FREDDY ALBERTO PEREZ 18/01/2015
¿QUE HACER ANTE
LA CRISIS VENEZOLANA?
Ante la situación de crisis
económica, política, social y de valores que vive el país en estos momentos hay
situaciones claras y otras complejas. En la medida en que hagamos un esfuerzo para
comprender esa realidad con criterios hermenéuticos dialecticos en esa misma
medida tendremos mayor posibilidad de ser asertivos en nuestras tomas de decisiones políticas; es de
entenderse que un partido político fundamentalmente toma es decisiones
políticas, las mismas van a estar orientadas por las metas y objetivos (tesis
políticas y programas) del partido y condicionadas por su capacidad
organizativa, comunicacional y de movilización que dicha organización tenga en
su debido momento.
Ahora bien, una decisión política en
circunstancias como la que presenciamos actualmente requiere de mucha reflexión
crítica. Toda decisión del partido debe concretarse en acciones (de la
naturaleza que se requiera) políticas tomando en consideración el objetivo de
la toma del poder para desarrollar el programa que se sostenga como propuesta
para la sociedad en el cual desarrollamos nuestra práctica política. Entendemos
que lo anteriormente expuesto debe estar bien claro para nuestra dirigencia.
Entonces entremos en materia.
Lo de la gravedad y profundización de
la crisis económica, política y social del país está tan clara que desde el año
pasado comentaristas, astrólogos, brujos,
opinadores de oficio, estudiantes de economía, economistas, politólogos,
políticos, politiqueros y todo aquel ciudadano
con un mínimo de sentido común anticipó todo lo que hoy está ocurriendo
en el país. Solo para efectos de ilustración colocamos para su lectura un
artículo corto pero muy práctico de Héctor Briceño (2015): La Triple Crisis
Venezolana en http://politikaucab.net/2015/01/15/la-triple-crisis-venezolana/.
Ante tal situación, todo partido que
realmente se plantee tomar el poder debe
preguntarse ¿QUE HACER?, que hacer en lo político, en lo organizativo, en
movilización y en comunicación con la sociedad, sobre todo que hacer en
circunstancias de crisis aguda como la que vivimos actualmente en Venezuela.
Veamos, nuestra sociedad hasta muy
breve tiempo estaba completamente polarizada entre Chavistas y opositores. Como
consecuencia del fracaso del modelo económico rentista petrolero del socialismo
del siglo XXI dejado al descubierto por la baja en los precios del petróleo por
un lado y la perdida de capital político por parte del oficialismo como
consecuencia de la desaparición de Hugo Chávez por otro, se produjo una
situación dentro de los seguidores chavistas que pasaron a un nivel que podemos
llamar chavistas inactivos, los cuales se caracterizan por reconocer que su
militancia activa en el oficialismo se debía al liderazgo de Hugo Chávez pero
no al de Maduro, en consecuencia la defensa del gobierno , sobre todo en crisis
que también los afecta, nunca será en la misma proporción que si estuviese Chávez
vivo. Es por ello que en varias encuestas el apoyo a Maduro cae a un promedio de un 20% y la
responsabilidad de la crisis se le otorga en un 70%, factor que jamás paso con
el líder del chavismo.
Debemos recordar que en las elecciones presidenciales del año
2012 la diferencia entre Chávez y Capriles fue de 11% a favor del primero, pero
apenas seis (06) meses después la diferencia entre Maduro y Capriles fue de
apenas un 1%. Hoy, si las elecciones se
realizaran en estos instantes la ventaja para el candidato que representara al
sector democrático seria de por lo menos 12% y con tendencia a aumentar, según
la última encuesta de la empresa Keller realizada el cuarto trimestre del 2014, es obvio que con
los tres problemas más grave y sensible para todo el pueblo: escasez, costo de
la vida y delincuencia en pleno proceso de agudización la pérdida de apoyo
político al gobierno de Maduro-Diosdado se acentúa.
Debemos reconocer que el sector
democrático se ha movido frente a la población entre lo electoral y el enfoque
economicista del problema, lo que tiene que ver con la formación de la
ciudadanía democrática se ha dejado a un lado, y por otro lado entender que la
situación ye está por explotar ha llevado a cultivar el espontaneismo de las
masas buscando de esta manera forzar una salida, tal como sucedió con la
estrategia política denominada La Salida, la cual sin organización,
concientización y dialogo con el pueblo más humilde y con los sectores
vulnerables al final terminó en acciones foquistas de sectores de clases medias
que le dieron la oportunidad al régimen para justificar una política altamente
represiva y de criminalización de la protesta la cual se expresó en más de
cuarenta venezolanos muertos , miles de detenidos y aún más de cien (100)
presos políticos. (Es de hacer notar que
en Cuba quedan menos de sesenta presos políticos).
