miércoles, 27 de diciembre de 2023

ASÍ SE FORJÓ EL SENTIMIENTO ANTIDEMOCRÁTICO EN AMERICA LATINA.


 Así se forjó el sentimiento «antidemocrático» en América Latina


María Isabel Puerta Riera

El deterioro democrático en América Latina no es novedad, pero sí lo es la complejidad de sus distintas expresiones en la región. La expectativa de una segunda marea rosa se ha encontrado con divisiones dentro del bloque regional. La democracia latinoamericana enfrenta una creciente deriva antidemocrática, sin distinciones ideológicas.



El promedio regional de democracias en América Latina se encuentra en su nivel más bajo desde 1989, según el reporte 2023 Resistencia frente a la autocratización, de Varieties of Democracy. Los hallazgos del estudio muestran que, a pesar de los avances en el pasado, la tendencia se inclina hacia un mayor deterioro democrático.



Índice de democracia electoral en Latinoamérica





Fuente: Elaboración de la autora con datos de Varieties of Democracy, 2023.



Tendencias antidemocráticas



Ahora bien, lejos de lo que describe Michael Reid en El continente olvidado sobre la primera marea rosa y el debate ideológico que produjo, la región se ha contagiado del sentimiento antidemocrático que aqueja a las democracias occidentales. Por un lado, están los gobiernos que mantienen un compromiso democrático, como Chile, Brasil, y Argentina, mientras que, por el otro, Cuba, Venezuela y Nicaragua continúan profundizando su naturaleza autoritaria.



El más reciente reporte de IDEAEl Estado Global de la Democracia 2023, señala que la democracia goza apenas de un 48% de apoyo en la región. Esto explicaría el ascenso de figuras autoritarias, y el desarrollo de un sistema político polarizado.



El informe Latinobarómetro 2023 llega a las mismas conclusiones sobre la profundización de liderazgos populistas y la fragmentación de los sistemas políticos. Hace énfasis en la erosión de los valores y prácticas democráticas, y la corrupción en las élites políticas. En el fondo, lo que nos dicen los estudios que miden a la democracia, es que en Latinoamérica hay un profundo desencanto por la incapacidad de las élites políticas para materializar las promesas de la democracia.



En ese mismo orden de ideas, Grundberger y Arellano, indican que la corrupción, pobreza e influencia de tendencias autocráticas contribuyen a sembrar desconfianza en las instituciones políticas. Sin embargo, y a diferencia del pasado, «hoy son cada vez menos los golpes militares deponiendo a gobiernos democráticamente electos». Los militares han tenido un rol más reducido en este período de erosión democrática, como lo señala Vivas. A lo que Lagos añade: «el declive de la democracia ha llegado con el surgimiento de partidos de extrema derecha en países democráticos y de autocracias en países que fueron parte de la llamada “tercera ola democrática”».



Dictaduras y democracias



Huntington registró entre 1974 y 1990, al menos treinta transiciones a la democracia, en las que identificó como causas del fenómeno:



La profundización de los problemas de legitimidad que experimentaron los regímenes autoritarios y el bajo desempeño luego de fracasos económicos y militares.



El inesperado crecimiento económico de los sesenta y la expansión de las clases medias.



El papel de la Iglesia católica después del Concilio Vaticano II, y su papel en el ámbito geopolítico.



Cambios en la comunidad internacional (Unión Europea, EE. UU. y URSS).



El efecto bola de nieve de las primeras etapas de la tercera ola de democratización.



En América Latina, solo Colombia, Costa Rica y Venezuela tenían elecciones libres a mediados de los años setenta (Zovatto). La consolidación democrática se extendió por la región debido al agotamiento del modelo autoritario militar y su ineficiencia para responder a las crecientes demandas sociales. Sin embargo, la democracia no se desarrolló de manera uniforme en todo el hemisferio. En algunos casos fue un proceso gradual, como lo señala Alcántara Sáez, amenazado además por sus propias debilidades estructurales (Vivas).



La consolidación democrática, aun con esos desafíos y limitaciones, estuvo arraigada en la creencia en los valores democráticos. En sociedades bajo regímenes autoritarios, la lucha por la democracia fue un proceso articulado que coincidió con transformaciones sociales y debilitamiento del modelo autoritario. Además, resulta significativo entender este proceso de consolidación democrática como parte de la aspiración a trascender la modernización política y económica que prometieron los autoritarismos militares.



