin reservas internacionales  con crisis fiscal: Hiperinflación  y escasez
      La situación económica y social es desesperante, la familia está sometida al tijerazo de la hiperinflación y la escasez, con economías familiares destruidas por el enorme tiempo consumido en la búsqueda de los bienes más necesarios, alimentos y medicinas. El gobierno en lugar de responsablemente acometer las políticas apropiadas, introdujo un paquete de medidas políticas para acentuar la represión sobre las economías del sector privado y las cuales fueron dirigidas –sin ignorancia ni ingenuidad- a contraer la oferta y la producción nacional. En ese sentido se extremaron los controles de precios  través no solo de la fuerza armada y represiva sino de decretos leyes, de dudosa factura constitucional, para imponer sobre  precios justos y ganancias el control total sobre las importaciones, todo lo cual ha acelerado la contracción económica ya presente desde el tercer trimestre del 2013. De esta manera el gobierno amarraba productores privados y a la clase media al racionamiento de bienes y de sus propias libertades. La represión y ataques contra las libertades se acentuaron, así tenemos presos a montones, perseguidos, exiliados, etc.
      Ese entorno de represión económica que derrumba el escaso margen de operatividad que traía la economía política, ocurre en medio de una crisis de balanza de pagos sin reservas internacionales con un déficit en pagos de 17% del PIB, y la fiscal por efectos similares, por caída del ingreso fiscal petrolero – de la renta petrolera- y expansión insostenible del gasto público, que lo llevo a financiar el gasto con inflación, monetizando el enorme déficit fiscal de un 24% del PIB directamente y en by pass con PDVSA desde el BCV. Así se llega a la hiperinflación, la cual cerrara el 2014 cerca de 100%, en un entorno donde no se indexan contratos, los ceros sobran, la hiperinflación, le financia al gobierno el 40% de su déficit fiscal!
      3.1 Escasez y control de importaciones
      El gobierno ante el falso dilema de tener que enfrentar ortodoxamente ambas crisis, la fiscal y la de balanza de lagos, eliminando los controles de precio y de cambio y reduciendo drásticamente el déficit fiscal, decide correr hacia adelante buscando el cierre total de la economía, y transfiriendo al gobierno la determinación de precios de todos los bienes y servicios en la economía, y del control total de las importaciones. Los comunistas se aferran al poder, sin que tengan la entidad política sobre el país para hacerlo, el horizonte será de caos con escasez e hiperinflación, la peor combinación, ellos piensan que la represión y los fusiles desactivaran el impacto social de la hiperinflación y la escasez y caída del poder de compra del bolívar. La ingobernabilidad viene por agenda no como consecuencia no intencionada.
      La oposición política en medio de un gran miedo pasa agachada ante el caos. Los impactos de esos dos esquemas políticos puestos en marcha fueron brutales, se exacerbó la inflación y se intensifico la escasez, la economía se contrajo severamente, creció el desempleo, en medio de una colosal crisis de pagos representada en una disminuida renta petrolera que no puede pagar las deudas y pasivos de PDVSA como tampoco resolver el déficit fiscal, el gobierno había raspado la olla y la renta del petróleo vía FONDEN. La hiperinflación y la escasez, dos fenómenos que bajo ningún respecto pueden o deben ocurrir simultáneamente, ocurren, develando una colosal contracción económica producida por las restricciones de oferta mencionadas con una inflación que dinamita el salario real. En medio de ese fenómeno la escasez de bienes y servicios es consecuencia natural producida por la escasez de divisas y las devaluaciones y el ataque a la propiedad privada. Los ejemplos de Velasco Alvarado y Allende están aún frescos en la historia para que muchos puedan comprender lo que nos ocurre.
