domingo, 29 de mayo de 2016

FILOSOFÍA Y TRANSMODERNISMO

DOMINGO, 17 DE AGOSTO DE 2008

DE LA POSTMODERNIDAD A LA TRANSMODERNIDAD

En la década de los ochenta asistimos a un debate en torno a la condición post-moderna, o lo que es la crítica a la modernidad. El debate está enmarcado en un agotamiento de la razón, tanto por su incapacidad para abrir nuevas vías de progreso humano como por su debilidad teórica. Así en la política se decía asistimos al final del Estado de Bienestar, en ciencia presenciamos el recuestionamiento de la verdad y el desarrollo de planteamientos postempíricos; en arte se ha llegado a la imposibilidad de establecer normas estéticas válidas y se difunde el eclecticismo; en el campo moral, se traduce en la secularización sin fronteras de los valores ¿Es posible pensar en una nueva época? La respuesta parece obvia; pero, me gustaría pensar que vivimos un tiempo de decisiones para construir una nueva época, fundada en la razón y en el sentimiento en un sentido de complementariedad; es decir, la consideración total al hombre concreto en situaciones concretas y darle esperanza de una vida fundada en el amor al amigo, al hermano no sólo como posibilidad, sino como una realidad. El presente artículo hago referencia a la modernidad, la postmodernidad y una luz en la transmodernidad.
I
La modernidad, o el proceso histórico de la modernidad[1], se había presentado desde sus comienzos como el proceso emancipador de la sociedad, tanto desde la vertiente burguesa como desde su contraria, la crítica marxista. La primera se alimentó de los postulados de la revolución francesa, las doctrinas sociales del liberalismo y del idealismo alemán; mientras que la segunda nace con la economía política, y la crítica al capitalismo de Marx y la Escuela de Frankfurt, se extiende a todo el Neomarxismo hasta la teoría crítica alemana.
Para muchos la modernidad es la salida del hombre a su madurez, una filosofía que reclama la libertad individual y el derecho a la igualdad ante la ley contra la opresión estamental. Su tarea es construir un mundo intelegible, donde la razón lo institucionalice, el juego de las fuerzas políticas, económicas y sociales en base al libre contrato entre seres iguales. De esta manera, la razón irá construyendo a través de la historia el proceso emancipador de la humanidad, conjugando libertad y necesidad.
La razón ilustrada burguesa en su plasmación real estaba, plagada de contradicciones y era portadora por igual de progreso y destrucción, es la tradición marxista, la que hace evidente esas contradicciones, como también la Escuela de Frankfurt.
Posteriormente, Weber interpreta el proceso histórico de modernización como un proceso progresivo de “racionalización” de la sociedad, como la separación sustantiva expresada por la religión y la metafísica en tres esferas autónomas que eran la ciencia, la moralidad y el arte; pero, ello no conlleva a ninguna perspectiva utópica sino que conduce a un aprisionamiento progresivo del hombre moderno en un sistema deshumanizado, que se traduce en un crecimiento irreversible de la reificación[2], la idea de progreso en todas las fuentes es un signo de modernidad, el progreso moral se encamina precisamente hacia la aprehensión de las verdades morales, tal como las había concebido el siglo XVIII[3].
Los pensadores de la ilustración, sostuvieron que existía un vínculo fuerte y necesario entre el desarrollo de la ciencia, la racionalidad y la libertad humana universal; pero, cuando el legado de la Ilustración se extendió y fue desenmascarado se puso al descubierto el triunfo de la razón instrumental, llevada al nivel más elevado con los Nepositivistas. Los protagonistas de la Escuela de Frankfurt, afrontan la crítica de la razón instrumental[4],
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX el optimismo de los filósofos iluministas de la historia comienzan a ceder bajo el peso de las corrientes antirrracionalistas, que tienen a Nietzsche[5] como principal protagonista ya que subrayaban la decadencia de la cultura occidental y su proyecto de modernidad, realzando el vitalismo y el nihilismo.
La critica al universo de la moralidad, por su antinaturalidad, como un sistema de prescripción, como un conjunto de acciones y comportamientos inspirados en valores, o como una visión general del mundo, para Nietszche esos son un conjunto de errores; no obstante, “el primer y más fundamental error de la moral es el creer que puede existir acciones morales”[6].
La clave de la modernidad no radica, en lo que nos es dado inmediatamente, sino que en lo que descansa debajo, lo encubierto —la esencia—. Esta búsqueda de lo encubierto es un camino fragmentario que desvela la naturaleza discontinua de la experiencia moderna y las formas reificadas del mundo que experimentamos. El mundo que afrontamos ha perdido su totalidad y el fragmento individual recobra todo su significado como representante, en miniatura, de esa totalidad[7].
Por tanto, la modernidad para Benjamin, fue el mundo de la fantasía y las ilusiones generadas; pero, ahora en este fin de milenio, el desánimo y la desesperanza se incrusta en el centro de la vida institucional de la modernidad[8], el desánimo cultural se ha apoderado de un Occidente desgastado, producto de tantas promesas incumplidas denunciadas por la postmodernidad.
II
Es con la obra de la Condición postmoderna de F. Lyotard[9] en 1979, se presenta como la crítica al discurso ilustrado y su legitimación racional. La postmodernidad representa la incredulidad en los metarrelatos—filosofía—, designa el estudio de la cultura después de las transformaciones que han afectado a la ciencia, la literatura y las artes a partir del siglo XX.
La idea de Lyotard es apoyada en buena parte en el crecimiento de la sociedad informatizada, la aparición de nuevos lenguajes en base a una heterogeneidad de reglas.
La sociedad, no es otra cosa que una pragmática de partículas lingüísticas. Welmer dirá que la postmodernidad es un “movimiento de des-construcción y desenmascaramiento de la razón ilustrada como respuesta al proyecto modernista y su consiguiente fracaso y esa desconstrucción expresa: a) un rechazo ontológico de la filosofía occidental, b) una obsesión epistemológica con los fragmentos y fracturas, y c) un compromiso ideológico con las minorías en política, sexo y lenguaje”[10].
Para Gianni Vattimo, el desencanto del mundo actual deriva de la “desaparición en los últimos decenios de todo proyecto y normativa totalizante”[11], la modernidad es la época de la legitimación metafísico-historicista, la postmodernidad es la puesta en cuestión explícita de este modo de legitimación[12].
La creencia en una historia unitaria, ha sido sustituida por la multiplicación indefinida de los sistemas de valores y de los criterios de legitimación.
El pensamiento postmoderno se presenta así como un intento de vislumbrar el futuro desde un mundo en el que ya ha ocurrido todo y ninguna utopía o razón, puede explicarlo. La fuerza y plenitud de las cosas está en el presente, que se convierte en fugaz apariencia para el individuo y eterna representación para la humanidad en la que lo siempre nuevo se convierte indefinidamente en siempre lo mismo—idea del eterno retorno de Nietzsche—. Desaparece así el concepto de historia como progreso de la razón y de transformación social, y se convierte en un presente cuya última finalidad en su propia reproducción. El espíritu de la modernidad se embriagaba en la conformación de una cultura superior para que el hombre se sintiera también superior y lograse mayores niveles de identidad. El espíritu postmoderno pone en peligro la identidad cultural de los pueblos, porque pretende homogenizar a través de los mass media, imponiendo valores sin freno[13], en un proceso des-diferenciación; no obstante, se podría distinguir diversos tipos de postmodernismo:
El Ecleticismo anárquico o postmoderno[14], se inició en el campo de la arquitectura[15]donde resulta más visible la modificación de la producción estética, fue precisamente en estos debates sobre la arquitectura donde surgió inicialmente la definición de postmodernismo, sus críticas han sido implacables a la cumbre del modernismo arquitectónico y del llamado Estilo Internacional. “Se la atribuye, pues, a la época de esplendor del alto modernismo, la destrucción de la coherencia de la ciudad tradicional y de su antigua cultura de barrios”[16]. Los postmodernistas se sienten fascinados por el conjunto del panorama “degradado” que conforman el shlock y el Kitsch, la cultura de los seriales de la televisión, de la llamada paraliteratura con sus categorías de la literatura gótica o de amor, biografía popular, detectivesca, de ciencia ficción o de fantasía. La falta de disponibilidad de estilo personal, han engendrado la práctica de lo que hoy en día se llama pastiche[17], con una heterogeneidad estilística y discursiva carente de norma, el pastiche es una parodia vacía, vacua, es lo que Wayne Booth llama las “ironías de establo”. Para Roland Barthes, la fuente de invención de los nuevos artistas, no tienen hacia dónde volverse, sino al pasado, la imitación de estilos muertos, el discurso a través de todas las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que ya es global”[18]. En arquitectura se ha denominado “historicismo” o canibalización al azar de todos los estilos del pasado, el libre juego de la alusión estilística, con lo que hoy se le ha denominado “neo”.

