sábado, 26 de julio de 2014

SER JUDIO, DEL ORGULLO A LA VERGÜENZA.

4 de julio de 2014

Ser judío, del orgullo a la vergüenza

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Fundador de la editorial LOM
Siempre me he sentido orgulloso de ser parte del pueblo judío, de una cultura que con todas sus contradicciones vio nacer a Montaigne, Spinoza, Marx, Freud, Einstein, Trotsky, Arendt, tantos hombres y mujeres que han hecho significativos aportes a la humanidad, en la creación y en la búsqueda de un mundo más justo y humano.
Me siento judío cuando pienso en los sueños que marcaron a generaciones de jóvenes que fueron ensanchando el mundo con sus aspiraciones de libertad, de comunidad, de justicia, de hermandad, que transversalmente han cruzado colores de piel y naciones. Desde el mismo texto bíblico Éxodo, está explícita la necesidad y experiencia de la libertad de un pueblo, de las aspiraciones y derechos cuando se está sometido al yugo, al sometimiento.
Me identifico con la historia emblemática de exilios y dolores del pueblo judío, en cuyas esperanzas de libertad se reflejan todos los pueblos. Y esa historia, con horas trágicas, me ha motivado, como a muchos otros, a defender irrestrictamente los derechos humanos, partiendo por el derecho a la vida y a la dignidad.
Me siento orgulloso de ser judío por el deber de memoria que marca su cultura, la cultura de la escritura, del comentario, la traducción y la crítica; por la constante interpelación ante la indiferencia. Por su reconocimiento a los justos que en horas de horror, a riesgo de sus vidas, hacían real la palabra solidaridad y todo por salvar a los perseguidos. Por una historia que ha interpelado a nuestra humanidad como seres humanos, más allá de razas y creencias, por su lucha contra la indiferencia.
Sin duda hoy y en estos años se ha manchado de triste manera la historia de un pueblo que para muchos era sinónimo de justicia y libertad. Bien nos ha enseñado la historia que no se acallan los anhelos de libertad y dignidad con la censura y la fuerza, que no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la seguridad y del deseo de expansión territorial, que por la fuerza se pueden ganar varias batallas, pero sostenerse solo a través de ella pone en claro riesgo la perpetuidad.
Por todo ello me identifico también, y no puedo quedar indiferente, ajeno, a los dolores de otros pueblos, de otros seres humanos. Como no me es indiferente el dolor de los judíos a través de la historia y su derecho a constituirse en nación, tampoco me es indiferente ese derecho para el pueblo palestino, el pueblo kurdo, los pueblos indígenas de nuestro continente.
Y cuando es el Estado de Israel, en nombre del pueblo judío, quien repite en otros lo que le tocó vivir a este pueblo una y otra vez a lo largo de siglos, me avergüenza. Sí, me avergüenza.
Me avergüenza ver hoy cómo se masacra al pueblo palestino bajo el discurso de la defensa propia.
Me avergüenza que se diga “retírense para salvaguardar sus vidas”, cuando bien se sabe que no tienen adónde ir y se les tiene encerrados en un gueto de miseria, opresión y humillación.
Me avergüenza cuando se les pide cordura, pacifismo y racionalidad mientras día a día se les ocupa, se les maltrata y se les asesina, intentando cortar toda posibilidad de futuro.
Me avergüenza que la comunidad judía califique toda crítica y presión internacional como persecución o antisemitismo, cuando fue la misma solidaridad internacional y las Naciones Unidas las que dieron legitimidad al Estado de Israel.
Me avergüenza que como pueblo no seamos capaces de masivamente alzar la voz y dejemos que dominen las voces del egoísmo ciego, incapaz de mirar más allá de sus intereses a corto plazo.
Me horroriza cómo se usa toda la potencia guerrera contra la población civil, cómo se ejecuta el castigo “por cada baja de mi lado, tendrán 10 o 50 del vuestro” que han aplicado las peores tiranías de la historia.
Sin duda hoy y en estos años se ha manchado de triste manera la historia de un pueblo que para muchos era sinónimo de justicia y libertad. Bien nos ha enseñado la historia que no se acallan los anhelos de libertad y dignidad con la censura y la fuerza, que no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la seguridad y del deseo de expansión territorial, que por la fuerza se pueden ganar varias batallas, pero sostenerse solo a través de ella pone en claro riesgo la perpetuidad.
Es hora de parar ya y no manchar irremediablemente nuestra memoria y sentidos de comunidad dejando a nuestros hijos un legado de infamia. Del otro lado del muro están nuestros hermanos.

EL ODIO EN LA POLÍTICA.