Un pueblo como el venezolano (que en
su mayoría siguió a un mesías que lo sacaría de la pobreza y le aseguraría un
futuro digno) para dar un paso en función de cambiar el modelo político el cual
apoyó por década y media necesita tener esperanza y certeza en el planteamiento
de cambio que se le haga. La propuesta no puede ser solo economicista, dado que
no es verdad que solo con la salida de Maduro y Diosdado la crisis será
superada. Una propuesta de cambio tiene que ir a la par con un proceso de desideologización a través de la
concientización de la ciudadanía
democrática, debe contener las
condiciones para acercar e incluir en el nuevo proyecto a todos aquellos que
por razones de esperanzas habían apoyado al mesías. Para conseguir ese objetivo
se necesita de mayor organización, comunicación y mucho trabajo social en
nuestro pueblo humilde, no habrá posibilidad de un verdadero cambio del modelo económico,
Político y social sino logramos incluir definitivamente al pueblo chavista que hoy
no es Madurista. Un pueblo difícilmente sigue la incertidumbre, el pueblo busca
una esperanza pero si no logramos
construir esa esperanza las cosas se complicarán. Esa esperanza (proyecto) debe
presentarse con la verdad por delante, la experiencia debe decirles a los
líderes democráticos que el populismo, la demagogia, el oportunismo, la
corrupción, el asistencialismo, la exclusión social, la desigualdad y la
politiquería no tienen cabida en ese nuevo proyecto. No se trata de “Un quítate
tú pa’ ponerme yo”.
¿QUE HACER ENTONCES?
Tenemos por un lado un gobierno muy
debilitado (en todos los aspectos) pero muy peligroso. Cuando se hace una
caracterización política del régimen se concluye que el mismo es
fundamentalmente un régimen socialfascista. El régimen tiene un poder
hegemónico en todos los espacios de la vida del país. Desde el poder militar,
el judicial, comunicacional y la organización de delincuentes usados como
grupos para militares, todo ello es dominado y dirigido por el régimen y su
camarilla. Este régimen aún con la crisis tiene todavía alguna capacidad de
maniobra. La baja del precio del
petróleo coloca en una situación económicamente precaria al gobierno pero si
continúa con su política apátrida de la entrega de nuestros recursos hipotecando al país al capitalismo totalitario
(China, Rusia entre otros) pudiese conseguir recursos para sobrevivir por un
tiempo. Esta sobrevivencia vendría de
dos maneras: la primera invertir los dólares conseguidos en préstamos en
fortalecer las misiones sociales instrumentando la Ley Orgánica de Misiones
publicada en noviembre de 2014, el objetivo sería retener al pueblo chavista a
su lado, aparecer como el salvador del pueblo pobre ante la “guerra económica”
de la derecha, debemos tomar en consideración que a esta altura de la situación
el primer objetivo del régimen es ganar las elecciones parlamentarias, ellos
saben que si la oposición logra las 2/3 partes de la asamblea nacional
prácticamente todo el andamiaje institucional se viene abajo y con ello la
muerte del modelo socialfascista.
La otra manera de sobrevivir por un
tiempo que tiene el régimen en sus manos es complementar su populismo que
establece la Ley de Misiones con una declaratoria de Estado de Emergencia. Este
escenario está así establecido en la llamada Ley del Plan de la Patria, de manera que el régimen
en medio de la “feroz guerra económica de la derecha” puede según esta ley
declarar el estado de excepción , legalizar (pues de hecho ya están suspendidas
desde hace rato) la suspensión de las garantías constitucionales e instrumentar
un plan de emergencia a través de la ley
de misiones la cual le otorga a las mismas la competencia de prestadoras de
servicios, es decir pueden desarrollar cualquier actividad económica que el
estado le encomiende. En este punto es necesario revisar el artículo de Carlos
Romero Mendoza: ¿Vamos a un Estado de Excepción? En http://politikaucab.net/2015/01/15/vamos-a-un-estado-de-excepcion/.
El Estado de excepción, el cual crea
un sistema integrado de gestión de estados de excepción es la vía más expedita
que tiene el régimen para pretender sostenerse en el poder y con las garantías
suspendidas incluso realizar elecciones
con la suposición que las ganaría fácilmente dadas las circunstancias.