Existe o otro tipo de conciliación y tolerancia de diversas manifestaciones, una especie de ecleticismo armónico con una nostalgia del pasado, busca una armonía en posiciones aparentemente contrarias; pero en el fondo son concordantes. Con una revalorización de culturas minoritarias marginadas, pero con un sentimiento de identidad. Estudios académicos más rigurosos y sistemáticos de la coexistencia de esta mezcla de estilos con cierta nostalgia del pasado[19], pertenecen a una forma blanda de posturas postmodernas, se reestructura el problema del pastiche, y lo proyectan a un nivel colectivo y social en un intento desesperado por capturar un pasado ausente; pero, este referente histórico ha desaparecido, “ya no puede proponerse representar el pasado histórico, sólo puede “representar” nuestras ideas y estereotipos sobre el pasado”[20]. Los nacionalismos adquieren sentido, de este modo su producción cultural resulta encerrada en un espacio mental, donde buscan de la historia sus propias imágenes pop y simulacros de esa historia, que se mantiene fuera del alcance de aquellos que no comparten sus creencias. De allí que el sujeto ha perdido su capacidad de extender activamente sus pro-tensiones y sus retenciones en las diversas dimensiones temporales, de organizar su pasado y su futuro en forma de experiencia coherente, se hace muy difícil pensar que las producciones culturales de ese sujeto posmoderno puedan ser otra cosa que montones de fragmentos y una práctica de lo heterogéneo y lo fragmentario al azar, así como de lo aleatorio[21].

Otro aspecto dentro de este Ecleticismo armónico, encontramos un costumbrismo crítico, donde se nos devulve la expresividad y la presencia de elementos locales en los bienes culturales, esto favorece nuestras búsquedas localistas y las de nuestros mestizajes culturales”[22]. Obviamente, una necesidad de conciliar elementos locales con otros de la cultura universal, con un deseo de reflexión de identificación nacional y una voz que se distinga de lo demás, ya que se considera nuestro pensamiento lógico y crítico es débil; por tanto, necesitamos reforzarlo, orientarlo hacia una cultura superior.

Sin embargo cabe muchas preguntas ¿Hasta qué punto este pensamiento se vuelve tan efímero, y al mismo tiempo sólo se trata de conservar el presente? ¿Qué grupos sociales se identificarían con esos valores, si los tienen? para ello el mundo es una construcción, producto de nuestro imaginario colectivo y la comprensión se hace a partir de los análisis literarios, el arte encierra la verdad más profunda por ello se hace necesario el cuestionamiento de la realidad y de la idoneidad del lenguaje para describirla[23]. Y aún así, no se puede demostrar nada, no puede desmentirse nada. La verdad es una ficción, según Michael Foucault el conocimiento es el discurso del poder, de allí que podría orientarse a la deshumanización.
Los postmodernos tratan de sustituir la ciencia y la razón por la emoción, las sensaciones, la introspección, la autonomía, la creatividad, la imaginación, la fantasía, dan preeminencia al corazón sobre la razón, a lo personal sobre lo impersonal; ellos rechazan las grandes generalizaciones las llamadas teorías “totalizadoras”. La verdad, además de ser una ficción convincente, es relativa, local, indefinida e interpretativa.