      3.2 Escasez de dólares: devaluación como garrote
      La grave situación fiscal y de balanza de pagos (reservas internacionales) que muestra la economía venezolana, no es un fenómeno inédito, ocurre en aquellos entornos donde los controles de precios, y el control de cambio, se combinan para apalancar inflacionariamente un insostenible crecimiento del gasto público. En nuestro caso, ambos fenómenos tienen, además de la económica, una razón particular en nuestra caso, la ideológica, que en quince años ha implantado un régimen económico, la economía política de sustituir el sector privado –estatizarlo, nacionalizarlo u arruinarlo- empoderando al gobierno y al Estado legal y constitucionalmente para que rol de empresario. La consecuencia inmediata de ello es la perdida de transparencia, la corrupción y el manejo de una economía con paradigmas absurdos, con asignación ineficiente de recursos, donde las restricciones presupuestarias y los límites al Estado/gobierno no existen, lo que acorta el camino a una crisis fiscal, tal cual  como la que vivimos en las actuales circunstancias.
      Ese marco de economía política de extrema intervención del gobierno en los asuntos económicos, -naturalmente privados-  se funda sobre un Estado donde los poderes públicos operan como uno solo sin los contrapesos institucionales del Estado de Derecho moderno y que ha sido definido esencialmente para delimitar las restricciones fiscales de una economía que impidan la quiebra del sector privado y el empobrecimiento por envilecimiento de la moneda. Irrespetar esas reglas, en el marco de los controles con una renta petrolera en retroceso y de una industria petrolera atada a perjudiciales –financiera y económicamente- acuerdos políticos con sus clientes, nos trajo este entorno de doble crisis, donde la devaluación ha sido el precio ajustado, pero únicamente para dotar al gobierno de dinero inflacionario, con objetivos fiscales. En otras palabras así se reduzca el volumen de dólares de la renta petrolera, la cantidad de bolívares crecerá, con el costo de la pérdida del poder adquisitivo de la gente, y al precio de una hiperinflación, cuyo horizontes dibuja tres dígitos bajos. El gobierno así, se sirve del impuesto inflacionario, jugando la ruleta de la ilusión monetaria.
      4.       caída de la renta del petróleo y el peso de deuda de PDVSA
        El bolívar en consecuencia se ha devaluado durante todo el ano, en línea con el bizarro s esquema cambiario, tejido este por los grupos de interés financieros adosados al gobierno en virtud de enorme riesgo que ya muestra Venezuela (1015 pb) y del elevado grado de exposición en deuda documentada venezolano de sus bancos clientes. El objetivo ha sido disminuir la demanda por dólares, racionando a través del SICAD I y II los escasos dólares que restan de la renta petrolera. El sentimiento  por parte entendidos es que Venezuela se enrumba hacia un default generalizado, fenómeno  que ya abarca un importante volumen de pasivos tanto del Estado como de PDVSA; en los hechos el default ha comenzado de manera selectiva, cuentas por pagar y otros pasivos en cuenta corriente.
        4.1 La caída renta petrolera y crisis financiera de PDVSA y la Republica
        Entre cuentas por pagar de PDVSA a contratistas, proveedores y asociados, se arrugan pasivos superan los 45.000 MM $, la petrolera hace malabarismos financieros (emisiones privadas, especie de notas o bonos quirografarios) que no circulan en el mercado, pero si una manera de estirar el impacto de esos pasivos en su flujo de caja. A ello se suma la deuda documentada de PDVSA bordeando los 48.000 MM $, a lo cual habrá que agregar el peso del crédito chino, donde con descuento, y facilidades para su administración y eventual venta en el mercado natural de PDVSA, reduce considerablemente la renta petrolera, pero a cambio de ciertas facilidades fiscales chinas contenidas en el “crédito chino” a cambio de una pesada hipoteca sobre el petróleo, de unos 30000 MM $, En total deuda y pasivos alcanzan un gran total de 130000 MM $ y que requiere un servicio cercano a los 9.000 MM$ per anno, que sirve entre otros deuda y pasivos garantizados, y no garantizados, y que estimula a estirar otras cuentas corrientes por pagar.
