martes, 28 de mayo de 2013

FASCISMO ORDINARIO.



Fascismo ordinario

Eloy Torres Román
Lunes, 27 de mayo de 2013
Otro mito sobre el fascismo es su animadversión por el intelecto. Falso. Giovanni Papini, Julius Evola y otros, entre ellos Gabrielle D ´Annunzio mostraron su adhesión al movimiento. Eran ilustres hombres de pensamiento







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L a política es pedagogía. No se trata de asumir poses doctas; como tampoco abusar de las cosas aprendidas. La andragogía, en este caso, permite mostrar a los oficialistas su escaso comedimiento a la hora de utilizar expresiones, sin el conocimiento real de ellas. Nos referiremos al vocablo "FASCISMO". Por lo general, mal utilizado, confundiéndolo en la mayoría de los casos con "Antisemitismo". Es en todo caso mal utilizado.

El fascismo como pensamiento político albergó elementos buenos y, en su mayoría, menos buenos. No obstante, en ambos casos, nunca incluyó el racismo o el antisemitismo, o, bien no eran componentes de la ideología original.El nacional socialismo no era fascismo, como tampoco el fascismo no era nacional socialismo. A pesar de que ambos tienen en común: nacionalismo y socialismo, no son lo mismo. Sus orígenes no son idénticos, ni las visiones de sus líderes forjadores tampoco. El concepto "FASCISMO" viene del idioma latino y significa: "FASCES"; es decir,bastón de madera que amarra una hacha. Durante la antigua Roma, esos instrumentos representaban el poder de los magistrados.

Por lo que toda la simbología fascista reside en reeditar el poder del Imperio romano. En consecuencia emana de un sentimiento ancestral italiano; lo que confirma que el Nacional socialismo hitleriano no es fascismo, pues Hitler concebía su movimiento como novedoso y original, inserto en la idea germánica, como fuente de la raza aria, por demás, excluyente y racista.

El propósito de mistificar al fascismo no es nuevo.La guerra lo impulsó. Su derrota lo asentó con un elemento peyorativo. Una axiología especifica.Validada, que no totalmente cierto, pero que se asume, gracias al manoseado esquema: "la historia la escriben los vencedores". Esta visión peyorativa, producto de la propaganda de los aliados victoriosos, fortaleció el aserto. Los fascistas eran los malos y los aliados los buenos.La explicación está en Macchiavello y su obra "Los 7 libros sobre el arte de la guerra" y a quien parafraseamos: "El que gana las batallas, no se le observan los errores".

El fascismo tuvo tantos intérpretes, por ejemplo, Georges Orwellpara quien ese concepto no tiene sentido, pues cualquier inglés considera a un gamberro o guapo de barrio (hooligan) como sinónimo de fascista. Otros, como Richard Griffinths, consideran al término fascista como muy abusado y en consecuencia tan manipulado que pierde su esencia. Lo que hay que resaltar es que el fascismo, por lo menos en sus inicios en 1922 hasta el comienzo de la guerra no exudó antisemitismo, racismo o exclusión. Fue la guerra la que llevó a su fundador, a Benito Mussolini vestir el traje pret a porter del momento. Hitler proyectaba la peste antisemita, excluyente, racista y sanguinaria. Por lo que es bueno destacar, según lo leído, que Mussolini no fue un antisemita. Él, como figura emblemática del fascismo, según Juan Arias (La caída de Mussolini) tuvo un apasionado romance e incluso un hijo, con Ida Dalser, mujer cuyas raíces judías eran evidentes. Como también hay que resaltar a Margahareta Sarfartti, la otrora amante del Duce, conocida en Italia como la Mama judía del fascismo.

Son muchos los mitos con los que se ha cubierto al fascismo. Mitos positivos y negativos. Cuando Mussolini se hicieron esfuerzos para mejorar la educación de las masas italianas. La economía, bajó el desempleo, los jóvenes recibieron educación física y la actividad ilícita de la Cosa Nostra, se redujo sensiblemente, creció la población, en buena parte por la política anti- aborto del Duce; luego se dio el paso de una economía agrícola a una industrial.

Lo apreciación negativa sobre el fascismo de Mussolini, la reforzamos a partir de lo que dice Renzo De Felice, citado por Arias y quien aparentemente, presenta al Duce, como benevolente con los judíos; no era antisemita. El caso es que De Felice considera a Mussolini más culpable que el propio Hitler, pues éste era dueño de su anti judaísmo; en tanto que el Duce obligadamente sacrificó a los judíos como a un cerdo y sin miramiento alguno. Como también por el carácter tan agresivamente invasor que asumió en Etiopia y otros países. Mostrando un faceta de los italianos desconocido.

Otro mito sobre el fascismo es su animadversión por el intelecto. Falso. Giovanni Papini, Julius Evola y otros, entre ellos Gabrielle D ´Annunzio mostraron su adhesión al movimiento. Eran ilustres hombres de pensamiento. Literatos en todo en amplio sentido de la palabra y hombres de excepción. Por lo que los oficialistas venezolanos, antes de hablar de lo que no saben, mejor cierren la boca para que no sean, de nuevo, víctimas de una sabia e hispánica y monárquica sentencia: ¡por qué no te callas!

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