Transición y retrocesos



A mediados de la década de los noventa se registraron retrocesos en los procesos de democratización en la región, que frenaron el avance de los cambios institucionales a los que se aspiraba. La reversión democrática que está experimentando América Latina, como en los casos de Venezuela y Nicaragua, podría verse desde el análisis de Huntington sobre los factores que contribuyeron al declive de las transiciones democráticas de la primera y segunda olas:



Debilidad de los valores democráticos de las élites y el público en general.



Crisis económicas y su incidencia en los conflictos sociales, favoreciendo fórmulas autoritarias.



Polarización política como consecuencia de la rápida incorporación de políticas reformistas en el ámbito económico y social por gobiernos de izquierda.



Rechazo de las clases medias y altas conservadoras al ejercicio del poder por los movimientos populistas, de izquierda y de las clases bajas.



Descomposición del sistema de administración de justicia como consecuencia del terrorismo o la insurgencia.



Intervencionismo de países antidemocráticos.



Efecto bola de nieve inverso, estimulado por el colapso o derrocamiento de regímenes democráticos en otros países.



Si bien la democracia todavía goza de apoyo, es necesario reconocer el deterioro en la confianza en sus instituciones. The Economist señaló la tendencia entre jóvenes latinoamericanos de favorecer liderazgos autocráticos en el más reciente estudio de Latinobarómetro 2023. A lo largo de la región, desde Colombia hasta Chile, los ciudadanos han salido a las calles a demandar cambios en las políticas sociales, moviendo el péndulo de derecha a izquierda. Sin embargo, los casos de Perú, Ecuador y Guatemala evidencian que las élites políticas siguen desconectadas de sus ciudadanos.



Injerencia y desaceleración



La corrupción del Poder Judicial aparece con frecuencia en el análisis sobre el deterioro democrático de la región, tanto en casos de autoritarismos (Venezuela y Nicaragua), como en democracias parcialmente libres (Guatemala, El Salvador). Por otra parte, el intervencionismo de países antidemocráticos no ha disminuido. Además de la documentada injerencia cubana en Venezuela, Rusia y especialmente China ejercen influencia en la región, indistintamente del signo político del gobierno.



Los regímenes democráticos en Latinoamérica se encuentran experimentando una desaceleración desde 2005. Luego de la tercera ola de democratización, hacia finales de la década del setenta, con las transiciones en Ecuador, Perú y Argentina, la región comenzó un período de declive con la autocratización de las democracias débiles en Venezuela, Honduras y Nicaragua.



El debate sobre la erosión democrática se ha profundizado, debido a que, por una parte, la discusión apunta hacia la reversión de la ola democratizadora (desdemocratización). Mientras que, por otro lado, se entiende como un estancamiento en los procesos de democratización. Se trata entonces de examinar el declive democrático en el contexto de unas democracias con variados niveles de estabilidad y trayectoria, que ahora se encuentran sumidas en procesos de regresión democrática.







lunes, 25 de diciembre de 2023

NAVIDAD SIN PRESOS POLÍTICOS.

 


NAVIDAD SIN PRESOS POLÍTICOS.

La Navidad es el tiempo donde el amor, la felicidad y la unión familiar son los protagonistas de nuestras vidas. Allí la Esperanza no como simple anhelo sino como un acto existencial de resistencia ante las adversidades debe tomar mayor fuerza y conciencia. La unión familiar es un derecho inalienable de todo ser humano, por ello no podemos echar al olvido a los 1400 presos políticos que suman los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, entre ellos 32 niños y más de 200 mujeres. Esas familias pasan intensamente tristes estos días navideños, sus niños no tienen esa alegría infantil por ausencia de sus padres. Que la fiestas navideñas donde la felicidad y el amor son en sí mismo un propósito común no nos haga olvidar a las familias de los presos políticos quienes anhelan también ser felices abrazando a sus seres queridos hoy secuestrados por las dictaduras de esos tres países .....

La solidaridad con los presos políticos, con sus hijos y sus familiares es un deber y una obligación moral, nadie, absolutamente nadie debe estar preso por pensar distinto a aquellos que controlan el poder.

El pensamiento y la expresión de ese pensamiento es un derecho de todo ser humano, de allí que la embriaguez de unas fiestas navideñas no borren esta terrible realidad, la cual junto a la pobreza, la desigualdad y la corrupción de las cúpulas gobernantes de estos gobiernos dictatoriales tienen a nuestros pueblos latinoamericanos en los peores niveles de pobreza y desarrollo económico.