Estamos a las puertas
de un nuevo caracazo?
Después de la caída del “boom” petrolero de los años 70 del siglo pasado
Venezuela entró en una situación social, política y económica que en términos
generales se caracterizaba por un fuerte endeudamiento, gasto público en
aumento, control de cambio, control de precios, espiral inflacionaria,
galopante corrupción, mercado negro de divisas y bienes, desinversión privada,
escasez gradual, pobreza en más de la mitad de la población, descredito de la
política y de los políticos, en fin todo un escenario que fue acumulando un
“estrés colectivo” que tuvo su punto de implosión en una histeria colectiva en
el evento denominado “El Caracazo”.
Esta explosión social derivo en centenares de muertos y heridos y fue el
inicio de la muerte del sistema político económico llamado “democracia
representativa”. Políticos ambiciosos y corruptos actuando como títeres de los
grupos económicos y mediáticos hicieron todo lo que tenían a su alcance para
hundir al país en una severa crisis en todos los sentidos.
Luego del caracazo vinieron los golpes de pecho y la promesa de la
“Reforma del Estado”, pero al final todo seguiría igual y la clase política
pareciera que no se dio por enterada de lo que había sucedido y sobre todo que
las causas de ese evento permanecían incólumes.
Luego
de un proceso de conspiraciones prácticamente públicas, un grupo de militares
encabezados por Hugo Chávez irrumpen en el escenario nacional a través de un
intento de golpe de estado en febrero del año 1992, el cual produce un saldo de
decenas de muertos, el alzamiento cuartelario convierte a Chávez como el
salvador de la patria tal como en años anteriores había sucedido con Adolf
Hitler en Alemania. (Por cierto, aún no hay responsables por los muertos del
caracazo ni por los de los intentos de golpe del año 92).
Era claro que en ese momento existían unas condiciones económicas y
sociales que condenaron a la mayoría de la población a una situación de
precariedad y vulnerabilidad, a ello se le sumaba el rechazo a la
institucionalidad política percibida como la responsable de lo que se estaba
viviendo, todo ello se fue acumulando hasta el punto donde el anuncio de unas
medidas fiscales y económicas acordadas con el Fondo Monetario Internacional
por el gobierno de Carlos Andrés Pérez se convirtieron en el detonante para que
parte de las masas caraqueñas empobrecidas dejaran salir su reacción al estrés
colectivo acumulado el cual se convirtió en una histeria colectiva con el
resultado que ya conocemos.
Hoy año 2013, se presenta un escenario caracterizado por una alta
inflación, un poder adquisitivo extremadamente disminuido, corrupción asfixiante
a todos los niveles del gobierno nacional y sus instituciones civiles y
militares, altísimos niveles de inseguridad personal y ciudadana, un sistema
judicial que se ha convertido en una especie de lavadora delincuencial,
organismos de seguridad tragados por la delincuencia, desabastecimiento de los
principales productos, bienes y servicios de uso cotidiano del venezolano,
estricto control de cambio, control de precios, mercado negro de divisas,
ineficiencia del aparato estatal, aumento exponencial del gasto público,
implantación del odio y la violencia como mecanismos de control político y
social, libre tráfico y consumo de
drogas, irrespeto a toda propiedad privada, expropiaciones injustificadas,
quiebra de todas las empresas del Estado, importación de más del 70% de
productos, bienes y servicios que consumimos los venezolanos, quiebra de
centenares de empresas del sector industrial, quiebra del sector agropecuario, desempleo juvenil, subempleo o empleo
informal en más de la mitad de la población económicamente activa, organización de delincuentes por parte
del gobierno como grupos de choques políticos, cierre de medios de
comunicación, hegemonía comunicacional por parte del régimen, fraude electoral,
deuda pública en 216.053 millones de dólares(año 1998 la deuda per cápita era
de 1.492 dólares, hoy,2013 es de 6.000 dólares), presos políticos, represión a
las manifestaciones pacificas, golpe de Estado parlamentario, leyes
inconstitucionales, nacimiento de la burguesía bolivariana a costa del dinero
del pueblo y al saqueo de las finanzas del Estado, invasiones de terrenos,
casas y apartamentos como método para resolver el problema habitacional,
contrataciones colectivas con años de vencimiento, cárceles infernales,
educación pública de bajísima calidad, hospitales sin insumos médicos, fuga de
cerebros, y pare de contar. Todo ello como resultado de 14 años de la
instauración del modelo socialista del siglo XXI, es decir, “hecho en socialismo”.