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Así fue como habiendo encontrado un día uno de mis artículos en un periódico digital de esos que no usan filtros en la sección “comentarios”, quedé realmente espantado. Pocas veces había leído tantos insultos dirigidos a mi persona. Los más amables me mentaban la madre. Otros afirmaban que yo era un tarifado del imperio. No faltaban quienes aseguraron que yo era un agente del comunismo, al servicio de la izquierda mundial. De lado y lado, sin piedad mi tregua, me dije con cierta amargura, la que por suerte despareció muy pronto.
Cuando revisé los comentarios que esos lectores clandestinos escribían sobre otros articulistas, concluí en que yo, después de todo, había salido beneficiado. Y cuando leí los dedicados a un político de cierto renombre, sentí que ese lenguaje de bucanero que aprendí a dominar muy temprano (alguien cuenta que la primera palabra que pronuncié en mi vida fue una palabrota) había sido con creces superado por esos impenitentes lectores. Entonces comencé a pensar en ellos, los injuriosos, casi todos anónimos.
¿Qué hacía esa gente antes de que apareciera la internet? Seguramente le pegaban una patada al perro o lanzaban una piedra a la ventana del vecino o le daban una paliza al hijo. Mucho odio, demasiado. ¿De dónde viene?
Gracias a las lecciones del psicoanálisis, sabemos que el odio es el hermano menor del miedo pues el miedo precede al odio. Detrás de cada odio hay, inevitablemente, un miedo. Así nos explicamos que cuando la mayoría de los habitantes de una nación, incluyendo a sus gobernantes, han sido dominados por el miedo, pueden cometer las más increíbles atrocidades. La historia está llena de ejemplos. Algunos demasiado cercanos.
Según Freud (“Las pulsiones y sus destinos”) el odio precede al amor, aunque el miedo precede a ambos Pero mientras el amor es la superación del miedo, el odio es su continuación bajo otras formas.
Lacan convirtió la lógica de precedencia freudiana en una máxima que repetía constantemente: “El deseo precede a su objeto”. Eso significa que el deseo (de amor u odio) no es una causa sino un “fondo”. Interesante es constatar que en el idioma aleman –el de Freud- causa se dice “Ursache”, esto es, “la cosa que está en los orígenes” (o en el fondo). Como sinónimo de “causa” se usa también la palabra “Grund” la que en sentido literal significa fondo (o base), Es decir, la cosa originaria freudiana no es la causa que determina un deseo sino lo que está en el fondo del deseo. De tal modo, el objeto destinado a ser destruido no causa el odio, solo lo objetiviza (desfonda). Lacan, en ese punto, entendió perfectamente a Freud.
A través del odio intentamos destruir “al otro” o “a lo otro”, es decir, a eso que supuestamente no nos deja ser lo que deseamos ser. En ese sentido tanto el miedo como el odio serían reacciones naturales frente a peligros externos o imaginarios. Está de más decir que el espacio de la política es muy apto  para servir de campo de proyección a los deseos de odio y amor que anidan “en el fondo” de cada ser.
Freud, además, establecía una cierta clasificación en torno a los miedos, así distinguía entre el miedo normal, el temor neurótico y el pánico.
Si escuchas la noticia de que un león ha escapado de su jaula y merodea en la calle donde tu vives, eso es miedo normal. Si imaginas que el león podría huir de su jaula, sin que eso haya ocurrido jamás, eso es un temor neurótico. Si abres la puerta de tu casa y encuentras un león, sientes pánico. Pero si ese león es un simple gatito extraviado, podemos pensar en un caso grave. Ahora, en los tres casos, ese miedo puede transformarse en odio (o por lo menos en aversión) a los leones.
A los lectores insultantes los puedo imaginar unas veces amargados, solitarios, asidos desesperadamente al cuello de una botella, disparando insultos por la internet. Otras veces los imagino bien vestidos, regresando de la oficina, saludando a sus vecinos, dando cariñosos besos a su mujer e hijos, pero esperando el momento de abrir el programador y descargar ese odio que los consume, ese odio que no es más que su propio miedo de no ser.
Milan Kundera, quien solía ser tan buen filósofo como novelista, afirmaba en una de sus inolvidables novelas (“La Inmortalidad”) que el miedo de no ser no es un miedo de no ser, sino “un miedo de no ser yo”. Algo que se entiende mejor si pensamos en que  el “yo” no es un órgano ni un aparato: es un vacío (J. Lacan, El Estadio del espejo). Si ese vacío no es llenado con un objeto -de amor u odio, para el caso da lo mismo- el vacío se mantiene como tal. Así, el lector injurioso llena, el vacío de su propio yo a través del insulto. Si él –por ejemplo- cree “ser” antiimperialista, se sentirá orgulloso al destruir con sus palabras a quien él imagina es un agente del imperio. Después de todo no importa lo que uno sea. Lo importante es descargar el odio sobre un objeto que llene, aunque sea por unos minutos, el “vacío de yo”. Ese, decía Lacan (La agresividad en el Psicoanálisis) es el principio narcisista de todo odio (Yo odio, luego soy)
Después de todo, quienes escribimos opiniones nos ofrecemos como objetos sustitutivos (imaginarios y simbólicos) para el odio del sujeto odiante, pues este solo es sujeto en la medida en que odia. En cierto modo cumplimos a través de la internet una función terapéutica. Si no fuera por uno, esa pobre gente que nos insulta no sabría que hacer con su miedo-odio. Pues, después de haber “escupido su odio”, el odiante puede permanecer tranquilo, libre, satisfecho. E incluso orgulloso de su pobre y débil yo.
“Escupir odio” es una metáfora muy adecuada. Recuerda una experiencia muy interesante recogida por el sensible analista suizo Gaetano Benedetti. Cuenta Benedetti que una joven colega intentó una vez tomar contacto con una paciente altamente psicótica. Pero cuando la analista se acercó, la paciente le escupió el rostro. La analista entonces, limpió lentamente el escupo con su pañuelo y no dijo nada. Al cabo de un momento, la paciente comenzó a hablar con la analista. El miedo-odio, al ser escupido, había dejado espacio libre para el acceso de las palabras.­
La política, si lo vemos bien, cumple, aunque de modo indirecto, una función terapéutica. El político, sobre todo cuando asume tareas de gobierno, absorbe algunas cuotas flotantes de miedos-odios colectivos. La antigua anécdota del obrero italiano que cuando comenzó a llover buscó refugio bajo el techo de una tienda donde enojado gritó: “gobierno de mierda”, expresa claramente la relación miedo-odio-política. Naturalmente, el gobierno no tiene la culpa de la lluvia, pero alguien tenía que hacerse responsable en ese momento del malestar del trabajador. Y para eso están los gobiernos: no solo para ser, sino para hacerse responsables.
Por cierto, nadie va a pensar que la política suprime los odios. Por el contrario, los mantiene pero –es importante- los mantiene en forma política, es decir, en forma pública y no privada. “Bajo la luz de lo público” (Arendt) los odios se civil-izan, o dicho en sentido literal, se poli-tizan.
Sin embargo, no solo son lectores quienes insultan. Hay, además, columnistas que utilizan el espacio que les conceden los medios para dedicar toda su gramática a difamar a quienes no piensan como ellos. Jamás polemizan y a las ideas no contraponen ideas sino agravios. Han equivocado el lugar. Pues si la política puede cumplir una función terapeútica, los políticos y quienes escribimos sobre política no somos terapeutas. A esos columnistas, en aras de la libertad de prensa, no los podemos sacar del tráfico. Basta entonces con ignorarlos. O con no leerlos.
¿Y si un político de profesión no politiza sus odios sino que simplemente insulta en público a sus adversarios? En ese caso ese político debe ser sacado cuanto antes de la vida pública y enviado a su mundo privado. Con sus injurias, ha traicionado a su profesión. Su lugar no es la política sino la habitación oscura de un lector clandestino quien, guarecido en su anonimato, injuria a todos quienes opinan de modo diferente  al suyo.

LA MENTIRA COMO POLÍTICA.

La mentira como política

Lo que hay en Venezuela es un partido militar que utiliza a las FFAA exactamente como dicta la doctrina del comandante eterno, para citar sus palabras textuales: “como condones”.
Lo que hay en Venezuela es un partido militar que utiliza a las FFAA exactamente como dicta la doctrina del comandante eterno, para citar sus palabras textuales: “como condones”.

