DONDE ESTÁ HUGO CHAVEZ: EN EL CIELO O EN EL INFIERNO? A PROPÓSITO DE SU
SANTIFICACIÓN POR EL PODER.
Entre los principales representantes de
la teología de liberación en América latina, entre otros encontramos: Leonardo
Boff, Frei Betto y Gustavo Gutiérrez y en términos generales se basa en lo
siguiente:
- Una
implacable acusación moral y social contra el capitalismo como sistema
injusto e inicuo, como forma de pecado estructural.
- El uso
del instrumento marxista para comprender las causas de la pobreza, las
contradicciones del capitalismo y las formas de la lucha de clases.
- La
opción preferente a favor de los pobres y la solidaridad con su lucha de
emancipación social.
- El
desarrollo de comunidades cristianas de base entre los pobres como la
nueva forma de la Iglesia y como alternativa al modo de vida
individualista impuesto por el sistema capitalista.
- La lucha
contra la idolatría (y no el ateísmo) como enemigo principal de la
religión, es decir, contra los nuevos ídolos de la muerte adorados por los
nuevos faraones, los nuevos Césares y los nuevos Herodes: El consumismo,
la riqueza, el poder, la seguridad nacional, el estado, los ejércitos; en
pocas palabras, "la civilización cristiana occidental” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=48447).
Los grupos de izquierda marxista, a pesar
de tener el apoyo del bloque comunista de Europa oriental y de Cuba no lograban
“acumular fuerzas” suficientes como para
lograr las revoluciones que se pretendían, estas tenían como punto
central la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía y la misión
histórica del proletariado ante la historia.
A pesar del discurso igualitario y de
verbo revolucionario estos paridos marxistas no
lograban convencer a la mayoría de la población expoliada por las clases
dominantes de allí que la posición de un evangelio que tomara la opción por los
pobres como principio fundamental en la lucha por un cambio social venia
realmente a cifrar esperanzas en
aquellos dirigentes de la izquierda radical, y es así como por toda Latinoamérica
encontramos la alianza entre marxistas y cristianos la cual sustentada en la
lucha contra la pobreza desarrollaron actividades de todo tipo hasta
incorporarse sacerdotes a la lucha armada. El marco teórico conceptual para
esta acción fue la llamada teología de la liberación.
Es posible que los cristianos actuaban
realmente de buena fe, convencidos en la opción cristiana por los pobres, pero
también es cierto que los marxistas jamás creyeron en esos presupuestos, solo
les interesaba la Teología de la Liberación en tanto esta le sirviera como base
ideológica para acercarse a los pobres dado que a través del discurso marxista
no podían lograrlo, igualmente muchos marxistas simularon ser cristianos y
hasta llegaron a convertirse en sacerdotes, otros clérigos asumieron realmente
al marxismo como concepción del mundo y de la historia pero siguieron activando
en las estructuras de la iglesia, era necesaria la división de la iglesia
católica, ese siempre ha sido el sueño de todo marxista. Es la eterna lucha
entre el poder político y el religioso.
El empuje de la Teología de la Liberación
fue tan fuerte que sus puntos de interpretación de la realidad latinoamericana fueron parte de la discusión del Concilio
Vaticano II y más tarde en 1968 en la conferencia episcopal de Medellín se
aprobaron de forma incuestionable dando inicio de esta manera a una nueva
interpretación del evangelio, una interpretación basada en el análisis
científico de la realidad partiendo del materialismo histórico como método de
análisis, de esta manera las distintas categoría del marxismo pasaron a ser parte
del discurso de una teología cristiana, por lo tanto al asumir al marxismo se
asume también su ideología y la ideología marxista tiene tres partes
integrantes que hasta ese entonces era impensable que un cristiano las
asumiera, a saber: La ideología como instrumento de dominación del mundo de las
ideas, la lucha de clases como motor de
la historia y la instauración definitiva de una sociedad totalitaria.
Entre las conclusiones pastorales
producidas por la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Medellín,
1968, encontramos las siguientes:
p21
Despertar en los hombres y en los pueblos, principalmente con los medios de
comunicación social, una viva conciencia de justicia, infundiéndoles un sentido
dinámico de responsabilidad y solidaridad;
|p22
Defender, según el mandato evangélico, los derechos de los pobres y oprimidos,
urgiendo a nuestros gobiernos y clases dirigentes para que eliminen todo cuanto
destruya la paz social: injusticias, inercia, venalidad, insensibilidad;
|p23
Denunciar enérgicamente los abusos y las injustas consecuencias de las
desigualdades excesivas entre ricos y pobres, entre poderosos y débiles,
favoreciendo la integración;
|p24
Hacer que nuestra predicación, catequesis y liturgia, tengan en cuenta la
dimensión social y comunitaria del cristianismo, formando hombres comprometidos
en la construcción de un mundo de paz;
|p25
Procurar que en nuestros colegios, seminarios y universidades, se forme un sano
sentido crítico de la situación social y se fomente la vocación de servicio.