En esta época predomina una actitud postmoderna nihilista y de cuestionamiento absoluto hacia todos los valores tradicionales, incluidos los asociados a determinados preceptos religiosos, lo que constituye, para algunos una fuerza subversiva incalculable[24]; pero, también la postmodernidad ha atiborrado al hombre de sectas religiosas y cuasireligiosas, para que no olvide su ancestral impotencia ante la incertidumbre y lo inconmesurable[25]

Al inculcarse cierta desesperanza y pérdida de fe sobre la posibilidad de una sociedad más justa y solidaria, se debilita la esperanza de que el individuo inserte un proyecto individual de vida dentro de cambios sociales axiológicamente positivos. Esta situación estimula el egoísmo, la búsqueda de salidas estrictamente individuales y la disposición a encontrarlas a cualquier precio.

Es éste realmente un problema universal, aunque en cada lugar tiene sus expresiones concretas en dependencia de las características específicas. La crisis global de valores no tiene las mismas manifestaciones en Europa, digamos, que en los países de periferia como América Latina; no es igual en las clases adineradas que en las desposeídas. Si en un contexto se expresa en un consumismo exacerbado que por lo general se acompaña de un gran vacío espiritual, en el otro se entroniza en lo que se ha dado en llamar "cultura de la pobreza", que centra su preocupación fundamental en la supervivencia misma y que no tiene muchas posibilidades de ocuparse más que del presente inmediato.

III

Siguiendo una concepción cíclica de la historia, podemos considerar que el progreso vital del individuo es cíclico; avanza hacia cotas crecientemente superiores de entropía, de homogeneización y aleatoriedad, de acuerdo con la Segunda Ley de la Termodinámica, la cual afecta a todos los sistemas en equilibrio inestable, incluidas, según Erwin Laszlo, las sociedades. ¿Por qué no se pensó nunca que el universal evolutivo social acaso no fuera solamente lineal y que pudiera ser cíclico?
El ciclo se agota después de una larga duración. Nos retrotrae a aquel universo caótico y multiforme; sin embargo, puede surgir un orden nuevo que, tal vez, no sea pernicioso, que implique la reconciliación de los contrarios, el concierto entre lo uno y lo múltiple en una armonía de la cual somos parte.

El tiempo cíclico nos recuerda a una modernidad cansada y el abismo al que de continuo se enfrenta la vida humana[26], se podría considerar que la expresión de caos se ha dado en la cultura del postmodernismo, en su versión más radical y hoy percibimos una nueva luz en la transmodernidad.
En lo trans Belausteguigoitia reconoce un nuevo campo epistemológico. Para la autora lo trans es la palabra importante que hay que entender. Lo trans no es un inter (entre territorios), sino un “más allá de”. Con lo trans se genera otro territorio.
No se pasa una frontera sino que se transgrede. Una frontera se la cruza o atraviesa, se la penetra, tal vez se la transforma, o se la supera. Los contenidos de esos espacios, de esos cuerpos que se atraviesan quedan transgredidos, afectados. Lo trans aplaza o desplaza. Al decir lo trans se cambia la perspectiva del sujeto y su relación con el objeto. Lo trans genera un campo de existencia de algo complejo.
Lo trans tiene que ver con la posibilidad de penetrar los límites y transformar los contenidos de estos límites, de poder llegar a superar binarios y opuestos que dicen que se es hombre o se es mujer, que se es de género masculino o femenino. A través de lo trans se puede superar lo localizado, fijo o contenido, desintegrado “pollution”, mezclando, adulterando o contaminando los contenidos y límites creados por las disciplinas. En este proceso de superar los límites y los contenidos de esos límites, se crea lo transdisciplinario, o la transmodernidad, lo transexual, lo transgender, lo transnacional etc..
Para Rosa María Rodríguez Magda, de la universidad de Valencia en su libro La sonrisa de Saturno, propone la idea de Transmodernidad, para ella es el retorno, la copia, la pervivencia de una Modernidad débil, rebajada, ligth. La zona contemporánea transitada por todas las tendencias, los recuerdos, las posibilidades; transcendente y aparencial a la vez, voluntariamente sincrética en su “multicronía”. La Transmodernidad es una ficción: nuestra realidad, la copia que suplanta al modelo, un eclecticismo canallesco y angélico a la vez. La Transmodernidad es lo postmoderno sin su inocente rupturismo, la galería museística de la razón, para no olvidar la historia, que ha fenecido, para no concluir en el bárbaro asilvestramiento cibernético o mass-mediático; es proponer los valores como frenos o como fábulas, pero no olvidar, porque somos sabios, porque nuestro pasado lo ha sido. La Transmodernidad retoma y recupera las vanguardias, las copia y las vende, es cierto, pero a la vez recuerda que el arte ha tenido -tiene- un efecto de denuncia y experimentalismo, que no todo vale; anula la distancia entre el elitismo y la cultura de masas, y descubre sus sendos rostros cruzados. La Transmodernidad es imagen, serie, barroco de fuga y autorreferencia, catástrofe, bucle, reiteración fractal; entropía de lo obeso, inflación amoratada de datos; estética de lo repleto y de su desaparición, entrópica, fatal. Su clave no es el post, la ruptura, sino la transubstanciación vasocomunicada de los paradigmas. Son los mundos que se penetran y se resuelven en pompas de jabón o como imágenes en una pantalla. La Transmodernidad no es un deseo o una meta, simplemente está, como una situación estratégica, compleja y aleatoria no elegible; no es buena ni mala, benéfica o insoportable... y es todo eso juntamente... Es el abandono de la representación, es el reino de la simulación, de la simulación que se sabe real[27].
La autora buscaba ser un punto de arranque para vertebrar una teoría que, siendo irreverente, abriera caminos frente a las corrientes post que estaban embarrancando en un callejón sin salida, fascinados por una utilización excesivamente literaturizante de sus términos, enmarcado en un eclecticismo, como en un relativismo social y gnoseológicamente nihilista. La autora propone una teoría de retorno a una Modernidad débil, light¸ con una tendencia al sincretismo, y un acercamiento a lo antes irreconciliable. La propuesta de Rosa María Rodríguez gira en torno entre lo postmoderno y transmoderno.

