AVANZADA PROGRESISTA: EL PROGRESISMO VENEZOLANO DEL SIGLO XXI.
1.
Venezuela en tres revoluciones.
La Venezuela de comienzo
del siglo XXI vive unos de los momentos históricos más complejos, dinámicos y
contradictorios (dialécticos) de los que se tenga información documentada hasta
ahora. Tres revoluciones (tres corrientes ) luchan por imponer sus modelos
políticos en medio de circunstancias económicas excepcionales caracterizadas
por una bonanza petrolera jamás conocida, por un clima de polarización política
de grandes proporciones que enfrentan diariamente a dos naciones, es como si
realmente existieran dos países en un mismo espacio geográfico, dos visiones
del mundo y de la sociedad no solo distintas sino contradictorias lo cual
conlleva a enfrentamientos políticos y sociales en todos los órdenes y entre
los diversos grupos sociales y políticos.
Sostenemos la existencia de dos naciones donde pugnan
tres corrientes que tratan de imponer sus mecanismos de poder. La primera
corriente se denomina:
A.- La Revolución Restauradora
Democrática Liberal; a esta corriente pertenecen, fundamentalmente, aquellos individuos o
grupos económicos, sociales y políticos que por más de cuarenta(40) años (1958-1999)ejercieron
el poder en Venezuela logrando convertir al Estado Venezolano en un instrumento
de acumulación de capital, cobijado claro está, bajo el manto de la renta
petrolera. Esta renta al fin y al cabo no llegó al ciudadano común ni resolvió
los principales problemas del país como la aberrante exclusión social, la
pobreza, la baja calidad educativa, la seguridad social integral , el acceso a
las tierra por parte del campesinado y otros más que unidos a la corrupción
galopante de la dirigencia política y económica y la mediocridad de los
gobernantes, dieron como resultado el agotamiento del modelo de democracia
representativa el cual terminó siendo un modelo políticamente opresor ,
económicamente neoliberal y socialmente excluyente. La responsabilidad sobre
este proceso recae sobre la social democracia y el social cristianismo
venezolano, representados, fundamentalmente en los partidos Acción Democrática
(AD) y el partido social cristiano
Copei.
Quienes asumieron la direccionalidad de ese modelo político
crearon las condiciones para convertir a los partidos políticos en
organizaciones al servicio de grupos sociales dominantes, de políticos
convertidos en banqueros, de dirigentes sindicales en millonarios mafiosos
sindicalistas, en diputados y senadores que solo servían como mensajeros
legislativos de los grupos dominantes económica y mediáticamente, de militares
serviles y negociantes; mientras que por otro lado se iba creando otra
Venezuela, la Venezuela ausente de los negociados de la renta petrolera, de la
repartición de dólares, de los viajes a Miami, la Venezuela excluida que al fin
y al cabo era la mayoría. Esta clase política suponía que con el engaño de
medios de comunicación que a través de la propaganda aseguraban adormecer la
conciencia del pueblo y la entrega de las migajas que caían de la piñata petrolera
se garantizaba la continua explotación y sometimiento del pueblo venezolano.
Responsables de esta situación aún sobreviven por allí
y no pierden sus esperanzas de recuperar sus groseros privilegios, estuvieron
presentes el 11 de abril de 2002 cuando traicionaron las gloriosas jornadas del
pueblo caraqueño en su empeño por pedir justicia y respeto a la dignidad humana
, estos restauradores, terminaron entregando el movimiento social a una
dislocada derecha reaccionaria apoyada por los intereses de los dueños de los
grandes medios de comunicación y de aquellos que habían saqueado al país por
cuarenta años, de esta manera se vieron apoyados y soportados por militares
ciegos de poder.
Estos restauradores evocan y construyen una
excusa política, tal como sucedió el 23 de mayo de 1899 cuando Cipriano Castro
desde Colombia invade a Venezuela, acusando al gobierno de Ignacio Andrade de
haber violado la constitución nacional de 1893, la cual restauraría el
movimiento castrista, (restauración liberal). Así, estos restauradores
liberales y neoliberales, de hoy, abrigan alguna esperanza de volver al poder
con la excusa de que el actual régimen violenta la constitución nacional de
1999, cuando es una verdad histórica el llamado a votar en contra de la misma
que estos sectores hicieron en ocasión del referéndum aprobatorio de dicha
carta magna. Hoy a comienzos de la segunda década del siglo XXI siguen allí,
pendiente a la menor oportunidad para tratar de conquistar el poder y volver a
imponer sus mecanismos de dominio, andan disfrazados de demócratas o de
socialdemócratas o de cristianos o socialcristianos y muchos de ellos de alguna
forma han logrado fundirse con la nueva oligarquía bolivariana y continúan
acumulando capital pero no pierden tiempo en conspirar para quedarse nuevamente
con todo, como en los viejos tiempos. Comparten las ganancias con la nueva
burguesía bolivariana pero a regañadientes, son como las aves de rapiñas que
comen de todos pero nadie come de ellos.
