lunes, 9 de noviembre de 2015

       

                                VENEZUELA  2016: DIÁLOGO O CONFRONTACIÓN



                          

No se necesita ser un adivino para entender que el próximo año 2016 será un año en el cual las circunstancias sociopolíticas lo caracterizarán como un año decisivo para el futuro del país.
En el año 2016 se tomará una decisión definitiva entre el dialogo o la confrontación. Confieso que me asusta la llegada del nuevo año; la profundización de la crisis económica la cual se expresará en más escasez e inflación, y un desmejoramiento más acelerado de la calidad de vida, la cual pone los pelos de punta.
Si hoy nos quejamos de que un 35 % del pueblo humilde solo está comiendo arroz con arepa dos veces al día, para el próximo año será peor aún. Si el CENDAS sigue midiendo las Canastas Alimentaria y la Básica llegará un momento en que no les quedará espacios para escribir tantos números que meten pánico cuando se revisan. Todo esto sucederá si el gobierno no cambia su política económica, y por cómo van los tiros eso no sucederá: “No entregaremos la Revolución” (Maduro)
   Los jefes de la revolución han expresado claramente que el próximo año profundizarán la revolución, que la revolución no se entrega significa que el poder no se negocia, que el diálogo se manda al carajo, que una derrota electoral no importa: “mandaremos con el pueblo y la fuerza armada en una junta cívico-militar” grita el jefe socialista.
Asimismo, queda deslegitimado que una derrota electoral el próximo 06 de diciembre les tiene sin cuidado, debido a que han dicho claramente: “hay que ganar como sea” y ladran: “los únicos que garantizan la paz somos nosotros”, es decir, si ganan hay paz si pierden hay guerra. Así de simple es la concepción socialista y bolivariana de los cambios sociales. El terrorismo de Estado en su máxima expresión.
Comprendo que el llamado Capomadurismo se encuentra en una situación difícil con el agravante, que no tienen a alguien que pueda pensar cómo salir decentemente de este atolladero y poder enfrentar la justicia con mediana entereza, pero lo que también comprendo, es que el Capomadurismo se defenderá “como sea” pero de verdad no se entregará, no se discutirá, ni consensuará una pisca de poder… fíjense ustedes, eso que llaman la Sala Constitucional del TSJ se ha convertido de hecho en una instancia supraconstitucional, que está por encima de todos los Poderes del Estado y al ser sus integrantes fanáticos militantes del oficialismo es claro que no permitirán una sola iniciativa de la nueva Asamblea Nacional, si esa iniciativa pone aunque sea un pelo en peligro el férreo control del poder. Si la Asamblea Nacional sanciona, por ejemplo, una ley de amnistía, inmediatamente el Sr. Maduro consulta sobre el carácter constitucional de la misma, lo cual supone una respuesta inmediata de esta sala: se declara inconstitucional. Así pasará con cualquier otra ley que la nueva mayoría democrática pretenda sacar adelante, se cerrarán las puertas del diálogo, el régimen se las lanzará en las narices a la sociedad en general, sobre todo a esa mayoría que realmente cree que a partir del 06 de diciembre habrá un cambio.
Claro está, la historia no es un proceso lineal, es muy contradictoria en su concreción, para decirlo en el lenguaje marxista: la historia es dialéctica en su esencia y se expresa a veces de manera incomprensible para aquellos que son segados por la ideología. Y eso puede ocurrir, es posible que toda la maquinaria político electoral del PSUV, militares, funcionarios, cubanos, chantajes, miedos, entrega de dádivas, y cuanta vaina haya inventado el Capomadurismo para mantenerse en el poder se caiga ese día y la gente exprese la arrechera que carga silentemente en el voto ese 6D y el oficialismo quede tan aplastado electoralmente que no les quede otro remedio que sentarse a regañadientes a dialogar, eso es posible, lo social es muy complejo, cosas así han pasado y pueden volver a pasar, pero, si el sector democrático gana con apenas mayoría simple, cuidado si la Sala Constitucional no elimina a la Asamblea Nacional. Si obtenemos mayoría simple, el Capomadurismo va directo a la confrontación y esa Asamblea pasa a convertirse en el discurso oficial en la causante de todos los males que padecen los venezolanos. En este escenario la represión será implacable, la Sala Constitucional se convertirá en el instrumento mediante el cual el Capomadurismo legalizará su profundo socialfascismo, la nueva asamblea estará permanentemente asediada por los grupos paramiliares, pretenderán con ello crear una decepción masiva y  una profunda desmoralización en el pueblo que conduzca a su inmovilidad política y social. Eso también puede pasar y ha pasado.

Un factor que hay que tener muy en cuenta es la capacidad e inteligencia política que pueda tener el sector democrático para comprender el proceso histórico que se avecina, porque a veces se ponen locos y son capaces de ver el árbol y perder el bosque, se debe tener claro que si realmente queremos salvar este país, la UNIDAD de los sectores democráticos, constitucionales y creyentes en el diálogo como medio para el consenso social, no solamente es necesaria sino imprescindible.


                                      FREDDY PEREZ

CABUDARE A LOS 09 DÍAS DEL MES DE NOVIEMBRE DE 2015

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