Por otro lado, el pensador mexicano Enrique Dussel[28] utiliza el concepto en el marco teórico emanado de la teología de la liberación y la reflexión sobre la identidad latinoamericana. Para Dussel la modernidad es un concepto hegemónico basado en el dominio y la exclusión del Otro: la periferia, los indígenas, el pueblo, las mujeres y los pobres.

La filosofía de la liberación pretendería ejercer una razón utópica desde el respeto a las particularidades. La transmodernidad y la poscolonialidad funcionan como medios de localización y hallazgo de nosotros mismos; son instrumentos de autonominación que revelan las diversas formas en que nuestra propia territorialización nos ha llevado a la desterritorialización de los demás. Implica afirmar lo negado, lo oculto por las modernidad y lo rechazado por la postmodernidad. Ambos, la transmodernidad y la poscolonialidad, son intentos de pensar el cristianismo, desde una óptica marginal de manera tal que las dimensiones espaciales y temporales puedan ser contempladas simultáneamente, y resignificadas.

En este sentido se entenderían por teorías transmodernas todas aquellas que, procedentes del tercer mundo de la periferie, reclaman un lugar propio frente a la modernidad occidental. Existe pues para Dussel un talante crítico, cristiano, de defensa de los excluidos, aunado a la percepción de una necesaria incorporación de la voz del otro, que pretende cohesionar en su uso de la noción de transmodernidad.


Esta emergencia de los estudios subalternos, de la epistemología fronteriza protagoniza la reflexión del postcolonianismo latinoamericano, que se manifiesta también en denominaciones como razón post/imperial/occidental/colonial según W.D. Mignolo o la noción de Culturas híbridas[29] de N. García Canclini.

La transmodernidad, implica ir más allá, crear un nuevo espacio, un poco moderno y postmoderno, una conciencia de la evolución cíclica y complementariedad de análisis de sentido de vida. Penetrar los límites y transformar los contenidos de estos límites, de poder llegar a superar binarios y opuestos sin anularlos sino complementarlos en uno nuevo; pero más complejo, se trata de la construcción de formas históricas sociales, que confieren un sentido radicalmente nuevo a los elementos mismos que le preceden .

IV

Es para la persona humana y para cada uno de nosotros ciudadanos latinoamericanos un desafío enfrentar estas posturas y dar respuesta a amigos, hermanos y familiares, a personas concretas, cuál es la salida. Es un momento de ansiedad permanente, un estado en el que ninguna forma que emerge tiene posibilidades de solidificarse ni de sobrevivir durante mucho tiempo, en otras palabras se trata de un estado de indecisión, sino de imposibilidad de decisión; convencionalmente se dice de crisis; sin embargo, asumiría el sentido de etimológico de la palabra crisis[30], es decir, es tiempo de tomar decisiones que permitan el mejor sentido de la vida, es una época como de tránsito, para hombres concientes de su transitoriedad[31], en el camino, para hombres un poco modernos y también postmodernos, que buscan la verdad, pero que recuestionan verdades legitimadas, que cuestionan la ciencia tradicional y buscan fundamentos epistemológicos, que ven al hombre como un ser inacabado, y poseedor de esencia[32]; rechazan todo tipo de concepción dualista ya que el hombre es una totalidad, donde razón y sentimiento se complementan como un todo en el ser humano.

No es entonces una época en el que la modernidad ha fracasado, o sea un proyecto inacabado[33], es una época distinta, de decisión, de construir, de dar esperanza, de forjar vínculos de confianza, de reconocer al hermano, de ver a la verdad en un acontecer de vida y un camino de permanente construcción de una época de mostrar la luz, una época que inauguramos hoy, porque albergamos una esperanza y tomamos una decisión de construir un nuevo espacio donde la civilización del amor sea nuestra aspiración, es una época de transmodernidad, José Isaacson , se refiere a un segundo Renacimiento, donde el hombre concreto es el protagonista de un nuevo humanismo, es el hombre total que ha asumido el proyecto de ser persona, en un Universo policéntrico, que intenta subrayar la unidad de la cultura, pues ya no se trata de enfrentar el arte y la ciencia, sino reunirlos en una unidad enriquecedora y dialéctica[34], es una época que lo dice todo lo reúne todo; pero es real en la medida que se exprese en lo más personal, porque es lo individual lo que mejor expresa lo universal.


BIBLIOGRAFIA

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* Candidata a Doctora en Ciencias Sociales, Magistra en Educación Superior, Licenciada en Filosofía. Docente de la Universidad Católica de Santa María y Universidad Nacional de San Agustín.[1] No es lo mismo “modernidad” que “modernismo”, ya que él último se refiere a un movimiento cultural, de allí que la época moderna no coincide con el modernismo. Del mismo modo, la postmodernidad y el postmodernismo, implican aspectos distintos, aunque tiene un aire de familia.[2] Loc. Cit.[3] Alasdair MacIntyre, Tres versiones rivales de la ética, 222[4] George Freidman, La filosofía Política de la Escuela de Frankfurt, 115[5] Ruben H. Ríos. Friedrich Nietzsche y la vigencia del nihilismo, 105[6] Josep Pico, Op. Cit., 17-18[7] Ibid., 25[8] Celso Sánchez Capdequí, Imaginación y sociedad. Una hermeneútica creativa de la cultura, 20[9] Jean-F. Lyotard. La Condición postmoderna, 21[10] Ibid., 39-40[11] Josep Pico, Op. Cit, 45[12] Gianni Vattimo, Etica de la interpretación, 20[13] Pablo Guadarrama, Op. Cit., 162[14] Jean- Francois Lyotard ha definido lo postmoderno como “la incredulidad hacia las metanarrativas”, La condición postmoderna, (Madrid: Cátedra, 1984)[15] Jurgen Habermas “Modernidad un proyecto incompleto”. En Nicolás Casullo (comp.) El debate modernidad-postmodernidad (Buenos Aires: Punto Sur, 1989), 131[16] Frederic Jamenson, El Postmodernismo o La Lógica Cultural del Capitalismo tardío, 141[17] Concepto de Thomas Mann en Doktor Faustus, quien a su vez lo tomó Adorno sobre las dos vías de la experimentación musical avanzada, la planificación innovadora de Schoenberg, el ecleticismo irracional de Stravinsky.[18] Ibid., 151[19] Fredy Amílcar, Escritos Mitimaes. Hacia una poética andina postmoderna (New york: Barro Editorial, 1998), VI[20] Frederic Jamenson, El Postmodernismo o La Lógica Cultural del Capitalismo tardío, 156[21] Ibid., 156[22] Juan Acha, Introducción a los Diseños, 171[23] Marvin Harris, Teorías sobre la cultura en la era postmoderna, 151[24] Josep Pico, Modernidad y postmodernidad, 15[25] Pablo Guadarrama, Humanismo, marxismo y postmodernidad, 160[26] Celso Sánchez Capdequí, Imaginación y sociedad. Una hermeneútica creativa de la cultura, 80[27] Rosa María Rodríguez Magda “Transmodernidad; La globalización como totalidad transmoderna”. En Revista de Occidente, Nº4. 2007, www.alfonselmagnanim.com/
[28] Enrique Dussel. “Transmodernidad e Interculturalidad. Interpretación de la Filosofía de la liberación” UAM, México 2005. En www. afl/.org/avat.pdt[29] Nestor García Caclini, Culturas Hibridas, Estrategias para entrar y salir de la modernidad, 19[30] Etimológicamente se acerca más a criterio— principio para tomar decisiones correctas— fue Hipócrates quien recogió el verbo griego κρινειη (usado como “decidir”, “determinar”)[31] José Isacson. La revolución de la persona, 179[32] Ibid., 121[33] J. Habermas. El discurso filosófico de la Modernidad, 397[34] José Isacson. Op. Cit., 5

REVOLUCIÓN BOLIVARIANA ACABA CON LA BIODIVERSIDAD

 Explotación del Arco Minero atenta contra la biodiversidad

Lorena Quintanilla Muñoz/Fotos: Archivo | 
Poco o casi nada se comenta sobre el Plan del Arco Minero del Orinoco, propuesto por el Ejecutivo nacional.
En la calle las personas suelen desconocer el tema. Alegan que algo han escuchado más no saben de qué se trata el proyecto.
En febrero de este año el presidente Nicolás Maduro “activó el Arco Minero del Orinoco, una zona de 114.000 kilómetros cuadrados en el estado Bolívar, que cuenta con grandes potencialidades para la extracción del oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales de alto valor industrial”, reseñó el portal albaciudad.com.
El objetivo: ir sustituyendo al petróleo como única fuente de divisas internacionales.
A propósito, el Presidente de la República, firmó el decreto para la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, uno de los 14 ejes fundamentales de la Agenda Económica Bolivariana.
Aunque en ese encuentro con 150 empresas nacionales e internacionales se habló de hacer una explotación respetuosa del ambiente y hacer un proceso de desarrollo industrial en Venezuela, preservando los recursos naturales y las culturas originarias, algunos ambientalistas consideran serias consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Rechazan el Arco Minero

