Y EN ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS.
No pude soportar un instante más, la curiosidad me mataba lentamente y decidí entrar al bar " Mi Esperanza", apenas empuje aquella puerta retorcida del mal olor de orina de borracho observé al poeta con su cabeza clavada a una mesa sucia, de esas que están ralladas con dibujos de corazón y algunos versos inacabados e incomprensible por su retorcida escritura de una mano temblorosa de aguardiente, allí estaba, oyendo la canción En el Último Trago interpretado por Chavela Vargas....
El poeta, le decían sus amigos y enemigos, allí estaba- como siempre- me dijo el cantinero José Juan, delirando en su borrachera con poemas que solo él lograba entender.
Nadie lograba descifrar con mínima claridad lo que deseaba trasmitir pues su lengua se trababa de manera tal que solo se podía oir una especie de gemidos con el acompañamiento de algunas palabras sueltas, pero todos le celebraban su particular recitar pues la expresión de sus saltones ojos pardos y el levantamiento de sus pobladas cejas daban la idea de que se trataba de algo muy bueno y hermoso y como todos le apreciaban con mucho cariño y respeto entonces aplaudían cuando suponían que había terminado su presunta declamación.
Ya tiene una semana así - prosiguió el cantinero José Juan mirándolo con cierta lástima pero también con cierto cariño de padre preocupado que sabe de las pendejadas de su hijo. - el no es mala gente- prosiguió, es un hombre muy inteligente y alguna vaina muy dura le pasó en la vida que lo llevó a convertirse en una especie de poeta frustrado y de corazón adolorido que trata de apagar sus penas en un vaso de ron con limón oyendo a la Chavela Vargas- exclamó.
El ya debe tener como 70 años , pues siempre habla es de vainas que ocurrieron hace mucho, apuntaba José Juan.
Cuando las noches son un poco fría pareciera que también el alma se le enfría al poeta y es en esos días cuando más busca llegarse hasta Mi Esperanza, pide una botella de ron 0.70 Pampero, 05 limones maduros y coloca en la rocola toda la noche las canciones de Chavela Vargas y Vallenatos guajiros o de Valledupar.
Todo eso pareciera que le devuelve la vida, le da calor a su alma y se sumerge en su profundo muro al recordar aquellos años mozos cuando escribía poemas, quemaba carros en las huelgas universitaria y terminaba en el bar " Mi Esperanza" bebiendo ron y cogiendose a la puta Amalia Castellano , que para ese época era la puta más bella de todas las pautas que había en ese puto pueblo que lleva el hijo e' puta nombre de Él Porvenir. .
Eran años de soberbia carnal donde lo lujurioso , lo inmoral y lo subversivo era una sola cosa : comunismo, anarquismo, guevarismo. Era como el misterio de las tres divinas personas. Y allí estaba el poeta casi sin carne y sin huesos
La vieja Amalia Castellano, una puta ya retirada muy conocida en estos bares de mala muerte lo conoce muy bien, pues según ella cuando joven el siempre la procuraba y no satisfacía sus instintos animales sino sólo y exclusivamente con ella, la mayoría de las veces le regalaba unos minutos de sexo por una compasión inusitada que le salía desde muy adentro porque sentía que el aprendiz de poeta portaba algo que le destrozaba los intestinos de amor, odio y desesperación y cuando estaba encima de ella se sentía un extraño cruce de sentimientos entre llanto y risas, me comentó.
- Guardo muy bellos recuerdos de cuando éramos jovenes- repetía con insistencia, él, estudiante cabeza caliente de la universidad, anarquista, tirapiedras en cuanta manifestación estudiantil salía a la calle y yo ofreciendo mi sexo para aquellos hombres que venían a tranquilizar sus pasiones insatisfechas por sus esposas moralistas, gordas y dedicadas a los oficios del hogar y a la misa de las cinco.- agregó.
. De aquellos tiempos guardo varios poemas que me regalaba como pago por tener su alma hecha carne dentro de mí y darle caricias más como madre que como su amante única y preferida, seguía hablando sin parar la vieja Amalia.
Nunca tenía sexo sin estar tomado, creo que el alcohol le hacía brotar esa escondida personalidad que llevaba entre pecho y cerebro, esa lujuria que solo la timidez preserva reservada en el rincón más apartado de nuestro ser.