Si construimos un cuadro comparativo de los escenarios del 1989 y los de
2013 observaremos claramente que en estos momentos existen factores objetivos y
subjetivos de mayor fuerza que pudieran interpretarse como suficientes para que
en cualquier momento estalle un evento de masas que ponga en peligro la
estabilidad del régimen madurista.
Ahora, la pregunta es obvia: cuál es el muro de contención que impide el
desbordamiento de las masas venezolanas?. Cuando una parte bien significativa
de la población venezolana asumió como el mesías salvador de sus vidas al
hombre que se alzó contra la política institucionalizada a través de un golpe
de Estado le otorgó toda su fuerza y su vocación para el cambio, le cedió su soberanía,
le entrego su poder, depositó en él su esperanza y lo eligió como el guía absoluto
al mismo tiempo se transformó en un pueblo sumiso a un líder único, a través de
la ideología nacionalista, patriotera y redentorista unida con el culto
enfermizo a la personalidad, el mismo pueblo genero las cadenas para su propia
dominación política. Chávez le indicaba al pueblo humilde como, cuando, en qué
medida y bajo cuales condiciones podían vivir, entendiendo que lo primero era
la defensa su revolución y su liderazgo por encima de la vida misma de sus
seguidores, eso lo decidía él porque el pueblo se entregó a su salvador de
manera frenética hasta gritar: ¡con hambre y desempleo/ con Chávez me resteo!.
De manera que la lucha laboral o reivindicativa del pueblo quedo en otro
lugar, si algún sindicalista solicitaba aumento de sueldos, era acusado de
lochero y contrarrevolucionario, Chávez le creo a sus seguidores la sensación
de que ellos tenían poder y los llamó poder popular y el pueblo chavista así lo
creyó, le repartió las sobras del festín petrolero jamás visto en Venezuela
mientras la gran tajada se la llevaba la boliburguesia, los banqueros y la
burguesía del Brasil, Argentina y de Rusia y la élite política dominante en
Cuba, le entrego nuestros recursos naturales a esas oligarquías y le decía al
pueblo que eran convenios con los pueblos de América. De esta manera Chávez
logró convertir a sus seguidores en una comunidad emocional que no veía más
razón que los discursos repetitivos de su comandante supremo, Chávez los
encausó a través de una especie de religiosidad del poder, los cegó, los alienó,
los fanatizó y de esta manera, con su discurso, su hegemonía comunicacional y
sus programas asistencialista, su control social y político, con el
clientelismo burocrático, con la dadiva como un favor sagrado que no permite
disidencia logró contener las luchas que históricamente venía dando el pueblo
venezolano. Chávez se convirtió en el dique de contención de las luchas
populares, entre la dadiva y el miedo neutralizó el poder de cambio que por
naturaleza tiene el pueblo.
Pero no solamente castro al pueblo que lo seguía, también lo hizo con
quienes lo adversaban, el otro pueblo abandonó las luchas populares y permitió
que el chavismo se apoderara de todos los espacios sociales donde se fraguan
los combates sociales. Con ese otro pueblo también funcionó el miedo y el
terrorismo de Estado en todas sus expresiones.
Ahora que el comandante supremo de ese pueblo humilde que ingenuamente
creyó en sus poderes redentores ya no está, quien va a detener las luchas?
Quien se convertirá en el nuevo dique de contención?, podrá el régimen
moribundo madurista mantenerse en el poder a pesar de la profunda crisis social
y política en la cual se encuentra la sociedad venezolana?, habrá otro caracazo
como manifestación espontanea o surgirá una insurrección popular con claros
lineamientos políticos?. Es cierto que aún la presencia inmaterial de chavez
tiene mucha fuerza, lo cual contribuye a la supervivencia del madurismo, el
régimen trata por todos los medios que ese pueblo no se despegue del líder
único a pesar de su ausencia, pero
también es cierto que es solo cuestión de tiempo para que ello ocurra, ya el 14
de abril de este año se expresaron más de 800.000 venezolanos los cuales se
encontraban atrapados en ese dique, el dique comenzó a romperse, más temprano
que tarde se inundaran las calles de este país cuando esos dos pueblos hoy
divididos por el odio se encuentren en las luchas diarias, el dialogo será en
el combate diario contra las injusticias y por un mundo mejor.
FREDDY
ALBERTO PEREZ
Cabudare a los 10 días del mes de mayo de 2013.
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