Ruina y destrucción de un país
El 9% de la población infantil está por debajo de los percentiles de normalidad ponduro-estatural, el 18% de la población está desnutrida, la pobreza arropa al 52% de los venezolanos.
A pesar de la bonaza petrolera y del endeudamiento insensato, los índices de pobreza y desnutrición se han agravado en la población venezolana
José Rafael López Padrino /
Este endeudamiento ocurre a pesar de que el precio de la cesta petrolera ($94 el barril) ha superado ampliamente lo estipulado en el presupuesto nacional ($55 el barril), de que la recaudación del SENIAT se cumple a cabalidad, y que los ingresos al fisco por concepto de impuestos regresivos (IVA) se siguen percibiendo en forma contínua.
Pero además, el régimen ha puesto en marcha una sistemática desnacionalización y desmantelamiento operativo dePDVSA. Este perverso plan neoliberal, contempla la entrega de áreas de explotación en bloques (franja bituminosa del Orinoco, Plataforma Deltana y Falconiana) para complacer los apetitos de las más importantes empresas petroleras transnacionales (Hess, Chevron-Texaco, Repsol, Statoil, Totalfinaelf, Koch, entre otras). Estas medidas en su conjunto conducen a la sustitución de la PDVSA del pasado (con sus graves deficiencias y limitaciones) por una empresa hasta más pequeña que la desaparecida Corporación Venezolana del Petróleo (CVP).
Pero a pesar de esta bonaza petrolera y del endeudamiento insensato, los índices de pobreza y desnutrición se han agravado en la población venezolana. El 9% de la población infantil está por debajo de los percentiles de normalidad ponduro-estatural, el 18% de la población está desnutrida, la pobreza arropa al 52% de los venezolanos, el desempleo real (no el maquillado con las misiones) ronda en el 16% y la economía informal (buhonerismo) alcanza la espantosa cifra del 58%.
Esta fabulosa masa de dinero ha sido lamentablemente malbaratada en la compra de lealtades de gobiernos extranjeros, en el financiamiento de eventos faraónicos a favor la bastarda revolución bolivariana (III Congreso Ideológico del PSUV) y de la imagen del fallecido eterno (dentro y fuera del país), dilapidada en un gasto militar demencial destinado a la compra de aviones, helicópteros, fragatas, misiles, fusiles, etc., pero además ha ido a engrosar las cuentas personales de una nueva boliburguesía cívico-militar la cual ha surgido ante la mirada celestina de las instituciones del Estado.
Más allá de su retórica anti-neoliberal, el régimen ha profundizado e institucionalizado las perversiones económicas neoliberales del pasado mediante la imposición de políticas macroeconómicas que han erosionado las conquistas socio-económicas de los trabajadores (flexibilización y precarización laboral), ha destruido la pequeña y mediana industria generando más desempleo y ha cedido la propiedad de los sectores estratégicos energéticos y mineros de la nación al capital transnacional.
El nacional-socialismo bolivariano del siglo XXI representa:
I) La imposición de un capitalismo de Estado salvaje;
II) La militarización de la sociedad;
III) Una corrupción galopante estimulada desde los cenáculos del poder;
IV) El desarrollo de políticas sociales clientelares;
V) Un endeudamiento interno-externo irresponsable; y
VI) La promoción de la miseria y la pobreza como instrumentos de control político de los venezolanos