José Infante, presidente de la Fundación Guardián, expresó en visita a EL IMPULSO, que las organizaciones ambientalistas del estado Lara están en contra del Plan del Arco Minero del Orinoco, por lo cual han manifestado abiertamente su reclamo mediante varios pronunciamientos, videos, marchas, protestas y concentraciones.
-¿Qué es el Arco Minero?
-Se trata de un territorio de más de 111.000 kilómetros cuadrados en el estado Bolívar al sur del río Orinoco. Este territorio está dividido en cuatro bloques que serán entregados en concesiones a más de 140 empresas trasnacionales, las cuales se encargarán de explotar oro, diamante, coltán, bauxita y otros minerales de la zona. Esta superficie fue certificada como el segundo yacimiento de oro más grande de América Latina, lo cual desató infinidad de propósitos por parte de esas empresas extranjeras.
-¿Qué ocurrirá al explotarse este territorio?
-Se va a destruir lo que queda de la reserva forestal de la Serranía de Imataca, formación terrestre en la región de Guayana, se afectará la superficie que está reservada para ser declarada Parque Nacional El Caura, se perjudicará un sector del Monumento Natural Cerro Guanay e igualmente la cuenca hidrográfica, es decir, todos los ríos que surten al Orinoco, se afectarán al comenzar el proceso de explotación.
-¿Por qué se afectará la cuenca hidrográfica?
-Se afecta a través del mercurio mediante la minería ilegal. Por su parte, la minería industrial se vale de fosas de cianuro. En el estado Bolívar y Amazonas, se han derramado algunas. Es altamente peligroso. Esto va a disminuir la pesca en las comunidades indígenas de la zona ya que se trata de uno de sus sustentos.
-¿Qué pasará con los indígenas?
-Lamentablemente serán desplazados de sus territorios. Cuando estas empresas comiencen a excavar, se asentarán alrededor de las etnias una serie de campamentos mineros lo que se traduce en el desplazamiento de los establecimientos indígenas. Estas serían consecuencias inmediatas. Se perdería la autenticidad de las clases étnicas debido a la transculturización minera.
Incluso, hoy en día, hay muchos niños que no van a la escuela porque se dedican a la actividad minera.
-¿Qué consecuencias se darían a largo plazo?
-A largo plazo, el cianuro y el mercurio, pasará a las cadenas alimenticias, a los peces primero y posteriormente a los humanos, lo que desencadenará una enorme contaminación o bioacumulación, es decir, los metales pesados se van a ir apilando en las grasas de los seres vivos. A medida que una especie se alimenta de otra, se acumula mucho más contaminante, lo que puede ser letal para muchas especies que se verán amenazadas ante su posible extinción. Se verán amenazadas de manera directa todas las especies hidrobiológicas como caimanes, manatíes, peces, etc.
-¿Qué consecuencias ha generado la minería ilegal?
-Según algunos estudios, por el estado Bolívar, mediante la minería ilegal, salen aproximadamente 25 toneladas de oro anualmente, de las cuales, 20 se reparten entre Colombia y Brasil. Nueve de cada diez mineros, que trabajan ilegalmente en esa zona son extranjeros, es decir, esa explotación de oro y diamante jamás le ha pertenecido al país.
Eso es ampliamente conocido, por ello los ambientalistas nos oponemos al Plan del Arco Minero del Orinoco.
Si el Estado no ha logrado detener la minería ilegal, al conceder todas esa concesiones, cambiará el uso del estado Bolívar, decretado para proteger su biodiversidad, así como la represa del Guri. Cuando comience la explotación por parte de esas trasnacionales el estado se convertirá en un gigantesco pueblo minero. Se perderán todas las tradiciones de vida de la zona como la agricultura, la pesca, vida indígena, entre otras.
-¿Cuándo arrancará este plan?
-En este momento esperan por la certificación kimberley, que otorga una agencia de las Naciones Unidas, para garantizar que no es un “oro de sangre” como se les llama a los “diamantes de sangre” en África, que se obtienen mediante guerras en la zona. No obstante, la minería ilegal tiene más de 30 años haciendo estragos en el estado Bolívar.
-¿Por qué otras razones alzar la voz de protesta contra este plan?
-Porque esa explotación de oro nos dejará sin electricidad, sin agua potable y sin biodiversidad.
-¿Se afectará el ciclo de las lluvias en el país?
-Por supuesto porque los vientos que vienen del sur recogen la humedad de las selvas del estado Bolívar y la descargan en los estados llaneros. Pero al deforestar la zona no habrá humedad para recoger. Por otra parte, al deforestar esos más de 111.000 kilómetros cuadrados de superficie, disminuirá también la producción de cereales en los estados llaneros, como el sorgo, es decir, habrá más problemas para producir alimentos. Asimismo, el problema eléctrico se agravará aún más. Lejos de recuperar la represa El Guri, se terminarán de disminuir algunos de sus caudales, es decir, probablemente esa represa nunca pueda recuperar sus niveles óptimos. No se justifica entonces con este Arco Minero tanta amenaza para el país, por un oro que se terminarán llevando las empresas trasnacionales. Nunca hemos visto los recursos del oro y no hay garantía de que los vamos a ver en este momento.
-¿Por qué no se verán los recursos?
-Otro gran problema de este Arco Minero es que originalmente se dijo que toda la producción de oro se le tenía que vender al Banco Central de Venezuela. Salió un segundo decreto, en el cual un porcentaje, sin especificar cuál, podrán vender las trasnacionales directamente a bancos centrales de otros países. Pudiera ser una relación 70 – 30 para Venezuela, realmente, no estamos ganando nada. Este proyecto no tiene nada de positivo, se vendió como una minería ecológica que no existe. Se busca organizar la minería ilegal, porque supuestamente estos mineros pasarán a ser empleados de las trasnacionales, pero al final eso no va a ocurrir. Ha habido experiencias anteriores que así lo demuestran.
Otra consecuencia social es que hay muchos núcleos de prostitución infantil en torno a los campamentos mineros, ya que se trata de hombres que abandonan sus hogares por cuatro, cinco o más años. Esto es caldo de cultivo para la prostitución.
-¿El Arco Minero es de larga data?
-Eso lo decretó Hugo Chávez en 2008 pero a raíz de una serie de consultas que realizó a los pueblos indígenas, ordenó detener el Arco Minero en el año 2010. Se dio cuenta de todo lo que estaba en juego y lo dejó así. Por la baja de los precios del petróleo salió a flote nuevamente el Arco Minero del Orinoco. En esta ocasión se violaron los principios constitucionales de la consulta pública. No hay estudios de impacto ambiental, no se presentó al país la propuesta, los estudios, ni la supuesta tecnología ecológica que se va a utilizar.
El país desconoce muchísimo sobre este proyecto que fue aprobado a la ligera. Ya se otorgaron las 140 concesiones y no sabemos de qué empresas se trata. Mucha gente no entiende de qué se trata esto. Esa es la primera barrera a resolver, la desinformación que existe en torno a este proyecto que afectará al río Orinoco. La minería implica deforestar toda la vegetación. Incluso, cuando apenas se anunció el proyecto, aumentó la presencia de mineros en la zona.

¿Y la Asamblea Nacional?