El ejército de la MUD es un ejército de fantasía, del que todavía puede predicar aquello de “forjador de libertades”

Luis Marín
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Luis_Marin_1Los políticos son percibidos generalmente como mentirosos, de hecho, es de lenguaje común decir que es muy “político” aquel que miente hábilmente sea para alabar o para manipular a sus interlocutores. Asimismo, ha quedado sentado que la veracidad nunca ha figurado entre las virtudes políticas. Sin embargo, el mentiroso ordinario ubica sus mentiras en un contexto común de veracidad, esto es, todavía sabe cuál es la verdad de la que se aleja en su discurso y aunque diga alguna falsedad ordena su conducta de acuerdo con hechos que sabe ciertos o, en otras palabras, no cuestiona la realidad consistente de los hechos.
El gran aporte del nacional socialismo y comunismo internacional es replantear el contexto mismo en que se inscriben las nociones de verdad y mentira, para producir una nueva realidad, un universo ficticio, que debe materializarse a fuerza de organización y propaganda. Advirtiendo que la vida humana transcurre en medio de convencionalismos sociales y acuerdos compartidos, cuyos fundamentos se encuentran en la naturaleza de las cosas o en el desenvolvimiento histórico, tratan de tomar este punto de llegada y convertirlo en el punto de partida de una sociedad nueva, con otros valores y acuerdos prefabricados.
La tarea es descomunal y siempre se ha comprobado imposible de realizar porque la planificación estratégica de la vida social tropieza con los pormenores accidentales de la vida cotidiana en que las personas se orientan por su instinto dando soluciones de sentido común. En este punto, la espontaneidad resulta ser el peor enemigo de la planificación; pero lo peor es que las personas pueden advertir las fachadas de utilería que ocultan la otra realidad subyacente, así como las falsedades sistemáticas de la propaganda que presenta un mundo de abundancia y felicidad sobre un trasfondo de opresión y miseria.
Hace falta muy poco esfuerzo para advertir que la construcción del socialismo lo único que consigue es segmentar la realidad, produciendo en todos los ámbitos mundos paralelos, uno, aparente, que es el que se pretende y otro, el de la cruda realidad, que se trata de ocultar, pero que es el que, al fin y al cabo, prevalece.Podríamos extendernos en ejemplos de economía o finanzas en que la pretensión de abolir los mecanismos de mercado lo único que logra es fundar el mercado negro, paralelo, cualquiera que sea el caso; pero nos interesa concentrarnos en la política, que parece menos palmaria que lidiar para conseguir productos, fuera del mercado.
El discurso de la mentira sistemática del socialismo y comunismo va más allá de las mentiras habituales de los políticos, de la misma manera que las actividades criminales del Estado van más allá de las triquiñuelas deshonestas de la corrupción a las que nos tenían acostumbrados. El mentiroso habitual manipula y tergiversa los hechos, pero los hechos mismos no son puestos en duda; en el totalitarismo, como corresponde, la mentira es total, los “hechos” son francas invenciones, decisiones de un comité supremo de la revolución que luego se tratan de imponer mediante una propaganda avasallante, que no puede ser contrastada con la realidad ni contradicha por nadie, porque contradecir la verdad oficial es delito.
Punto extraordinario para el derecho penal es que “contra revolucionario” sea un delito genérico, que puede ser rellenado con cualquier contenido, desde actos materiales hasta la simple opinión e incluso sentimientos íntimos que se expresan en mera actitud poco entusiasta, de vacilación o repugnancia frente a crímenes verdaderos que se presencian y de los que alguien no querría hacerse cómplice. De manera que las acusaciones desquiciantes que últimamente se nos imponen, la criminalización, persecución y encarcelamiento de gente honesta, pueden encontrar un respaldo tan autorizado como el del propio Lenin, para quien la calumnia es una herramienta legítima en la lucha política.
Bien vista la cosa, si los comunistas y nacionalsocialistas están tan dispuestos a asesinar a quienes consideran como sus enemigos políticos, ¿por qué no habrían de calumniarlos que al fin y al cabo es un mal menor? Porque incluso en política, quien puede lo más puede lo menos.
El ejército de la MUD
El comunicado de la MUD del 24-06-14, con motivo del Día del Ejército, puede servir de ejemplo para ilustrar lo que significa la mentira sistemática. En primer lugar, repite en forma cansona e interesada la expresión “nuestro ejército”, en el mismo sentido en que Julio Borges llama al régimen títere de La Habana “nuestro gobierno”, esto es, como los coleados en una fiesta que felicitan ruidosamente a los novios, bailan con la madrina, palmotean a los consuegros, hasta que son echados vergonzosamente por el personal de seguridad.
Desde hace años que los miembros de la MUD no son invitados a esos desfiles ni a ningún evento de carácter militar donde, por cierto, sí se puede ver a Raúl Castro, al general Ramiro Valdes y otros jefes del ejército cubano de ocupación; al extremo de que José Vicente Rangel denuncia que oficiales retirados han sido vistos visitando cuarteles, mismos donde se iza la bandera cubana, como si eso fuera un delito o los cuarteles estuvieran vedados a los oficiales en condición de retiro. ¿Qué no diría si los visitaran representantes de la oposición, aún la oficialista, como es un derecho de cualquier venezolano?
El ejército de la MUD es un ejército de fantasía, del que todavía puede predicar aquello de “forjador de libertades”, lo que le permite evadir el hecho de que vivimos la tiranía militar más rapaz, abyecta y cruel que jamás haya sufrido este país en casi dos siglos de caudillismo militarista. Es  un hecho completamente palmario e incontrovertible que todas las barbaridades que ha sufrido Venezuela, al punto que sea dudoso que todavía pueda llamársele República, han sido perpetradas por militares o claramente consentidas por ellos, incluso la entrega de la soberanía nacional a un concierto de países miserables encabezados por Cuba.
La mayoría de los gobernadores de estado son militares, así como los jefes de organismos públicos estratégicos, particularmente en el área financiera. Es fácil decir que en CADIVI se tragaron veinte mil millones de dólares de un bocado y olvidar que desde su fundación ha estado dirigido por militares, así como el CAEZ, el Plan Bolívar 2000 y un largo etcétera que no vale la pena repetir.