El régimen ya ha respondido ante la
propuesta del cambio de modelo y ha dicho que no se trata de cambiarlo sino de
profundizarlo, de manera que el camino que le queda es el ya señalado acompañado
de mayor represión y mayor miseria para nuestro pueblo.
Ante esta situación, se aprecia un
cambio de estrategia en el sector democrático. Demostrado como quedó que la
estrategia de “La Salida” encabezada (además de pretender imponerla a los otros
sectores sin haberla consultado con los mismos) por el sector de la derecha
venezolana sirvió de la mejor manera para darle un segundo aire al régimen y
justificar una terrible represión este sector precisó la estrategia de
prepararse para las elecciones parlamentarias las cuales deben realizarse este
año 2015 de manera de que a través del control de la Asamblea Nacional impulsar
cambios que logren la reinstitucionalización del país. No estuvo lejos la
división de la Mesa de la Unidad Democrática, el sector de la derecha ha
pretendido imponer sus criterios al resto de la MUD y ahora con su líder
Leopoldo López bien posesionado en las encuestas, luego de su detención y
encarcelamiento, se sienten con el poder suficiente de imponer sus
consideraciones.
A pesar de esa situación al final de
cuentas la Unidad del sector democrático prevaleció.
Llegamos así al último trimestre del
año 2014 momentos en el cual comienza la caída de los precios del petróleo
primero de manera leve y luego de forma más acelerada. El precio del crudo
venezolano llego a tener un precio de 99.11 dólares el barril en el mes de
junio de 2014 y esta semana que culminó (primera semana de enero 2015) cerró en
47.05 dólares. Como se puede apreciar la caída es contundente, sobre todo para
un país cuyo modelo económico y social se basa en la renta petrolera, un país
donde el régimen se ha dedicado a quebrar y arrasar al sector privado, donde
más del 70% de los productos que se consumen son importados así como casi todos
los bienes, un país donde la corrupción encarnada en las mafias militares y
políticas que conforman la llamada boliburguesia se robaron solo por la vía del
otorgamiento de divisas más de 25 mil millones de dólares, un país que en
apenas 12 años percibió solo por ingresos petroleros e impuestos más de 800 mil millones de dólares, ese país,
gobernado por delincuentes que se dicen socialistas del siglo XXI, está hoy en
banca rota y mendigando por el mundo capitalista totalitario préstamos para que
el régimen pueda sobre vivir. La quiebra del país se refleja en la escasez y
desabastecimiento generalizado que obligan a los venezolanos hacer colas por
días enteros y caerse a golpes para comprar los pocos artículos o productos que
se pueda conseguir, amén de la terrible inflación de más de 150% en alimentos y
con un sueldo mínimo que apenas alcanza parta satisfacer la cuarta parte de la
canasta alimentaria. Ese es el país que como legado dejó Hugo Chávez y que la
mafia militar-civil sigue saqueando en nombre de los pobres.
Ante esta terrible situación, el
líder opositor Henrique Capriles, propone (sin consultar con los demás
integrantes de la MUD) la estrategia de “MOVILIZACIÓN DEL PUEBLO PARA EL
CAMBIO” y da su lectura de la realidad de la cual se desprende que “llegó la
hora” que “este si es el momento” y que a partir del 23 de enero del 2015 se
debe iniciar todo un plan de movilización popular en todo el país hasta
conseguir el cambio de modelo económico. Claro está, proponer el cambio del
modelo es proponer el cambio del régimen. De manera que vista así de manera
superficial la propuesta pareciera que estamos en presencia de dejar en un segundo plano la conquista de
la Asamblea Nacional y asumir como prioridad la construcción de un escenario
donde el gobierno tenga que : A) abandonar el poder; o B)
formar un gobierno de transición para enfrentar la crisis. Todo esto por
supuesto se debe conseguir con las masas en la calle protestando contra el
modelo económico del régimen.
La propuesta es atrevida pero muy
peligrosa. Se debe tomar en cuenta entre otras las siguientes consideraciones:
A) El sector democrático puede (según todas las encuestas serias publicadas
últimamente) ganar las elecciones parlamentarias y obtener las 2/3 partes
necesarias para iniciar cambios institucionales. B) La experiencia de “La
Salida” nos indica que para el régimen
el mejor escenario es cuando la violencia se apodera de las calles como
instrumento de protesta, un llamado a la movilización puede que culmine en una
ola de violencia no solo por grupos de la derecha opositora sino de la
movilización de los grupos paramilitares lo cual le daría la justificación al
régimen de declarar el Estado de Excepción.
