¿Derechas, izquierdas…? Atraso o modernidad*
7 Julio 2013 No Comment
Alejandro Oropeza
|
“Entre las esferas de utilización de la estupidez y la inmoralidad…
Existe una complicada identidad y diferencia. Se trata de una estrecha hermandad…”
Robert Musil (1937)
Si esos alegatos definen una izquierda progresista (moderna) o definen una derecha fascista (tradicional y atrasada), ¿Dónde se encuentra hoy la gloriosa Revolución Bolivariana y su procerato, en la modernidad o en el atraso? Fernando Mires, hace semanas en este diario, al identificar los actores de las rebeliones islámicas (Siria incluida) afirma que son “Los hijos de la post modernidad económica: una nueva ciudadanía política”. Ciudadanía que persigue, entre otros fines, que la posibilidad de elección LIBRE de los gobernantes sea el mecanismo para constituir los poderes del Estado. Siguiendo con Preston, aquella derecha española de los 30: “…cuando no podía obtener el número necesario de votos… llegaron a inscribir a los muertos del cementerio local”. Entonces, solo dos cuestiones: ¿Apoya la alternativa democrática al régimen decadente y asesino sirio? ¿Controla esa alternativa al árbitro electoral venezolano, bajo cuya gestión efectivamente sufragan los muertos? ¿Dónde está la derecha y dónde la izquierda en Venezuela? ¿Dónde se ubica una visión de modernidad, futuro y progreso; y dónde una de atraso, tradición y control estatal? Por otra parte, ¿debe preocupar a la alternativa democrática la acusación de fascista? Michael Burleigh, al analizar el caso de los checos y polacos post 1945, afirma que: “La izquierda ha tendido invariablemente a utilizar la acusación de `fascismo’ desde la década de 1930 para marginar y destruir a una amplia gama de adversarios”. Pero, ¡¡¡recordemos que el régimen polaco comunista acusó a los activistas obreros del movimiento Solidaridad de fascistas!!! ¿Walesa era fascista? Entonces, la discusión, la definición propia o ajena de ser, o pretender ser, de izquierda o de derecha, es irrelevante en la Venezuela de hoy, de siempre; lo relevante es determinar, definir y perseguir construir una idea y una praxis política que conduzca a la modernidad, al progreso, al futuro, por vía de la democracia; y, abandonar la tradición identificada con el atraso dominante, la ignorancia y el control, atada a un pensamiento único y a la manipulación de los pueblos. Así, la democracia debe tener un sentido práctico, los ideales republicanos deben concentrar los fines de un Estado en pos de un desarrollo social general, no grupal y no sectario.
La democracia pierde todo su sentido cuando la acompaña el término “popular”, solo recordemos la China de Mao y de la Revolución Cultural, régimen de izquierda.
¿Quién lo dudaría?
* Publicado en Tal Cual, sábado 29 de junio de 2013
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario