domingo, 6 de abril de 2014

VENEZUELA: CONSTRUCCIÓN DE UNA HEGEMONÍA OPOSITORA.

Construcción de hegemonía como alternativa opositora

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hegecul1Por: Héctor Hurtado Grooscors / Jueves, 03 de abril de 2014
En tiempos recientes hemos escuchado reiteradamente de parte de sectores de la población que se opone al gobierno, que la oposición venezolana es mayoría. De igual, este argumento está presente en el debate entre analistas, encuestadores y líderes políticos, agregando que se enfrenta a un gobierno que ha perdido el apoyo de la población, y que por lo tanto la protesta iniciada el 12 de febrero está justificada por el sentir de las mayorías. Los resultados de las elecciones presidenciales y regionales de abril y diciembre de 2013 respectivamente muestran sin duda que la oposición ha crecido a nivel a nacional y local si se comparan con los comicios de este tipo realizados en años anteriores [1].
Si se desea hacer un análisis serio de la situación, sobre todo para comprender lo que debe hacer la oposición y su dirigencia, no debemos confundir descontento popular y generalizado con mayoría. Las problemáticas sociales y económicas existentes hoy en el país afectan a todos por igual, pero esto no se traduce automáticamente en respaldo político y electoral mayoritario.
Lo cierto es que, al menos en términos de votos, la oposición no es mayoría. Por esta razón, la pregunta gira en torno a qué hacer para que la oposición se convierta en una opción mayoritaria no sólo electoral, sino una que descanse sobre una base de apoyo social amplio, en sintonía con los intereses de los distintos sectores sociales del país, para representar una verdadera alternativa al chavismo.
Los informes publicados por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) presentan una panorámica que permite identificar el contenido del malestar y la protesta social en el país [2]. Al darles un vistazo, podemos ver que en 2012 se registraron 5.483 protestas orientadas de la siguiente forma: 1) derechos laborales 41,15%, 2) solicitud de vivienda digna 34,17%, 3) demandas por seguridad ciudadana, derechos de personas privadas de libertad, participación política, derecho a la justicia 20,49%, y 4) exigencias educativas 4,17%. Desde que Chávez asumió la presidencia, se constata un crecimiento progresivo de la protesta, lo que demuestra la incapacidad del gobierno chavista para tramitar los reclamos de numerosos sectores del país.
Ante un escenario como este, donde existe un descontento manifiesto y acumulado –el crecimiento de las protestas en los últimos años lo demuestra-, la tarea pendiente de la oposición pasa por emprender una labor política de articulación de las demandas y propuestas de la sociedad venezolana, sobre todo de aquellos sectores más vulnerables y empobrecidos materialmente -que a fin de cuentas son mayoría en nuestro país-, para construir un proyecto societal viable en el tiempo. En otras palabras, la oposición tiene ante sí la labor de construir y convertirse en hegemonía.
Pero, ¿qué entendemos por hegemonía?. Según la concepción clásica desarrollada por Gramsci, la hegemonía supone un “proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político” (2009: 25). Aquí el actor fundamental es el Estado, responsable de la dirección política de un proceso que pretende articular la voluntad nacional-popular a través de la difusión de una concepción del mundo (Gramsci, 2009: 31). La construcción de hegemonía supone que “se tienen en cuenta los intereses y las tendencias de los grupos sobre los cuales se ejerce la hegemonía, que se forme un cierto equilibrio de compromiso, es decir que el grupo dirigente haga sacrificios de orden económico-corporativo” (Gramsci, 2009: 55).
Como hemos dicho, la oposición política tiene ante sí la tarea de canalizar el descontento social para incorporar a su proyecto los intereses de los sectores más desfavorecidos y así construir progresivamente una voluntad nacional popular. En vista de que no tiene el control del aparato de Estado, la oposición debe emprender lo que Gramsci definió como “guerra de posiciones”, es decir, un proceso mediante el cual pueda aumentar su presencia en las instituciones de la sociedad civil –consejos comunales, asociaciones civiles, mesas técnicas, comités de tierras, etc.-, alterando la correlación de fuerzas dentro de la sociedad. Esta es la vía a través de la cual la oposición puede convertirse en una mayoría que trascienda los vaivenes de la contienda electoral, articulando demandas de todos los sectores de la sociedad, pero particularmente de los sectores más vulnerables, que han sido desatendidas por el Estado.
Si la oposición entiende su labor como un proceso de construcción hegemónica, debe recuperar el modo de hacer política desde y con las comunidades, algo que ha venido haciendo en algunos municipios del país como demuestran los resultados de las elecciones regionales de diciembre pasado, donde la oposición capitalizó el descontento social para obtener la victoria en municipios controlados por el chavismo desde hace un tiempo. De esta forma podría impulsar un proyecto que se articule desde abajo, reconociendo las necesidades y exigencias de la población –poniendo énfasis sobre todo en los sectores populares- para así promover la constitución de sujetos sociales y políticos autónomos, críticos y democráticos. Sólo así, la oposición podría convertirse en una verdadera mayoría.
REFERENCIAS
[1] Sobre este tema, se recomienda el análisis de los resultados de las elecciones regionales realizado por Franz Von Bergen para El Nacional. Ver: http://www.el-nacional.com/siete_dias/formula-ganarle-chavismo-feudo_0_318568293.html Consultado el 19 de marzo de 2014.
[2] Ver: http://www.observatoriodeconflictos.org.ve/oc/wp-content/uploads/2013/01/Conflictividad-Social-en-Venezuela-en-2012.pdf Consultado el 19 de marzo de 2014.

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