domingo, 2 de junio de 2013

OCASO DEL SOCIAL-FASCISMO BOLIVARIANO.

Ocaso del social-fascismo bolivariano

El socialfascismo bolivariano no es más que un collage de los dislates de un fallecido mesías que promovió una política de exclusión, de miedo, de chantaje, de militarización y de coacción.
El socialfascismo bolivariano no es más que un collage de los dislates de un fallecido mesías que promovió una política de exclusión, de miedo, de chantaje, de militarización y de coacción.

Todo ha sido un gran sainete propio de maleantes e impostores ideológicos

José Rafael López Padrino
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Jose_Rafael_Lopez_Padrino_1El socialfascismo bolivariano representó un proyecto con un importante apoyo popular que ha terminado en relativamente poco tiempo, disminuido, desmoralizado, y fracasado. Ello a pesar de una bonanza petrolera extraordinaria, de haber hipotecado al país al capital transnacional, de contar con un gigantesco aparato comunicacional, de haber transformado a la FAN en un instrumento armado al servicio de la revolución e institucionalizado sus grupos paramilitares, entiéndase milicias.
A pesar de todas esas ventajas políticas y económicas, el proyecto facho acusa un debilitamiento en todos los órdenes, que se ha agudizado a raíz de la muerte sorpresiva del tte. coronel y a la ausencia de un liderazgo legitimado en el seno de sus fuerzas. Es evidente que amplios sectores, que en un momento determinado soñaron y cifraron sus esperanzas de redención social en el socialfascismo bolivariano, han comenzado a entender la farsa que representa este perverso proyecto político. Todo ha sido un gran sainete propio de maleantes e impostores ideológicos.
La supuesta revolución emancipadora y obrerista del siglo XXI, ha terminado por derrumbarse, ya no puede seguir escondiendo su verdadero rostro que no es otro que el de un régimen neototalitario de corte fascista antiobrero, y enemigo del debate ideológico. Propuesta que ha fracasado por su carencia de ideas y por estar preñado de mentiras y de manipulaciones. Hipócritas que hablan de socialismo pero aplican programas de ajustes neoliberales generadores de hambre y miseria. Cínicos que en nombre de una “bastarda revolución” han impuesto un Capitalismo de Estado salvaje, librando una lucha frontal en contra del sindicalismo clasista y conculcando la capacidad de lucha de los movimientos sociales.
Fracasa esta revolución reaccionaria, pues hizo al lupem-proletario su sujeto histórico, sector que por su orfandad clasista lo convierte en un verdadero caldo de cultivo para cualquier proyecto político, no importando cuan perverso este sea. Ya Marx había demostrado con argumentos muy sólidos que el proletariado y en especial la clase obrera industrial constituía, para la sociedad capitalista, el núcleo central o la fuerza aglutinadora y dinamizadora para impulsar todo cambio social revolucionario.
Los explotados y excluidos sociales no han podido una vez más coronar sus sueños de emancipación política y económica y han resultado víctimas del populismo y de la demagogia. Han permitido sin quererlo, el surgimiento de una nueva autocracia militar que “desgobierna” el país. El balance de este hibrido ideológico podría resumirse en la desilusión, en el derramamiento de sangre joven y en el retraso del reloj de nuestra historia, malogrando el avance de los sectores populares en la búsqueda de opciones distintas a las representadas por AD, COPEI y demás apéndices del pasado. Desde luego los plumíferos del régimen harán de este bodrio político caracterizado por la bajeza, la abyección, la cobardía, la intolerancia, y la barbarie una gesta épica e inmortal.
Es evidente que el socialfascimo bolivariano acusa un sistemático debilitamiento en cuanto a su apoyo político y coherencia de acción, aunque sus voceros se nieguen a reconocerlo. La carencia de una verdadera ideología, las disputas grupales por el reparto del poder y la corrupción en su seno socavan su unidad interna y comprometen su accionar político.
Al margen de las elucubraciones y malabarismos ideológicos de los cagatintas del régimen, el socialfascismo bolivariano no es más que un collage de los dislates de un fallecido mesías que promovió una política de exclusión, de miedo, de chantaje, de militarización y de coacción. Que se preocupó más en la construcción de una iglesia (bolivariana) conformada por feligreses sumisos, que la fundación de un verdadero partido revolucionario. Este proyecto no tiene futuro político, implosionará a mediano plazo, pues no hay socialfascismo bolivariano sin el tte. coronel

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