Esto por no hablar de los asesinatos en masa, la represión violenta de manifestaciones, el asalto a propiedades privadas que los comunistas llaman “expropiaciones” con la peculiaridad de ser gratuitas porque no las pagan, la ocupación, traspaso a otras manos y censura de medios de comunicación, las cadenas, además de delitos específicos como el contrabando de extracción e ingreso de mercaderías con pago de matraca, la explotación de oro, uranio y otros minerales nobles, el tráfico de drogas, armas, personas y paremos de contar para no abrumar.
Todo esto es posible por la intervención o connivencia de militares y no es una mera especulación, porque cada vez que ocurre algún incidente que salpica a la opinión pública antes de ser silenciado asoma la mano alguna personalidad o empresa vinculada al sector militar. Seguidamente el comunicado de la MUD se concentra en laSentencia 651, que pretende autorizar la participación de militares activos en manifestaciones y proselitismo político, lo que no hace sino confirmar un hecho cumplido, porque ya hace tiempo que los distintos componentes están involucrados abiertamente en esas actividades; pero lo hace de una manera falsa y truculenta.
Toda la atención la centra en un supuesto “magistrado ponente” que estaría ofendiendo a las FFAA con sus dichos, argumentaciones y pronunciamientos; siendo un hecho monumental e imposible de ignorar que estos magistrados no deciden nada sino que cumplen ordenes que vienen del Comando Supremo de la Revolución. Esto no es ninguna ofensa y ni siquiera causa sorpresa porque lo dicen y repiten los mismos magistrados, para lo que nos ahorramos recordar el affaire del general Eladio Aponte Aponte o el muy anterior de Velásquez Alvaraybasta citar a la presidente del TSJ diciendo que la división de poderes debilita al Estado y advertir que da lo mismo ser cónsul o directivo del CNE que magistrado.
Una legión de jueces disidentes, huidos al exilio, presos o simplemente destituidos de sus cargos, han declarado de manera que ya resulta fatigosa que las supuestas sentencias les son llevadas por motorizados en sobres cerrados y que los mentados jueces se limitan a firmar, a veces sin leerlas, probablemente para sentir menos escrúpulos al visar unos panfletos que ni siquiera están redactados en un lenguaje medianamente jurídico.
Pero la MUD insiste en legitimar los poderes de fachada y negar tercamente al Estado paralelo, que es el que detenta el poder real, del que aquel otro no es sino un deslucido vocero, cada vez más lastimoso, porque es despreciado por sus amos de una manera humillante. Lo que hay es un partido militar, que utiliza a las FFAA, exactamente como dicta la doctrina del comandante eterno, para citar sus palabras textuales: “como condones”.
La prudencia como valor
Finalmente, la MUD inventa el valor militar de la prudencia. Esto es una mentira suprema porque la prudencia no ha sido nunca, no es ahora y seguramente no será jamás un valor militar; salvo la que corresponde a cualquier ser humano como virtud práctica para tomar decisiones. La prudencia es el valor político par excellence, como lo reseñan todos los autores desde el origen de la ciencia política, así como ahora se la considera esencial al Derecho (véase, El Derecho Como Prudencia, María Luisa Tosta, UCV, 2009).
De Aristóteles para acá, lo propio del prudente es deliberar, sopesar aquello que es más provechoso para sí mismo, aunque también para el bien común. La prudencia es inseparable de la deliberación, que es precisamente lo que los militares no pueden hacer en su ejercicio profesional, porque se opone a la disciplina, obediencia y subordinación, que sí son valores militares consagrados en la Constitución.
En este punto la MUD se separó del texto constitucional introduciendo este nuevo supuesto valor militar de la prudencia, con graves implicaciones porque la constitución anterior, la de 1961, decía que las fuerzas armadas nacionales forman una institución “apolítica, obediente y no deliberante”expresión que suprimió expresamente la constitución de 1999, con la intención de politizar y hacer deliberantes a las FFAA. Esta incongruencia conceptual ha conducido a las contradicciones prácticas actuales, porque se pretende asumir que los militares siempre han tenido preferencias políticas, en tanto que ciudadanos; pero deben ser apolíticos en su ejercicio profesional, derivando a la circunstancia de hecho de la formación de un partido político militar, lo que amenaza la unidad interna de la Institución.
Es conveniente recordar que el establecimiento de la imparcialidad de las FFAA como institución esencial del Estado se hizo en provecho de las FFAA, no en el de la sociedad civil, tratando de salvaguardarlas de la diatriba política, porque siempre que se han adherido a un régimen, cuando se impone la necesidad de cambiarlo, las FFAA se ven amenazadas en su integridad. Si ahora pretenden adherir existencialmente un proyecto político, por añadidura comunista y antinacional, tanto peor para ellas.
Serían dignos de estudios los casos recientes de FFAA que han sucumbido junto con sus líderes carismáticos comoMuammar Kadafy, Saddam Hussein y el menos carismático Bashar Al Assad, mientras que otras han sabido guardar distancia, para preservarse ellas mismas como instituciones trascendentes a cualquier persona o partido. Está por verse qué harán las FFAA cubanas tan comprometidas con la tiranía de Castro, si seguirán el camino de Damasco u otro más propicio.
Así como en el chavismo militan algunos intelectuales, si puede dárseles ese título, también la MUD tiene su ala luminosa, por lo que es evidente que éste no es un desliz o inadvertencia al escribir, porque se ve que en este comunicado dirigido al ejército han escogido cuidadosamente las palabras. Al postular un supuesto valor militar de la prudencia (cosa que no existe), en realidad están reivindicando el carácter político y deliberante de las FFAA, contradiciendo la formulación de la constitución de 1961 y tomando partido por la concepción chavista, de unas FFAA inmersas en la controversia política, no como árbitro de última instancia, sino como parte interesada.
Así, aparentando una postura opositora, en realidad se revelan como lo que son, parte coadyuvante del régimen, pero de una manera sibilina y mentirosa, según sus propias palabras, “al creer que los venezolanos somos ingenuos”. El final es un desaguisado completo: “No es una decisión prudente. No es una decisión militar. No es una decisión profesional. No es una decisión acorde con la Constitución”. Si están hablando de una supuesta decisión del TSJ,¿por qué tendría que ser una “decisión militar”? Aquí parece que los traicionó el subconsciente, esto es, revelan de donde partió realmente la decisión. Dicen que más fácil se agarra a un mentiroso que a un cojo; pero cuando la mentira es total, ellos se agarran solos.