B.- La segunda revolución es la
llamada Revolución Totalitaria.
Esta revolución tiene como característica
fundamental la instauración de un modelo político totalitario basado en la
lógica del poder propuesta y desarrollada por el argentino Norberto Ceresole.
Esta concepción entiende el ejercicio del poder a través de una relación lógica
entre el caudillo - ejercito-partido - pueblo.
Según Ceresole, en su libro, “Caudillo, Ejercito,
Pueblo. La Venezuela del presidente Chávez.”(1999), el pueblo venezolano
decidió transformar el modelo político de la siguiente manera:
Hay entonces una orden social mayoritaria que
transforma a un antiguo líder militar en un caudillo nacional. La
transformación de aquel líder en este caudillo hubiese sido imposible de no
haber mediado: 1) el golpe de Estado anterior no consumado y, 2) de no haberse
producido la decisión democrática del pueblo de Venezuela del 6 de diciembre de
1998. Es una decisión democrática pocas veces vista en la historia moderna lo
que transforma a un líder «golpista» en un jefe nacional. Hubo decisión
democrática (6 de diciembre de 1998) porque antes hubo una militarización de la
política (27 de febrero de 1989 y su contraparte inexorable, el 4 de febrero de 1992). Esas tres fechas están
íntima e indisolublemente unidas. El anterior golpismo — la necesaria
militarización de la política — fue la condición sine qua non de la existencia
de un Modelo Venezolano posdemocrático. De allí que no deba sorprender a nadie
la aparición — en el futuro inmediato — de un «partido» cívico-militar, como
conductor secundario — detrás del caudillo nacional — del proceso
revolucionario venezolano (1)
Más adelante este autor señala el carácter
revolucionario de este modelo pos-democrático de la siguiente manera:
Todos estos
elementos [«Orden», o «mandato popular»; líder militar devenido en caudillo o jefe
nacional; ausencia de instituciones civiles intermedias eficaces; presencia de
un grupo importante de «apóstoles» (núcleo del futuro partido «cívico-militar»)
que intermedian con generosidad y grandeza entre el caudillo y la masa;
ausencia de ideologizaciones parasitarias preexistentes, etc.] conforman un
modelo de cambio — en verdad, un modelo revolucionario — absolutamente
inédito, aunque con claras tradiciones históricas, hasta el momento
subestimadas y denigradas por el pensamiento sociológico anglo-norteamericano.
(2)
Como podrá apreciarse se trata
nada más ni nada menos que de la concepción nazista del poder, donde un
caudillo iluminado, líder único, convertido en hegemòn es quien direcciona el
proceso histórico seguido de unas masas incapaces de generar su propio destino
por lo cual entregan ciegamente su poder soberano, es decir su mandato, al
líder infalible.
En ese sentido debe
entenderse que las masas venezolanas al decepcionarse del modelo político de
democracia representativa liberal (neoliberal) no lograron traducir la realidad
política en un proyecto de sociedad distinto sino que confiaron su decisión en
un hombre, (caudillo) al cual entregaron sus esperanzas de lograr satisfacer
sus necesidades más inmediatas no resueltas por el modelo anterior. No
importando la orientación ideológica del proceso, de allí las distintas
etiquetas con el cual se le señala: revolución bolivariana,
socialismo del siglo XXI, socialismo bolivariano, zamorano, guevarista,
maoísta, fidelista y otros. Al fin y al cabo de lo que se trata es de la
implantación de un sistema totalitario el cual deberá concretarse en el llamado
Estado comunal. Es claro, que el Estado Totalitario Comunal en construcción,
ha logrado el dominio político, económico e institucional de la Sociedad
Venezolana, pero para instaurarse y reproducirse de manera definitiva necesita
lograr y ejercer la hegemonía en dicha sociedad, no basta con tener el poder,
es necesario ser hegemónico. Los resultados electorales de las elecciones
parlamentarias del 26 de Septiembre del 2010, en la cual el oficialismo no
obtuvo la mayoría del voto popular pero sí la mayoría de
diputados en la Asamblea Nacional obligó al hegemòn a acelerar la construcción
del Estado Totalitario Comunal, de allí, la aprobación del paquete de leyes
denominadas “las leyes comunales” las cuales vienen a constituir
parte fundamental de la superestructura jurídica-política de este
Estado, todo hecho a través de un golpe de estado continuado, pues cada una de
estas leyes se hacen contraviniendo los principios constitucionales del estado
democrático y social de derecho y de justicia, federal descentralizado, de
participación y de justicia social. La radicalización de esta revolución
totalitaria va a encontrar su punto más exigente a partir de la muerte del
caudillo y de la evidente pérdida de poder electoral expresada en las
elecciones del 14 de abril de 2013 cuando el candidato de la Mesa de la Unidad
Democrática (Henrique Capriles) logra un contundente avance electoral y
organizativo a tal punto de declararse ganador de esas elecciones y acusar al
ente rector electoral de otorgar fraudulentamente la presidencia de la
república al sucesor designado por el mismo caudillo poco tiempo antes de
morir.