C) La MUD debería profundizar más en la organización del pueblo, en su
formación política y en su manera de comunicarse eficientemente con la
población a la par de prepararse para
las elecciones parlamentarias D) La propuesta de Capriles va a llevar a parte
del pueblo a la calle sin haberse ganado aún al pueblo que siendo chavista no
apoya al régimen de Maduro-Diosdado, y esa parte del pueblo son millones que
debemos incluir.
ANTE ESTA SITUACIÓN, ¿QUE HACEN LOS PARTIDOS LLAMADOS
PROGRESISTAS?
Es indudable que Capriles con esta
propuesta se acerca de manera inmediata a la tendencia de la derecha venezolana
y abandona el acercamiento que venía haciendo con grupos progresistas. Sus
cuentas deben indicarle que un pueblo desesperado por la crisis económica la alianza
con el partido de Leopoldo López, el grupo de María Corina Machado y de Antonio
Ledesma, además con Leopoldo López encarcelado y sin posibilidades de ser
liberado (por ahora) le dan la gran oportunidad de convertirse en el líder
opositor del momento y transitar la ruta de la “movilización” la cual en
términos prácticos es la misma de “La Salida”. Su interpretación de los hechos
le debe dar la lectura de que estas dos tendencias aliadas (la derecha y la de
Capriles) le proporciona una amplia mayoría de aceptación en el pueblo
democrático y que los demás partidos de la MUD sin lideres propios, sin
capacidad organizativa y de movilización
y sin recursos no les quedará más remedio que sumarse a los lineamientos
definidos por ellos.
Por otro lado tenemos que en Venezuela
se viene desarrollando un interesante proceso de construcción de una corriente
política basada en el llamado PROGRESISMO, la cual tiene como programa político
la Constitución Nacional y basada histórica y filosóficamente en fundamentos
humanistas de la modernidad en cuanto al desarrollo humano se refiere. Esta
corriente trata de diferenciarse de la derecha que se fundamenta en el mercado
neoliberal como instrumento determinante en las relaciones sociales y de poder
por un lado y del estado totalitario que se basa en la intervención
determinante del Estado en las relaciones ya mencionada por el otro,
proponiendo entonces la economía social y ecológica de mercado que pueda
generar las posibilidades, oportunidades y condiciones para que el hombre pueda
lograr desarrollar a plenitud el concepto de Desarrollo Humano.
Esta corriente se nutre de sectores
que antes se definían como de la izquierda tradicional hoy de centro izquierda,
de sectores venidos del chavismo y de sectores social demócratas entre otros.
Plantean el cambio del modelo totalitario de este régimen a través de una
transición NO violenta, donde se incluyan a todos los sectores de la
producción, de lo social y de los distintos sectores políticos.
Este sector Progresista, en el cual
se encuentran Avanzada Progresista (AP) y Movimiento Progresista Venezolano
(MPV) han acordado una alianza para definir objetivos comunes. Igualmente AP ha
logrado también un acuerdo con el parido Un Nuevo Tiempo con el mismo
propósito. Falta por concretar este tipo de acuerdo con otros grupos o partidos
como La Causa Radical y Gente Emergente. De lograrse en el menor tiempo posible
este bloque Progresista el mismo tendrá la posibilidad de que sus
planteamientos lleguen al espacio de la población que si bien quieren un cambio
no están convencido de que el mismo venga dado por los mismos que son
responsable de la caída de la democracia liberal representativa ni tampoco por
la derecha oportunista.
Pensamos que estamos en el inicio de la peor crisis que
Venezuela haya conocido en los últimos 50 años, de manera que ahora es cuando
comienza también el desarrollo de distintas propuestas para el abordaje de la
misma. 2015 será un año muy duro para los venezolanos, solo con la
participación democrática, no violenta pero con planteamientos y objetivos bien
claros y definidos podremos seguir adelante.
¿Tenía razón Vladimir Lenin cuando
escribió su tratado político denominado QUE HACER?, por allá entre 1901 y 1902,
allí planteaba que la estrategia del partido tenía tres fundamentos:
A) el estudio teórico de la situación
B) la estrategia debe ser un largo y
paciente trabajo de organización
C) la acción derivada de la
estrategia debía contar con la suficiente comunicación a las masas para su
educación política.
En estos momentos que vive
Venezuela no podemos permitir por nuestra propia incapacidad que los
oportunistas, economicistas y terroristas apuesten a la espontaneidad de las
masas, debemos hacer y difundir nuestras propuestas sin miedo y con mucha
pasión y razón.
FREDDY ALBERTO PEREZ.
En Cabudare a los 18 días del mes de
enero de 2015. Dos días antes del anuncio de las medidas económicas por parte
del régimen.
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