VENEZUELA: UNA COLONIA DEL IMPERIO ASIÁTICO.

Venezuela: Una colonia del imperio asiático

El grupete que “desgobierna” al país ha convertido a Venezuela en una verdadera colonia del imperio asiático.
El grupete que “desgobierna” al país ha convertido a Venezuela en una verdadera colonia del imperio asiático.

El “socialismo de mercado” ha sido la excusa que ha utilizado la élite gobernante de ese país para justificar el capitalismo-autoritario del Estado chino

José Rafael López Padrino
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Jose_Rafael_Lopez_Padrino_1El difunto comandante eterno siempre nos habló de un fantasioso mundo multipolar en contrapartida al mundo hegemónico capitalista. Alimentaba su equivocada teoría con las emergencias de economías como la de China, Rusia, India, entre otras. Ignoraba el dicharachero de Sabaneta que todas esas economías consideradas por él como opciones distintas al capitalismo hegemónico, eran igualmente capitalistas, y en algunos casos practicantes del capitalismo salvaje. En ese afán por impulsar su fantasía multipolar y renunciando a la soberanía nacional los regímenes del fallecido tte. coronel y del inefable Maduro han entregado nuestras riquezas a transnacionales rusas, iraníes, hindúes, pero en especial a empresas Chinas.
A pesar de toda la falaz retórica del tte. coronel en cuanto a las bondades del socialismo chino, vale recordar que a partir de la muerte de Mao en 1976, tras intensos conflictos políticos y sociales, se iniciaron una seria de cambios económicos que fueron propiciados inicialmente por Zhao Siyang, y continuados por Den Xiaoping, Jiang Zeming y más recientemente por Hu Jintao. Cambios que permitieron la llegada masiva de inversiones extrajeras al país, dando inicio a la restauración de un capitalismo salvaje al cual llaman engañosamente “socialismo de mercado”.
La realidad es que en la China de hoy no queda absolutamente nada del socialismo del pasado con todas sus imperfecciones y deficiencias. En la China “socialista” de la cual hablaba el vocinglero de Miraflores, los trabajadores tienen las jornadas más largas, los peores salarios y los menores derechos sociales y laborales de todos los trabajadores asiáticos. El “socialismo de mercado” ha sido la excusa que ha utilizado la élite gobernante de ese país para justificar el capitalismo-autoritario del Estado chino. Esta es la realidad más allá de las fantasías del comandante galáctico y de otros sectores afines al régimen que siguen viendo al modelo chino como ejemplo a seguir para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
El Estado chino como parte de su política expansionista ha estado en la búsqueda de materias primas para alimentar su inmensa economía. Ello explica la firma del acuerdo entre la corporación Citic Group y el Estado venezolano (09/2012) la cual estipula el asentamiento de 27 campamentos geológicos ubicados en 12 estados del país, durante 5 años, a fin de generar los mapas para planificar la minería de la nación. El acuerdo establece estudios geoquímicos, de investigación y evaluación de recursos minerales, con énfasis en Guayana y los Andes, exploración y cálculo de reservas de hierro, oro y bauxita (en Bolívar); fosfato (Táchira, Mérida y Falcón) y cobre (Táchira). Labor que por ley le corresponde realizar al Estado venezolano por su valor estratégico, como además lo establece el artículo 117 de la Ley de Minas de 1999.
Además, es insólito que una nación le pida a otra que se encargue de la exploración de su territorio. Es un acto contrario a la soberanía nacional, de la cual tanto habla el fachochavismo, porque se le esta entregando la exploración de nuestro territorio a un país extranjero. Citic Group ha expresado su interés en participar en la explotación del coltán, bauxita, hierro y fosfato y ya participa en la explotación de oro y cobre de Las Cristinas, la reserva aurífera más grande del país.
Los capitalistas chinos han entendido que más que arriesgarse a montar complejos industriales o empresas productivas de bienes y servicios, es mucho mejor participar en la especulación financiera. Por ende, el mercado financiero internacional se ha ido constituyendo como motor y pilar del capitalismo salvaje chino. Prueba de ello ha sido la línea crediticia, por más de $54.000 millones, que el imperio asiático le ha concedido al Estado venezolano. Esta leonina línea crediticia creada en el 2007 ha estado alimentando al inauditable Fondo Chino-Venezuela cuyos recursos debían de ser administrados por elBanco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) y direccionados a proyectos habitacionales, automotrices, agrícolas, eléctricos, tecnológicos, de transporte y comunicaciones.
Sin embargo, la realidad es que dichos fondos han sido manejados tanto por el tte. coronel como por Maduro con una gran discrecionalidad. Préstamos que estamos garantizando con crudo que aún se encuentra en el subsuelo y que pagaremos igualmente con hidrocarburos en los años por venir. Venta que se hará a un precio preferencial de 40-45 dólares por barril, mientras que el mismo se cotiza actualmente en el mercado internacional entre 95-102 dólares el barril.  Además, el uso de estos recursos crediticios nos obliga a comprar a China los insumos necesarios para la realización de los proyectos contemplados en el Fondo. Es así como el régimen de Beijing se ha asegurado de un significativo suministro petrolero a futuro a precios por debajo del mercado internacional, consiguiendo al mismo tiempo incrementar sus exportaciones de maquinarias, bienes de consumo intermedio y final, con lo cual estimulan aún más su pujante economía.
Adicionalmente, el gobierno chino también ha realizado importantes inversiones en el área de petróleo y derivados. Gracias a la aprobación de las nuevas leyes orgánicas de Hidrocarburos Gaseosos del 1999 y la de Hidrocarburos del 2001, las cuales sentaron las bases para el inicio de la desnacionalización de PDVSA, así como la de una mayor participación de las empresas extranjeras en el negocio petrolero nacional, el Estado venezolano y el gobierno chino han creado varias empresas mixtas destinadas a la explotación petrolera. Empresas como Sinopec, Petrozumano, Petrourica yPetrosinovensa, y Petrosino son algunas de las muchas empresas mixtas con capital PDVSA y China National Petroleum Corporation (CNPC) que operan en la faja bituminosa del Orinoco bajo la mirada complaciente del régimen.CNCP es la compañía madre de Petrochina, y constituye la segunda petrolera mundial en términos de capital.
El área agrícola también es víctima de la voracidad del capital asiático. Allí también los chinos están haciendo inversiones. Seis convenios entre el Estado venezolano y los capitales chinos se han firmado hasta el presente. Hoy el capital asiático está participando en el cultivo de 5 mil hectáreas y se prevé que estas cifras se eleven a unas 20 mil en los próximos tres años en perjuicio de los productores nacionales. Los acuerdos contemplan además, la recuperación, expansión y consolidación de tierras, fase 2013-2016 (Río Tiznados, Delta Orinoco, Píritu Becerra y Río Guárico); el desarrollo del sistema de riego de Río Cenizo; y la creación de la “Empresa Mixta Socialista Camce Venezuela para industrializar la producción agropecuaria y su importación y exportación”. Además, con la empresaCamc Engineering se contratará la construcción de cinco complejos azucareros, y se repotenciarán y ampliarán otros dos centrales, y se mejorará y optimizará la producción de los centrales azucareros Sucre, Trujillo, Venezuela, Caaez y Cazta.
Asimismo, en materia de transporte la filial de China Railway Engineering Corporation (CREC) participa en la construcción del tramo ferroviario Tinaco-Anaco, y participa con el Estado venezolano (empresa mixta) para ensamblar y producir vagones, y durmientes. En el área eléctrica las empresas chinas participarán en el proyecto de instalación de medidores y en otros planes de las redes de distribución desde el Bajo Caroní.
La dinámica de la economía de China ha empezado a superar las barreras geográficas de ese país, mediante una agresiva estrategia imperial de conquista de mercados y áreas de inversión en otras latitudes. Más que emancipación y soberanía el fachochavismo nos ha llevado a una nueva modalidad de dependencia, de entrega del país al imperio asiático.El feroz capitalismo chino mediante la exportación de sus capitales y la participación sus mega-corporaciones en la explotación de tierras agrícolas, en la megaminería, en el desarrollo de infraestructura vial y medios de comunicación, en la explotación petrolera-gasifera, entre otras áreas, buscan aprovecharse de las enormes debilidades que existen en nuestras economías estableciendo nuevas formas de dominación y de dependencia.
El neo-capitalismo chino ha saltado como felino hambriento sobre nuestra economía tambaleante y colapsada con la complicidad de una bastarda logia militar-civil corrupta y vende patria. El grupete que “desgobierna” al país ha convertido a Venezuela en una verdadera colonia del imperio asiático. ¿De cual patria y soberanía nacional pueden hablar?

domingo, 20 de julio de 2014

EL DEBATE POLÍTICO (NUEVE PUNTOS).