La revolución
totalitaria se basa filosófica y políticamente en el socialismo totalitario, el
cual tiene su fundamento teórico en el marxismo ortodoxo y su ejecución
practica en el socialismo soviético y cubano, entre otros. Así mismo, el aporte
de ceresole viene dado en agregarle una particular especie de tropicalización
del nazismo a estas tierras latinoamericana al considerar como un
revelador cambio social e histórico la conducción de los mismos a un caudillo o
hegemòn, definiendo el proceso histórico como un hacer de un hombre predestinado
y no como un proceso social, es el gendarme necesario del positivismo histórico
del siglo XIX venezolano mesclado con marxismo ortodoxo y una
práctica política totalitaria (stalinismo-nazismo).
Por otro lado,
encontramos los fundamentos políticos programáticos de esta revolución
totalitaria, en el llamado Proyecto Nacional Simón Bolívar, el cual comenzó a
definirse desde el nacimiento del MBR-200 (el movimiento bolivariano
revolucionario 200, es la génesis del MVR, movimiento quinta república y del PSUV,
partido socialista unido de Venezuela) hasta esta fecha en el cual se concreta
el “Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista 2007-2013”. Esta
revolución basa su concepción económica en los principios de la sociedad
comunista y toma como ejemplo a seguir el modelo impuesto por Vladimir Lenin en
la Unión Soviética, es decir, el modelo de los soviets (consejos) como base
primaria de organización social. De allí la organización de los consejos
comunales en comunas estas en ciudades socialistas y luego en
distritos motores, toda estas estructuras direccionadas verticalmente desde el
poder central totalizador. La eliminación de todo tipo de propiedad privada
sobre medios de producción, bienes y saberes se convierte en una necesidad para
poder construir este estado comunal, así como también toda instancia de
organización social o política intermedia (gobernaciones, alcaldías, ONG,
gremios profesionales, sindicatos, partidos políticos no oficialistas y otros)
dado que su permanencia “impediría” la comunicación y relación directa entre el
caudillo y su masa-pueblo.
Es necesario
recordar que este modelo de sociedad no solo fracasó rotundamente en aquellos
países en los cuales fue implantado, sino, que al evaluar sus resultados nos
encontramos que dichas sociedades se hundieron en el atraso económico ( pobreza
generalizada), el estado totalitario anuló al ser humano y lo convirtió en un
instrumento más de la producción, los seres humanos en esos regímenes no
tuvieron derecho a tener sus propios pensamiento(el Estado pensaba por
ellos), no tuvieron derecho a expresarse libremente, ni a
organizarse, la familia ya no era la “ célula fundamental de la sociedad” lo
era la comuna, el ciudadano desapareció como sujeto de derecho y deberes y se
convirtió en un esclavo del Estado, todos los medios de comunicación de masas
eran del Estado, la educación en escuelas y universidades tenían la tarea de
ideologizar a las masas para lograr la obediencia absoluta al Estado y la
adoración al líder único. Esa es la revolución totalitaria que está en marcha
en Venezuela a comienzos de la segunda década del siglo XXI.
Es necesario
aclarar, que al momento de escribir estas notas,(nos referimos a la primera
versión de este articulo julio de 2011) el caudillo-presidente se encuentra
atravesando por una enfermedad causada por un tumor cancerígeno, según sus
propias palabras. Este evento imprevisto, coloca el clima político venezolano
en una situación muy particular, sobre todo en los dirigentes seguidores del
hegemòn quienes están completamente convencidos que la desaparición física del
caudillo es la muerte de la revolución totalitaria, no hay entre sus
apóstoles(palabras de ceresole) quien pueda capitalizar la relación emocional y
afectiva que este tiene sobre las masas. En palabras de Ceresole, las masas le
dieron un mandato fue al hombre físico (Chávez), lo convirtieron en su
caudillo, no fue a un proyecto político. Ahora, el cómo caudillo
impone el proyecto político y las masas lo aprobarán porque siguen
ciegamente al hombre, al líder único, al salvador de todos sus angustias
materiales y espirituales. Si el caudillo-presidente muere la revolución
totalitaria muere con él, si el caudillo se recupera las posibilidades de
profundizar la revolución se acrecientan considerablemente, pues su
recuperación y venida al país tendrá un altísimo contenido político-religioso,
podrá lograr lo que siempre ha pretendido todo caudillo, el manto de
religiosidad, será el mesías resucitado, el iluminado por la luz divina que
estuvo en el umbral de la muerte y que solo Dios pudo devolverlo a
la vida , pues tiene una tarea que cumplir en la tierra para con las masas
venezolanas y latinoamericanas, que además son cristianas. Es
decir, las masas profundizaran su relación afectiva y emocional con
su caudillo. De allí, que la enfermedad del caudillo no es solo un problema de
salud es un problema político que tiene que ver con la continuidad en el poder
del modelo totalitario. Claro está, que para aquellos que sostenemos la
propuesta democrática, tal cual está concebida en la constitución nacional
actual consideramos que la salida no es en ningún caso la muerte del caudillo,
la solución está en ganar espacios políticos y sociales haciendo una mejor
propuesta que convenza a las masas de que la vía del Estado
Comunal no es la indicada.
