viernes, 9 de agosto de 2013

HIPOTECA Y DESTRUCCIÓN DE UN PAÍS.

Hipoteca y destrucción de un país

¿Dónde quedaron las opiniones críticas sobre endeudamientos irresponsables del pasado formuladas por muchos de los que hoy comparten responsabilidades de gobierno?
¿Dónde quedaron las opiniones críticas sobre endeudamientos irresponsables del pasado formuladas por muchos de los que hoy comparten responsabilidades de gobierno?

El socialfascismo bolivariano ha elevado la deuda interna-externa en un período en el cual país disfruta de una bonanza petrolera, la más alta y prolongada de su historia2

José Rafael López Padrino
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Jose_Rafael_Lopez_Padrino_1Producto de unos exorbitantes ingresos petroleros, el socialfascismo bolivariano ha afianzado el proyecto de dominación burgués mediante la profundización de un capitalismo estatizante. Sin embargo, a pesar de esta extraordinaria bonanza económica, la gestión de gobierno ha sido un total fracaso, cuya dimensión real se conocerá cuando se pongan al descubierto las fantasías de la propaganda Goebbeliana y muestren las costuras del inefable engaño. A pesar de que las arcas de la Nación, han recibido altísimas sumas de miles de millones de dólares en estos últimos quince años por concepto de la renta petrolera, ninguno de los grandes problemas que aquejan a los venezolanos (salud, educación, vivienda, seguridad social y personal, transporte, entre muchos otros) han sido atendidos en forma efectiva y eficiente, y por el contrario, todos ellos sin excepción se han agudizado.
Al margen del gamelote revolucionario del nuevo inquilino de Miraflores y del inmenso caudal de petrodólares, el socialfascismo ha continuado hipotecando al país mediante un irreflexivo endeudamiento tanto interno como externo. Las cifras son más que elocuentes y hablan por si solas. La deuda interna en el año 1998 era 2.530 millones de Bs. y la cifra ascendió a 249.300 millones a finales del 2012. Con respecto a la deuda externa el monto consolidado de la  misma era $39.911 millones de dólares para el año 1999, alcanzando la cifra de $120.482 millones de dólares a finales del 2012.
Este endeudamiento ocurre a pesar de que el precio de la cesta petrolera ha superado ampliamente lo estipulado en el presupuesto nacional, a que la recaudación del SENIAT se cumple a cabalidad, y que los ingresos al fisco por concepto de impuestos regresivos (IVA) se siguen percibiendo. Una ilustración del grotesco endeudamiento del Estado venezolano es el hecho de que la deuda total al cierre del 2012 llegó a representar un 51,6% del producto interno bruto (PIB), versus un 29% que representaba en el año 1999. Cabe mencionar que en la mayoría de los petroestados la política ha consistido en disminuir la deuda y el porcentaje del PIB que se invierte en su servicio. Por ejemplo, Arabia Saudita la rebajó desde 65% del PIB en 2004 hasta 5,5% en 2012; Kuwait desde 18,5% hasta 7%; Irán desde 25% hasta 11%; Angola desde 54% hasta 28% y Nigeria desde 53% hasta 15%.
En este momento la deuda total de Venezuela, incluyendo los compromisos en divisas que contabiliza el Banco Central, facturas pendientes en PDVSA, estatizaciones que requerirán pagos porque están en juicios internacionales y la deuda en bolívares, se eleva del 51% al 70% del PIB, contrario a todos los países mencionados. Evidentemente nada ha cambiado al igual que en los gobiernos anteriores el socialfascismo bolivariano ha elevado la deuda interna-externa en un período en el cual país disfruta de una bonanza petrolera, la más alta y prolongada de su historia. ¿Dónde quedaron las opiniones críticas sobre endeudamientos irresponsables del pasado formuladas por muchos de los que hoy comparten responsabilidades de gobierno?
Pero la situación se torna aún más grave cuando analizamos el estado financiero de PDVSA, fuente fundamental de ingresos para el país. Lamentablemente, la barbarie socialfascista está llevando a la industria más importante de la nación, a una grave crisis financiera, que vulnera la soberanía petrolera y coloca a  nuestra economía en grave peligro. La entrega de nuestro subsuelo al capital transnacional (empresas mixtas), la carencia de personal calificado en la industria, un despilfarro incontrolable, una corrupción galopante, una reducción drástica en el plan de inversiones (16% en el 2012) y un endeudamiento criminal para mantener el flujo de caja, comprometen seriamente la operatividad de PDVSA.
Aunado a ello, la producción ha caído en más de 900.000 barriles diarios desde el año 2003, las importaciones de gasolina oscilaron entre los 85 y los 94 mil barriles diarios en el 2012 para atender el mercado interno. Aunado a ello los niveles de endeudamiento de PDVSA, se han incrementado de $7.500 millones de dólares (1999) a $43.513 millones de dólares al término del 2012. Esta dislocada política socialfascista, ha provocado económicamente una profundización de la dependencia petrolera-rentista.
Esta fabulosa masa de dinero ha sido lamentablemente malbaratada en la compra de lealtades de gobiernos extranjeros, en el financiamiento de eventos faraónicos a favor de la imagen del tte. coronel (dentro y fuera del país), en un gasto militar demencial destinado a la compra de aviones, helicópteros, fragatas, misiles, fusiles, etc., pero además ha ido a engrosar las cuentas personales de una nueva boliburguesía cívico-militar la cual ha surgido ante la mirada celestina del impostor Maduro y de las instituciones del estado.
A pesar de su retórica anti-neoliberal el régimen ha profundizado e institucionalizado las perversiones económicas neoliberales del pasado mediante la imposición de políticas macroeconómicas que han erosionado las conquistas socio-económicas de los trabajadores (flexibilización y precarización laboral), han destruido las pequeñas y medianas industrias generando más desempleo y han cedido la propiedad de los sectores estratégicos energéticos y mineros de la Nación al capital transnacional.
Muestra del desastre económico bolivariano son las cifras inflacionarias: la tasa anualizada se ubica en 35,2% y la acumulada en 19,4%, lo que permite predecir que muy posiblemente Venezuela cerrará el 2013 con la mayor inflación del mundo: 36%- 40%. Ello acompañado de tres devaluaciones consecutivas del Bolívar Fuerte, incluyendo la reciente macrodevaluación implementada a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), y a la de un alto índice de escasez que alcanzó la cifra de un 23,5% al finalizar el mes de Junio.
El socialfascismo bolivariano representa la imposición de un capitalismo de Estado salvaje, la militarización de la sociedad, un empeño por destruir la educación universitaria plural y la autonomía universitaria, un endeudamiento interno-externo irresponsable y la promoción de la miseria y la pobreza como instrumentos de control político de los venezolanos. En resumen la barbaria socialfascista bolivariana simboliza la destrucción del país.

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