En los debates políticos a diferencias de un partido de fútbol, suele no haber reglas claras. Hecho que no deja de ser problemático porque los debates son la sustancia de la política. Hacer política es en gran medida, debatir. Ese vacío de reglas o normatividad en los debates, es la razón que me llevó a escribir este borrador –no es más que eso- de sugerencias para la práctica del juego del debate. Anoté nueve puntos. Son los siguientes:
  1. Un debate es una lucha de posiciones. Razón que obliga a medir, antes de iniciar un debate, los grados de diferencia que nos separan del oponente. Eso significa que hay que tener muy claro si estamos frente a unenemigo o un adversario o un simple contradictor. De esa claridad depende el tono y estilo de cada discusión.
Entre enemigos totales casi no hay debates. Los enemigos pactan, negocian, transan, pero por lo común, no debaten.
Los adversarios son, si así se quiere, enemigos parciales, mas no totales. En cierto modo ellos son enemigos con los cuales compartimos algunos puntos comunes.
Los contradictores, en cambio, son personas con las cuales, compartiendo muchos puntos comunes, diferimos en los tiempos y modos de llevarlos a la práctica.
  1. Todo debate está conformado por palabras, escritas o pronunciadas. Por lo mismo, un debate es práctica semántica y sintáctica. En todo debate se trata de establecer un orden discursivo en donde es necesario separar el sujeto de sus predicados. La “puesta en orden” de las palabras recibe el nombre de argumentación. Sin argumentaciones no hay debate.
  2. Para poner en forma un debate requerimos, sobre todo si el debate es oral, de la retórica.
La retórica ha sido concebida solo como la técnica de expresarnos bien, de subir o bajar el tono, de adornar lo dicho con una anécdota o ironía puesta en el momento preciso (equivocar el momento es fatal). Sin embargo, en su sentido griego originario, la retórica era el arte de separar lo principal de lo secundario y es por eso que las diferencias entre retórica y dialéctica eran para los griegos, mínimas.
No obstante, la mejor retórica no sustituye la intención ni el sentido de lo que se quiere expresar.
Suele así suceder que la más efectiva retórica consiste en decir lo que uno piensa con la mayor claridad posible. Con eso basta y sobra. No entres entonces en un debate, oral o escrito, a hacer exhibición de conocimientos y supuestas virtudes personales. Evita, en lo posible, el uso excesivo del “yo”. El debate no es una práctica narcisista.
  1. Todo debate político es público, jamás privado. A la vez, todo debate es personal. Pero, y este es un punto clave, la persona con la cual debates, no solo se representa a sí misma.
Tú puedes sentir simpatía o antipatía hacia el oponente. Eso no debe importar. Tú, a través de la persona contraria, no sólo hablas con ella sino con los que esa persona representa.  Por lo tanto, tu deber no es convencer a los tuyos, esos ya están convencidos. De lo que se trata es de convencer a las personas que representa el contrario. Lo importante, en política, acuérdate siempre, es saber sumar. Si no sabes sumar, olvídate de la política y no entres jamás a un debate.
  1. Sin el reconocimiento del otro, no hay debate. Eso significa tomar en serio al oponente y argumentar, no de acuerdo a lo que tú crees que él (o ella) debería decir, sino a lo que efectivamente ha dicho. Si tergiversas su dicción o si sacas de contexto una frase, tú serás ante el público que él representa, el gran perdedor. En un debate no basta con hablar, hay que saber, además, escuchar.
  2. Al opositor, sea adversario o contradictor, nunca hay que atacarlo por lo que es, sino solo por lo que dice o escribe.
Si atacas a alguien por su religión, su nacionalidad, su edad, e incluso –como ya me ha sucedido- por su profesión, estás destruyendo el sentido político (argumentativo) del debate. Si algún energúmeno te ataca en esos términos, retírate de la discusión. Nadie entra a un debate para servir de blanco a odios y  resentimientos. Para eso están los terapeutas. Y ningún polemista político debe serlo. 
  1. Jamás insultes. Pero a la vez, no te dejes insultar. Si eres insultado da por terminado el debate. El insulto es la retórica de los salvajes.
  2. Recuerda que tú no eres representante de ninguna verdad universal, nadie te ha dado ese derecho. Da por sentado que tu oponente, por lo menos durante el debate, no es mejor ni peor que ti. Por lo mismo, el objetivo de un debate no puede ser la revelación de una verdad moral. De lo que se trata es solo de sacar a luz la verdad -o por lo menos, la certeza- política.
La diferencia entre la verdad moral y la verdad política es simple. Mientras la primera se extiende en el tiempo, la segunda se refiere solo al objeto en discusión.
En similar sentido conviene diferenciar entre “las verdades de opinión y las verdades de hecho” (Hannah Arendt). Si alguien dice, durante Pinochet o Stalin reinaba la felicidad, es una verdad de opinión. Si tu dices, Pinochet o Stalin violaron derechos humanos, es una verdad de hecho. No confundir la una con la otra es fundamental para el desarrollo de un debate
  1. Nunca te dejes enredar en una discusión ideológica. Toda ideología es un programa cerrado de ideas petrificadas y no admite, al ser un programa, ninguna alteración. En el fondo, las discusiones ideológicas no existen. Son solamente monólogos paralelos. Las ideologías, por cierto, sobredeterminan el espacio de la política. Pero, dicho en su exacto significado, ninguna ideología es política. Argumentar, por el contrario, significa des-ideologizar.
PS. ¿Por qué escribí nueve y no diez puntos?  La razón es la siguiente: si hubiera escrito diez, habría construido un decálogo. Pero un decálogo tiene un tenor mesiánico y lo mesiánico es contrario a lo político. Ahí donde aparece un mesías, termina la política.
Sin política no hay debate y sin debate no hay política.

VENEZUELA: CONFERENCIA EPISCOPAL: EXHORTACIÓN PASTORAL.