. La radicalización de esta
revolución totalitaria va a encontrar su punto más exigente a partir de la
muerte del caudillo y de la evidente pérdida de poder electoral de la
revolución totalitaria expresada en las elecciones del 14 de abril de 2013
cuando el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (Henrique Capriles)
logra un contundente avance electoral y organizativo a tal punto de declararse
ganador de esas elecciones y acusar al ente rector electoral de otorgar
fraudulentamente la presidencia de la república al sucesor designado por el
mismo caudillo poco tiempo antes de morir. Si bien es cierto que tomando en
consideración la tesis de Ceresole de que el caudillo no tiene un sustituto de
su mismo nivel, este (el caudillo) hizo una jugada maestra al designar en
cadena de radio y televisión al señor Nicolás Maduro como su sucesor, ordenando
a todos sus seguidores y cuadros políticos y militares acatar esa orden y todos
ponerse a la orden del líder designado.
Ahora bien, el liderazgo de la revolución totalitaria en manos de Nicolás
Maduro ha comenzado a tener serias dificultades de avances por varias razones,
entre otras: A) el líder designado por el caudillo no tiene el mismo nivel político,
emocional ni comunicacional que si poseía el caudillo y con el cual mantenía a
una importante parte de la población bajo su influjo. B) el caudillo se había
convertido en el “Gran Padre” que mantenía a sus hijos (seguidores y apóstoles)
férreamente controlados, es obvio que el actual dirigente de la revolución
totalitaria no tiene ni cercanamente esa posibilidad de control político sobre
sus propios dirigentes, lo cual se traduce en dispersión e insubordinación
política dentro y fuera del partido de gobierno (Psuv), C) una profunda crisis
económica y social que se traduce en un empobrecimiento generalizado de la
población a pesar de disponer de miles de millones de dólares para repartir a
través de “programas sociales”, los cuales en realidad son programas de control
social y político a la población más vulnerable para sostener el poder.
Estos factores, entre otros, han
obligado a la revolución totalitaria, a lo que ellos mismos han denominado “la
radicalización de la revolución”, la misma se contextualiza en un ambiente
protagonizado por unas elecciones municipales (diciembre 2013) las cuales según
algunos estudios de opinión (a la fecha 15/10/2013) podrían ser desfavorable al
oficialismo, de concretarse esta posibilidad la revolución totalitaria aceleraría
su debacle electoral y no le quedaría otra alternativa más que intentar
sostenerse en el poder por la vía de la instauración definitiva del modelo
totalitario a través del llamado Estado Comunal. Previendo esta posibilidad el
señor Maduro ha solicitado una Ley Habilitante, que en el caso venezolano son
poderes especiales que le otorga la asamblea nacional al presidente de la
república para legislar en las materias que desee y tenga interés.
Según nuestra interpretación política,
esta ley habilitante conlleva a: A) Profundizar el capitalismo de estado a
través de la intervención total de la economía; B) Instaurar definitivamente la
súper estructura jurídica política del Estado Comunal(comunismo político
propiamente dicho) ; C)Eliminar a las organizaciones políticas y sociales de
corte democrático acompañado de persecución política y judicial a los líderes
del sector democrático y D) Un estallido social, esto sería provocado por el
régimen para ejecutar una limpieza política de los activistas medios y de base
del sector democrático.
Por estas razones, podemos
interpretar, que en estos momentos(octubre 15/2013), la revolución totalitaria
se encuentra en su punto de encrucijada: se radicaliza instaurando
definitivamente la dictadura (económica: capitalismo de estado y política:
comunismo totalitario). Ya veremos que ocurre en los próximos tiempos.
C.- La tercera revolución es la Revolución Progresista.
Se entiende por
revolución progresista al proceso político, social e histórico por medio del
cual el sujeto histórico de comienzos del siglo XXI reclama su participación
política en el diseño y formulación del modelo de sociedad y en la elaboración
participativa y protagónica de las políticas públicas. El ciudadano de comienzo
del siglo XXI entiende el cambio social como un proceso de corresponsabilidad
política y no de simple delegación y se propone la participación en
las tomas de decisiones desde la constitución de un poder horizontalizado, se
entiende el paso de la democracia representativa a la democracia participativa,
se entiende que la generación de eficientes mecanismos de control social y
político sobre el poder conlleva a la transparencia necesaria para lograr una
justicia social y de derecho, el ciudadano de esta década entiende que no habrá
un cambio social verdadero sino se construye el escenario en el cual exista una
verdadera inclusión social sin exclusión, donde el acceso a las riquezas que
genera la nación responda fundamentalmente a criterios de equidad social,
donde la acumulación de capital no sea el fin social, donde el desarrollo de
las potencialidades del hombre sea respetado y desarrollado, donde la libertad
del pensamiento y la expresión se conviertan en pilares fundamentales, donde el
consenso basado en la razón dialógica se transforme en la norma de
comunicación de los hombres, donde la pobreza material y espiritual pasen a la
historia como momentos desgraciados del subdesarrollo humano. Esta revolución progresista
es en sí misma una revolución de la conciencia. Se asume los Principios
Fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, título
I, como parte integrantes fundacionales de esta revolución y se
analizan las experiencias de las distintas revoluciones ciudadanas o
progresistas que comienzan a nacer en distintas partes del mundo, sobre todo en
Europa.
Lograr llevar a
cabo esta revolución o modelo politico en Venezuela supone tres tareas
inmediatas: 1) superar la mediocridad, improvisación y
superficialidad con la cual la mayoría de los políticos presuntamente
democráticos abordan la realidad venezolana. 2) hacer comprender a los
ciudadanos porqué la revolución progresista es la vía por medio del cual el
hombre podrá desarrollarse como ser humano en toda su dimensión. Lo cual obliga
a la construcción de una alternativa política de contenido inclusivo que pueda
ser asumido por las masas venezolanas como suyo. 3) explicar la presencia de
actores que han sido corresponsables del desastre al cual llego el país como
consecuencia del fracaso del modelo representativo y liberal (neoliberal) y
hacer entender su cambio cualitativo y su apego a los principios de este modelo
progresista.
El país se encuentra en un momento
histórico que amerita propuestas que realmente logren abonar un clima de
confianza en sus ciudadanos que se traduzca en confianza en el futuro, no se
trata de lo que pasó ni de lo que estamos viviendo, se trata de conseguir el
rumbo para la construcción de ese futuro, no se trata de que la propuesta salga
de los pensadores de una elite intelectual, la propuesta progresista de
sociedad debe surgir desde abajo, desde la relación dialógica con los
ciudadanos organizados, con mucho oído en el pueblo, con mucha humildad y sobre
todo con mucha transparencia. Ser progresista no es solo un acto declarativo,
es en esencia una forma de vida la cual parte de una visión filosófica y
política que entiende que el ser humano es el centro de nuestra atención y
acción que en última instancia busca lo que siempre el ser humano ha anhelado:
la emancipación.
2.
AVANZADA
PROGRESISTA. EL PROGRESISMO VENEZOLANO DEL SIGLO XXI.
En función de fortalecer la propuesta progresista para Venezuela, el
parido político AVANZADA PROGRESISTA, hace el siguiente planteamiento tomando
referencias de distintas experiencias en América Latina y revisando la bibliografía
de la Fundación Equipo: Equidad y Progreso A.C. a través del trabajo de Pedro
Salazar Ugarte, por lo cual estamos muy agradecidos, así como también, los
principios políticos y sociales de nuestra constitución y de los documentos de
las Naciones Unidas.
VISIÓN:
Avanzada Progresista, como expresión
del progresismo venezolano, es un proyecto político-social que concibe la
construcción de una nueva sociedad basada en los principios universales de los
derechos humanos así como en los principios fundamentales establecidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, todo ello fundamentado
en el concepto de desarrollo humano, entendido este como aquel
que sitúa a las personas en el centro del desarrollo, trata de la promoción del
desarrollo potencial de las personas, del aumento de sus capacidades,
oportunidades y posibilidades para el disfrute en libertad de la vida que
valoran.
MISIÓN:
-. Es misión
principal de Avanzada Progresista organizar a todos los ciudadanos venezolanos
que pretendan un cambio social de avanzada para lograr la conquista del poder
político y con ello el Estado en función de materializar los siguientes
objetivos:
A)
Superar el orden de capitalismo de Estado y de totalitarismo político
impuesto en Venezuela por el llamado socialismo del siglo XXI.
-B).
Lograr la concreción y desarrollo del artículo dos (2) de nuestra
constitución el cual expresa: “Venezuela
se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que
propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación,
la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia,
la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político.”
C) .Construir un partido político que
vaya al encuentro de los movimientos sociales y de la sociedad civil en general
para lograr los objetivos planteados.
D) .Educar, formar y fortalecer la
conciencia de ciudadanía democrática y
progresista en nuestros militantes y activistas.
BASES SOBRE LAS CUALES SE SUSTENTA EL PROGRESISMO VENEZOLANO.
•
Bases históricas universales.
-.Como la mayoría de movimientos
progresistas del mundo, Avanzada Progresista se sustenta en los principios y
anhelos que dieron origen a la revolución francesa de 1789, a saber: Libertad,
Igualdad y Fraternidad. Estos principios
han servido como modelos para construir la ruta del progreso moral,
político y social que los distintos movimientos progresistas se han trazado, se
han convertido en el parámetro para medir el progreso moral de la humanidad.
B) Bases históricas
regionales.