Los especialistas consultados se mostraron preocupados porque hasta la fecha la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional no se ha pronunciado sobre el Arco Minero del Orinoco y su impacto ambiental, así como el resto de las consecuencias planteadas por organizaciones ambientalistas.
Sin embargo, el 10 de mayo de este año, el presidente de la Subcomisión de Recursos Naturales de la Asamblea Nacional (AN), Luis Parra (Unidad-Yaracuy), aseguró que la concesión otorgada para la explotación del Arco Minero en el estado Bolívar, generará un impacto ambiental que afectará negativamente a una superficie de 111 mil kilómetros cuadrados, que vendría a hacer el 12% del territorio nacional y que supera el 40% del estado Bolívar.
“No hay ningún estudio de impacto ambiental que pueda resarcir el daño que se pueda desarrollará en estas superficies”, advirtió.
El parlamentario destacó que el Arco Minero está dividido en cuatro bloques: Área 1, de 24.717 kilómetros cuadrados (km2), limitada por el Río Cuchivero y tiene (coltán y diamante), el Área 2, de 17.246 km2, limitada por los ríos Cuchivero y Aro, (minerales no metálicos y oro aluvional), el Área 3, de 29.730 km2, limitada con el río Aro (hierro y bauxita) el Área 4, de 40.152 km2 (oro). A estas áreas se suma el Bloque Especial Icabarú, con superficie de 1.754 km2, con abundante presencia de diamante y oro.
A su juicio, esta explotación minera a cielo abierto, como el Gobierno Nacional ha pretendido desarrollar, no tiene precedente en la historia de Venezuela.
Se trata del mayor impacto ambiental negativo más grave que se ha hecho en nuestro país.
Será un sacrificio ecológico al cual se va a someter la superficie de un estado.
“Tenemos que decir, como lo establece el artículo 129 de la Constitución, que los impactos ambientales irreversibles no pueden ser autorizados”.
Para el diputado el impacto al ecosistema y al ambiente podrían generar graves daños a las fuentes acuíferas.
“Es el tercer reservorio más grande de agua del mundo, está ubicado en el Arco Minero y afectará a los ríos y a la represa del Guri el cual aporta el 60% de generación eléctrica al país. Esos afluentes de las aguas, serán contaminados tras la utilización de mercurio y cianuro si se hace a cielo abierto”.
Explicó que además del impacto ambiental y al ecosistema, 40 etnias indígenas alojadas en la zona del Arco Minero se verán afectadas.

Es más fácil destruir que preservar

Yonder Rojas, coordinador de Guardaparques Universitarios, aportó que el decreto de Maduro sobre el Arco Minero, además de atentar contra la soberanía, atenta contra la biodiversidad.
“Decimos que atenta contra la soberanía porque se están entregando 111.000 km2 a 150 empresas trasnacionales, entre estas la Gold Reserve, a la cual en el año 2009, el presidente Chávez no le renovó la concesión por daños ambientales”.
No hubo una consulta pública ni se escuchó el clamor de los indígenas.
“Son más de 55.000 indígenas de seis etnias en el lugar y a nadie se les consultó nada”.
Esas personas forman parte de nuestro patrimonio, indicó.
“Con este Arco Minero se incrementará la prostitución en el sitio, se provocará un envenenamiento de las aguas. Por cada gramo de oro son mil litros de agua. Todo el sedimento será arrastrado por el Orino y pequeños riachuelos, hasta afectar el Guri.
ebido a los sedimentos las turbinas harán un esfuerzo mayor”.
Por su parte, la Reserva Forestal El Caura, no pasaría a Parque Nacional.
En esta reserva habita el águila Arpía, especie que se vería amenazada.
“Ha sido más difícil decretar la reserva como Parque Nacional cuando en 2014 la Fiscalía de la República lo intentó hacer. Mientras que el decreto de minería fue aprobado enseguida. Creemos que más fácil destruir que preservar”.
Al decretarse parque nacional se protege aún mucho más la flora y la fauna de la zona.
“El Arco Minero del Orinoco cubre un espacio mucho más grande que el Estado Apure. Mérida y Táchira juntos”.

ASÍ USÓ EL ESPIRITISMO HUGO CHAVEZ

Las brujas de Chávez: así usó el espiritismo el líder venezolano

Una investigación revela la obsesión del desaparecido presidente de Venezuela por consultar videntes, hacer sesiones de 'ouija' y hasta practicar rituales de santería cubana.
Una investigación revela la obsesión del desaparecido presidente de Venezuela por consultar videntes, hacer sesiones de ‘ouija’ y hasta practicar rituales de santería cubana.

 
“En el Palacio presidencial de Miraflores se hacen rituales de espiritismo”

Rocío Galván / El Mundo (España) 
“Antes de los 60 años te vas a enfermar gravemente y te vas a morir”, le dijo la bruja Cristina al joven Hugo Chávezmientras señalaba una carta de espadas sobre una de bastos. Ése fue el primer impacto del Comandante Eterno con el esoterismo. Una afición que le acompañaría hasta el día de su muerte, vaticinada por su primera vidente, la hermana de su amante durante más de una década Herma Marksman
Corría el año 1987 y eran los tiempos en que un ambicioso capitán Chávez urdía el golpe de Estado que tomó cuerpo en 1992. Pero no todo fueron malos augurios. La médium de cabecera del líder bolivariano también profetizó su ascenso a lo más alto: “Tú vas a ser presidente de Venezuela pero vas a estar preso primero. La señal la cargas encima”, sentenció Cristina.
Las cartas marcaron así su inexorable destino y con ellas llegó una obsesión que le arrastraría a realizar todo tipo de prácticas relacionadas con el ocultismo. Un largo currículo de contactos con el más allá que abarca los amuletos, la ‘ouija’, las apariciones de su bisabuelo ‘Maisanta’ (un general que luchó contra la dictadura de Juan Vicente Gómez), las charlas con el espíritu del libertador Simón Bolívar, la masonería (intentó ingresar en una logia), las visiones de las ánimas de la sabana y la santería cubana.