Conferencia Episcopal: Exhortación Pastoral “Compartimos el consuelo que recibimos de Dios”

 
 
 
 
 
 
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CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
CII ASAMBLEA PLENARIO ORDINARIA
Exhortación Pastoral
“Compartimos el consuelo que recibimos de Dios”
(Cf. 2Co 1, 4)
    1. Introducción.
    2. Los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, reunidos una vez más en asamblea ordinaria, saludamos en el Señor a toda la Iglesia que peregrina en nuestra Patria. Durante estos días hemos tratado asuntos diversos que tienen que ver con nuestra misión pastoral. Entre esos temas resaltan la situación nacional, el estudio y profundización de la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, de Su Santidad el Papa Francisco y la preparación de una asamblea nacional de pastoral para el próximo año. Además, hemos tenido el gozo de recibir durante dos días a una calificada representación de los presbiterios de nuestras diócesis y vicariatos apostólicos, Queremos compartir con todos los venezolanos algunas reflexiones suscitadas en el transcurso de nuestra reunión, como es costumbre al término de cada asamblea.
  1. Asamblea conjunta obispos – presbíteros.
  2. La asamblea conjunta obispos – presbíteros forma parte de una serie de encuentros que nuestra Conferencia ha realizado a lo largo de su medio siglo de existencia. Estos momentos de oración, reflexión y compartir fraterno han sido siempre gratos y fructíferos, y han constituido, sin duda, un estímulo notable a nuestra acción pastoral. Efectivamente, los presbíteros están siempre a nuestro lado en el trabajo cotidiano de las iglesias particulares. Merecen nuestro reconocimiento, nuestra gratitud y afecto paterno[1].
  3. El sacerdote cumple su papel muchas veces entre contradicciones. Su misión es con frecuencia puesta en duda o ridiculizada. Las limitaciones humanas que, naturalmente, afectan también a los sacerdotes, provocan no rara vez caídas y fallas, algunas de ellas graves, las cuales son injustamente generalizadas y enrostradas a los ministros ordenados, cuando la verdad es que la gran mayoría se esfuerza por guardar íntegra fidelidad a sus compromisos, y su trabajo produce, como los campos del sembrador del Evangelio, unas veces treinta, otras sesenta, otras ciento por uno (Cf. Mt 13, 23).
  4. Por esa razón, la labor de los sacerdotes es considerada de gran valor por las comunidades cristianas, y ello se traduce en el aprecio por ellos, en la búsqueda de su orientación y opinión en campos diversos, en el surgimiento de vocaciones sacerdotales en el seno de las familias y las comunidades. Así lo expresa el Concilio Plenario, que reconoce “la importancia de la labor de los presbíteros y aprecia la entrega y la donación que, desde el amor a la Iglesia, son estímulo y ejemplo para todo el Pueblo de Dios y fomento de las vocaciones”[2].
  5. En el hoy de nuestra Patria, la labor de los pastores implica saber tender puentes para propiciar el encuentro entre adversarios, y promover la reconciliación de nuestro pueblo, fracturado y dividido por las ideologías y las mentalidades. Obispos y presbíteros queremos renovar el compromiso de hacer realidad, en el seno de nuestros presbiterios y comunidades, la súplica que dirigió Jesús antes de su Pascua: “te ruego por ellos, para que sean uno, como tú y yo somos uno, para que el mundo crea” (Jn 17, 21), pues sabemos que Cristo estableció la comunión como signo de autenticidad de su Iglesia, que es “sacramento… de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano”[3].
  6. En estos últimos años ha habido un incremento considerable de seminaristas y, por consiguiente, de ordenaciones sacerdotales. Sin embargo, el aumento de la población y el surgimiento de nuevos problemas hace insuficiente el número de ministros ordenados para atender las necesidades del Pueblo de Dios. Sabemos que la promoción de las vocaciones sacerdotales corresponde a toda la comunidad cristiana, pero especialmente es una tarea encomendada a los obispos y presbíteros. Nos comprometemos, pues, a trabajar denodadamente a fin de que podamos descubrir el llamado que el Señor ha sembrado en el corazón y el alma de muchos jóvenes.
  7. Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”.
  8. En la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio)[4], el Papa Francisco ofrece una visión general de la misión evangelizadora de la Iglesia, deteniéndose en algunos puntos particulares. El Santo Padre quiere no solamente motivarnos, sino también interpelarnos para que cambiemos muchas de nuestras actitudes, con el fin de lograr la tan deseada transformación misionera de la Iglesia. Invitamos cordialmente a los fieles católicos y las personas de buena voluntad a leer, meditar y poner en práctica este importante documento pontificio.
  9. Desde el propio título de la Exhortación el anuncio del Evangelio se presenta como un testimonio gozoso, un mensaje que se comparte con alegría. En efecto, una de las razones por las que el anuncio misionero se vuelve estéril e ineficaz es su presentación fría e impersonal, incapaz de tocar el corazón de los hombres de hoy. El Papa nos invita a anunciar la alegría del Evangelio incluso en el contexto de sufrimientos, confrontaciones, violencia y, en general, del drama que muchas veces caracteriza nuestra historia actual[5]. Ese testimonio es de mucho valor precisamente en ese ambiente, donde muchos pierden la esperanza y el deseo de vivir, sintiéndose vacíos y llenos de amargura. El documento nos dice que el hecho de evangelizar fortalece la propia fe del evangelizador y aporta consuelo a sus destinatarios.
  10. El Papa nos invita a adelantarnos, a “primerear” en la iniciativa de salir al encuentro de este mundo necesitado de la luz del Evangelio[6]. La actitud de la Iglesia en el cumplimiento de la misión que le dejó su Fundador debe ser siempre una mano extendida con franqueza, con cordialidad, con deseo de hacer el bien a todos. Ésta ha sido la característica fundamental del Cristianismo, que debe conservar y profundizar en las actuales circunstancias.
  11. La Iglesia existe para evangelizar, nos recordaba Pablo VI[7]. El contenido del anuncio evangelizador es, en primer lugar la persona, la obra y el mensaje de Cristo, la salvación obrada a través de su misterio pascual[8]. Unido a este núcleo fundamental se anuncia también la verdad sobre el hombre y el mundo, tal como se perfilan en la Revelación. Este anuncio no se refiere únicamente a las realidades espirituales y a la vida eterna, sino que incluye también la vida del hombre sobre este mundo y sus relaciones con sus semejantes. Por eso, el Papa Francisco considera parte importante del anuncio evangelizador aspectos eminentemente socio-políticos, como son la inclusión social de los pobres, la paz y el diálogo social.
  12. Panorama social.
  13. La Iglesia en Venezuela, fiel a su misión, emplea sus fuerzas en anunciar a Cristo y su Evangelio. Su organización, sus ministros y sus instituciones son otros tantos medios para llevar a cabo ese objetivo fundamental. No pocas veces la naturaleza y acción de la Iglesia han sido tergiversadas, en medio del calor de la diatriba política e ideológica que ha caracterizado los últimos años de la historia venezolana. Cuando los Obispos fijamos posición sobre temas diversos que atañen al acontecer nacional, lo hacemos como exigencia ética y moral de justicia, equidad y paz entre todos los venezolanos. Quienes nos acusan de actuar como actores políticos lo que hacen es desvirtuar el derecho que nos compete como ciudadanos y pastores a cumplir nuestro deber: defender y promover la dignidad del ser humano, así como el bien común. Se trata de un servicio que prestamos al pueblo venezolano, fieles a la visión del mundo y de la humanidad como creaturas de Dios, sometidas a sus leyes eternas. A este respecto afirma el Papa Francisco: “Los pastores… tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano”[9].
