miércoles, 3 de agosto de 2022

CRISIS DE LA DEMOCRACIA

 BREVE APEROXIMACION A LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA.

( 19/07/22)

Tomamos en consideración la exposición de la Phd Carla Yumatle sobre la Crisis de la Democracia, a propósito de su participación en el curso: Pensar el Presente, Construir el Futuro, organizado por la Universidad del Rosario, Argentina. Igualmente se revisó dos artículos que nos parece muy pertinentes sobre el tema publicados en el periódico eldiarioar.com a saber: ¿Crisis de la Democracia liberal? (1) ­ y ¿Cuanta Pobreza Admite la Democracia? (2).


En términos generales la Dra. Yumatle plantea dos perspectivas para abordar la dinámica de la democracia, la perspectiva intrínseca, la cual se define por el tipo de procedimiento que es y la perspectiva instrumental, la cual se define por sus resultados y productos. Partiendo de estas perspectivas y de las dimensiones que caracterizan la crisis democrática expuesta por la autora en su exposición del curso se puede considerar que debe abordarse la democracia tomando en cuenta ambos enfoques de modo que puedan integrarse todos los segmentos sociales que tienen aspiraciones concretas en la sociedad y de lo cual el modelo democrático de gobierno tiene la obligación política, social y moral de satisfacer. El ejercicio de la vida democrática es una construcción humana, es un hecho concreto y como tal su validación se realiza en sus resultados prácticos, no basta con resaltar los principios y valores democráticos los cuales son inherentes a la naturaleza humana, sino que para el goce pleno de esos principios se debe satisfacer las necesidades materiales de existencia de los ciudadanos. En ese sentido, la democracia debe ser un cuerpo político que abrace a todos los ciudadanos y no debe permitir que cada grupo social tenga una representación distinta sobre la misma, ese debería ser la orientación ideal pero la realidad nos demuestra lo que realmente sucede y  pasa en las llamadas sociedades democráticas es que la representación que se tenga de democracia va a depender del grupo social al cual se pertenezca y así como también se tenga satisfecha las necesidades materiales de existencia


Veamos, si Ud. pertenece a un sector social de las llamadas clases medias o altas su representación de democracia se basa en los principios de elecciones libres y competitiva, división de poderes, libertad económica, libertad de expresión y de pensamiento, caso distinto, si Ud. pertenece a grupos sociales vulnerables, sector trabajador o pobres en general su percepción será otra. Para los pobres la democracia debe ser un sistema de gobierno que le garantiza alimentación adecuada, trabajo e ingresos dignos, seguridad sanitaria y seguridad social. Al pobre no le interesa la libertad de expresión o la libertad económica o si un solo hombre gobierna hegemónicamente, al pobre le interesa y legitima un gobierno que le reduzca la posibilidad de pasar hambre. De manera que son dos percepciones de democracia que, si bien no son contradictorias teóricamente, en la práctica, (de acuerdo a los intereses del grupo social), no se complementan.

En América Latina vivimos un caso muy específico, el caso venezolano, que nos parece que se puede estudiar in situ y donde podemos contractar toda teoría política.

La democracia liberal venezolana entra en crisis a mediados de la década de los 80 del siglo pasado,  venía de un crecimiento económico y de una expansión de los derechos sociales ( salud, educación, trabajo ) como nunca se había tenido, era una de las economías más fuertes del continente, se tenía una Constitución Nacional progresista, a pesar de ello, las clases dirigentes no lograron desarrollar al país a estadios superiores, la economía se quedó en el extrativismo y el rentismo petrolero y no se diversificó, quedando al vaivén de los precios internacionales, al mismo tiempo se incrementó una acumulación de capital por la vía de la corrupción y el saqueo de los recursos naturales y financieros siendo esto el factor de interés para quienes dirigían al país.

El desarrollo de esa situación se expresó en una aguda crisis social y política llegando la pobreza al año 1998, (año de la caída de la democracia liberal y triunfo de Hugo Chávez), a más del 70 por ciento. Los partidos del orden se habían desvinculados de la gente, el Estado no daba respuesta a las necesidades que se acumulaban cada vez más, las instituciones se debilitaron, la clase media se rebeló, los pobres no tenían esperanza alguna, en fin, la democracia se erosionó por obra y gracia de quienes la crearon, la derrumbaron aquellos mismos que habían luchado contra la dictadura militar del general Pérez Giménez. En esas condiciones Hugo Chávez intenta dos golpes de Estado en 1992 los cuales fracasaron, pero ya el pueblo defraudado de la clase política y económica dominante lo asumieron como su salvador, el hombre que debería ser el redentor de ese setenta por ciento de pobres y de la clase media descontenta.


De manera que a estas alturas y sin rectificación alguna por parte de las clases dirigentes, lo que vino luego era una consecuencia previsible. Llegan las elecciones de 1998 y Hugo Chávez logra por votos lo que no pudo por las armas: el poder.

Una vez en el poder, Hugo Chávez inicia un proceso intensivo de lo que llama la doctora y profesora Carla Yumatle: Erosión Democrática. Partiendo de manera inmediata con una constituyente supra constitucional elimina de facto las competencias de todas las instituciones; al tiempo de un año ya se había construido una nueva arquitectura institucional la cual garantizaría el mantenimiento y la reproducción de la nueva lógica del poder.