Amalia recordaba que el poeta era un joven inteligente pero notablemente tímido, siempre con un libro de poemas de Pablo Neruda y el manifiesto comunista para todas partes, una vez , precisó, duró mucho tiempo con un libro que en la portada se leía: " La Metamorfosis" , ese libro lo estaba poniendo como loco, me aseguro Amalia, claro, jamás supe de que se trataba pues en mi oficio como vendedora de placeres simulados la lectura de libros poco me ayuda, sentenció la antigua prostituta. Imagínate se ponga una a puro leer nunca tiraría con ningún cliente y a ellos para nada les interesa un culo intelectual, sentenció con ironía la antigua ramera de " Mi Esperanza".
El dueño del bar atendía a unos de sus habituales parroquianos cuando de pronto intervino para dirigirse a Amalia la cual se encontraba emocionada contándome cosas íntimas del poeta, y le preguntó: - Amalia que hiciste con esos papelitos arrugados que te daba el poeta después de que te tiraba de gratis?. No eran papelitos - replicó ella - eran poemas que él me escribía y tampoco me tiraba de gratis, con esos que tú llamas burlonamente " papelitos" me pagaba o es que tú crees que escribir poemas es como vender cerveza, viejo pajúo, le gritó Amalia a Juan José tratando de elevar la voz por encima de el vallenato guajiro de Francisco El Hombre que se oía ensordecedoramente.
Por cierto, deme un momento para buscarte unos de esos papelitos arrugados que dijo el viejo pajúo de José Juan , me dijo Amalia al momento que levantaba una rancia cortina de color indeterminado por el tiempo y el sucio la cual separaba la sala grande del bar con uno de las antiguas piezas que sirvieron de tiraderos de Amalia con el poeta y en la que hoy guarda sus cansadas y usadas carnes y sus viejos recuerdos de su putería juvenil.
Aquí está uno !! gritó con mucha emoción como sí se tratara de un fabuloso descubrimiento.
Efectivamente pude observar unas cuantas páginas a rayas, escritas a manos temblorosas, amarillentas por el tiempo y arrugadas por su manera peculiar de guardar las cosas la vieja Amalia. Comenzó tratar de aplanarlas, pasaba su mano derecha ya arrugada por los años por cada una de ellas como si de acariciar la cara de un bebé se tratara, las sacudía para sacarle el polvo y se dejaba ver entonces una serie de frases que no alcancé a leer.
Pero fue allí cuando Amalia volvió a decir, - mire doctor, este escrito me lo regaló el poeta en esos días que se la pasaba con ese libro que se llamaba La Metamorfosis, para mí doctor, que ese libro algo tenía que ver con el demonio, porque él se transformaba cuando leía sus paginas, hasta una vez me dijo que por ser existencialista era por eso estoico, yo me grabé esas frase doctor, pero jamas supe que quiso decir con esa vaina, pero segura estoy que nada bueno era - dijo Amalia en su larga perolata.
Tome la página doctor y léala por favor- extendió su mano Amalia con aquel papel que por tantos años y como un gran secreto misterioso había guardado celosamente en un baúl de madera de esos que usaban los europeos pobres para escapar hacia América durante la guerra.
Ajusté mis lentes Vision Plus y tímidamente como médico que realiza por primera vez una intervención quirúrgica fui temblorosamente leyendo el escrito del papelito arrugado, amarillento y viejo el cual decía:
DESCALZO EN UNO
DE ESTOS MUNDOS.
Entonces entramos descalzo
con los pies llenos de barro
los cabellos apagados
y las manos temblorosas
a uno de estos mundos.
Se que amo las golondrinas
cuento los latidos del corazón en esta guerra
solo busco intensamente el baile de las almas
salgo a besar al mundo y llueven mis lagrimas
me cubro en aquellos cujies
aquellos que saben de mi inocencia
vuelvo, perdón, estoy en el juego de trompos y metras
cuanto polvo que me fusila
cuanto tiempo
cuantos siglos que me matan
que me corroen
parezco una columna de muertos
que busca una ruta divina
además, hoy pensé en amarte
sólo hasta el próximo mundo
quiero sentirte desnuda en el cielo
quiero amarte en una nube
entonces, entremos descalzo
con los pies llenos de barro
a donde tú quieras....
( El poeta 1980 ).
Un nervioso silencio había cubierto toda la sala del bar , era como si un espectro estuviera presente y nos paralizara su presencia, todos oían con absorta concentración que se reflejaba en su respiración lenta y profunda y los ojos pegados en el papel que yo leía un poco tartamudeando, en ese preciso momento, al terminar la lectura me quedé mirando a todos con una sonrisa boba y sin saber nada que decir.
Es como si uno entrara a otro mundo- alcanzó a decir Amalia buscando la manera de romper aquel encanto y volvernos a la realidad.