  14. La situación del país siempre ha reclamado una palabra por parte de esta Conferencia Episcopal. Son ya conocidas las difíciles circunstancias que afectan a la población en general: la violencia, inseguridad y criminalidad crecientes, el drama del desabastecimiento, el alza constante del costo de la vida, unida a las sucesivas devaluaciones de la moneda, la aplicación de controles excesivos a la actividad productiva. El pueblo se ve sometido a largas colas para obtener el mínimo sustento necesario, o a padecer las fallas de los servicios públicos fundamentales, como el agua y la luz eléctrica. Todo esto afecta al desenvolvimiento y tranquilidad de muchas familias. Quienes tienen en sus manos la solución de los problemas del pueblo parecen dar preferencia a otros intereses. Los pobres y en general los que sufren vienen a ser así simplemente una excusa o una pantalla ideológica para lograr otros fines.
  15. Agrava esta situación el panorama político actual: la pretensión de imponer un modelo político totalitario[10] y un sistema educativo fuertemente ideologizado y centralizado, que amenaza su propia viabilidad y calidad; la criminalización de las protestas y la politización del poder judicial, que se manifiesta, entre otras cosas, en la existencia de presos políticos y en la situación de tantos jóvenes privados de libertad por haber participado en manifestaciones. Los partidos políticos experimentan divisiones internas por apetencias e intereses particulares. Mientras tanto, se siguen arrastrando situaciones problemáticas graves, como la corrupción en todas las esferas del Estado e incluso de la sociedad, la pérdida de control por parte del Estado de las instituciones penitenciarias, el generalizado militarismo y una desproporcionada represión de cualquier disidencia. Una vez más solicitamos la libertad de los estudiantes y medidas de gracia para los presos políticos y para quienes han emigrado por razones políticas.
  16. Todo ello viene a constituir una atmósfera social asfixiante que empuja a algunos a abandonar el país, a muchos les hace perder la esperanza de lograr un cambio real de las condiciones socio-políticas y a otros, en fin, los lleva a asumir actitudes violentas. La Constitución consagra el derecho a la libertad de pensamiento, y por tanto a la disidencia y a la legítima protesta. En estas circunstancias se hace sumamente actual el llamado que el Santo Padre hace en su Exhortación a poner en primer lugar a la gente, con sus problemas reales, y a privilegiar a los pobres como sujetos sociales, actores de su desarrollo y superación.
  17. No será posible encontrar soluciones satisfactorias a los problemas que aquejan a la gente, ni se dará una verdadera reconciliación en nuestra sociedad, si no nos escuchamos, si se reprime sin investigar las causas por las que surgen las protestas. No es posible pretender una paz que suponga la renuncia a los derechos humanos, la aceptación de un estilo de vida impuesto y la utilización de la Constitución y las leyes a través de interpretaciones no compartidas y más bien rechazadas y denunciadas.
  18. Asamblea Nacional de Pastoral.
  19. Una de las tareas que nos dejó el Concilio Plenario de Venezuela fue la realización periódica de asambleas pastorales nacionales[11], que contribuyeran a conservar el espíritu de fraterna cooperación y caridad entre los miembros del Pueblo de Dios que caracterizó al mismo Concilio. Hemos decidido convocar la primera de estas asambleas para el año 2015. Es necesario que toda la Iglesia que peregrina en Venezuela pueda sentir este acontecimiento como algo propio, y debe insistirse en que se pongan en práctica las instancias participativas previstas tanto en las diócesis como en las parroquias.
  20. Entre las tareas de la Asamblea Nacional de Pastoral estará, sin duda, un examen sincero de la fe y práctica religiosa del pueblo cristiano, teniendo presente la realidad de división y odio que pretende imponerse en el país. En tal sentido, esta Asamblea debe ser una contribución al reencuentro de los venezolanos y a la reconstrucción del país. Además, se hará énfasis en la pertenencia y la comunión eclesial, así como en un compromiso misionero más decidido que nos lleve a transmitir la fe. Los cristianos creemos que Jesucristo y su proyecto son una Buena Noticia para Venezuela en los momentos que estamos viviendo. Es necesario proclamar de nuevo proféticamente el Evangelio, esa Buena Noticia de que “Jesucristo nos ama, dio su vida para salvarnos, y ahora está vivo a nuestro lado cada día, para iluminarnos, para fortalecernos, para liberarnos”[12]. La Asamblea Nacional de Pastoral contribuirá a la aplicación de las directrices del Concilio Plenario de Venezuela, así como al reimpulso de la Misión Continental Permanente, que nos dé la fuerza y la luz de Jesucristo en las circunstancias particularmente difíciles que vivimos.
  21. El consuelo de la fe.
  22. Nuestro pueblo conserva y vive la fe que le ha sido transmitida por sus antepasados. Fue la fe que permitió a nuestros mayores soportar y superar el desangramiento que hace doscientos años acarreó la Guerra de Independencia. Fue la fe que logró salir incólume de las contiendas republicanas y de las persecuciones a la Iglesia. Fue esa fe la que animó la vida de muchos venezolanos ilustres, como el Dr. José Gregorio Hernández. Esa fe, entregada por las pasadas generaciones, ha sido recibida por nuestros jóvenes, quienes con su entusiasmo y alegría siguen siendo testigos de la Buena Noticia de Jesús. El Año Jubilar de la Juventud es una ocasión privilegiada para dar ese testimonio público. Esa fe en el Dios de la vida le sigue otorgando fuerzas y energías a nuestro pueblo para hacer frente a un momento sumamente difícil de su historia y continuar la marcha hacia una Venezuela justa, fraterna y pacífica.
  23. En esa marcha y en esa búsqueda le acompañamos los pastores, miembros de ese pueblo y responsables de él ante Dios. El compromiso evangelizador implica también “saber decir una palabra de aliento al abatido” (Is 50, 4), y en eso estamos empeñados obispos, presbíteros, demás ministros y laicos misioneros, de tal manera que en las amarguras de la situación presente brille siempre la luz de la esperanza cristiana, que nunca defrauda (Cf. Rm 5, 5), porque está cimentada sobre la palabra y la promesa de Dios, que acompaña nuestras luchas y quiso hacerse uno de nosotros para participar de nuestras vicisitudes.
  24. Pedimos la intercesión de la Virgen Santísima, nuestra Madre de Coromoto: ella compartió las alegrías y las tristezas de la vida de su Hijo. Hoy nos acompaña también en nuestro caminar, como Madre amorosa de la Iglesia. Desde sus diversos santuarios que son honra y prez de nuestras iglesias particulares, ella recibe a nuestro pueblo, lo toma de la mano y lo lleva a Jesucristo. Que ella nos acompañe en los afanes evangelizadores y nos ayude a superar la actual situación de angustia en que vivimos, a perdonarnos y reconciliarnos para que brille en nuestra patria la paz y la concordia propias de hijos de un mismo Dios y hermanos entre nosotros.
Con nuestra bendición
Los Obispos de Venezuela
Caracas, 11 de julio de 2014