Consideramos asimismo de notable eficacia las campañas de orden diocesano y
nacional que movilicen a todos los fieles y organismos llevándolos a una
reflexión similar;
|p26
Invitar también a las diversas confesiones y comuniones cristianas y no
cristianas a colaborar en esta fundamental tarea de nuestro tiempo;
|p27
Alentar y favorecer todos los esfuerzos del pueblo por crear y desarrollar sus
propias organizaciones de base, por la reivindicación y consolidación de sus
derechos y por la búsqueda de una verdadera justicia;
|p28
Pedir el perfeccionamiento de la administración judicial cuyas deficiencias a
menudo ocasionan serios males;
|p29
Urgir para que en muchos de nuestros países se detenga y revise el actual
proceso armamentista, que constituye a veces una carga excesivamente
desproporcionada con las legítimas exigencias del bien común en detrimento de
imperiosas necesidades sociales. La lucha contra la miseria es la verdadera
guerra que deben afrontar nuestras naciones;
|p30
Invitar a los obispos, a los responsables de las diversas confesiones
religiosas y a los hombres de buena voluntad de las naciones desarrolladas, a
que promuevan en sus respectivas esferas de influencia, especialmente entre los
dirigentes políticos y económicos, una conciencia de mayor solidaridad frente a
nuestras naciones subdesarrolladas, haciendo reconocer, entre otras cosas,
precios justos a nuestras materias primas;
|p31
Interesar a las universidades de América Latina, con motivo del vigésimo
aniversario de la solemne Declaración de los Derechos Humanos, en realizar
investigaciones para verificar el estado de su aplicación en nuestos países;
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Denunciar la acción injusta que en el orden mundial llevan a cabo naciones
poderosas contra la autodeterminación de pueblos débiles, que tienen que sufrir
los efectos sangrientos de la guerra y de la invasión, pidiendo a los organismo
internacionales competentes medidas decididas y eficaces;
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Alentar y elogiar las iniciativas y trabajos de todos aquellos que, en los
diversos campos de la acción, contribuyen a la creación de un orden nuevo que
asegure la paz en el seno de nuestros pueblos. (http://www.mscperu.org/biblioteca/1magisterio/america_lat/bl_medellin.htm)
Una década después, 1979, en
Puebla (México) se realizó la III Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, dicho encuentro vino a ratificar en términos generales lo ya
acordado en la conferencia de Medellín, pero de una forma menos apegada al
discurso marxista.
En respuesta a este planteamiento teológico,
el vaticano a través de la Congregación
Para la Doctrina de la Fe, bajo la
dirección de Joseph Ratzinger (quien luego seria papa) produce en 1984 un
documento titulado:” LIBERTATIS NUNTIUS. Instrucciones sobre algunos aspectos
de la teología de la liberación.” Dicho documento pretende desmontar las bases
o principios teológicos por los cuales se sostiene dicha teología acusándola
definitivamente en ser más que una teología una ideología y que dichos
principios que le servían de fundamentos no son compatibles con el evangelio.
Este es un documento fundamental en el
análisis que pueda realizarse sobre el tema del evangelio en América latina,
hemos escogido el aparte que se subtitula: una nueva interpretación del
cristianismo por considerarla entre las más importante:
VI - UNA NUEVA INTERPRETACIÓN DEL CRISTIANISMO
l. No se puede olvidar el ingente trabajo desinteresado desarrollado por cristianos, pastores, sacerdotes, religiosos o laicos que, impulsados por el amor a sus hermanos que viven en condiciones inhumanas, se esfuerzan en llevar ayuda y alivio a las innumerables angustias que son fruto de la miseria. Entre ellos, algunos se preocupan de encontrar medios eficaces que permitan poner fin lo más rápidamente posible a una situación intolerable.
2. El celo y la compasión que deben estar presentes en el corazón de todos los pastores corren el riesgo de ser desviados y proyectados hacia empresas tan ruinosas para el hombre y su dignidad como la miseria que se combate, si no se presta suficiente atención a ciertas tentaciones.