        El peso de la deuda, la enorme nómina y los costos operativos, mas allá de costo de producir petróleo y productos, las subvenciones a Cuba ( de unos 90,000 bd y 1000 MM $), el “fiao” a Petrocaribe y el mantenimiento de la factura que cubre los gastos de la “revolución” dejan poco para cubrir la contribución fiscal de PDVSA, esta ultimo ítem deja ver los atrasos al fisco en pago de impuestos y las trasferencias a FONDEN, todo ello en un marco de caída de la producción por escasez de fondos para invertir, bien por cuenta propia o en las empresas mixtas, Como se puede observar si PDVSA reduce su contribución fiscal, es porque la venta de dólares al BCV se reduce, lo cual como lo describimos arriba tiene su fuente en la caída de la renta del petróleo, flujos que son a todo evento negativos, lo cual crea situaciones financieras alarmantes dad la perdida de los préstamos del mercado de capitales por emisión de deuda en el mercado abierto.
        4.2 Escases de dólares y exceso de deuda
        Es evidente que el monto de obligaciones de PDVSA garantizadas, documentadas, emisiones privadas, el flujo de caja (renta petrolera) de PDVSA esta en extremo comprometido. Lo cual implica que el mercado cambiario (reservas internacionales y otros) como se observa está afectado por la sequía de dólares en PDVSA, porque los petrodólares son el 98% de las reservas internacionales. El gobierno en unas dislocadas finanzas y bajo una brutal presión fiscal ha exacerbado la dependencia de las importaciones de los petrodólares. Los escases  y la hiperinflación recogen esos efectos perversos de un gobierno que gasta bolívares y dólares sin contrapesos institucionales. Si agregamos la deuda externa de la Republica, es evidente que la crisis financiera de PDVSA que describimos arriba amenaza en el mismo paso, la viabilidad financiera del gobierno, los petrodólares constituyen el 100% de los dólares que ingresan al Tesoro y al BCV.  
        5.       Colofón político: La oposición oficial en rol de bombero apagafuegos
          ……se solapa en la perdida de gobernabilidad, la cual transcurre  como el preámbulo de una colosal crisis política.El conjunto de medidas políticas con el cual el gobierno enfrenta su propio caos económico y sus repercusiones políticas por ingobernabilidad, vendrían en la Ley Habilitante y en la acción político-económica de la GNB, la economía se militariza, las consecuencias serían peores, la escasez se exacerbaría y la hiperinflación despedazaría el salario real de la gente. La calle se calienta, sin embargo, la oposición “oficial” no comprende la realidad socioeconómica y política, su acción política similar a la del gobierno, se desenvuelve en torno al miedo se der sobrepasada por los acontecimientos políticos que descomponen y vuelve añicos el escaso grado de libertad de gobernabilidad existente, en lugar de ejercer su rol de oposición y obligar al gobierno a tomar las medidas económicas para corregir la desbandada hiperinflacionaria y resolver el problema de escasez de dólares.
          El dialogo convocado por el gobierno con el apoyo de sus acreedores (Mercosur, Cuba, China Rusia) termino en un fiasco, lo cual demostraba algo que era perfectamente predecible; el gobierno está corriendo hacia adelante y su objetivo inmediato es controlar el poder, la producción y atrincherarse política y militarmente para sostenerse en el poder en medio del caos económico por el mismo producido, probabilidad de corrección en materia de economía política y política económica es ninguna, las franquicias políticas aglomeradas en la MUD no pudieron descifrar ese conundrum, decidieron afianzar su rol de bombero y al costo de perder masivamente credibilidad, la pelea era por una botella vacía. La represión política en la calle se afianzo, sin oposición de ningún tipo excepto el juego político de los estudiantes, el escenario bizarro nos daba un teatro al absurdo, en imagen, la zorra corriendo detrás de los perros.