-. El anhelo de lograr una sociedad
justa y decente en esta parte del mundo llamada América latina data del mismo momento
cuando las grandes potencias económicas del periodo mercantilista de los
siglos XV y XVI (España, Inglaterra,
Francia, Portugal y Holanda) colonizaron nuestros territorios iniciando con
ello el holocausto más terrible que haya conocido la humanidad, en ese proceso
fue aniquilada casi toda la población indígena, esclavizada y marginada otro
tanto y se dio inicio en nuestras tierras de la esclavitud de los negros
traídos del continente africano, ello trajo como consecuencia la resistencia,
rebeliones y sublevaciones de los explotados que aún se mantienen en nuestros
días. Luego con el desarrollo del capitalismo moderno América latina pasa a ser
una región que cumple la función de neo colonias de ese capitalismo llevando a
nuestros pueblos a condiciones de miseria e inequidad las cuales aún padecemos
y en los tiempos actuales, en la llamada globocolonización la situación se
mantiene igual. Estas condiciones socio económicas de dependencia y opresión han dado pie para que los
latinoamericanos hayan estado en una
permanente lucha por la libertad, justicia, igualdad y por construirse su
propio destino. Todas esas luchas históricas nutren con mayor fuerza nuestros
propósitos de lograr una sociedad decente y justa.
C.-BASES POLITICAS SOCIALES UNIVERSALES.
Las bases políticas y sociales sobre
las cuales se sustenta el progresismo venezolano son las siguientes:
C 1).-La Declaración Universal de
los Derechos Humanos.
La declaración universal de los
derechos humanos fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a
través de la resolución 217 A del 10 de diciembre de 1948 en la ciudad de
Paris. En la misma se establecen los derechos sociales, políticos y civiles de
los seres humanos que habitan el planeta y sirve la misma como la brújula que
orienta toda acción humana que procure el progreso en función de lograr una
sociedad justa y decente.
PREÁMBULO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS:
Considerando
que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando
que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado
actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha
proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un
mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten
de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando
esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a
fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión
contra la tiranía y la opresión;
Considerando
también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las
naciones;
Considerando
que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los
derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado
resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de
un concepto más amplio de la libertad;
Considerando
que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la
Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los
derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando
que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor
importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;
LA ASAMBLEA
GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y
naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la
enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren,
por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento
y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados
Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción
C. 2) EL CONCEPTO DE DESARROLLO
HUMANO DEL PNUD.
El PNUD (programa de las Naciones
Unidas para el desarrollo) ha realizado algunas de las mayores contribuciones
al concepto de desarrollo humano al concebir el mismo como “un proceso de
expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos y que se
traduce en la libertad general que deberían tener los individuos para vivir
como les gustaría”.
Utilizando dicha terminología, el Desarrollo Humano es un proceso mediante el cual se busca la ampliación de las oportunidades para las personas, aumentando sus derechos y sus capacidades. Este proceso incluye varios aspectos de la interacción humana como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos y otros que son reconocidos por la gente como necesarias para ser creativos y vivir en paz. Para el PNUD las personas son la verdadera riqueza de las naciones y, por ende, el desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellas tienen para vivir de acuerdo con sus valores y aspiraciones. Por eso el desarrollo humano significa mucho más que el crecimiento del ingreso nacional per cápita, el cual constituye solamente uno de sus medios para ampliar las opciones de las personas.
Utilizando dicha terminología, el Desarrollo Humano es un proceso mediante el cual se busca la ampliación de las oportunidades para las personas, aumentando sus derechos y sus capacidades. Este proceso incluye varios aspectos de la interacción humana como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos y otros que son reconocidos por la gente como necesarias para ser creativos y vivir en paz. Para el PNUD las personas son la verdadera riqueza de las naciones y, por ende, el desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellas tienen para vivir de acuerdo con sus valores y aspiraciones. Por eso el desarrollo humano significa mucho más que el crecimiento del ingreso nacional per cápita, el cual constituye solamente uno de sus medios para ampliar las opciones de las personas.
C.2) DECLARACIÓN SOBRE EL PROGRESO Y
EL DESARROLLO SOCIAL.
(Asamblea General de las Naciones
Unidas. Resolución 2542, del 11/12/1969)
PARTE I: PRINCIPIOS
Artículo 1
Todos los pueblos y todos los seres
humanos, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, nacionalidad, origen étnico, situación familiar o social o
convicciones políticas o de otra índole, tienen derecho a vivir con dignidad y
a gozar libremente de los frutos del progreso social y, por su parte, deben
contribuir a él.
Artículo 2
El progreso social y el desarrollo en
lo social se fundan en el respeto de la dignidad y el valor de la persona
humana y deben asegurar la promoción de los derechos humanos y la justicia
social, lo que requiere:
a) La eliminación inmediata y
definitiva de todas las formas de desigualdad y de explotación de pueblos e
individuos, de colonialismo, de racismo, incluso el nazismo y el apartheid, y
de toda otra política e ideología contrarias a los principios y propósitos de
las Naciones Unidas;
b) El reconocimiento y la aplicación
efectiva de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos,
sociales y culturales sin discriminación alguna.
D).-BASES POLITICOS SOCIALES
VENEZOLANAS QUE SUSTENTAN EL PROGRESISMO.