Te fijas José Juan que esos papelitos arrugados como tú los llamas le dejaron al doctor un orgasmo paralizante como esos que yo tenía en mi juventud, pero claro que vas a saber tú de poemas sí el único sentido artístico que tienes es arreglar esa vieja rocola para que tus borrachos puedan oír esos vallenatos llorones.- decía Amalia buscando que todos los presentes reaccionaran del estado catatónico en el que se encontraban.
Mira José Juan, para que más te duela, le voy a entregar este otro poema al doctor para que tú oigas y veas que el poeta si estaba enamorado no sólo de mis carnes sino también de toda mi humanidad. El poeta entró a mi alma por mi culo y le salió por el cerebro el empepamiento y con sus propias manos me escribió este otro poema, léalo doctor- dijo una inspirada Amalia ya con los ojos mojados por unas suaves lágrimas que salían de su alma inocente y fiel a los recuerdos de cuando ella y el poeta juntaron sus cuerpos sin saber que se querían en otros mundos donde entrarían descalzos con los pies llenos de barros a cualquier lugar del cosmos donde sus pasiones fueran apagadas por la apacible melodía de su sonrisa y de su amor de puta fiel a los deseos de un hombre hecho poeta.
Amalia me entregó el otro papelito el cual observé y leí con atención y cariño:
A TUS OJOS.
Está penetrando en mi conciencia
un latigazo que abraza mi palabra
es al mirar tus ojos eternos
dónde siento la vida
alzo las manos para aprisionar al mundo
y gotea sobre mi pecho las lagrimas de tus besos
busco tus labios y tus pezones
y me pierdo en la locura de nuestro amor
me aferro a tu vida cuando mira al cielo
canto las mañanitas junto a un cristofué
cuando juego con las flores que acarician tú piel
cuando pronuncio tú nombre
para que tiemble una estrella
es como el ser o no ser
resulta que todo se resuelve
viendo caminar un escuadrón de hormigas
es decir, todo se resuelve
en tu nombre, en nuestros besos
y en nuestra locura.
El Poeta ( 1980).
Quedé absorto y pensativo e incrédulo a la vez , pensé y me dije, qué amor sería éste que llevó a amar más allá de este mundo a un anarquista trasnochado a una puta de pueblo que podía comer y tirar a la vez, pues sus amores fingidos eran sólo eso.
Ahí tienes pues, José Juan, dime sí esa vaina no es amor de verdad, porque quien ama a una puta está amando a Dios porque ama el sufrimiento y ama la nobleza de los seres que otros desprecian y a eso se le llama amor Divino.- dijo Amalia mirando directamente a los ojos y apuntando con su dedo índice a José Juan pero con la intención de que todos estuviésemos bien claro de su elevado concepto del amor.
En esta misma mesa- prosiguió - durabamos horas oyendo su canción preferida, esa que me dedicaba a mí con tanta dulzura y tristeza de cuando se sabe que lo que uno tiene no será, la canta con voz de terciopelo Chavela Vargas, con tanta pasión que uno piensa en cada verso abrirse las venas y dejar que corra la sangre para limpiar o revivir esos amores que se fueron y no volverán- eran sus palabras, confieso que no sabía que decir, estaba en presencia de un amor que la vida de cantina arrastró hasta la locura a un poeta y una mujer con alma de Diosa.
Ahí la tiene doctor, En el Último Trago, para que sepa lo que duele el alma cuando el amor huye sin comprensión y sin aviso.
EN EL ÚLTIMO TRAGO.
Tomate esta botellita conmigo
Y en el último trago nos vamos
Quiero ver a qué sabe tú olvido
Sin poner en mis ojos tus manos
Esta noche no voy a rogarte
Esta noche te vas de deveras
Que difícil tener que dejarte
Sin que sientas que ya no me quieras
Nada me han enseñado los años
Siempre caigo en los mismos errores
Otra vez a brindar con extraños
Y a llorar por los mismos dolores
Tomate esta botellita conmigo
Y en el último trago me besas
Esperemos que no haya testigos
Por sí acaso te diera vergüenza
Sí algún día sin querer tropezamos
No te agaches ni me hables de frente
Simplemente la mano nos damos
Y después que murmure la gente
Tomate esta botellita conmigo
Y en el último trago nos vamos.
Abracé a Amalia, dejé que mis lagrimas cayeran en sus ya estiradas tetas, comprendí porque el poeta seguía viniendo a la misma cantina, en la misma mesa y a oír la misma canción, levante mi vaso de ron y brindé por el dolor que traigo escondido y le dije a Amalia : tomate esta botellita conmigo /y en el último trago nos vamos /solo te pido cariño /que aún no me hayas olvidado.
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