miércoles, 31 de julio de 2013

EL DETERIORO DEMOCRATICO EN VENEZUELA (1989-2012)

El Deterioro Democrático en Venezuela (1989-2012)

by politikaucab
Juan Manuel TrackPor: Juan Manuel Trak
Cuando en 1991 Samuel Huntington escribió su célebre obra “La Tercera Ola: democratización a finales del siglo XX”, Venezuela cumplía 30 años de la Constitución de 1961. España, Portugal y Grecia apenas superaban una década de democracia y, en América Latina, únicamente Colombia y Costa Rica disfrutaban de sistemas democráticos estables. Ecuador, Perú, República Dominicana, Brasil, Argentina y Bolivia daban los primeros pasos en este sentido y Chile apenas salía de la cruel dictadura de Pinochet.
Entre 1958 y 1988 se habían celebrado siete elecciones presidenciales consecutivas en Venezuela. El promedio de participación fue de 90,85% y hubo alternancia entre los partidos Acción Democrática y COPEI sin que ocurrieran episodios de violencia política relevantes. Para los analistas y observadores internacionales, el país era un ejemplo de democracia pluralista en la que la competencia electoral era considerada limpia y justa. Si bien en la década de los 80's existía descontento sobre el funcionamiento del sistema político en general, y los partidos políticos en particular, pocos se atrevían a presagiar que la democracia venezolana corría un peligro a corto o mediano plazo.
Sin embargo, el “Caracazo” en 1989 y los intentos de golpe de Estado en 1992 dieron al traste con esta impresión. La década de los 90's fue el caldo de cultivo para la transformación del sistema político, las elecciones dejaron de ser instrumento de trasmisión de preferencias desde los ciudadanos hacia el Estado y la participación electoral bajó en 1993 y 1998 a 60,2% y 63,5%, respectivamente. Es en esta década que la democracia venezolana empieza a dar traspiés: un presidente destituido a través de un juicio político, una crisis financiera que desató presiones inflacionarias importantes, una renta petrolera incapaz de cubrir los gastos mínimos del Estado y un severo programa de ajustes condujeron a los venezolanos a mirar alternativas que prometían un cambio radical de la situación nacional. Hugo Chávez representó dicha alternativa, lo cual condujo a una transformación profunda del sistema político venezolano.
Cuando se examinan los diferentes indicadores que existen sobre democracia, se observa el crecimiento de una tendencia antidemocrática en el país. Un ejemplo lo podemos observar a través del Índice de Libertades de Freedom House[1], el cual mide Libertades Políticas y Derechos Civiles como dimensiones básicas de cualquier sistema democrático.  El Gráfico 1 muestra el promedio del Índice en cada una de las presidencias desde 1974 hasta 2012. Durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1978); y posteriormente Luis Herrera Campins (1979-1983) y Jaime Lusinchi (1984-1988), el país era considerado como “Libre”, el promedio del índice para cada uno de estos gobiernos fue 1,70; 1,50 y 1,60 respectivamente. No obstante, el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) ya muestra el retroceso en las dimensiones mencionadas, colocando a Venezuela como país “Parcialmente Libre”, siendo el promedio de este período 2,60. Esta tendencia al alza continúa en el gobierno de Rafael Caldera (1994-1998) con un índice de 2,90.
Freedom House
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Freedom House
Estos datos reflejan la incapacidad de sistema para sobrellevar la crisis económica y social de los 80's y 90's. El sistema político fue incapaz de resolver los problemas que aquejan a la sociedad; los partidos políticos perdieron su legitimidad como mecanismos de trasmisión de preferencias hacia el Estado, lo cual condujo a que la sociedad venezolana viera en un outsider la mejor opción. Sin embargo, la elección de Hugo Chávez no redundó en una mejora democrática sino en la profundización de las tendencias autoritarias que vivía el país. Si bien Venezuela, hasta 2012, sigue siendo catalogada como “Parcialmente Libre”; durante los períodos de Chávez la calidad de la democracia en el país disminuyó considerablemente. En su primer mandato 1999-2000, el índice subió a 4; entre 2001 y 2006 promedió 3,75 y en su último período alcanzó 4,58.
Más allá de los números, durante este período Venezuela ha visto el aumento de las violaciones a las Libertades Civiles y el ejercicio de los Derechos Políticos. El cierre de medios de comunicación, leyes que incentivan la autocensura y amedrentamiento a periodistas son ejemplos de ello. También lo son los juicios a políticos y activistas que se oponen al gobierno actual o el uso del los recursos del Estado para beneficio electoral del partido de gobierno. En este punto, el reto de la sociedad venezolana es retomar la senda democrática; esto implica el reconocimiento del otro, la aceptación del pluralismo y la no persecución de quienes disienten del gobierno. Para ello, se hace necesaria la existencia de una sociedad civil activa, que participe a través de partidos políticos, organizaciones de base, sindicatos, gremios y demás asociaciones. La democracia sin ciudadanos activos es letra muerta, solo sirve como etiqueta para legitimar líderes y gobiernos semidemocráticos; en dónde las elecciones sirven como una fachada para mantener el poder y los ciudadanos pasivamente aceptan los atropellos por parte del Estado. Visto así, cabe preguntarse si realmente existe una democracia en Venezuela.

[1] El Índice mide dos dimensiones de la democracia liberal, Libertades Civiles y Derechos Políticos, cada dimensión del índice oscila entre 1 y 7, siendo uno (1) el mayor nivel de libertad posible y siete (7) el menor nivel de libertad posible. Así, el promedio de ambas dimensiones permite clasificar a los países en tres categorías: “Libre”(1 a 2,5); “Parcialmente Libre” (3 a 5) y “No Libre” (5,5 a 7). Esta medición se realiza desde 1972 y, a pesar de las críticas que se le han hecho, es uno de los indicadores más utilizados para observar el funcionamiento de las democracias. Para más información ver http://www.freedomhouse.org/

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