lunes, 20 de febrero de 2023

EL MACHO SOLITARIO DE EL PALACIERO.

 EL MACHO SOLITARIO DE EL PALACIERO .

  Una  vez me dijo José Ricardo " el tuerto", que la mejor hora para llegar al caney del Macho Solitario era a partir de las cinco de la tarde, a esa hora el sol comienza a soltar en el horizonte los crepúsculos rojizos que hacen de este paisaje una vista muy agradable a nuestros sentidos. El Caney del Macho Solitario se viene para tener un contacto viviente con lo natural, se viene a oír música llanera, vallenatos y a escuchar los cuentos de los múltiples amoríos que a lo largo de casi setenta años tuvo y tiene el Macho Solitario, también conocido en estos parajes como el Macho de las Ovejas y cabras, como la llaman por aquí.....fue por allá en los 1960 cuando en estas sabanas de El Palaciero, en el sitio conocido como el Titiaral , donde hay un nacimiento de agua dulce y clarita, nació un carajito rechonguito, de ojos brotados y pelo enrollado ,al cual le nombraron Jesús Manuel, de padre y madre conuqueros, muy trabajadores y amamantados del trabajo de la tierra.  

A Jesús Manuel, más tarde llamado el Macho, era un muchacho distinto a sus semejantes, su amor por los animales era anormal, siempre se le veía conversando con un caballo o una vaca o hasta discutía con algún gallo pataruco al fastidiar las gallinas, a José Manuel se le veía en sus ojos cortantes la intención decidida de ser un hombre del campo macho y recontramacho y así fue criado por su papá: Don Gumersindo Alvarado, hombre sin medias tintas, de una sola palabra y una sola conseja, de hablar pausado pero certero, hábil con la soga como con el machete, con su inseparable escopeta cañón corto calibre 12 al lado derecho de la montura, de sombrero pelo e' guama tirao a un lado como haciendo un triángulo con su nariz, hombres de eso que no admitían muchachos en la cocina ni lloriqueos por " mariqueras", con ese padre marcando el norte de su vida fue criado José Manuel.

Cuando uno llega al caney del Macho lo primero que se encuentra es con una sonora sensación de haber llegado a una fiesta llanera donde la borrachera de los animales está en su punto más excitante. Brincan los ovejos y chivos por encima de las mesas y los cabritos con sus cortos cachos como lanzas puntiagudas juegan a atravesarte la piel, los loros y guacharacas  cantan sin parar, es la hora loca de los animales del club del Macho, al fondo una canción de Jorge Guerrero deja oír su tono veguero :  tengo como mes y pico/ luchando con esta espina/ que me clavo esa mujer/ posterior a su partida/….. un gallo Kelso, de plumaje dorado, patas amarillas, imponente, altivo,  persigue a una de sus gallinas, - ese sí es un gallo macho – grita el macho José Manuel Alvarado……Buenas tardes José Manuel – le digo de manera entusiasta, extendiendo mi mano derecha en posición de un saludo amigable.  Buenas tardes, macho- me respondió José Manuel con una sonrisa generosa y apretó bien fuerte su mano contra la mía como para demostrar que los hombre machos se saludan así, reciamente y no como ahora cuando los varones se saludan de manera muy extraña aquí en Venezuela, pues se dicen al verse o llamarse: - hola marico-. En cambio el saludo del hombre alfa es como hace el saludo José Manuel. Tiempo que ud no venía, macho, dónde andaba, Me imagino que con una nueva pechuga-, dijo mientras arrimaba una silla de madera hecha de cuero de chivo del mismo corral de la finca, para que me sentara e iniciar la conversa. Pechuga llaman los machos del club de machos a las novias que lo acompañan, según las normas de este club, escritas a puño y letra por José Manuel Alvarado, estás normas son según el macho José Manuel muy estrictas, tienen reunión todos los jueves a las 8 p.m. a la cual deben traer una pechuga distinta a la que trajeron la reunión anterior. En fin es un club de hombres que se jactan de tener varias novias, todas jóvenes y bellas.

Traigan un par de cervezas Polar, de la nagra , de la que beben los hombres- ordena el macho a el empleado que atiende la barra. El saludo de José Manuel abarca un apretón que alcanza el antebrazo, no suelta de inmediato la mano sino que por un rato sostiene una intensa presión, creo que es para que no quede duda de su postura de macho íntegro, pues cualquier duda sería fatal para su condición de alfa.

Como está el club- le pregunto, un poco para comenzar con picardía la visita de esa noche. - Pues fíjese macho, que muy bien , hay nuevas incorporaciones de machos. – dice con aires de éxitos. Entonces hay nuevos machistas- le pregunto con toda la mala intención de tratar de buscar enredos conceptuales. – no, macho, que va, nosotros somos machos no machistas- responde frunciendo el seño y asumiendo una postura recta y colocando los dos codos sobre la mesa y la cerveza en medio del triángulo que forman los brazos cuando entre cruza las manos. Fingió estar molesto pero entendí que es parte del guión gestual que caracteriza a José Manuel. – y cuál es la diferencia. Le pregunté simulando desconocimiento del asunto. Mire colega, dijo con voz de locutor del siglo pasado. – un macho es aquel que quiere, adora y respeta a sus pechugas, les entrega todo su amor a ella y a otras, también deja sus genes al cuidado de ellas, por lo tanto no negamos en ningún momentos los hijos que ellas paran, pues son sus hijos, los machos no tenemos hijos porque quienes paren son ellas pero tampoco abandonamos el fruto que pueda dar el árbol fructífero del amor; siempre somos galantes, les regalamos todo lo mejor y entendemos que las pechugas representan la creación más sublime que Dios nos puso en el camino para amarlas- en cambio – prosiguió con toda una seriedad de científico en conferencia de la ONU – el machista, es un ser que tiene a las mujeres como cosas, como trofeos, las maltratas y no valora la belleza del arte creado por Dios, es irresponsable con ella y sus hijos, nunca puede ver a una mujer como una obra de arte hecha humana sino que para él la mujer es como una bestia que solo se usa para satisfacer sus bajos instintos, en cambio, un macho pone en un altar a sus amores- concluyó sus argumentos con una solemnidad propia de una santa misa. - Uno el macho enamora con suavidad y elegancia, el machista atropella la carne, el machista es deseo animal, el macho es amor subliminal- dijo en prosa poética como elevando su nivel de hombre a otro nivel distinto. – fíjese colega, voy a darle solo un ejemplo cuando enamoraba una hermosa pechuga catira y le escribí estos versos, :

