viernes, 16 de junio de 2017

LA ARISTOCRACIA JUVENIL CARAQUEÑA Y LA REBELIÓN POPULAR

*LA ARISTOCRACIA JUVENIL CARAQUEÑA Y LA REBELIÓN POPULAR*


Son jóvenes con muchas energías, bien educados en universidades de calidad o en el exterior, casi todos blancos o catires, bien parecidos y venidos de familias bien acomodadas o de la llamada clase media, muchos de descendencia extranjera. Tienen poder económico y mediático, poseen buenas relaciones internacionales y de alguna manera creen pertenecer a una especie de casta libertadora lo cual les da el privilegio de estar muy por encima de "las masas" que pretenden dirigir o liberar, son la élite de la oposición venezolana, son quienes dirigen la lucha contra el peor gobierno que ha sufrido (no tenido) el ex-país llamado Venezuela.


No son blancos de orilla tampoco blancos puros pero si tienen una particular evolución genética, hay quienes son incluso genéticamente familiares de Simon Bolívar. Dicen ser democráticos y amar a Venezuela pero fueron educados en el exterior y sus familiares viven en otras latitudes, saludan
y hablan aceleradamente con un dramatismo digno de telenovelas, lograron desplazar a la muy convencional clase política refugiada en la MUD y hoy dictan cátedra de cómo tumbar a un gobierno desde Altamira, son pues, los nuevos caudillos aflorados en la era de Chávez, son quienes nos instruyen día a día al final de la tarde, de esas tardes oscuras asfixiadas por el humo de las bombas lacrimógenas y del listado de heridos y presos y del joven muerto del día, con mucha emoción nos indican lo que vamos hacer mañana: Plantón Nacional, marcha hacia el CNE, marcha a la Defensoria del Pueblo, conmemoración de los 10 años del cierre de Radio Caracas o presencia ante la FGR y pare de contar. Son pues, nuestros dirigentes, son la Aristocracia Juvenil Caraqueña convertida en capitanes de la batalla callejera. Esta aristocracia juvenil caraqueña ha logrado formar partidos los cuales han sido muy atractivos para algunos sectores de la juventud venezolana que desean un país realmente a la altura de los países capitalistas desarrollados, de allí que se nutran de jóvenes ansiosos de seguir ese modelo. Cuando vamos juntos en las marchas son fácilmente identificables, ellos, jóvenes blancos con ropas y zapatos de marcas, teléfonos caros y tratan de no confundirse "con los otros" de los demás partidos; "los otros" (AD, AVANZADA PROGRESISTA Y CAUSA R) también son fácilmente identificables, en su gran mayoría son mestizos con tendencia a lo negro, son muy extrovertidos, de lenguaje muy coloquial y característico de una subcultura popular, visten de cualquier manera y sin marcas reconocidas, sus dirigentes son de la misma orientación. Igualmente en las direcciones nacionales de esos partidos de la aristocracia caraqueña existen muy pocas personas negras o afro descendientes o de preciso mestizaje. Pareciera que esos partidos o dirigentes nacionales surgieron con una predeterminada tendencia genética. Son en realidad la caraqueñizacion elitesca de una ideología y una subcultura producidas por el quiebre del poder que ostentaban sectores dominantes que no sentían la necesidad de estar en cuerpo presente en la práctica política diaria porque para ese trabajo tenían a los mestizos de AD y se podían sentir representados en la dirección nacional de COPEI (solo blancos) y sus fichas del OPUS DEI. Con la llegada del chavismo al poder fue desplazado este grupo social y ahora "el palo" para reventar la piñata petrolera lo tomaron los mestizos. Estos encabezados por Hugo Chávez le hablaron al pueblo mestizo, negro y aborigen y le inventaron un relato de redención social, de poder popular y de odio social, todo ello combinado con miles de millones de dólares dio el fruto esperado: ahora la ropa de marca, los teléfonos caros, yates, aviones y la acumulación de inmensas fortunas estaban en manos de los mestizos revolucionarios.


Se debe ser justo en este aspecto, los blancoides amasaron fortunas a través de sus empresas y en muchos años de funcionamiento, por supuesto con un Estado alcahuete que permitía la acumulación de capital de manera fácil y fraudulenta, pero por lo menos simularon que trabajaron la fortuna obtenida, caso contrario los mestizos revolucionarios, simplemente fueron unos hampones, quienes llegaron al poder para saquear sin límite alguno las riquezas del país, de manera que en muy poco tiempo más de un mestizo o negro de planta de pie blanca se transformó de un servil de blancoide a un gran ostentado afro descendiente pero manteniendo un discurso anti burgués para entretener a su tropa mestiza.


Hoy, en estos tiempos, murió el mestizo de Chávez, protagonista principal del engaño al pueblo mestizo y sostenedor se su sumisión y por otro lado, se acabaron los miles de millones de dólares que servían para mantener la "pobreza decente" del pueblo mestizo. El modelo del Socialismo mestizo llega a su final, solo con una alta dosis de represión y fraudes electorales se sostiene en el poder. Ese pueblo, ahora observa desde la penumbra de su miseria como la aristocracia juvenil caraqueña le ofrece la "carnada" para su redención, para superar la crisis y la angustia que genera el hambre no saciada. Hoy vemos como se manchan de sangre las calles de Venezuela, vemos como los pobres ponen sus muertos y vemos como una delincuencia organizada cívico-militar se aferra al poder sin importar el número de muertos o presos. El pueblo sufre y calla, sufre y muere y a veces se levanta. Hoy las directrices dadas por la aristocracia caraqueña, fieles representantes de liberalismo económico, luego de secuestrar a la MUD y ponerla al servicio de sus intereses, han llevado la lucha del pueblo a un fracaso lamentable. Los hampones mestizos, están a punto de coronar su victoria con la imposición del Estado Comunal, la otra treta para el engaño al pueblo. Estos no tienen escrúpulos, no les interesa asesinar a quien se le oponga, para ellos la vida de un mestizo no vales más que un dólar norteamericano. Ya lo demostró el mestizo de Chávez cuando puso de carne de cañón a sus mestizos soldados en su golpe de estado y hoy ¿qué les importa seguir matando?.


La aristocracia caraqueña juega a la rebelión popular, cuidado si esa rebelión, de darse, también los devore, no hay cosa más peligrosa que un pueblo sin sentido histórico, cobra sin reconocer al deudor, y ajusticia al justo.

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