sábado, 19 de abril de 2014

LAS HUESTES DE BOVES Y LOS PARALUMPEN BOLIVARIANOS.

Las huestes de Boves y los paralumpen bolivarianos

Grupos paramilitares fanatizados,  paralumpen-bolivarianos, en trabajo conjunto con la  GN vienen reprimiendo en forma sangrienta las protestas sociales.
Grupos paramilitares fanatizados, paralumpen-bolivarianos, en trabajo conjunto con la GN vienen reprimiendo en forma sangrienta las protestas sociales.

La Fiscalía no investiga y la FAN no desarma a estos escuadrones de la muerte porque ¡son cómplices!

José Rafael López Padrino
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Jose_Rafael_Lopez_Padrino_1José Tomás Boves (El Taita) a lo largo de su breve, pero notoria carrera como militar, demostró un alto grado de salvajismo y crueldad. Su Legión Infernal acostumbraba torturar y luego masacrar a todos los blancos en cada pueblo que encontraba, sin distinguir entre edad o género, sin importar que fueran españoles o criollos.
La insaciable sed de sangre y la morbosidad enfermiza de Boves quedó demostrada en forma inequívoca durante la toma de la ciudad de Valencia (1814) donde sus lanceros asesinaron a todos los criollos y mantuanos durante la fiesta en la cual celebraban irónicamente la firma de un armisticio entre sus tropas y los mandos patriotas.
Los eventos que vienen sucediéndose a partir del 12F en Venezuela, apuntan a la existencia de grupos paramilitares fanatizados integrados fundamentalmente por lumpen (paralumpen-bolivarianos), quienes en trabajo conjunto con laGuardia Nacional (GNvienen reprimiendo en forma sangrienta las protestas socialesForman parte del terrorismo de Estado ejecutado por el régimen como parte de una política militarista basada en una agenda violenta (represión, persecución, tortura, asesinato) a fin de mantener el control social, e inculcar la obediencia y sumisión de los venezolanos.
Terrorismo de Estado que forma parte de la doctrina de la “seguridad nacional bolivariana” aprobada por el ya fallecido farsante, autoritario y represor de Miraflores y continuada por el gobierno actual. Terrorismo que ha implicado además la manipulación de la información, estigmatizando al adversario a fin de justificar la eliminación del supuesto“enemigo interno”quien no es otro más que la disidencia política del país.
La bestialidad y brutalidad demostrada por los paralumpen-bolivarianos contra los estudiantes y habitantes de zonas pobladas en las principales ciudades del país nos recuerda el insaciable rencor y odio social con que Boves y sus huestes atacaban a sus adversarios. Una prueba de esa barbarie fue la agresión que sufrieron los estudiantes de la UCV el pasado 3/04/14, donde los paralumpen-bolivarianos recurrieron a la vil práctica nazifascista de desnudar a sus víctimas. 
Estos grupos hamponiles del régimen han asesinado a manifestantes, han asaltado y quemado viviendas y vehículos, maltratado, atropellado y robado, todo ello ante la mirada complaciente de la GN y demás cuerpos represivos del Estado. Crímenes que han sido cobijados por la impunidad que también obedece a una política de Estado dirigida a amparar a los victimarios, y desconocer los derechos de las víctimas a obtener justicia, a fin de desmoralizar a la disidencia. 
El paramilitarismo bolivariano como expresión del terrorismo de Estado responde al desarrollo de una estrategia política que va mucho más allá de una respuesta puramente militar. Este fenómeno se corresponde a un modelo de estado autoritario-represivo y de una sociedad domesticada y militarizada. Estas acciones realizadas por los paralumpen-bolivarianos no son aisladas o casuales, constituyen elementos capitales del proyecto fascista iniciado por el fallecido vocinglero de Sabaneta y que han profundizado la dupla Maduro-Cabello.
Cabe preguntarse el porqué la Fiscalía no investiga y la Fuerza Armada Nacional no desarma a estos escuadrones de la muerte. La respuesta es muy simple ¡son cómplices, forman parte del proyecto facho-neomilitarista que impulsa la violencia!
Lo vivido en los últimos días muestra la crueldad de un régimen que, lejos de pretender la paz, desea, defiende y promueve la violencia a cualquier precio, sin importar las consecuencias. Resulta irónico oír al “taita del siglo XXI” hablar de paz, cuando su verdadera agenda es la de la violencia propiciada por sus huestes armadas quienes han teñido de sangre al país

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