“ Canten duros turupiales

Canten duro guacharacas

Canten duro alcarabanes

Que yo le canto a mi muchacha

A esa muchacha bonita

En la que puse mi corazón

A esa que tiene la boquita

Dulcita como el papelón 

A esa que cuando la noche es oscura

Solo con su presencia brilla

Y cuando el sol está saliendo

Hasta el mismo Dios se maravilla

Sabanas sin fronteras

Donde se divisa un tranquero

Tú que ves a mi muchacha

Dile que yo la quiero

Dile que la estoy esperando

A la orilla de un riachuelo

Para besarla en la boquita

 Y decirle que la quiero

Ábrete llano enorme

Que canten tus cantores

Que se alegre la sábana

Con toditos mis amores

Que los pajonales se mezan

Cuando esté pasando el viento

Que hasta los árboles se entremezcan

Cuando esté brotando mi verso

Que cuando yo empiece a cantar

Y mi voz se deje oír

Todo el mundo va a decir

¡ Eso es lo que hacía falta! 

Pues le van a salir hasta patas

A los mochos que han de venir

Que en la laguna y en el río

Que en el caño y la quebrada

Por donde quiera que ella vaya

Con mi recuerdo irá acompañada

Ahora te voy a cantar

Catirita pico e’ plata

Ahora me vas a escuchar

Con el corazón en la garganta

Pa’ que sepas que te quiero

Catirita del palmar

Con un amor muy sincero

Aquí te vengo a cantar

Aquí te vengo a cantar

Y así lo voy a hacer

Creo que no voy a poder

Porque todo se me olvida

La culpa es tuya catira

Que me estás robando la vida 

Que me estás robando la vida

Por eso es que estoy así

Desde un día que te vi

Y ese día te acompañé

Y desde entonces me empeñé

A quererte hasta los huesos

Por eso catira por eso

Es que ya no puedo cantarte

Pues de tanto adorarte

Pa’ ti no me salen los versos

Pa’ ti no me salen los versos

Y quisiera colmarte a besos

Y bajarte todas las estrellas

Y en las noches más bellas

Tenerte conmigo en mi pecho

Por eso, catira, por eso

Por eso es que estoy molesto

Por eso, catira, por eso

Es que ya no me salen los versos

Por eso, catira, por eso

Es que pa’ ti no se acaban mis besos”.


- Se fija colega como es que un macho enamora a su pechuga, cuándo un machista va algún día decirle algo parecido a una mujer  ¡ Nunca! – dijo como cerrando un capítulo existencial y sintiéndose vencedor de una batalla espiritual.


Son la dos y media de la mañana, las cabañuelas de mayo se vinieron, la corneta del sonido deja oír al maestro, el último jaguar vivo de la música Vallenata tradicional Adolfo Pacheco, aquella canción llamada “Me Rindo su Majestad”.: 

“ Voy a vivir la vida de otra manera/

Voy a seguir quemandola de otro modo/

Para que cuando envejezca antes que muera/

No viva solo, no viva solo, no viva solo, no viva solo/

Voy a dejar la vida de parrandero/

Ya disfruté los años de juventud/

Porque así recogido soy más sincero/

Y más te quiero y me quieres tú/

Y más te quiero y me quieres tú/

Porque triste es ser viudo con mujer viva/

Los hijos son de madre dice el refrán/

En un ranchito solo no hay alegría/

Y todos los amigos se van, se van,/

En un cuartico sólo la noche es fría/

Y todos los amigos se van, se van/

Hay Se van se van, hay se van, se van/

Voy abdicar el trono de mi reinado/

Vengo a decirle me rindo majestad/

Ud será la reina yo su vasallo/

Le entregó toda mi libertad/

Le entrego toda mi libertad/

Cómo evocar los tiempos de soltería/

Tú que te enamoraste de aquel Don Juan/

Hoy son defectos de aquellas virtudes mías/

Son ironías que el amor da/

Son ironías que el amor da/

Cobra venganza por lo que estaba haciendo/

Somos el agua que busca su nivel/

Porque sí abusas de mi desprendimiento/

Automáticamente me vuelvo en Rey/

Pero sí abusas de mi desprendimiento/ automáticamente/ me convierto en Rey/

Hay me vuelvo un Rey, hay me vuelvo un Rey/

Hay me vuelvo un Rey/

Hay me vuelvo un Rey, me vuelvo un Rey/.


Al oír esa canción, que el macho ordenaba colocarla varias veces, fue como un rayo que estremeció mi pensamiento y me dije: será que el macho de El Palaciero, el de las cientos de pechugas, está entregando su reinado y los años que no perdonan la espalda del más macho y recontramacho le están pasando factura…..me vine con la lluvia, José Ricardo, el “ tuerto “ y yo chapoteábamos el barro que Dios nos envío con las cabañuelas de mayo.






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