3. El angustioso sentimiento de la urgencia de los problemas no debe hacer perder de vista lo esencial, ni hacer olvidar la respuesta de Jesús al Tentador (Mt 4, 4): «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Dt 8, 3). Así, ante la urgencia de compartir el pan, algunos se ven tentados a poner entre paréntesis y a dejar para el mañana la evangelización: en primer lugar el pan, la Palabra para más tarde. Es un error mortal el separar ambas cosas hasta oponerlas entre sí. Por otra parte, el sentido cristiano sugiere espontáneamente lo mucho que hay que hacer en uno y otro sentido. 19
4. Para otros, parece que la lucha necesaria por la justicia y la libertad humanas, entendidas en su sentido económico y político, constituye lo esencial y el todo de la salvación. Para éstos, el Evangelio se reduce a un evangelio puramente terrestre.
5. Las diversas teologías de la liberación se sitúan, por una parte, en relación con la opción preferencial por los pobres reafirmada con fuerza y sin ambigüedades, después de Medellín, en la Conferencia de Puebla, 20 y por otra, en la tentación de reducir el Evangelio de la salvación a un evangelio terrestre.
6. Recordemos que la opción preferencial definida en Puebla es doble: por los pobres y por los jóvenes. 21 Es significativo que la opción por la juventud se haya mantenido totalmente en silencio.
7. Anteriormente hemos dicho (cf. IV, 3) que hay una auténtica «teología de la liberación», la que está enraizada en la Palabra de Dios, debidamente interpretada.
8. Pero, desde un punto de vista descriptivo, conviene hablar de las teologías de la liberación, ya que la expresión encubre posiciones teológicas, o a veces también ideológicas, no solamente diferentes, sino también a menudo incompatibles entre sí.
9. El presente documento sólo tratará de las producciones de la corriente del pensamiento que, bajo el nombre de «teología de la liberación» proponen una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la existencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma.
10. Préstamos no criticados de la ideología marxista y el recurso a las tesis de una hermenéutica bíblica dominada por el racionalismo son la raíz de la nueva interpretación, que viene a corromper lo que tenía de auténtico el generoso compromiso inicial en favor de los pobres.( http://www.corazones.org/doc/libertatis_nuntius.htm)
l. No se puede olvidar el ingente trabajo desinteresado desarrollado por cristianos, pastores, sacerdotes, religiosos o laicos que, impulsados por el amor a sus hermanos que viven en condiciones inhumanas, se esfuerzan en llevar ayuda y alivio a las innumerables angustias que son fruto de la miseria. Entre ellos, algunos se preocupan de encontrar medios eficaces que permitan poner fin lo más rápidamente posible a una situación intolerable.
2. El celo y la compasión que deben estar presentes en el corazón de todos los pastores corren el riesgo de ser desviados y proyectados hacia empresas tan ruinosas para el hombre y su dignidad como la miseria que se combate, si no se presta suficiente atención a ciertas tentaciones.
3. El angustioso sentimiento de la urgencia de los problemas no debe hacer perder de vista lo esencial, ni hacer olvidar la respuesta de Jesús al Tentador (Mt 4, 4): «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Dt 8, 3). Así, ante la urgencia de compartir el pan, algunos se ven tentados a poner entre paréntesis y a dejar para el mañana la evangelización: en primer lugar el pan, la Palabra para más tarde. Es un error mortal el separar ambas cosas hasta oponerlas entre sí. Por otra parte, el sentido cristiano sugiere espontáneamente lo mucho que hay que hacer en uno y otro sentido. 19
4. Para otros, parece que la lucha necesaria por la justicia y la libertad humanas, entendidas en su sentido económico y político, constituye lo esencial y el todo de la salvación. Para éstos, el Evangelio se reduce a un evangelio puramente terrestre.
5. Las diversas teologías de la liberación se sitúan, por una parte, en relación con la opción preferencial por los pobres reafirmada con fuerza y sin ambigüedades, después de Medellín, en la Conferencia de Puebla, 20 y por otra, en la tentación de reducir el Evangelio de la salvación a un evangelio terrestre.
6. Recordemos que la opción preferencial definida en Puebla es doble: por los pobres y por los jóvenes. 21 Es significativo que la opción por la juventud se haya mantenido totalmente en silencio.
7. Anteriormente hemos dicho (cf. IV, 3) que hay una auténtica «teología de la liberación», la que está enraizada en la Palabra de Dios, debidamente interpretada.
8. Pero, desde un punto de vista descriptivo, conviene hablar de las teologías de la liberación, ya que la expresión encubre posiciones teológicas, o a veces también ideológicas, no solamente diferentes, sino también a menudo incompatibles entre sí.
9. El presente documento sólo tratará de las producciones de la corriente del pensamiento que, bajo el nombre de «teología de la liberación» proponen una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la existencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma.