La bruja Cristina Marksman (centro) y su amante Herma (dcha), junto a un joven Hugo Chávez. CEDIDA A EL MUNDO
La bruja Cristina Marksman (centro) y su amante Herma (dcha), junto a un joven Hugo Chávez. CEDIDA A EL MUNDO

Las increíbles revelaciones sobre el poder oculto que regía las decisiones del difunto presidente de Venezuela son fruto de la investigación del periodista David Placer y están recogidas en el libro ‘Los brujos de Chávez’ (Economía Digital), que este miércoles se presenta en Madrid
Uno de los hallazgos más relevantes de Placer es una carta -hasta ahora inédita- que el propio Chávez envió a la videnteCristina Marksman. La misiva, que publica en exclusiva EL MUNDO, supone una importante prueba documental de lo que hasta ahora era un secreto a voces. 
“Chávez utilizó la brujería para controlar Venezuela y manipular al pueblo. Hasta tal punto que la santería importada desde Cuba transformó la manera de hacer política”, afirma Placer tras recabar decenas de testimonios del entorno del líder bolivariano.
La santería es una práctica primitiva que tiene su origen en Nigeria y que llega a Cuba a través de los esclavos negros que llevaron los españoles.
“Las prácticas santeras surgen con el chavismo gracias a la influencia de Fidel Castro, que aprovecha la superstición de Chávez para introducir a los santeros en todas las instituciones del Estado”, explica Placer. Está confesión se la hizo el ex ministro y amigo personal de Chávez Raúl Baduel, desde la cárcel de Ramo Verde.
De elector a devoto
A partir de entonces el elector se convierte en devoto y nace así la veneración a Chávez como una especie de reencarnación de una deidad que posee el espíritu y de los antiguos libertadores. El libro relata que los ‘babalawos’ o santeros se introdujeron en organismos y empresas creando una red de espías que obtenían información gracias a su labor como guías espirituales.

Diversos objetos de santería en el salón del Palacio presidencia de Miraflores. DAVID PLACER.
Diversos objetos de santería en el salón del Palacio presidencia de Miraflores. DAVID PLACER.

“Los militares hacían los ritos de iniciación en La Habana y era frecuente ver altares en los lugares públicos. Esto llegó a transformar incluso el cuadro de mando del ejército, ya que un padrino de santero no podía estar por debajo en el escalafón”, dice el periodista.
Para el autor, uno de los descubrimientos más impactantes fue constatar que “en el Palacio Presidencial de Miraflores se realizaban rituales de espiritismo a los que acudían los jerarcas del chavismo y todavía hoy se siguen haciendo”.
El reportero caraqueño ha sacado fotografías del salón en el que tenían lugar estas sesiones. En una de ellas se puede ver una cabeza de caimán, utilizada para este tipo de ceremonias, así como velones y ofrendas. Todo apunta a que Chávezhizo rituales paleros, en la que se usan huesos de muertos. “En el Cementerio General del Sur se profanaban hasta ocho tumbas diarias”, asegura.
La relación con los muertos fue una constante a lo largo de la vida de Chávez. Varios testigos aseguran que dejaba una silla vacía en las reuniones con sus asesores para Simón Bolívar, con quien incluso mantenía charlas a altas horas de la madrugada. Cuando almorzaba a solas pedía otra ración para El Libertador.
Otras veces, durante las sesiones de espiritismo en la cárcel, era poseído por el alma de su bisabuelo, que hablaba a través de él. Casi siempre para designarle como el candidato “elegido” por los dioses. En ocasiones aseguraba haber visto a la ‘llorona’, una conocida ánima oscura que según la tradición recorre la región de los llanos.
¿Era Chávez un iluminado o era todo puro teatro? “Ambas cosas. Él creía en los espíritus pero también los utilizaba para manipular”.
Lo cierto es que al final de sus días, cuando el cáncer invadía su cuerpo, el presidente volvió a sus raíces católicas. A través de la televisión pidió a Cristo que le prolongara la vida para poder acabar su labor mesiánica y prometió que construiría templos en su honor. Tras su desaparición, la figura de Chávez, lejos de desvanecerse subió a los altares y parte del pueblo comenzó a venerarlo. Algunos afirman incluso que se les ha aparecido .
¿Está Venezuela embrujada? El capítulo final contiene la respuesta: Chávez y la vidente Cristina fueron juntos a un río y realizaron un ritual para lograr que su poder fuera eterno. Ahora hay brujas venezolanas que intentan deshacer el hechizo, convencidas de que la última batalla contra el chavismo no es política sino espiritual.

Carta inédita de Hugo Chávez a su primera vidente Cristina Marksman, cedida en exclusiva a EL MUNDO.
Carta inédita de Hugo Chávez a su primera vidente Cristina Marksman, cedida en exclusiva a EL MUNDO.

 
El hijo de Changó 
El líder bolivariano se inició en la santería bajo el signo de Changó en un ritual celebrado en La Habana, según explica el santero cubano Carlos Valdés. Entre los ‘babalawos’ del chavismo y la oposición, no hay lugar a dudas sobre esta versión: Chávez eligió esta deidad para iniciarse en una religión que creció como ninguna otra durante el chavismo. Changó, señor del trueno y del rayo, es una especie de santo de la religión yoruba, procedente del África Occidental. Según la tradición, Changó fue un rey guerrero, violento, brujo y viril, unas cualidades con las que Chávez se sintió atraído, según confiesan los propios santeros del régimen citados en la investigación.
Líderes esotéricos 
El llamado Comandante Eterno no fue el primer presidente venezolano creyente y supersticioso. El socialdemócrataCarlos Andrés Pérez tenía una bruja muy conocida en los sectores políticos venezolanos que le hacía rituales para protegerlo de los ataques de sus enemigos. Su antecesor y compañero de partido Jaime Lusinchi contrató a un vidente en campaña electoral que vaticinara su victoria. Y el conservador Luis Herrera Campins no se despegaba de un amuleto que supuestamente le brindaba protección. Pero los presidentes venezolanos no son los únicos en la región con inclinación a este tipo de prácticas. El presidente argentino Juan Domingo Perón designó como ministro de Bienestar Social a José López Rega, el brujo personal de su mujer, Isabel Perón. (El Mundo, 12/04/2016)