miércoles, 26 de marzo de 2014

LOS TONTON MACOUTE DE MADURO.

Los Tonton Macoute de Maduro

Los Tonton Macoute eran protegidos del Estado, como ocurre con los colectivos armados que actúan en coordinación con la G.N. y la P.N.
Los Tonton Macoute eran protegidos del Estado, como ocurre con los colectivos armados que actúan en coordinación con la G.N. y la P.N.

No más silencio, calle y más calle. Que la calle no calle

Paciano Padrón
 / Opinión y Noticias
Paciano_Padron_1Los paramilitares del régimen -asesinos y destructores- conocidos al comienzo como Círculos Bolivarianos y ahora como Colectivos, no son nada nuevo en el mundo, aparecen en los regímenes dictatoriales sin distinción de izquierda o derecha. Los motorizados del terror y la muerte del régimen castro-comunista venezolano, se asemejan a los crueles Tonton Macoute del dictador haitiano Francois Duvalier (Papa Doc) que asesinaron y desaparecieron a más de 60 mil personas, civiles y militares.Nacieron inspirados en los camisas negras del fascismo italiano. A estos Tonton Macoute criollos los venceremos, como con el tiempo han sido vencidos los paramilitares en todo el mundo.
Francois Duvalier, quien inició su gobierno en 1957, creó al año siguiente las milicias VSN, Voluntarios de Seguridad Nacional, grupos armados y sin ley, salvaguarda del presidente vitalicio, cuya vida se apagó en 1971, momento en el cual su hijo Jean-Claud de 19 años de edad -conocido como Baby Doc- asumió la presidencia vitalicia de Haití, que no fue de por vida como la de su padre, ya que tuvo que huir con todo y el respaldo de los Tonton Macoute cuando el pueblo lo depuso en 1986, a punta de coraje, de manifestaciones de protesta simultáneas y sostenidas en todo el país.
Los Tonton Macoute no recibían remuneración por su macabro trabajo, pero en compensación estaban autorizados y protegidos para hacerse de ingresos propios por la vía de la extorsión y el crimen, constituyendo así el caos social.
Tonton Macoute es, en el cuento popular haitiano, el “hombre del saco” que se roba a los niños que se portan mal, es el“coco” que aterroriza a los infantes. Este cuerpo de pavor y represión, junto a una especie de religión y adoración aDuvalier, fueron los dos soportes tanto del gobierno de Papa Doc como el de Baby Doc. El viejo Francois cambió su imagen, su vestido fue el traje y sombrero negro, y su nombre Papa Doc, quien pasó a ser el “inmortal”, que nos hace recordar en versión moderna y criolla al “Comandante Eterno”, “Jefe Supremo de la Revolución” y “Gigante Latinoamericano”. “Papa Doc es uno de los loas”, se leía en las escuelas y edificios públicos. Las loas son los espíritus grandes según el vudú, y a Papa Doc se le pintaba sentado, teniendo de pie y a su lado a Jesús de Nazaret, pudiendo leerse: “Este es el elegido”.
Los Tonton Macoute poco a poco suplen la Fuerza Armada, cuyos oficiales son apartados, presos o asesinados. Piense el lector en Venezuela y en la versión criolla y actual de los Tonton Macoute que silenciaban con sangre las manifestaciones de los opositores. Duvalier fue electo presidente por el voto popular, tornándose luego en dictador y presidente vitalicio.  Constituyó un terrorismo de Estado y controló todos los poderes; torturaban públicamente para que sirviera de escarmiento. La juventud haitiana, particularmente los graduados universitarios, emigraron del país en busca de libertad.
Los Tonton Macoute eran protegidos del Estado, como ocurre con los colectivos armados que actúan en coordinación con la G.N. y la P.N., y cuando estas se retiran, los violentos motorizados queman, destruyen y asesinan. Los Tonton Macoute pasaron; pasarán los colectivos; el hijo de Papa Doc huyó en 1986, frente a las sostenidas y prolongadas manifestaciones de protestas en todo el país, y quien se proclama hijo de Chávez debe mirar con seriedad la protesta popular.  Maduro, no es serio que califiques de “multiplicadores de la paz” a los colectivos motorizados asesinos, que el Vicepresidente Arreaza afirme que el comportamiento de ellos “es ejemplar”, o que la Defensora del Pueblo los exculpe de cualquier agresión.
El camino es de calle y de protesta pacífica sostenida, no se trata de cambiar de rol, de víctima a victimario. La historia de dictaduras, como la que hoy enfrentamos, aconseja la resistencia pacífica, la calle sostenida, la denuncia constante. No más silencio, calle y más calle. Que la calle no calle.

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