Al día de hoy, esa arquitectura se compone por un Tribunal Supremo de Justicia integrado por militantes y dirigentes del partido de gobierno, las Fuerzas Armadas se convirtieron en un partido armado y empresa del gobierno y se declararon chavistas y socialistas; un Consejo Nacional Electoral constituido por fieles militantes del parido gobernante, y así sucesivamente todas las instituciones forman un solo cuerpo homogéneo políticamente. De esta nueva estructura del Estado se manifiesta en la eliminación de los derechos civiles, políticos y económicos de una gran mayoría de la población, de ahora en adelante el intervencionismo del Estado es absoluto, se expropiaron miles de empresas, millones de hectáreas de tierras pasaron a manos del gobierno, se impuso el control de precios y de cambio, se cerraron periódicos, radios y televisión y decenas de portales digitales son eliminados, la represión llega a altísimos niveles, solo en el año 2017 se produjeron más de 150 asesinatos a manifestantes por parte del gobierno, aun hoy existen 245 presos políticos, decenas de dirigentes opositores se les niega sus derechos políticos a través de inhabilitaciones ordenadas desde el ejecutivo nacional. Los principales partidos políticos opositores fueron intervenidos judicialmente o inhabilitados para ejercer sus derechos políticos, ahora el órgano rector electoral solo legaliza la organización política que ellos consideren a su conveniencia. En fin, la erosión democrática ha sido sistemática y profunda, aunado a ello es de hacer notar los mecanismos de control social y político a la población más humilde a través de bolsa de comida y de bonos en dinero.


Ahora, los venezolanos vivimos en lo que llaman los politólogos un régimen post democrático, el cual no lo definiría como régimen hibrido sino como un régimen claramente autocrático, el cual además de cerrar las ventanas de la democracia liberal ha sumido al país en una crisis multidimensional: crisis económica, social, política, ambiental y emocional. De tal magnitud es la crisis que solo señalaré estos datos: mayor hiperinflación e inflación del mundo, 96 por ciento de la población en pobreza por ingreso, el segundo menor salario mínimo del mundo, el mayor éxodo poblacional de américa, más de 06 millones de venezolanos han huido del país, en fin, el régimen post democrático, o hibrido o autocrático no resolvió las necesidades de la gente que no había resuelto la democracia liberal. Todo lo contrario, profundizó la pobreza y las otras necesidades. El régimen político venezolano solo se mantiene gracias a la feroz represión, al control social, al tráfico ilegal de minerales, a la empresarialización de la dirigencia militar y una corrupción con plena impunidad que se ha convertido en algo normal, natural.


En conclusión, la erosión democrática desde la perspectiva Intrínseca y la perspectiva Instrumental es factible para las democracias liberales pero la perspectiva por resultados, (atendiendo a la promesa de salvación), no aplica para un sistema autocrático, por lo menos así se demuestra en el caso venezolano.

Una de las fallas de la democracia liberal que contribuye a la erosión de la democracia está en la ausencia de la formación de una ciudadanía democrática, no se educa en valores democráticos, no hay un proceso de socialización donde se le haga comprender al ciudadano que los totalitarismos representan la negación de lo que debe ser una sociedad justa e igualitaria. Otro factor tiene que ver con la debilidad de las instituciones, sobre todo la judicial, la militar y la educativa, todas ellas conforman el andamiaje que pudiera soportar cualquier agresión al modelo democrático, pero ciertamente con pueblos sumergidos en la inseguridad alimentaria, sin salud y educación los riesgos estarán siempre a la orden del día.

La situación de la democracia no es solo evitar el zarpazo del totalitarismo o autoritarismo sino como evitarlo y de no poder detenerlo como lograr la reconstrucción democrática, bajo que concepción democrática sería la reconstrucción, porque sí se mantiene el mismo ejercicio de gobierno anterior a la llegada del totalitarismo simplemente la reacción y frustración del ciudadano será mayor. Se trata entonces de estar claros de las deficiencias de la democracia, del sentido social que debe tener un modelo de gobierno democrático, pero lo más importante, se trata de lograr una fuerte formación de ciudadanía democrática. Por supuesto, no se debe perder de vista que vivimos en una nueva época donde la post verdad, el post pensamiento, todo el instrumental de la manipulación tecnológica y digital está al servicio de centros de poder, interno y externo, (capitalismo de vigilancia) que de alguna manera siempre están en la búsqueda de dominar sociedades a través de gobiernos títeres los cuales en nombre del pueblo y de la democracia someten a las sociedades, para tal fin, ese concepto en disputa, como lo es el de la Democracia, (como lo expresa la Dra. Yumatle), es utilizado para justificar las distintas lógicas de dominación, para constatar esta situación debemos revisar las narrativas de las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba y veremos como las tres manejan o manipulan ese concepto con el objetivo de armar una narrativa justificatoria a sus regímenes opresivos y por supuesto antidemocráticos.

La situación se complica cuando presenciamos gobiernos que se hacen llamar de derecha o de izquierda pero que en esencia todos son antidemocráticos y tienden a populismos totalitarios, pareciera que la América Latina está condenada a sufrir ciclos de estos gobiernos que en definitiva solo perpetúan el atraso y las desigualdades de nuestros pueblos, esos conceptos de derecha o de izquierda perdieron su contenido filosófico y político en nuestra américa, pareciera que es como una condena que tenemos que pagar por elegir a políticos de muy bajo nivel intelectual y humanístico.


 REFERENCIAS.

1. Yumatle, C. (2022, mayo 29). ¿Crisis de la Democracia Liberal? [Artículo de opinión]. Disponible en: https://www.eldiarioar.com/1_89d7e4?utm 


2. Yumatle, C. (2022, Abril 10) ¿Cuánta pobreza admite la democracia? [Artículo de opinión]. Disponible en: https://www.eldiarioar.com/129_87e0d0?utm 


Freddy Alberto Pérez.


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