La base fundamental política y social
sobre la cual se sustenta el progresismo venezolana lo encontramos en la
constitución venezolana, la cual fue aprobada a través de un referendo
aprobatorio el 15 de diciembre de 1999 y proclamada por la Asamblea Nacional
Constituyente el 20 de diciembre del mismo año, los principios y valores de la
sociedad justa y decente que queremos construir se encuentran en el preámbulo y
en los principios fundamentales de dicha constitución.
Asamblea Nacional Constituyente
PREÁMBULO
El pueblo de Venezuela, en ejercicio
de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo
histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de
nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria
libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para establecer
una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural
en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores
de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la
integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las
futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a
la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e
impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e
indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad
internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes
jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad;
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
TÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Artículo 1. La República Bolivariana
de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su
patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz
internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Son derechos irrenunciables de la
Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad
territorial y la autodeterminación nacional.
Artículo 2. Venezuela se constituye
en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político.
Artículo 3. El Estado tiene como
fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su
dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de
una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y
bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos
y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los
procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.
Artículo 4. La República Bolivariana
de Venezuela es un Estado Federal descentralizado en los términos consagrados
en esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial,
cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.
Artículo 5. La soberanía reside
intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma
prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el
sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.
Los órganos del Estado emanan de la
soberanía popular y a ella están sometidos
Artículo 6. El gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será
siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo,
responsable, pluralista y de mandatos revocables.
Artículo 7. La Constitución es la
norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y
los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución.
Artículo 8. La bandera nacional con
los colores amarillo, azul y rojo; el himno nacional Gloria al bravo
pueblo y el escudo de armas de la República son los símbolos de la
patria.
La ley regulará sus características,
significados y usos.
Artículo 9. El idioma oficial es el
castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos
indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por
constituir patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad.
3.
PRINCIPIOS
GENERALES DEL PROGRESISMO.
1) Un progresista es alguien que se compromete con el cambio y que asume
el reto de emprender las transformaciones que pueden mejorar su vida y su
entorno.
2) El progresismo lucha por la emancipación social y moral –entendida
como la liberación
de la subordinación y de la dependencia de las necesidades, las
desigualdades, etc.- de los seres humanos.
3) El proyecto progresista debe ser
el de una sociedad justa o, como la han denominado algunos filósofos contemporáneos,
una sociedad “decente”; no en un sentido moral sino social: una sociedad
cohesionada, incluyente e igualitaria) en el que todas las personas –sin
discriminaciones puedan proponerse un plan de vida e intentar llevarlo a cabo.
4) En 1969, la Asamblea General de las
Naciones Unidas, en su resolución 2542 (XXIV),
adoptó una Declaración sobre el
Progreso y el Desarrollo Social. Con la misma, de alguna
manera, trazó las coordenadas ideales
de lo que puede considerarse legítimamente como progreso en el mundo actual. En
ese texto, de hecho, encontramos conceptos que constituyen las metas del
progreso y que, en esa medida, trazan las coordenadas
de una sociedad justa. Derechos
humanos, libertades fundamentales, paz y justicia social,
básicamente, se erigen como las
directrices del pensamiento legítimamente progresista.
5) La Declaración de la ONU es clara
al respecto: “el progreso social y el desarrollo en lo social se fundan en el
respeto de la dignidad y el valor de la persona humana y deben asegurar la
promoción de los derechos humanos y la justicia social”
6) en el mismo documento se advierte
que “… la tarea primordial de todos los Estados y
todas las organizaciones
internacionales es eliminar de la vida de las sociedades los obstáculos y los
males que entorpecen el progreso social, en particular males como la
desigualdad, la explotación, la guerra, el colonialismo y el racismo”. De esta
manera, a la vez que se trazan las coordenadas del progreso social, se
advierten los males que constituyen
retrocesos.
7) El progresismo, de hecho, ante
todo es un movimiento igualitario que se
coloca del lado de los más débiles para
enfrentar y derrotar a las situaciones
de privilegio. La idea de los “derechos
fundamentales como los derechos del más
débil” –acuñada por el jurista italiano
Luigi Ferrajoli- adquiere pleno sentido
en esta orientación.
8) Por eso los derechos siempre han sido una defensa de los débiles frente a los poderosos y siempre seguirán siendo una causa emancipadora. En ese sentido son el parámetro del progreso y constituyen la bandera política ideal del pensamiento progresista en el Siglo XXI.
9) ese proyecto
debe tener una vocación transformadora de la realidad concreta en la que viven
los seres humanos y no sólo una proyección teórica. Con otras palabras: debe
ser un proyecto realizable y no un ideal inalcanzable. El eje de ese proyecto emancipador
-como nos ha enseñado Amartya Sen- deben ser las personas concretas que viven
en el mundo real.
.
10) El
pensamiento progresista, en síntesis, debe estar comprometido con un proyecto de
sociedad decente. El contenido de ese proyecto será el parámetro del progreso.