10. Préstamos no criticados de la ideología marxista y el recurso a las tesis de una hermenéutica bíblica dominada por el racionalismo son la raíz de la nueva interpretación, que viene a corromper lo que tenía de auténtico el generoso compromiso inicial en favor de los pobres.( http://www.corazones.org/doc/libertatis_nuntius.htm)
De esta manera podemos
apreciar que la lucha de ideas en este continente tanto en lo político como en
lo religioso se ha venido desarrollando de manera intensa.
En un territorio caracterizado por tener el
mayor grado de inequidad en el mundo lo cual se expresa en la pobreza material
de sus habitantes y en el atraso científico y cultural de sus sociedades este
se presenta como un espacio donde el imaginario social busca salidas a su
condición en lo mítico y en lo político- religioso, el pueblo, en términos
generales no alcanza a comprender por vía de la razón moderna las causas o
factores de su condición de manera que su naturaleza lo conlleva a ubicar sus
esperanzas en salidas mesiánicas. El latinoamericano del siglo XXI sigue
pagando con su pobreza la expoliación material e intelectual al cual ha sido
sometido por más de quinientos años.
Lo anteriormente expuesto
viene a configurar un escenario
histórico, material y mental el cual crea las condiciones para que caudillos,
dictadores y demagogos se conviertan en mitos y quienes administran el poder
pretendan elevarlos a un plano sobre natural.
En el caso concreto de Hugo Chávez,
a propósito de su desaparición física, el poder político manejado por una elite
de políticos sin fortaleza social, se ha trazado como propósito alzarlo a la
condición de un ser mítico, es más, en un santo, con sus capillas y todo, tal
como ya ocurrió en la populosa parroquia del 23 de Enero en Caracas donde
activista del partido de gobierno inauguraron en esta semana santa una capilla
dedicada al “santo Hugo Chávez del 23”, así mismo, durante los homenajes
póstumos hecho durante varios días en la ciudad capital el poder político sumó
todas sus fuerzas mediáticas para lograr a través de la adoración al hombre, el
culto a su personalidad y la sobredimensión de su obra construir un imaginario político
religioso en una importantísima parte de la población venezolana, Chávez será
un santo nacido e impuesto desde el poder para servirle no al pueblo, dado su
inexistencia física, sino para servirle al poder. La elite política necesita
con urgencia que el pueblo asuma esa santidad pues ello sería la garantía de
seguir gobernando bajo la dirección de una deidad lo cual impermeabilizaría al
poder y de esta manera el dominio político e ideológico se felicitaría de mejor
manera.
Ahora bien, el poder en la
ruta de beatificar a Chávez ha realizado varias acciones, en primer lugar
tratar a través de su hegemonía mediática hacerle creer al pueblo que Chávez
era un enviado de Dios, para ello se han invertido centenares de horas de
televisión, se ha repartido por miles de miles rosarios y estampas con la imagen de Chávez en pose de santo,
así como también se reproduce un video de Chávez llegando al cielo siendo
recibido por su abuela, el Ché, Simón Bolívar, Salvador Allende entre otros, el
video muestra un Chávez asustadizo al principio pero contento al final después
de haber sido recibido por sus amigos. Se puede ubicar el video en la siguiente
dirección: http://youtu.be/TqBevRvsC-k
En el título del
artículo nos preguntábamos donde estará Chávez si en el cielo o en el infierno.
Esto a propósito de dos intervenciones donde él asegura que encontraría al cardenal Ignacio Velazco
(Cardenal fallecido y atacado ferozmente por Chávez tras su muerte) en el
infierno. Se puede ver dicha intervención en esta dirección: http://youtu.be/dGVDVI7yUvY. De igual manera el poder tiene que convencer
a sus seguidores de que Chávez realmente creía en otra vida, en el más allá,
donde el hombre en su vida eterna conseguiría la felicidad, esto es necesario
ya que el aspirante a “santo del poder” ha negado públicamente la posibilidad
de que exista otra vida, de que exista vida eterna y ello desde luego
contradice lo más importante de los principios cristianos. Tal aseveración se puede
ver y oír en la siguiente dirección: http://youtu.be/JbZcdmrH2oo.
Así pues,
asistimos a un momento histórico caracterizado por la ausencia de la razón
moderna, volvemos al pre modernismo como forma primitiva de abordaje de la
realidad, en momentos en el cual el mundo se debate el transmodernismo como característica de la
contemporaneidad en Latinoamérica no salimos de lo mitológico, de esta manera
la superación de nuestras condiciones materiales de existencia se alejan cada
día más, ¡que viva la mistificación de
la realidad¡
Freddy
Alberto Pérez
Cabudare a los 30
días del mes de marzo de 2013
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