11) Derechos
sociales, derechos de libertad y derechos
políticos constituyen el eje articulador del proyecto progresista.
12) De esta
manera, el pensamiento progresista, puede combinar su compromiso con el cambio con su vocación pacifista. Frente a la reacción y contra la revolución, apuesta por
la reforma. Una reforma pacífica e
institucional en los medios pero
profundamente ambiciosa y emancipadora
en los objetivos. ¿Qué proyecto puede
ser más ambicioso que el que se propone generar las condiciones para que todas las mujeres y todos los hombres puedan vivir una
vida digna y
autónoma?
13) El
progresismo es pluralista. Los ideales recogidos en los derechos sociales, de
libertad y políticos se articulan sobre la base de un reconocimiento (que
supone otorgar legitimidad y carta de identidad) a la diversidad social y a la
pluralidad política.
14) No podría
ser de otra manera: si el horizonte del progreso se ubica en la emancipación de
las personas, entonces, el proyecto progresista debe ser necesariamente
pluralista. Generar las condiciones materiales, sociales y
culturales
para que cada quién, de manera libre, digna y autónoma, pueda proponerse un
plan de vida e intentar llevarlo a cabo implica generar las condiciones para
que todos los planes de vida sean posibles.
15) en el
mismo documento se advierte que “…la tarea primordial de todos los Estados y
todas las organizaciones internacionales es eliminar de la vida de las
sociedades los obstáculos y los males que entorpecen el progreso social, en
particular males como la desigualdad, la explotación, la guerra, el colonialismo
y el racismo”. De esta manera, a la vez que se trazan las coordenadas del progreso
social, se advierten los males que constituyen retrocesos.
16) Por eso
los derechos siempre han sido una defensa de los débiles frente a los poderosos
y siempre seguirán siendo una causa emancipadora. En ese sentido son el
parámetro del progreso y constituyen la bandera política ideal del pensamiento
progresista en el Siglo XXI
17) En esos
contextos, la defensa de los más débiles puede considerarse legítimamente como
una lucha por los derechos humanos. Es decir, una lucha por la libertad de las
personas para pensar, decidir y expresarse por su cuenta; una batalla por el
reconocimiento de la igualdad en la diferencia; una gesta por el derecho/poder
para participar en las decisiones de la colectividad en la que se vive. De esta
manera, con la denominación que queramos darle, la lucha por los derechos
siempre ha sido una gesta progresista.
18) En este sentido, el progresismo,
para avanzar necesita de la organización, la movilización y la participación política y
social desde abajo. Es una agenda genuinamente
democrática que no se construye desde
el poder sino que se teje a pesar del poder y, si llega al poder, utiliza al
poder para materializar su agenda. Esto no significa que ésta deba ser una
agenda anti-institucional. Todo lo contrario: el movimiento progresista concibe
a las instituciones como un medio de transformación social y no como un fin en
sí mismas.
19) Frente a los discursos
conservadores y las voces reaccionarias, el pensamiento progresista, se coloca
del lado de los actores sociales que no se conforman con el estado de cosas
actual y que asumen la responsabilidad histórica de cambiar las dinámicas
sociales que han permitido que la desigualdad económica, la pobreza y la
explotación social sean notas características de nuestra realidad.
20) El progresismo apuesta por la
política y por su articulación democrática. El progresista
sabe que el Estado es un medio
necesario para lograr la convivencia pacífica y para garantizar los bienes y
principios que dan contenido a los derechos humanos o fundamentales de las
personas. En ese sentido, el progresismo, constituye una agenda moderna y
civilizatoria. Sabe que la alternativa frente a la violencia social es la
política democrática. En ese sentido rechaza los proyectos anarquistas y se
opone a los modelos autocráticos. Ni ausencia de estado ni autoritarismo de
estado.
El progresismo se compromete con el
estado constitucional y democrático de derecho que
es un estado fuerte pero limitado. (3)
En resumidas
cuentas, el futuro inmediato del país está por definirse en los eventos
venideros, el año 2013-2015 (elecciones municipales y de la asamblea nacional)
serán definitivo para las tres revoluciones, pero por encima de todo se
decidirá la suerte entre el totalitarismo de esencia comunista o la
gobernabilidad democrática basada en la constitución nacional de la república
bolivariana de Venezuela teniendo como norte los principios del modelo de
sociedad progresista.
PROFESOR FREDDY ALBERTO
PEREZ
En la ciudad de Cabudare a los 17
días del mes de octubre del 2013
.
BIBILOGRAFIA.
(1). Ceresole, N. (1999).Caudillo,
ejercito, pueblo. La Venezuela del Presidente Chávez. (Libro en línea).
Analitica.com Disponible: http://www.analitica.com/biblioteca/ceresole/caudillo.asp. (Consulta: 2011, julio 04)
(2). Ídem
(3)Salazar, U. (s/f).
Progreso y progresismo. (Texto en línea). Disponible:
http:/www.fundaciónequipo.org. (Consulta: 2013, octubre 15)
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